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Partido Comunista Internacional | |||
EL PROGRAMA DEL PARTIDO (1921-1948) |
El Partido Comunista Internacional se constituye sobre la base de los siguientes principios establecidos en Livorno en 1921, en la fundación del Partido Comunista de Italia (sección de la Internacional Comunista).
1. Bajo el actual régimen del capital, el conflicto entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción se desarrolla a un ritmo creciente, dando lugar a intereses opuestos y a la lucha de clases en el proletariado y la burguesía dirigente.
2. Las relaciones de producción están hoy protegidas por el poder del Estado burgués: cualesquiera que sea la forma del sistema representativo y el empleo de los métodos electivos democráticos, el Estado burgués sigue siendo el órgano para la defensa de los intereses de la clase capitalista.
3. El proletariado no puede romper o modificar el sistema de relaciones capitalistas de producción que le explota sin derrocar el poder burgués.
4. El órgano indispensable para la lucha revolucionaria del proletariado es el partido de clase. El Partido Comunista, que agrupa la parte más avanzada y resuelta del proletariado, unifica los esfuerzos de las masas trabajadoras y transforma sus luchas a favor de intereses particulares de grupo y de reformas a corto plazo en la lucha general para la emancipación revolucionaria del proletariado. El partido es el responsable de difundir la teoría revolucionaria entre las masas, de organizar los medios materiales de acción, y de dirigir a la clase trabajadora en el transcurso de las luchas, asegurando la continuidad histórica y la unidad internacional del movimiento.
5. Tras el derrocamiento del poder capitalista, el proletariado debe destruir por completo el viejo aparato del Estado a fin de organizarse a si mismo como clase dirigente e instalar su propia dictadura: es decir, negando todo derecho a la clase burguesa y a sus componentes en tanto sigan socialmente existiendo, basando los órganos del nuevo régimen únicamente sobre la clase productora. El Partido Comunista, habiendo establecido esta meta fundamental como la característica distintiva de su programa, representa, organiza y dirige simultáneamente la dictadura proletaria.
6. Únicamente mediante la fuerza será el Estado proletario capaz de intervenir de forma sistemática en la economía social, y adoptar las medidas con las que la dirección colectiva de la producción y la distribución ocupará el lugar del sistema capitalista.
7. Esta transformación de la economía y por consiguiente de la vida social en su totalidad eliminará de forma gradual la necesidad de un Estado político, cuya maquinaria irá cediendo el paso a la administración racional de las actividades humanas.
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Respecto al mundo capitalista y al movimiento obrero posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la posición del partido está basada en los siguientes puntos:
8. Durante la primera mitad del siglo XX, la economía capitalista ha contemplado la introducción de grupos monopolistas entre los empresarios. Se han realizado intentos de controlar y dirigir la producción y el comercio mediante la planificación centralizada, llegando hasta el control por parte del estado de sectores enteros de producción. En el campo político se ha dado un incremento en la fuerza de los brazos policiales y militares estatales y en el totalitarismo gubernamental. Nada de esto supone nuevos tipos de organización social que supongan transiciones entre el capitalismo y el socialismo, y tampoco suponen recuperar formas de sistemas políticos pre-burgueses. Son, por el contrario, formas particulares del aumento cada vez mayor de la dirección exclusiva del Estado y del poder por parte de las fuerzas del capital mas avanzadas.
Este proceso descarta las interpretaciones pacíficas, progresivistas y evolucionistas del curso del régimen burgués, y confirma nuestras previsiones sobre la concentración y organización de las clases en campos opuestos. Para que el proletariado esté a la altura de las fuerzas enemigas con energías revolucionarias renovadas, debe rechazar, ya sea como demanda o como medio de agitación, un ilusorio regreso al liberalismo democrático y a las garantías constitucionales; el partido revolucionario de la clase debe dar el paso histórico de liquidar de una vez por todas la práctica de las alianzas, incluso para asuntos transitorios, tanto con los partidos burgueses y de clase media como con partidos seudo-obreros que han adoptado programas reformistas.
9. Las guerras imperialistas han demostrado que la crisis de desintegración capitalista es inevitable, inaugurando de forma definitiva una fase cuya expansión ya no significa un crecimiento continuado de las fuerzas productivas, sino mas bien una alternancia de acumulación y destrucción. Estas guerras han sido la causa de una serie de profundas crisis en la organización internacional de los trabajadores, que las clases dominantes han dirigido para imponer solidaridad militar y nacional con uno u otro bando de los enfrentados. Solo hay una alternativa viable históricamente que pueda oponerse a esta situación, y es el reforzamiento de la lucha de clase dentro de las naciones, hacia la guerra civil de las masas trabajadoras para derrocar el poder de todos los Estados burgueses, junto con sus coaliciones internacionales. La condición indispensable para ello está en la reconstitución del Partido Comunista Internacional como una fuerza autónoma independiente de cualquier poder político o militar.
10. El aparato del Estado proletario, en tanto medio y arma de lucha en el periodo de transición entre dos sistemas sociales, no obtiene su fuerza organizativa de cánones o esquemas constitucionales preexistentes que pretendan representar a todas las clases. El ejemplo histórico mas completo de un Estado proletario hasta la actualidad son los Soviets, los consejos obreros, durante la revolución de Octubre de 1917, cuando la clase trabajadora armada bajo el liderazgo del partido bolchevique, cuando la conquista del poder fue logrado por medios totalitarios dispersando a la Asamblea Constituyente, y cuando tuvo lugar la lucha para rechazar los ataques de gobiernos burgueses extranjeros, aplastando la rebelión de las clases derrotadas, de las clases medias y de los partidos oportunistas, inevitables aliados de la contrarrevolución en los momentos decisivos.
11. La consecución total del socialismo es inconcebible dentro de las fronteras de un solo país, y la transformación socialista no puede llevarse a cabo sin fracasos y retrocesos temporales. La defensa del régimen proletario contra el siempre presente peligro de degeneración puede asegurarse solamente si la dirección del Estado proletario se coordina de forma continua con la lucha internacional de la clase obrera de cada país contra su propia burguesía, su propio Estado y su aparato militar; ni en tiempo de guerra puede abandonarse esta lucha. La coordinación necesaria solamente puede asegurarse si el Partido Comunista mundial controla la política y el programa de los Estados en donde la clase trabajadora haya alcanzado el poder.