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NUEVA PRENSA EN ESPAÑ;OL
A partir de ahora comienza a circular nuestra prensa para lectores de los países de habla hispana. “El Partido Comunista” será de ahora en adelante el órgano del partido comunista internacional en español y es la continuidad de la prensa “La Izquierda Comunista”, que veníamos distribuyendo en España, y reemplaza a la prensa “Programa Comunista” que estuvo circulando en Venezuela.
A través de este órgano de propaganda daremos continuidad a nuestro trabajo de organización al cual llamamos a sumarse a todos los combatientes proletarios dispuestos a adherir a las posiciones del comunismo revolucionario, luego de casi un siglo de contrarrevolución estalinista internacional y de dominio político de diferentes corrientes oportunistas que han sometido a las masas asalariadas en todo el mundo a la inacción o a marchar tras banderas y consignas burguesas y tras proyectos pseudo-revolucionarios, que solo persiguen dar continuidad a la explotación capitalista y detener la revolución proletaria.
PRIMERO
DE MAYO 2014
LUCHA UNITARIA DE CLASE EN DEFENSA
DE LAS CONDICIONES
DE VIDA Y TRABAJO
Y POR LA REVOLUCIÓN PROLETARIA
Es una mentira del chavismo la versión de que la crisis actual es un fenómeno pasajero ocasionado por una “guerra económica” de los empresarios y de la conspiración de políticos opositores. El capitalismo siempre ha sido especulador tanto en la cuarta como en la quinta república. Ayer y hoy la explotación de los trabajadores ha sido la base sobre la que se han levantado las grandes riquezas de los capitalistas en Venezuela y en todo el mundo.
También es mentira que el bloque de partidos de oposición conformarán un gobierno que traerá bienestar y mejores condiciones de vida y trabajo a la clase obrera. Los partidos políticos de oposición son solo una alternativa política con la que cuenta la burguesía para continuar explotando a la clase obrera.
La inflación y la carestía de los alimentos y productos y servicios de primera necesidad, el desempleo, la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, el deterioro de las condiciones y medio ambiente de trabajo, son apenas algunas de las expresiones de los efectos de la crisis capitalista en la clase trabajadora.
Los bajos salarios no son compensados por el trabajo en horas extras que en algunos casos ni siquiera son pagadas. Los contratos colectivos generalmente están vencidos y los patronos (tanto privados como públicos) no dudan en incumplir sus clausulas.
La crisis actual no se ha generado por una “mala política”, por los “derroches”, o por la “corrupción”. Esta crisis no es el fruto de una “malévola” gestión de la economía capitalista que, con una política “justa” u “honesta”, estaría en disposición de garantizar el bienestar y el progreso también para la clase trabajadora. Tampoco esta crisis es culpa de una “mala gerencia” de la industria petrolera. La economía capitalista tiene que necesariamente caer en la crisis general y profundizar en ella hasta la ruina completa a causa de sus inevitables contradicciones internas. Las auténticas causas de la crisis son la sobreproducción y la caída de la tasa de beneficio. Estas causas residen en la producción, allí en donde el trabajo obrero crea la plusvalía. Estas son las causas en Venezuela y en todo el mundo y los trabajadores no se deben dejar engañar por los politiqueros de todos los bandos y todos los colores que solo persiguen que la clase obrera se mantenga pasiva mientras este gobierno y el próximo aplican las medidas para salvar a la patria y a la economía, que no son otra cosa que medidas para proteger la acumulación de riquezas por las empresas y los bancos a costa de sangre, sudor y lagrimas de los trabajadores y sus familias. Ningún gobierno burgués, ni el actual ni uno dirigido por los opositores, resolverá la crisis actual a favor de los trabajadores. Bajo el capitalismo no puede existir un “gobierno obrero”. La única alternativa revolucionaria pasa por la instauración de la Dictadura del Proletariado y la ruptura con la democracia burguesa.
La clase obrera debe tomar la escena política y plantear su propio programa, al margen de los programas de las diferentes fracciones burguesas y politiqueras que se disputan el control del gobierno. El programa de la clase obrera es el programa comunista.
Los puntos fundamentales del programa comunista son:
-
la abolición del trabajo asalariado,
con la consiguiente extinción de su oponente, el Capital, y por
tanto del dinero, y la distribución gratuita de bienes y
servicios;
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la obligación social del trabajo,
y la desaparición del desempleo;
-
la reducción drástica del horario
laboral a
unas pocas horas diarias;
-
la regulación de la producción según
parámetros físicos referidos a las necesidades humanas,
y no según los intereses mercantiles y empresariales;
-
la supresión de sectores completos de
actividades puramente capitalistas y parasitarias: desde
aquellas ligadas a la contabilidad monetaria y a las finanzas a
aquellas, por ejemplo, publicitarias, con la consiguiente
liberación
de enormes energías para tareas realmente útiles.
Pero la clase obrera se encuentra dividida y desorganizada. Los sindicatos actuales mantienen una constante conciliación con los patronos y propician constantemente el sacrificio de las reivindicaciones obreras ante los intereses de la empresa y de la economía nacional. En una misma empresa y rama de industria vemos que funcionan varios sindicatos y que ninguno moviliza a los trabajadores para la lucha reivindicativa. Es cierto que los gobiernos del chavismo han profundizado el desarrollo de leyes antiobreras que convierten en delito penal hasta la protesta más elemental. Es cierto también que hay un fuerte hostigamiento en los puestos de trabajo que hace que los trabajadores tengan miedo a perder el empleo por ser acusados de “apátridas” o “conflictivos”; pero la causa real de la desmovilización obrera la podemos encontrar principalmente en el papel traidor y conciliador de los sindicatos actuales, que son los primeros defensores de la aplicación de la ley burguesa y que ni la denuncian ni la desenmascaran ante los trabajadores. Los sindicatos actuales y la mafia sindicalera de diferentes colores que los dirige son hoy uno más de los tentáculos del pulpo capitalista. La clase obrera deberá reanudar tarde o temprano su lucha de clase unitaria, liberándose de la camisa de fuerza de los sindicatos actuales y rescatando la huelga, sin ataduras legales, como su principal forma de lucha.
Para tomar ya desde hoy este camino los trabajadores deben defender sus propios intereses económicos de clase, de forma intransigente: ¡sin hacerse cargo en absoluto de la salvación de la economía nacional, que no es más que la salvación del capitalismo!
Esto
es solo posible planteando las
reivindicaciones históricas del movimiento obrero,
el único capaz de defender el salario
de todos los trabajadores,
uniéndolas realmente:
-
fuertes aumentos salariales,
mayores para las categorías peor pagadas;
-
drástica reducción del horario
laboral,
manteniendo el salario;
-
salario íntegro para los trabajadores
despedidos.
Estos objetivos son alcanzables solo desde un movimiento general de la clase, lo que incluye también a los cada vez más numerosos trabajadores desempleados, con huelgas cada vez más extensas y prolongadas, hasta llegar a la huelga general indefinida. Para esto es necesaria una organización general de los trabajadores, un verdadero sindicato de clase, que tenga entre otras características la de privilegiar la organización territorial de los trabajadores respecto de la organización por empresa o por categoría, para unir ocupados y desocupados, activos y jubilados, trabajadores de las pequeñas empresas con los de las grandes, como en la gloriosa tradición de las Cámaras del trabajo italianas.
El SINDICATO DE CLASE hoy solo puede renacer como producto de la reanudación de la lucha de clase y del cuestionamiento de las masas asalariadas hacia los sindicatos del régimen, decididamente dedicados a la defensa de la economía nacional. Los sindicatos de base pueden representar un paso en esta dirección solo a base de superar sus divisiones, convirtiéndose en una verdadera alternativa para los trabajadores. La lucha intransigente en defensa del salario conducirá al proletariado a la unidad de acción contra la burguesía, pero es imprescindible la alineación de los sindicatos con el partido comunista internacional para marchar hacia la Revolución contra un capitalismo cada vez mas imposibilitado de alimentar a sus esclavos asalariados.
Toda lucha reivindicativa consecuente necesariamente debe romper con las restricciones que imponen las leyes para favorecer a los patronos. Los trabajadores deben unir sus luchas sin distingo de oficios o ramas de industria, avanzando hacia huelgas que integren a todos los trabajadores sin dejarse controlar por sindicatos y sindicaleros patronales y traidores.
EL CAPITALISMO es un cadáver nauseabundo en su economía, en sus instituciones políticas, en sus supersticiones sociales, y únicamente espera ser sepultado por sus enterradores.
El “Socialismo del Siglo XXI” planteado en Venezuela es otra mentira de la burguesía y del oportunismo, que quieren darle oxígeno al capitalismo. La clase obrera no debe seguir ni a los partidos del gobierno ni a los partidos de la oposición, porque ambos frentes políticos son dos caras de la misma moneda: el capitalismo explotador.
¡VIVA EL COMUNISMO!
15 de julio 2014
GUERRA EN GAZA
POR EL RENACIMIENTO DEL MOVIMIENTO PROLETARIO
Y COMUNISTA EN ORIENTE MEDIO
La incursión aérea de estos días sobre Gaza, no es más que la política de siempre del gobierno de Israel contra el pueblo palestino, y en particular contra la clase proletaria. El gobierno israelí vuelve a golpear el “terrorismo” en Gaza, pero no con el objetivo de destruir totalmente a Hamas, como dicen, pues sabe que lo puede utilizar en su provecho, ya que es el gendarme en Gaza, como han sido en el pasado Al Fatah y la OLP. No los combate verdaderamente porque sabe que un movimiento burgués como ese, cubierto de nacionalismo y religión, se corrompe más fácilmente, como ocurrió con la OLP. Es la mejor garantía contra el desarrollo de un movimiento de clase. Las dos burguesías, israelí y palestina, tienen estos intereses en común. Y los misiles lanzados desde Gaza se vuelven seguramente más útiles a la burguesía israelí y mundial, que a la “causa palestina”.
Los proletarios palestinos e israelíes están así mantenidos como ratones en jaulas, en el minúsculo gueto pedregoso, entre el Jordán y el mar, embriagados de la idolatría patriótica y de la sangre, en un cínico y despiadado juego entre los grandes imperialismos.
Desde hace tiempo los ataques, las misiones, las campañas han tenido nombres diversos, pero nada ha cambiado. Hace dos años hemos visto las “Columnas de defensa”, antes “Plomo fundido” y también “Cálido invierno” y ahora, “Borde protector”, siempre con los mismos resultados, porque el fin es el mismo. Las víctimas, como en cada guerra, en cada parte del mundo, pertenecen a la clase proletaria. Muriendo los proletarios, los asesinos consiguen las ventajas políticas esperadas, y se llega a un cese del fuego. Los burgueses, salvo pocas excepciones no sufren de las consecuencias de la guerra, ellos imparten las directrices y los proletarios ponen la sangre. Ya hoy se contabilizan más de 600 muertos, la mayor parte proletarios, ancianos, mujeres y niños, quienes no disponen de alguna protección. Estas víctimas no son nada para Hamas, para Al Fatah o para los gobernantes de Israel, son solo números. Entre tanto la ocupación continúa y se extiende.
En Israel, como también en muchos de los centros capitalistas, una situación socioeconómica desfavorable lleva al proletariado a la indiferencia y al inmovilismo, a estar siempre amenazados gracias a la ausencia de las organizaciones sindicales de clase, a la pérdida del trabajo y los beneficios que ahí ha disfrutado desde hace un tiempo. Solo con el ulterior desarrollo de la crisis capitalista, y con la perdida de las ventajas socioeconómicas y del llamado “estado social”, veremos al proletariado de occidente, y también hebreo de Israel, desarrollar verdaderamente una lucha de clases. La guerra sirve para mantener dividido al proletariado, y para mantenerlo sumido en la ideología contrarrevolucionaria de la defensa de la patria burguesa, y del interés nacional.
Ahora estamos viendo también en la sociedad israelí, el surgimiento de grupos de fascistas que en nombre de “El Gran Israel”, portan signos y vestiduras parecidos a los de los grupos neonazis del mundo – Ironía de la historia – quieren parecerse a quienes los querían exterminar.
Los grupos del activismo pacifista en Israel muestran solo la impotencia de estos estériles movimientos, que invocan una imposible paz entre naciones, creen en esa posibilidad, que solo podrá ocurrir con la guerra entre las clases. Y caen inevitablemente en el bellísimo camino de la defensa de la democracia, amenazada por los grupos fascistas.
El descontento es en tanto explosivo en Ramallah, con protestas y movimientos de jóvenes proletarios contra la ya claramente burguesa Al Fatah, en reacción al asesinato de un niño árabe caído en las manos de una célula fascista de jóvenes hebreos, movilizaciones que se han salido de la legalidad y también se han producido en Jerusalén este.
Esta es la realidad de los eventos que más temían Hamas, Al Fatah y la burguesía de Israel, que nuevas organizaciones sindicales se desarrollen sobre una posición de clase, sea palestina o israelí, oponiéndose a las fuerzas burguesas del nacionalismo israelí y palestino, para así defenderse y también extenderse en esta encrucijada de la historia, con su vanguardia, el único partido comunista mundial.
Marzo 2014
LAS AMENAZAS DE GUERRA EN UCRANIA
LA CLASE OBRERA NO TIENE
QUE ELEGIR ENTRE RUSIA Y EUROPA, SINO LUCHAR
POR SI MISMA Y PREPARAR LA REVOLUCION
ANTI-CAPITALISTA INTERNACIONAL
DEL MAÑ;ANA
El enfrentamiento entre Rusia y los Estados Unidos de América, Alemania y otros bandidos por repartirse la riqueza de Ucrania traerá consecuencias no solo contra el proletariado ucraniano, que tiene la perspectiva de años de miseria y creciente explotación, sino también contra la clase trabajadora de los países occidentales, que puede verse involucrada en una guerra imperialista, que la convertiría en la primera y mayor de las víctimas.
La lucha despiadada por el poder entre los distintos grupos de capitalistas, dirigidos por los Estados de Washington y Moscú, de Berlin como de Varsovia y de Kiev, es solo el reflejo en Ucrania de la intensificación del enfrentamiento entre las grandes potencias militares y económicas del mundo. La causa es la crisis de sobreproducción que está atacando el sistema capitalista desde dentro y que altera su equilibrio y consume toda la ideología burguesa, con sus centenarios mitos y mentiras del progreso y de la convivencia y la paz.
Esta crisis, que cae justo a un siglo del estallido de la primera guerra imperialista mundial, demuestra que el capitalismo, en todos los países, ahora es una sociedad en putrefacción y que está históricamente madura para abrir el camino hacia el comunismo. Pero al cruzar este camino debe desviar a la clase obrera mundial de la conciencia de su enorme fuerza y de su propio destino y así evitar que tome la vía de la lucha revolucionaria internacional.
Los enfrentamientos en las calles de Kiev y otras ciudades de Ucrania llevaron a la caída del gobierno de Yanucovitch para sustituirlo por uno igualmente burgués. Pero el nuevo gobierno, al igual que su predecesor, no puede dejar de tomar en cuenta que el estado capitalista de Ucrania tiene una enorme deuda con los grandes tiburones imperialistas, deuda, cuyas consecuencias son una carga insoportable sobre las clases trabajadoras, expuestas al frío y el hambre.
Por esta razón el gobierno de Kiev aviva las llamas del nacionalismo, para tratar de hacer olvidar al proletariado de sus problemas reales, los salarios, el trabajo, el hogar. Con el mismo propósito anti-proletario e imperialista el gobierno de Moscú difunde una propaganda igual de infame entre los proletarios rusos y entre aquellos de origen ruso en las regiones orientales y de Crimea!
La defensa de su nación, de su raza, su religión son las palabras del mensaje de la burguesía, sus agentes en los medios de comunicación, en los partidos políticos y los sindicatos, que se difunden entre los trabajadores para que vean a un enemigo en su hermano extranjero. Las banderas son engañosas para separarlos y evitar su unión en la lucha sindical hoy y mañana revolucionaria y comunista. Los disturbios en las calles de Kiev y otras ciudades de Ucrania demuestran cómo las "sagradas" banderas y la palabra patria son sólo las herramientas que utilizan ahora los estados burgueses para la propaganda de guerra.
Por esta razón, tal vez, el proletariado ucraniano instintivamente se mantiene lejos de las calles donde elogian el patriotismo, ya sea "pro-ruso" o "pro-europeo". El proletariado no tiene nada que ver con su propia burguesía, con los amos, con los "oligarcas", ya sea que se vistan con los colores de la democracia y Europa, ya sea que busquen la protección del oso ruso. El proletariado debe rechazar cualquier solidaridad con su propia burguesía y las clases medias, y apuntar a su propia organización autónoma e independiente de clase.
Todas las energías del proletariado se deben dirigir hacia la reconstitución de las herramientas esenciales para su emancipación: un verdadero sindicato de clase combativo y el Partido Comunista, internacionalista, revolucionario.
NO a la defensa de la patria, por la defensa de la
clase proletaria!
NO a la guerra entre los Estados, por la guerra
internacional entre clases!
Después de 4 años de retraso en la firma del Contrato Colectivo, el sindicato de trabajadores de la industria siderúrgica y similares (SUTISS) se sentó con el patrón desde horas de la noche del miércoles 13 hasta las 5 de la madrugada del jueves 14 de agosto y llegaron a un acuerdo. El secretario de Organización de SUTISS, José Meléndez declaró que “Ya hoy hemos logrado el objetivo de los trabajadores que siempre ha sido firmar el acuerdo y salirle al paso a cualquier plan macabro de distorsión de la realidad. No fue fácil y hemos pedido disculpas por las actividades que hemos tenido que llevar a cabo en defensa de nuestros derechos. Vamos a elevar la producción y la eficacia de la empresa”.
Cuatro años sin que se firmara el contrato, cuatro años sin mejorar el salario de los trabajadores y el sindicato pide disculpas “… por las actividades que hemos tenido que llevar a cabo en defensa de nuestros derechos” (!!!). Y ¿que fue lo que hizo el sindicato? ¿promovió la movilización obrera y la huelga? ¿organizó piquetes de agitación en todas las empresas de Guayana? ¿promovió la unidad y la lucha de los trabajadores en la región y el país por la reivindicación común de aumento lineal de salarios? La respuesta es NO. SUTISS no promovió la lucha obrera reivindicativa. Las acciones de protesta y de confrontación con el patrón se cumplieron porque los trabajadores descontentos las asumieron y al sindicato no le quedó otra alternativa que presentarse como “representante” de los trabajadores, pero siempre buscando la conciliación con el patrón.
El acuerdo contempló un incremento de 170 bolívares sobre el salario diario, de los cuales 80 bolívares se pagarán a la firma del contrato y 30 bolívares cada 6 meses; además de 240.000 bolívares de retroactivo por el retardo en la negociación. El resto de las cláusulas motivo del conflicto prácticamente se mantuvieron iguales a las del contrato vencido.
El verdadero acuerdo, el punto en el que coinciden el patrón y SUTISS es en “… elevar la producción y la eficacia de la empresa”.
En estas negociaciones el sindicato y el patrón Gobierno acordaron el pago de 240.000 bolívares de retroactividad por el tiempo que llevó la discusión de ese contrato. Este no es otra cosa que el famoso bono que ahora es común que paguen a los trabajadores por el retraso en la firma de los contratos. Pero estos 240.000 bolívares que pagarán a cada trabajador no solo no compensan los cuatro años de salarios inmovilizados sino que representan un importante ahorro para la empresa, que no tendrá que cancelar el monto de prestaciones sociales asociadas al incremento salarial que no ejecutó en esos 4 años. Además el sindicato y el patrón usan el pago de este bono como un mecanismo de apaciguamiento de los trabajadores, que no entienden que con la aceptación de este bono se están dejando robar una cuotaparte adicional de plusvalía, que el patrón convierte en mayores ganancias o en menos pérdidas. Los 240.000 bolívares por 4 años equivalen a 60.000 bolívares anuales y a 5.000 bolívares mensuales que en estos 4 años se devaluaron vertiginosamente en no menos de 154%. Ese es el precio acordado por el patrón Gobierno y el sindicato por mantener la paz laboral en SIDOR y en Guayana.
Además, se acordó un plan de inversiones para reactivar la producción de la acería estatizada. Este acuerdo confirma que la principal preocupación de SUTISS es el bienestar de la empresa y no el bienestar de los trabajadores. Las reivindicaciones aprobadas solo buscan apaciguar la lucha obrera y así garantizar el buen funcionamiento de la empresa.
La Central Bolivariana de Trabajadores manifestó públicamente su regocijo y apoyo por el acuerdo alcanzado en SIDOR. Esta es una central patronal, un sindicato del régimen, que está del lado del patrón.
Una parte de la directiva del sindicato (encabezada por su presidente) denunció el 14 de agosto que el acuerdo se había firmado a espaldas de los trabajadores y que por lo tanto la lucha continuaba, PERO SIN PARALIZAR LA EMPRESA. Pocas horas después este grupo anunciaba a los trabajadores que había conversado con el ministro de industrias. Es decir, este grupo es tan patronal como el que firmó el acuerdo, pero se aproximan las elecciones sindicales y necesitan utilizar el descontento obrero para mantenerse en la dirección del sindicato y seguir engañando a los trabajadores. Los movimientos “Orinoco”, “Alianza Sindical”, “Coalición Siderúrgica” y “Agrupación 100% Sidoristas”, que controlan la directiva de SUTISS, son movimientos patronales que han sido presionados por los trabajadores para realizar algunas acciones de protesta, pero que no han dudado pactar con la gerencia de SIDOR, con el Ministerio del Trabajo y con el Ministerio de Industrias. Estos movimientos son un freno a la protesta obrera no solo de los trabajadores de SIDOR sino de los trabajadores de Guayana.
Los trabajadores de SIDOR han demostrado un alto grado de combatividad, haciendo honor a su historia de luchas reivindicativas. Durante estos cuatro años la masa trabajadora se ha movilizado y ha estado siempre dispuesta a la acción huelgaria. Así mismo hemos visto la combatividad de los trabajadores de Guayana. Sin embargo los sindicatos actuales se han ocupado de frenar las luchas y de evitar la unidad de los trabajadores de Guayana y de Venezuela en torno a la lucha por un aumento lineal de salarios, por la reducción de la jornada de trabajo y la reducción de la edad de jubilación.
SIDOR es la mayor siderúrgica de Venezuela, pero tiene años en crisis y se ha convertido en un depósito de herramientas, maquinarias y equipos que se deterioran con el pasar de los días. Hace 29 años, SIDOR tenía una nómina de cerca de 20 mil trabajadores, y unas 10 mil empresas contratistas, y una producción de dos millones de toneladas por año. Pese a que la acería en su momento llegó a fabricar casi los 5 millones de toneladas al año, hoy su producción no llega ni al 30% de su capacidad instalada. Esta es la crisis que el gobierno burgués quiere colocar sobre los hombros de los trabajadores, reduciendo los costos con bajos salarios, despidos y alargamiento en la práctica de la duración de los contratos colectivos.
Ante la crisis capitalista el gobierno burgués impulsa el abaratamiento de los salarios y la paralización o retraso de la firma de contratos colectivos. Y como la ganancia capitalista está en juego el gobierno burgués no duda en reprimir la movilización obrera cada vez que se presenta. El primero que se quitará la máscara de “socialista” y “obrerista” será el gobierno burgués dirigido por el chavismo y ya lo demostró en varias ocasiones llevando a los tribunales y a la cárcel a los trabajadores que salieron a la calle a protestar y recientemente cuando disolvió la concentración de trabajadores en los portones de SIDOR usando bombas lacrimógenas y disparando perdigones, persiguiendo a los trabajadores incluso dentro de las áreas de trabajo. Pero también los partidos de la oposición electoral, que declaran su solidaridad con los trabajadores de SIDOR, no vacilarán en formar un solo frente burgués para reprimir a los trabajadores en caso que radicalicen sus luchas y le den un contenido de clase. El Estado Burgués es fundamentalmente un órgano de represión contra la clase obrera. El gobierno, los tribunales, las gobernaciones y demás organismos estatales se integran a esta función represiva en conjunto con todos los partidos y movimientos que hacen vida en el parlamento y que controlan los sindicatos actuales.
SUTISS es un sindicato del régimen, es decir, patronal, que manipula a los trabajadores para mantenerlos pasivos, desorganizados y divididos y que cumple al pié de la letra con todo lo previsto en la ley burguesa, porque sabe que el cumplimiento de la ley mata la huelga y la lucha de clase. Todas las centrales sindicales, las federaciones y los sindicatos de base en Venezuela son sindicatos del régimen independientemente del discurso de sus dirigentes. Puede haber algunos dirigentes obreros clasistas y consecuentes, ubicados dentro o fuera de los sindicatos, pero no hay sindicatos de clase en Venezuela. Esa es una de las grandes debilidades del movimiento obrero venezolano y mundial actualmente. Pero esta debilidad se transformará en fortaleza con la reanudación de la lucha de clase que conducirá a que las grandes masas asalariadas se muevan fuera y contra los sindicatos actuales y se coloquen, bajo la dirección del partido comunista internacional, en la ruta hacia la revolución proletaria, la toma del poder y la instauración de la Dictadura del Proletariado; umbral en el camino a la sociedad sin clases, sin mercado, sin trabajo asalariado, sin Estado y de vida en especie.
Es sindicato sólo no basta. En la lucha de clase cumple un papel principalísimo el partido proletario, que debe conducir el combate anticapitalista hasta sus últimas consecuencias.
Hoy sobran los charlatanes oportunistas que le piden a la clase obrera que colabore con el patrón a través de los consejos obreros, o que sacrifique sus reclamos por la defensa de la patria, la defensa de la economía nacional o el buen funcionamiento de la empresa. Pero la clase obrera debe darle la espalda a estos charlatanes y enfocar sus energías en la lucha por la defensa del salario y la conquista de reivindicaciones. Si SIDOR o cualquier otra empresa pertenece al Estado o al sector privado es igual; el patrón, público o privado, buscará alcanzar la máxima ganancia a costa de la sobre-explotación de los trabajadores.
Hoy los trabajadores deben organizarse por la base en todos los centros de trabajo para impulsar la lucha obrera por aumento lineal de salarios, por la reducción de la jornada de trabajo y por la reducción de la edad de jubilación; promoviendo la huelga y la movilización unitaria de trabajadores de diferentes empresas y ramas de actividad económica, desde diferentes regiones hasta abarcar todo el país y buscando siempre la comunicación y coordinación con la clase obrera de todos los países, que sufre de la misma manera la opresión de la explotación capitalista.
HUELGA PORTUARIA EN CHILE
MOVILIZACIÓN COMBATIVA
DE LOS TRABAJADORES
FRENTE A LA ALIANZA DE SINDICALEROS,
PATRONOS Y GOBIERNO
El 23 de diciembre del 2013 se inició una huelga de 400 trabajadores pertenecientes al Sindicato N° 2 de Portuarios Unidos (Unión Portuaria) del Puerto Angamos en Mejillones, Antofagasta, Coloso y Esperanza, región de Antofagasta, al norte del Chile. Los trabajadores exigían que antes de negociar cualquier demanda salarial, se reconociera a los cerca de 250 trabajadores eventuales cuya estabilidad laboral es negada por el Código Laboral (el mismo desde la dictadura de Pinochet) en connivencia con la Dirección del Trabajo que actúa a favor de la empresa y contra el reconocimiento de los trabajadores eventuales. Esta reivindicación significaba pasar los trabajadores eventuales a fijos. La empresa rechazó este planteamiento y la huelga se extendió por más de 30 días.
El 4 de enero de 2014, se sumaron al paro los trabajadores de San Antonio, incorporando sus propias demandas: el pago del retroactivo por la media hora de almuerzo. Los patronos ya habían aceptado pagar la media hora de almuerzo luego de un conflicto anterior, pero no habían cumplido con esto.
Poco después, el paro comenzó a extenderse por todos los puertos. El 6 de enero, se sumó la Unión Portuaria del Norte (Antofagasta e Iquique, Tocopilla, Chañaral y Huasco), en apoyo a Puerto Angamos en Mejillones. Le siguieron, el 8 de enero, los puertos de la Unión Portuaria del Bío Bío, producto de la “fuerte represión” que estaban sufriendo los trabajadores portuarios de Mejillones, en los puertos de Lirquén, Penco, Coronel, San Vicente, Calbuco, Corral, Puerto Montt y Chacabuco. El 10 de enero se cumplió un paro de brazos caídos de 2 horas en Arica.
Los trabajadores fueron sometidos a una dura represión, principalmente en Puerto Angamos y San Antonio, en los que se aplicó un estado de sitio de hecho, asemejándose a lo que se vivió en la dictadura de Pinochet. Gobierno y patronos unidos hicieron sentir su intransigencia.
Los trabajadores no se doblegaron y obligaron al gobierno y a los patronos a sentarse a negociar. Sin embargo los objetivos reivindicativos no fueron alcanzados. Apenas se logró parte de la exigencia del retroactivo del pago de la media hora de almuerzo y no se logró la reivindicación de pasar los eventuales a contratados en Mejillones.
El resultado de la huelga es en buena medida el reflejo de la acción de los sindicatos del régimen, de su legalismo y de su inclinación por la conciliación con los patronos. Este es el Talón de Aquiles que confronta actualmente el movimiento obrero en todos los países: la lucha obrera es controlada por sindicatos cocidos al Estado Burgués, que desmovilizan a los trabajadores, pero que cuando no pueden evitar el estallido de los conflictos, los van manejando, liberando parte de las energías de la clase en asambleas informativas mientras los sindicaleros negocian a las espaldas de las bases y evitando que las luchas se extiendan más allá de las fronteras de una sola empresa.
Esta lucha tuvo como aspectos relevantes que desde el comienzo planteó la unidad de contratados y eventuales ante el patrón y que se fue extendiendo más allá de Mejillones a través de paros de solidaridad. Esto normalmente no ocurre por iniciativa de los sindicatos actuales y es un signo de que las bases obreras presionaron en este sentido.
Diferentes agrupaciones patronales alertaron al gobierno sobre la huelga y lo llamaron a actuar. Lo mismo hizo la prensa monopólica de los empresarios. La Confederación Nacional de Dueños de Camiones (CNDC) y de ChileTransporte A.G. salieron a pedir la intervención del gobierno, ya que se estaba afectando las ganancias de los patronos por la paralización. Fedefruta, la agrupación patronal de exportadores de frutas junto a la Asoex (asociación de exportadores) reclamó que había 40 millones de dólares en pérdidas y 80 millones con carnes y vinos por semana, por el paro del puerto de San Antonio. 1.500.000 cajas de cerezas, arándanos, nectarines, ciruelas y uvas de mesa estaban paralizadas. Frutas, la mayoría y las mejores, destinadas a la exportación a Europa, a las que no pueden acceder los propios trabajadores. Codelco indicó que había 130 millones de dólares paralizados en Mejillones. “El paro portuario es gravísimo, porque vuelve a afectar la imagen del país” fustigó Andrés Santa Cruz, de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC). Herman Von Mulenbruck, timonel de la patronal de la industria, lo calificó de paro ilegal y llamó al gobierno a terminar con él”.
Todo indica que la victoria reivindicativa era posible y que los objetivos no se alcanzaron debido a la traición de los sindicaleros de la Unión Portuaria. El 25 de enero se firmó el acuerdo entre el sindicato y los patronos dando fin a la huelga. Los patronos lamentaron que los 22 días de huelga les causaron pérdidas por un monto de 200 millones de dólares, principalmente por las frutas frescas que se dejaron de exportar. El sindicato manifestó estar muy contento por lo que definió como un gran triunfo de los trabajadores portuarios de Chile. Para los patronos aceptar el acuerdo era fundamental para preservar la reputación del país (la de sus empresas) como proveedor “eficiente y confiable del comercio global". El cinismo de los empresarios es que están preocupados por cumplir con sus clientes internacionales pero no han cumplido con los trabajadores con el pago de la media hora de almuerzo acordada en el 2013.
Las empresas portuarias se comprometieron a "privilegiar el restablecimiento inmediato de la totalidad de las faenas portuarias" por medio del pago único de un bono por término de conflicto equivalente a 2.727 dólares para cada trabajador, durante el mes de febrero. Además, anunciaron el reintegro de los trabajadores despedidos en el marco de las movilizaciones.
Por su parte, el ministro del Trabajo, Juan Carlos Jobet, señaló que el acuerdo "plasma de buena manera" las demandas de los trabajadores y además "se hace cargo de las preocupaciones que tienen las empresas portuarias".
La inestabilidad laboral de los trabajadores portuarios fue una de sus principales demandas en este conflicto. En el puerto de San Antonio, 118 kilómetros al suroeste de Santiago, sólo 20% de los trabajadores cuenta con contrato a tiempo indefinido. Todos los demás deben firmar un “contrato-finiquito” cada vez que ingresan y salen de un turno. De este contrato-finiquito cada trabajador tiene varias cajas en su casa y es el fiel reflejo de la inestabilidad laboral. Esta situación se mantiene luego de esta huelga de 22 días y los representantes del sindicato todavía tienen el cinismo de hablar de “triunfo”. El triunfo fue de la alianza gobierno-patronos-sindicaleros, que detuvieron este movimiento huelguístico con un acuerdo que protegió los intereses económicos de los empresarios, que traicionó el reclamo reivindicativo de los trabajadores portuarios y que impidió que este conflicto terminara integrándose con otras luchas obreras en Chile como es el caso de la lucha de los obreros mineros. La Central Unitaria de Trabajadores, controlada por el Partido Comunista de Chile, se mantuvo al margen en este conflicto y con esto sumo sus fuerzas a las del gobierno y los empresarios contra los trabajadores en huelga.
La figura del “contrato-finiquito” es una variante extrema de la precarización laboral, mantenida en el Código de Trabajo impuesto en el gobierno de Pinochet y que han mantenido el gobierno de la Concertación (que asumirá nuevamente la presidencia con Michelle Bachelet el 11 de marzo de 2014) y el gobierno de Piñera. La tercerización y precarización afectan hoy a la mayoría de los trabajadores chilenos y es parte del esquema de sobre explotación capitalista que ha sido la base del éxito del llamado modelo chileno. Por eso la enorme importancia de esta huelga portuaria al plantearse una reivindicación que tocó uno de los mecanismos de extracción de plusvalía que aplica la burguesía en Chile.
La mesa de negociación la impusieron los trabajadores contra la voluntad del Gobierno y los empresarios. En vez de negociar sin movilización (que es lo que siempre hacen los sindicatos actuales), en esta lucha la negociación se cumplió manteniendo el paro. Aún así los sindicaleros terminaron llegando a un acuerdo con los patronos, dejando al lado las reivindicaciones planteadas.
Los trabajadores en Chile y en todo el mundo deben avanzar hacia la lucha clasista basada en la organización unitaria por la base, capaz de pasar por encima de las direcciones de los sindicatos actuales y sentando las bases para la conformación de sindicatos de clase, que agrupen a todos los trabajadores de una localidad sin diferencias entre contratados y eventuales, entre nacionalidades, razas o creencias religiosas y que integren a trabajadores de diferentes oficios y categorías, en una sola lucha: la lucha unitaria del proletariado contra la burguesía para la conquista de aumentos salariales, reducción de la jornada de trabajo y mejoras en las condiciones y medio ambiente de trabajo. Esta es la ruta que tendrá que recorrer el proletariado para plantearse la toma del poder y el derrocamiento de la sociedad capitalista, bajo la dirección de su partido de clase: el partido comunista internacional.
RESCATEMOS LA HUELGA COMO FORMA DE LUCHA DE LA CLASE
OBRERA!!
LA LEGALIDAD MATA LA HUELGA!!
IMPULSEMOS HUELGAS SIN PRE-AVISO Y SIN SERVICIOS
MINIMOS!!
IMPULSEMOS LA UNIDAD OBRERA POR LA BASE!!
IMPULSEMOS VERDADEROS SINDICATOS DE CLASE!!
SOLO LA FUERZA ORGANIZADA EN EL SINDICATO DE CLASE PUEDE DEFENDER A LOS TRABAJADORES
Después de los despidos en Italia en mayo en IKEA en Piacenza, siguieron los de Logística 5 en Castelnuovo (localidad de la Provincia de Lodi), de Dielle Cassina (Milan), el Espejo de Ferrara, y muchos otros que estaban en esa situación anteriormente. Todos los afectados están afiliados al SI Cobas con el objetivo de romper su resistencia y la de movimiento de los trabajadores, que ha organizado con éxito cada vez mayor en el sector de la logística, y evitar que se extienda al resto de la clase obrera.
El mecanismo utilizado es siempre el cambio de contratistas, a través del cual todos los trabajadores son despedidos y luego se reducen en la nueva empresa, seleccionando el personal y a menudo en peores condiciones y regulaciones salariales.
Todo esto – si tienen buen cuidado – es perfectamente legal porque los trabajadores son explotados en sociedades cooperativas. La legalidad, siempre invocada por los sindicatos del régimen (CGIL, CISL, UIL, UGL), no defiende a todos los trabajadores. Sólo su fuerza organizada puede hacerlo, y por lo tanto, legal o ilegalmente, los patronos se afanan por destruirlo. Por el contrario, los trabajadores para defenderse a menudo tienen que recurrir a medios extra-legales, como los piquetes contra la entrada de mercancías y esquiroles. Al hacerlo, sin embargo, violan el derecho a trabajar a los esquiroles! Luego que las fuerzas del orden intervinieron para defender este derecho aporreando a los huelguistas; las empresas, como sucedió en la tienda IKEA Yoox Piacenza y Bolonia, organizaron manifestaciones de rompehuelgas en defensa del derecho al trabajo; los sindicatos del régimen condenaron las acciones de fuerza de los huelguistas porque violan la democracia, por la cual quienes van a la huelga no deberían imponer su voluntad a quienes no quieren hacer huelga. Por lo tanto, las huelgas organizadas por ellos, son siempre vencidas!
El SI Cobas ha demostrado que al no caer en la ilusión de que las leyes e instituciones de este régimen político, que es de la burguesía, pueden defender a los trabajadores y actuar en la única dirección que puede llevar al éxito, a la clase obrera, el de la organización de su propia fuerza. En esta dirección está la importancia acertadamente asignada tanto a la caja de resistencia como a la formación de una coordinadora de los trabajadores despedidos, con los trabajadores que van a ayudar a sus compañeros de otras empresas. Después de meses de lucha casi todos los despedidos en el Granarolo de Bolonia (Legacoop y Cogefrin) se resumieron. En Dielle Cassina de Pecchi (Milan), de otros 100 días y está en curso una lucha muy dura por parte de 60 trabajadores. A partir de mayo se encendió la lucha de los 24 despedidos en IKEA.
Un fracaso en este sentido es el cambio al pago de la cuota sindical por medio de la delegación, que es un método fundamentalmente colaboracionista porque pone en manos de los patronos el dinero del sindicato y la lista de sus afiliados, facilitando de tal modo sus acciones de represalias, como en efecto en muchos casos se ha producido. Las cuotas sindicales, un sindicato de clase tiene que recogerlas entre sus militantes dentro de la empresa, que es también una manera de fomentar su participación activa en la vida del sindicato y para mantener viva la relación con sus afiliados.
La crisis económica del capitalismo es irresoluble y empeorará cada vez más las condiciones de todos los trabajadores. El régimen burgués – con sus gobiernos de derecha, de izquierda o "técnicos" – durante años trabajó con el objetivo de que toda la clase de los asalariados, los proletarios modernos, los explotados, sean sometidos a la precariedad y la extorsión como hoy lo son los trabajadores de la logística. Paso a paso se aproxima a este objetivo, que para el capitalismo es necesario porque sólo aumentando la explotación de los trabajadores pueden aplazar por algún tiempo el colapso definitivo de su economía.
Mientras tanto, los diferentes Estados burgueses están preparando para la única solución que tiene el capitalismo a la crisis: una tercera guerra mundial. En este sentido, muy claro a la clase dominante, avivando las llamas del nacionalismo, del odio religioso, del racismo, para dividir a la clase internacional de los trabajadores y enviarlos al matadero en sus frentes de guerra por los intereses de sus patronos, como ya es el caso en Ucrania, en Gaza, en Siria, en Irak, en Libia y en tantos otros frentes en los que los estados capitalistas con sus alianzas buscan ganar posiciones en vista del gran enfrentamiento futuro.
En esta perspectiva cierta, si el SI Cobas se mantiene en el camino del sindicalismo de clase como hasta ahora ha hecho y resiste la ofensiva burguesa dirigida a destruirlo, su ejemplo será seguido siempre por más trabajadores de cada categoría y conducirá al renacimiento del Sindicato de Clase necesario para la defensa eficaz de la clase proletaria.
Si saben dar este paso, si son capaces de defenderse en el plano económico, los trabajadores podrán entonces pasar a la lucha ofensiva, en el plano político, guiados por el partido comunista revolucionario, para transformar la guerra entre Estados capitalistas en la revolución internacional del proletariado, unido por encima de cada falsa división burguesa.
Si algo da la medida más cierta de cuánto la crisis
del Capital a escala internacional está operando en profundidad
en
el cuerpo social, destruyendo además del capital
también las
condiciones materiales de la vida cotidiana, es la progresiva
polarización de las clases medias, que se sienten amenazadas por
la
ruina y encuentran los instrumentos utilizados en la rebeldía
impotente, constante histórica en los últimos dos siglos,
con la
ilusión de reconstruir el paraíso perdido de bienestar
relativo y
de seguridad social cambiando personeros políticos o la
política
económica, descubriendo una moral pública y las
demás fantasías
de este tipo. Ellos perdieron su sitio bajo el sol. La culpa es de la
corrupción, de la “clase política” (llamada casta en
Italia),
del mal gobierno, de los impuestos, de los inmigrantes, de los robos
en los entes públicos, de los empleados públicos
improductivos, de
las malas decisiones, de Europa y del Euro, de la avaricia de las
finanzas mundiales y nacionales y así con toda la parafernalia
de
las cosas mal hechas y de las buenas no hechas.
Pero la dura realidad habla otro idioma.
La miseria ya no crece, a escala mundial, como el saldo entre la opulencia en los centros del capitalismo desarrollado y el infierno de la nada, lo que en una lejana época feliz era llamado "Tercer Mundo", sino como una cifra absoluta dentro de esos mismos centros, dentro del mismo cuerpo social en el que un siempre pequeño número de miembros se apropia del producto del trabajo social, mientras que las grandes masas se empobrecen de manera no relativa, sino absoluta, de hecho.
Las rabiosas fantasías nacionalistas, según las cuales sólo dentro de las fronteras sagradas, para defenderse contra cualquier invasión, podemos y debemos encontrar la salvación del desastre, poco a poco comienzan a estructurarse, no como elementos folclóricos y ruidosos, sino como corrientes de opinión que circulan a través de lo que queda de los viejos y podridos partidos de la democracia y de la socialdemocracia, que ya no son capaces de canalizar y controlar el descontento social y, por tanto, es totalmente inútil para el viejo orden y para los nuevos confusos movimientos de la rebelión pequeño burguesa que se abre paso ante el progresivo debilitamiento de las viejas y cobardes formas democráticas.
Los principios fundacionales, aquella impostura sobre la que se rige más o menos el andamiaje ideológico de los estados democráticos nacidos del terrible crisol de la Segunda Guerra Mundial, como ya ha sucedido en los estados socialistas de Europa del Este, ya no parecen justificarse frente al colapso de las anteriores condiciones de opulencia, y también la ficción de los partidos que durante décadas se han sentado en los parlamentos para enfrentarse y lo que dijeron una vez en las plazas, se desvanece y se muestra que era pura mentira.
Mentira total para uso y consumo del proletariado, porque así lo mantenían atado a su antagonista histórico, porque canalizaban la ideología de la paz social como única garantía del bienestar y el crecimiento sin fin y destruyó la posición antagónica a la sociedad burguesa dividida en clases.
Pero en la situación actual, plagada de la ideología capitalista dominante, en la que la maquinaria de la producción capitalista jadea y se atasca el proceso de acumulación que ha permitido alimentar y mantener el bienestar de las clases medias, la presión revolucionaria de la clase no tiene espacio y no empuja a un resultado revolucionario. Una clase obrera perdida, sin reacción autónoma, y también igualmente golpeada ferozmente, se suma plegada por la violencia de la crisis, privada de toda perspectiva que no sea la propagandeada por el aparato del régimen y a partir de su consenso.
Totalmente carente del vector social e histórico, es de esperar que la ideología que se imponga sea la de la rebelión estéril de la clase media, para la que la salvación está en el retorno a las condiciones precedentes, la restauración del antiguo falso bienestar. Esta es la única forma en la que se pueden expresar las condiciones actualmente dadas, la desesperación del informe cuerpo social.
En una fase prerrevolucionaria sin embargo, es el impulso antiformista de la clase obrera en movimiento el que obliga a la clase media, caída en la miseria, a someterse a la acción del proletariado. Hoy es el bloque conformista el que señala la dirección del movimiento. Esto, como bien sabemos, no puede no ir hacia el desastre de la ruina total, hasta el desenlace en un nuevo matadero mundial, necesario para la supervivencia del capitalismo.
En el siglo pasado la reacción burguesa tomó la forma de dictaduras abiertas en el corazón de Europa, donde el ímpetu revolucionario proletario y comunista fue más fuerte y más amenazadas las defensas de los Estados del capital. En tiempos actuales la lucha de clases es forzada a la defensiva, pero las condiciones materiales presionan amenazadoras y anuncian la reanudación de los combates con resultados inciertos. Aquí el viejo velo democrático comienza a levantarse para mostrar el verdadero rostro del fascismo, vencedor a escala histórica, aunque militarmente vencido por las Potencias, tanto de Occidente como de Europa, a pesar de lo que dijeron las democracias progresistas. Los episodios y los ambientes de la rebelión pequeño burguesa, estudiantes, pequeños comerciantes, los marginados, serán mañana, como ayer, el medio de cultivo de los futuros escuadrones "ilegales" antiobreros, alimentados y defendidos por los Estados nacionales para defender, junto con su aparato "legal", los intereses de la gran burguesía.
La perspectiva histórica y la dirección táctica de clase estuvieron dispersas en muchas décadas, la primera de una feroz contrarrevolución, después del sometimiento aparentemente pacífico de las ideologías nacionales, a los intereses superiores de la economía y de la sociedad civil. Se utilizaron primero los falsos partidos comunistas y socialistas, después el degenerado mecanismo democrático. Incluso el partido de clase, conquista humana a escala histórica, el guía, no la causa, del surgimiento del enfrentamiento entre las clases hasta el desenlace revolucionario, fue derrotado por la contrarrevolución. Pero, aunque reducido a una fuerza socialmente marginal, en la confusa angustia de la burguesía de cualquier forma no se reencontrará con su clase, no tendrá que volver al referente teórico y práctico de su movimiento, de lo contrario la propagación del incendio en esta ocasión será realmente incontrolable.
En esta acción de protección y desviación es utilizada la rebelión pequeño burguesa, de este estrato estadísticamente numeroso, pero tan impotente como ruidoso y voluminoso. El partido denuncia su naturaleza reaccionaria y anti-obrera, independientemente del hecho de que consiga la solidaridad o sea seguida por estratos obreros. La clase obrera podrá neutralizar la carga reaccionaria de estos "sujetos", de estas clases sin historia y sin partido, no concordando con reivindicaciones e ilusiones democráticas, liberales, nacionalistas, anti-fascistas, etc., sino imponiendo su fuerza, su partido, su programa, su método dictatorial. Las clases medias ya comenzaron a ceder ante la necesidad de una salvadora y antidemocrática "dictadura". Sólo nosotros podemos dársela, la comunista, la inevitable y cada vez más necesaria dictadura del proletariado.
NECESIDAD DE LA GUERRA
NECESIDAD DE LA REVOLUCIÓN
Puede suscitar desconcierto, al lector democrático-progresista que a pesar de todo espera y cree en la racionalidad del comportamiento humano y en su destino, cierto artículo que apareció en julio de este año en el New York Times, “The lack of major wars may be hurting economic growth”, La falta de grandes guerras puede estar dañando el crecimiento económico, que describe la guerra como un destino, terrible y desastroso, pero en el fondo factor de progreso, de evolución y de recuperación del desarrollo económico.
Para fundamentar, hay un interesante gráfico que correlaciona con el tiempo, de los años 50 hasta el año 2010, los muertos, militares y civiles. Gráfico que, riguroso, no incluye los muertos por enfermedad o hambre y muestra el "rápido descenso" por lo menos hasta el año 2010, excepto los máximos alcanzados en los períodos 1970-1975 y 1980-1990, en la contabilidad de la carnicería.
Nos fijamos, también en ultramar, que se abre camino la idea de que este acontecimiento será un factor productivo sin el cual, a la larga, se reduce la posibilidad o la perspectiva de una mejora en la condición humana; al menos para aquellos que pueden tener una posibilidad razonable o la suerte de sobrevivir.
Pero las guerras, después de la Segunda Guerra Mundial, se han producido en abundancia; ¿y tal vez no deberían contar, incluso si los muertos parecieran en "marcada disminución"? De hecho, en las últimas décadas se ha producido una marcada aceleración de los conflictos, incluso simplemente locales, pero poco a poco de más amplia y larga duración. ¿Y entonces? El título del artículo, en su simplicidad, es clarísimo, Major wars, que, sin demasiado esfuerzo se debe leer guerras mundiales. Esta es la clave. La guerra debe ser amplia, tan amplia como sea posible, debe interrumpir y romper el estancamiento del crecimiento de 1-2%, cuando va muy bien, debe acelerar el despliegue en el campo de los recursos técnicos y productivos. Para obtener... un crecimiento estimado del 4%. Muertes, luto, ruinas, un subproducto desagradable, pero dolorosamente necesario.
No en vano artículos similares aparecen en un punto muy avanzado de la peor crisis capitalista desde la segunda posguerra, después que todas las reanudaciones "a la vuelta de la esquina", que se suponía que deberían producirse "de un momento a otro" han demostrado ser inconsistentes y engañosas a la larga.
Hasta ayer las guerras se llevaron a cabo por razones de seguridad, por el control de recursos o zonas de influencia, y así sucesivamente. Ahora justificaciones similares, indudablemente válidas para una determinada fase del desarrollo capitalista y de su crisis, ya no son suficientes. La teorización sube de tono, y por cierto llega a ser más precisa – y más trágica. Su crudeza muestra el cinismo de las clases dominantes y sus teóricos, principalmente los economistas del capitalismo que hacen digna pareja con el Estado Mayor militar y no se avergüenzan, de hecho les complace la exactitud y el "coraje científico" con el que manifiestan al universo mundo "su" verdad, por truculenta que sea.
No nos interesa seguir las contorsiones ideológicas del articulista, tal vez preocupado por la confusión que semejantes tesis extremas pueden suscitar en los lectores menos experimentados. El coraje de afirmar claramente que la salida desde la Gran Depresión se ha llevado a cabo apelando al recurso espantoso de la masacre de la Segunda Guerra Mundial no está presente, pero sí se leen bien claras las indicaciones de que el evento en sí ha sido un potentísimo motor para el desarrollo en unas condiciones de profunda crisis económica mundial. Y no sólo porque el frente de guerra aumenta el gasto público y pone a trabajar a los que estaban desocupados en la crisis, tesis keynesiana clásica, sino sobre todo porque obliga a los gobiernos a tomar decisiones fundamentales sobre la economía, liberándola de cualquier restricción anterior.
Más que eso la plétora de teóricos del desarrollo ininterrumpido del capital no puede decir, no puede seguir.
Se puede ir más allá de la ciencia de un modo de vida asociada que deberá superar las limitaciones de la producción con fines de lucro, que no tendrá el paradigma de la necesidad intrínseca al mecanismo de acumulación capitalista, de crecimiento continuo y constante, sin el cual sólo vendrá la crisis. El crecimiento continuo y obsesivo que es la perdición de la humanidad trabajadora, que para ser nuevamente renovado cuando disminuye hasta que para, requiere la destrucción periódica de lo que se ha acumulado.
El mundo clásico antiguo, estructurado en otro modo de producción, había alcanzado su pico de la ciencia política en la célebre máxima del si vis pacem para bellum, si quieres la paz, prepárate para la guerra; para imponerse como modo de producción moderno a principios del siglo 19 el capitalismo había entendido la guerra como una continuación de la política por otros medios; hoy en su etapa más avanzada de putrefacción, proclama que la reciente propagación de la paz es incompatible con la reproducción de la ganancia. Es el "desarrollo" final del pensamiento económico y político burgués obligado por la fuerza de los hechos para denunciar la única salida que está disponible, dentro del mismo capitalismo.
Naturalmente la escritura de tanta ciencia no está sólo en sus consideraciones finales. Y con la seriedad y la veracidad científica nos ofrecen amplias y abundantes citas de otros ilustres maitres-a-penser que han llegado, después de estudios históricos y económicos, desde la antigüedad clásica hasta nuestros días, a las mismas conclusiones, a las cuales llegamos nosotros mismos, seguidores de una doctrina a ésta opuesta, con la que no podemos estar de acuerdo, salvo por el pequeño detalle sin embargo de la necesidad fundamental de la guerra para el capitalismo.
Y después de tanta franqueza descarada deberíamos estar agradecidos a estos señores, que dan, a su pesar, confirmación y validez a nuestra visión del mundo: la guerra es una necesidad imprescindible para el mundo del capitalismo, que se pone de manifiesto también en este supremo aspecto anti-humano.
Pero los comunistas no tienen miedo de la guerra en nombre de un pacifismo impotente que solo tiene la aspiración del mantenimiento de las condiciones existentes, de la explotación del trabajo muerto sobre el trabajo vivo, tal vez de una manera menos obsesiva, más equilibrada, más justa; sin sangre y violencia. A la guerra del capital, para su perpetuación, la Revolución debe contraponer su guerra para llevarla hasta el fin, esta monstruosidad que ahora sólo funciona contra la especie humana.
REALIZADA REUNION GENERAL DEL PARTIDO EN GENOVA DURANTE LOS DIAS 24 y 25 DE MAYO
En el máximo orden y compromiso más alto se realizó la reunión general ordinaria del partido, en un método de trabajo del cual nos sentimos orgullosos, totalmente ajeno y opuesto a los métodos de la actual sociedad burguesa, muy lejos de los enfrentamientos entre individuos, entre grupos y entre tesis.A pesar de su pequeña cantidad de militantes y el breve radio de influencia de nuestro partido, tenemos la certeza de que mañana será el partido comunista mundial y combatirá contra sus enemigos con los métodos de la guerra civil.
Demostración plena de su seriedad son los resultados de nuestro trabajo, que aquí presentamos a los lectores en un breve resumen, el cual será mostrado más extensamente en nuestra revista “Comunismo”.
Se presentó un informe sobre El curso
de la crisis económica desde la segunda posguerra a hoy
Ya está publicado en “Comunismo” N° 76 y en la página web del partido.
Ratificamos que esta parte del estudio sobre la crisis general de la economía es la continuidad de indagaciones anteriores del partido. En particular el informe publicado en el número 22 de1957 de Il Programma Comunista, en el cual apareció la tabla "Distribución porcentual de la producción industrial en el mundo". Después de 18 años, en 1975, publicamos en Il Partito Comunista una actualización, y comentamos su significado. Finalmente, en 1991, pasados otros 16 años, en la reedición del volumen del "Curso de la economía mundial" pudimos actualizar los datos a 1985, desglosados en población, producción industrial, intensidad de la industrialización. Aquí, por fin, tras el curso de 13 años de negra contrarrevolución social, pero de desarrollo abrumador y especialmente, y envolvente, del capitalismo mundial, volvimos a medir el ritmo de la producción. Un mundo que en mucho ha cambiado desde entonces.
Así trataremos de dar aquí una visión general del curso del imperialismo después de la gran crisis de 1974-75 y de explicar la evolución de la crisis de sobreproducción en el que el capitalismo mundial se encuentra sumido desde mediados de 2008.
Dos contradicciones fundamentales estrangulan al capitalismo: la tendencia descendente de la tasa de ganancia y la imposibilidad de encontrar un equilibrio entre la producción, que se presenta como una inmensa acumulación de mercancías, y el mercado, que debe absorber una cantidad siempre creciente con el fin de permitir la acumulación de capital para comenzar un nuevo ciclo. La tendencia descendente de la tasa de ganancia condena a muerte al capitalismo negando sus fundamentos, la acumulación de valor. La intersección de estas dos contradicciones conduce a las crisis periódicas de sobreproducción. Crisis que muestran la estrechez del modo de producción capitalista que ya no puede permitir el libre desarrollo de las fuerzas productivas y cae en las crisis periódicas de sobreproducción cada vez más graves y catastróficas. La ley del valor, fundamento de la acumulación de capital, se ha convertido en un obstáculo para el desarrollo de las fuerzas vitales de la humanidad.
Esta contradicción no se puede resolverse más que en la revolución comunista – que abolirá las relaciones de producción basadas en la ley del valor, el capital y el trabajo asalariado, y la ley del valor en sí misma, pasando a una gestión social de la producción, cuyas bases se han gestado en el capitalismo mismo – o por una tercera guerra imperialista mundial.
La caída da la Tasa de Ganancias se traduce en una desaceleración de la acumulación y por tanto del aumento de la producción. Esto no quiere decir que el crecimiento se detiene o que la producción disminuya, pero de un ciclo a otro crece porcentualmente, con relación a su masa, siempre menos y menos, para tender a cero.
Se pasó revista al corte de 1973, el ascenso y la caída del capitalismo y el nuevo equilibrio de fuerzas.
Conclusiones: Durante los últimos 34 años, después de la crisis internacional de 1974, la situación mundial ha cambiado enormemente. Hasta finales de los años ochenta el mundo se encontraba dividido entre el bloque occidental – Japón, Europa – detrás de Estados Unidos y el bloque ruso. China en los años sesenta no tenía peso y sólo en 1973 sobrepasó a Italia. A continuación, el bloque ruso se arruina. China representa el 16% de la producción industrial mundial, mientras que Rusia es sólo el 5,1%. Todos los estados finalmente están detrás de los Estados Unidos o por detrás de China. Rusia, que como todos los estados tiene sus propios intereses que defender, desearía marchar a la par con los grandes y recuperar el esplendor del pasado, pero es una ilusión.
Las luchas sindicales y la actividad del partido
Fueron presentados tres informes sobre este tema.
La sucesión de los modos de
producción:
definiciones básicas
El relator presentó las líneas esenciales de la dialéctica y la concepción materialista de la historia, anticipándose a los resultados de los trabajos futuros, con el fin de aclarar algunos conceptos básicos en la materia.
Después de presentar la de trabajos del partido sobre la doctrina de los modos de producción, el relator proporcionó las líneas esenciales de la concepción dialéctica y materialista de la historia, anticipando los resultados de los trabajos futuros, con el fin de aclarar algunos conceptos básicos en esta materia. Marx y Engels tuvieron que enfrentarse principalmente a la difícil cuestión del punto por donde comenzar con el análisis de las formaciones sociales: "Las premisas con que nos movemos no son arbitrarias (...) son premisas reales de las cuales se puede abstraer sólo en la imaginación. Son los individuos reales, sus acciones y sus condiciones materiales de vida, tanto los ya existentes como aquellos producidos por su propia acción. Estos supuestos, por tanto, pueden ser verificados por vía puramente empírica" (La Ideología Alemana).
El concepto de Estado y de Dictadura antes de Marx
El pensamiento de Rousseau tiene una enorme importancia en cuanto base ideológica de la revolución francesa.
En el “Origen de la desigualdad”, 1754, encontramos una crítica a la propiedad privada, excesiva para los revolucionarios del 1789 y 1793, pero no para Babeuf: “El primero que, habiendo cercado un terreno, pensó en decir ‘Esto es mío’ y encontró bastantes personas estúpidas para creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad civil”.
La igualdad natural, considerada uno de los derechos naturales inalienables del hombre, se transforma en igualdad jurídica y política, sancionando así la desigualdad real, que adquiere fuerza y estabilidad. El Estado es visto como instrumento de una clase privilegiada contra otra clase, con el objetivo de mantener los privilegios existentes.
Para nosotros los comunistas el derecho se identifica con la fuerza. Esto valía también para Rousseau en la sociedad que observaba, pero él creia posible una sociedad diversa, basada sobre la “ley natural” y los “derechos del hombre”.
Esta fué la trágica ilusión de los Jacobinos y de los revolucionarios más consecuentes, que pensando en fundar la república sobre la virtud y los derechos naturales e imprescriptibles del hombre, la llevaron a la derrota.
Se presentaron otras citas de Rousseau en “El Contrato Social” de 1762, su texto más importante.
La sociedad de la India antigua
El relator, introdujo el primer informe histórico sobre la sociedad hindú antigua, remachando las líneas principales con nuestro método materialista y dialéctico, que pone los fundamentos del análisis a cualquier período histórico principalmente sobre las condiciones geográficas, sociales y económicas, donde el hombre se encuentre viviendo, y en otros factores cardinales como el nivel alcanzado por los índices de producción y la intensidad de la lucha entre las clases. Para nosotros los comunistas se trata de delinear la dialéctica secuencia histórica de las formas sociales de producción. Es con este método que afrontamos la historia de la India para tender a enmarcar el actual capitalismo hindú, denunciando enemigos y desenmascarando los numerosos falsos amigos, del cuantioso proletariado de la India.
Otro tema tratado en la reunión fue: Consideraciones sobre la llamada "democracia sindical".
Así mismo, se trató lo referente a: Marx y Engels sobre la historia de Irlanda y las directrices de la Primera Internacional en contra de la cuestión irlandesa.
La cuestión militar: Las guerras
coloniales italiana y
inglesa contra los
Bóers
El colonialismo de la burguesía italiana en África es un ejemplo vergonzoso de cómo una clase mezquina, corrupta y vil fue capaz de usar sin límite contra los pueblos indígenas de la misma violencia bestial que había aplicado en su patria para aplastar y oprimir al proletariado. Nuestro partido no tiene la intención de redimir o imponer valoraciones morales sino quitar todo el poder con la Revolución Proletaria, la única manera de llegar al comunismo.
En la base de la segunda guerra anglo-boer, o del Transvaal, estaban los intereses de los capitalistas ingleses en las minas de oro. Los descubrimientos en el Transvaal en 1886, habían atraído a una gran masa de nuevos colonos, especialmente los británicos, que se convirtieron en la mayor parte de la población, asumiendo la gestión de la industria minera y fundando nuevas ciudades y empresas, mientras que los Boers eran en su mayoría agricultores y ganaderos sobre bases modernas. Los Boers perdieron la guerra debido principalmente a que el conjunto de su ejército no contaba con una estructura de mando clara, resultado de su economía y su sociedad de agricultores y ganaderos independientes dispersos en vastos territorios. Pero sus tácticas de guerra de guerrillas obligaron a los británicos a invertir mucho para obtener poco. La guerra Boer refleja el choque entre dos formas de capitalismo: el Inglés más moderno basado en la industria contra la agricultura extensiva de los Boer y marcó la transformación de los criadores en comerciantes y fabricantes, con el nacimiento de nuevas fábricas y ciudades, en otras palabras, la Sudáfrica moderna.
También se realizó exposición sobre: Orígenes del movimiento en Italia: El partido en la fundación de la Segunda Internacional.
Informe sobre la actividad sindical
El informe sobre la actividad sindical esta desarrollado
conjuntamente por tres compañeros, y esta intervención se
ha dado
con volantes oportunamente redactados.
- En las manifestaciones del SI Cobas del 1ro de febrero
en Bolonia y del 11 de mayo en Piacenza.
- El 1ro de mayo en Italia, en las manifestaciones de
los sindicatos confederados en Milan, Turin y Pordenone, así
como
también las del SI Cobas en Bolonia y Piacenza. En el exterior
lo
hicimos en Paris, Liverpool, Londres y Venezuela.
- El 7 de marzo en Porcia (Pordenone) en la
manifestación de los trabajadores del grupo Electrolux, y el 17
de
mayo nuevamente frente a la fábrica de Porcia después de
la firma
de los acuerdos en Fim, Fion y Uilm.
- El 29 de abril en la manifestación de los
trabajadores de la Piaggio Aeronáutica en huelga en Sestri
Ponente
(Genova).
- El 16 de mayo en la manifestación de los trabajadores
de ABB, también en Sestri Ponente.
En nuestras publicaciones hemos comentado la huelga indefinida de 22 días, en diciembre pasado de los portuarios chilenos. La revuelta de trabajadores y desempleados en Bosnia, el pasado febrero. La huelga de los mineros del platino en Surafrica, iniciada en enero y concluida cinco meses después.
Se expuso la actividad de nuestros compañeros en Venezuela, quienes trabajan por la afirmación de la dirección sindical comunista en un frente sindical en el cual hacen vida política, una coordinadora de poco tiempo de formada, con sindicatos de base y que activa en los Estados Carabobo y Falcón. En esta coordinadora se presentó una propuesta de manifiesto constitutivo, influenciado por nosotros, donde se exponen los puntos fundamentales de un sindicato de clase en el capitalismo, una serie de principios organizativos y una plataforma de luchas, difundida entre los trabajadores y delegados adherentes y para promover un encuentro constitutivo de este Frente.
En Italia hemos podido desarrollar una actividad continua en Turin, en la organización local del SI Cobas y en Pordenone, en la protesta de los trabajadores de la fábrica Electrolux de Porcia.
El conflicto Electrolux actualmente ha sido la principal actividad practica de nuestros compañeros, en la fábrica de Electrolux de Porcia, en la provincia de Pordenone. Con una presencia constante frente a la empresa, y volantes al ingreso de la fábrica y durante las manifestaciones. Tenemos aquí una situación en ciertos aspectos opuesta a la de los trabajadores del CAAT, ahí los trabajadores están privados de garantías, y están entre los peores pagados de la clase obrera italiana, la gran mayoría no están sindicalizados. Cuando se mueven a la ofensiva lo hacen instintivamente, sin vacilaciones y fuera de la división de empresa.
En Electrolux en cambio el control del sindicalismo del régimen es férreo, los trabajadores están metidos en una visión empresarial de sus problemas, como el que se refugia en un bunker para protegerse de todo lo malo del exterior, el desempleo, inestabilidad, salarios precarios, etc. como la de los trabajadores del CAAT. Una vana ilusión. La defensa eficaz será con la unidad y la lucha de los otros trabajadores, fuera de las fronteras de la fábrica. Pero la lucha siempre se concluye con una retirada, que es presentada por los sindicatos del régimen como una victoria, solo porque el resultado es menos grave de lo que la empresa – y ellos – habían amenazado.