El Partido Comunista Internacional
el Partido Comunista Internacional N. 41 - Noviembre 2024
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actualizado el 31 octobre de 2024
organo de partido
Lo que distingue a nuestro partido: – la línea de Marx a Lenin a la fundación de la III Internacional y del Partido Comunista de Italia a Livorno 1921, a la lucha de la Izquierda Comunista Italiana contra la degeneración de Moscú, al rechazo de los Frentes Populares y de los bloques partisanos
 – La dura obra de restauración de la doctrina y del órgano revolucionario, en contacto con la clase obrera, fuera del politiqueo personal y electorero
Contenido:
 
  – A los lectores
  – A la espera del crash mundial del capital
  – Carnicería de palestinos, israelíes, libaneses, ucranianos y rusos es una nueva repartición mundial entre los grandes capitalismos: En Oriente Próximo - En Ucrania

POR EL SINDICATO DE CLASE:
  – Lucha de los trabajadores en América Latina: Brasil - Colombia - Venezuela - Argentina
  – Todos los vuelos fueron suspendidos en Boeing
  – Huelga de estibadores en Estados Unidos
  – Corea del Sur: se acaban 50 años de colaboración de clase en Samsung

VIDA DE PARTIDO:
  – Convergencia de aportes de trabajo en la reunión general del partido del 24 al 26 de mayo: Origen del Partido Comunista de China, después del tercer congreso - La fundación del Partido Comunista de Tuquía - Informe del grupo de estudio sobre la cuestión de la mujer - Informe sobre la actividad sindical en Italia - Actividad sindical del partido en Estados Unidos







A LOS LECTORES

El cambio de la cabecera de este periódico no ha sido una decisión nuestra ni se ha debido a la más mínima necesidad de discontinuidad o rectificación con lo que se ha publicado en el pasado y en toda la prensa del partido, lo cual reivindicamos totalmente. El hecho es que, como resultado de la salida de un grupo del partido, hemos perdido la propiedad burguesa de la cabecera de nuestro periódico en lengua italiana, “Il Partito Comunista”. Y queremos mantener el mismo título para los órganos del partido en todas las lenguas.

En cuanto a los motivos de los que querían tomar un camino diferente – entre ellos las cuestiones ineludibles del centralismo orgánico y de la dirección sindical – no estamos aquí para contradecirlos ni rebatirlos: la respuesta está escrita con letras claras en todas las columnas de cincuenta años de nuestros periódicos y se confirmará en los estudios y profundizaciones que continuaremos exponiendo en nuestras reuniones y publicando en los próximos números.

 





A la espera del crash mundial del Capital

Blue Screen of Death, con este acrónimo, que significa pantalla azul de la muerte, tuvo que lidiar la burguesía de todos los países el viernes 19 de julio. Todas las empresas que utilizan el sistema Microsoft Azure, el más utilizado en las empresas, no podían acceder al sistema informático, y en todos los ordenadores al arrancar las palabras: ¡Pantalla Azul de la Muerte! La congelación paralizó las actividades en aeropuertos, ferrocarriles, hospitales, bancos, etc. de todo el mundo.

Microsoft trató inmediatamente de tranquilizar a los clientes informándoles de que estaba trabajando para resolver el problema. Sin embargo, esto provocó una serie de retrasos, incluso de algunos días, para el restablecimiento de todo el tinglado informático que básicamente circula por la capital del mundo.

Los comunistas nos alegramos de estas perturbaciones generales, la Pantalla Azul de la Muerte es nuestro deseo para el capitalismo. Lo que demuestra una vez más lo frágil, inadecuado y siempre precariamente equilibrado que es, que sólo necesita un «soplo de viento» para atascarse, y cómo el destino de los proletarios a merced de la burguesía depredadora está siempre en peligro.

Esta vez el daño global ha sido causado por un diagnóstico erróneo de un virus, que de hecho no existe. La guerra permanente entre la burguesía, entre sus gigantescas empresas informáticas y entre sus agencias estatales de sabotaje mutuo hace que todos sus aparatos sean extremadamente vulnerables. Todo lo progresista que produce el capitalismo queda invalidado y fragilizado por la lucha por el beneficio.

El Estado y las empresas chinas se han liberado del monopolio de facto estadounidense del sistema operativo Microsoft, y esta vez se han salvado. Pero nada indica que los suyos no vayan a atascarse también pronto.

Para acabar con las contradicciones, la fealdad y la irracionalidad del modo de producción capitalista, volvamos a las palabras que Engels escribió en «Del socialismo utópico al socialismo científico»:
     «Solución de las contradicciones: el proletariado conquista el poder público mediante cuyo poder transforma los medios de producción social en propiedad pública, sustrayéndolos al control burgués.
     «Mediante este acto, el proletariado libera a los medios de producción del carácter de capital que tenían hasta entonces y da plena libertad a su carácter social para realizarse. La producción social planificada se hace posible.
     «El desarrollo de la producción hace anacrónica la existencia ulterior de clases sociales diferenciadas.
     «Al desaparecer la anarquía de la producción social, desaparece también la autoridad política del Estado.
     «Los hombres, dueños por fin de su forma de organización social, se convierten en dueños de la naturaleza y en dueños de sí mismos, libres.
     «Realizar esta acción liberadora es la misión histórica del proletariado moderno. Es misión del socialismo científico, expresión teórica del movimiento proletario, estudiar a fondo las condiciones y la naturaleza históricas de la acción liberadora, dando así a la clase hoy oprimida, pero llamada a la acción, la conciencia de las condiciones y de la naturaleza de su debida acción».

¡La misión del partido comunista es dirigir y orientar al proletariado hacia la revolución social para derrocar al capitalismo infame!








Carnicería de palestinos, israelíes, libaneses, ucranianos y rusos es una nueva repartición mundial entre los grandes capitalismos

Los choques de ejércitos en Oriente Medio y Ucrania no encajan en ninguna perspectiva histórica, ni global ni regional. La finalidad de la guerra imperialista es la guerra, la guerra del capital. Y es también una actividad económica en sí misma, una rama de la industria.

Además, con sus disfraces nacionales y religiosos, sirve para suscitar división y consternación en el proletariado. Las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki no tenían fines militares, ni fueron lanzadas sobre bases navales o complejos industriales. Por el contrario, se utilizaron a sabiendas contra la población. En agosto de 1945, la Segunda Guerra Mundial ya tenía vencedores, tanto en el Este como en el Oeste. Lo que se necesitaba era una sanción definitiva del poder abrumador de los capitalistas estadounidenses, de su imperio mundial conquistado.

Pero también fue un “Vae victis” lanzado contra el proletariado, un recordatorio de lo que la burguesía es capaz de hacer para mantener su dominación. El proletariado salió de la segunda guerra imperialista aniquilado, políticamente derrotado y proclive a los intereses capitalistas de reconstrucción y acumulación de capital nacional. En Rusia, la ideología contrarrevolucionaria estalinista había sido la expresión del sometimiento de la clase obrera al capitalismo de Estado nacional, y en la guerra al frente de las burguesías imperialistas “democráticas”. Le había costado a la clase obrera decenas de millones de vidas.

Comenzaron entonces ochenta años de paz social, de paz burguesa, con ritmos cada vez más bestiales de explotación de los trabajadores, y de robo por parte de los imperialismos en todos los rincones del mundo.

Pero la economía capitalista tiene sus límites. La gigantización de la producción choca con un mercado cada vez más reducido; el aumento desproporcionado de la masa de los medios de producción estrangula la tasa de beneficio. El capital de hoy, cada vez más hambriento de beneficios, como un monstruo herido corre enloquecido por el mundo para invertirse.

Pero el sometimiento al orden ya cruje en las zonas donde el dominio de la burguesía es menos firme. En los países de más reciente formación y con una juventud proletaria numerosa, la paz social se ve quebrantada por revueltas aún esporádicas, aún inconexas y aún carentes de organización y dirección de clase.


En Oriente Próximo

La acción de Hamás del 7 de octubre se inscribe en este contexto, iniciando una guerra no entre religiones y naciones, sino entre gigantes mundiales del capital que se miden y se desafían en la estrecha región, abasteciendo a Estados y milicias con interminables arsenales gigantescos y portaaviones fondeados.

La guerra en Oriente Medio es útil para todos los capitalistas, cercanos y lejanos. Entre otras cosas, sostiene el precio del petróleo. Y está en contra de todos los proletarios, cercanos y lejanos.

Hamás, partido “terrorista” fundado con el apoyo financiero del Estado de Israel, habría ordenado por adelantado una incursión de esta magnitud sin que los espías omnipresentes del Mossad y la CIA tuvieran conocimiento de ello y sin ninguna reacción defensiva por parte del eficiente ejército israelí.

Militarmente, su único propósito ha sido exacerbar los ánimos ante la certeza de una feroz represalia inmediata por parte del Estado israelí. En el plano interno, la guerra es necesaria para que Hamás, un partido burgués, mantenga sometida a la masa de los desposeídos de la Franja de Gaza.

Los mortíferos bombardeos de la aviación israelí no son contra Hamás, sino contra la población, para empujarla, desesperada, a ponerse del lado de Hamás o a buscar su protección. Bombardear militarmente no tiene sentido, en los túneles bajo tierra, la vida continúa, y las ruinas sólo son un obstáculo para los vehículos blindados de transporte de tropas. La derrota alemana en Stalingrado nos lo enseña.

Pero las masacres de la aviación israelí sirven a todas las burguesías de la zona. Es una advertencia a los trabajadores, egipcios, sirios, israelíes, palestinos, libaneses: la ira ardiente de la burguesía.

Por eso, en la guerra imperialista, en la que los bandidos se reparten el botín entre ellos, es profundamente erróneo que la clase obrera tome partido.

Conocer las relaciones e intereses de los imperialismos y sus cambiantes alineamientos es importante, para que los comunistas podamos refutar la mentira que se esconde tras su “moral” y su falso “derecho internacional”. Pero para la clase obrera, el enemigo está en casa. La guerra no está tan lejos. Al contrario, el proletariado lucha todos los días la guerra de clases.

La burguesía tiene sus centros de análisis y estudio para las cuestiones militares y económicas. Pero sobre todo tiene su Estado, órgano supremo para su defensa como clase. El proletariado hoy tiene su partido, mañana también tendrá su Estado, temporal pero inflexible, que podrá hacer frente a los Estados enemigos burgueses con el derrotismo y la guerra a la guerra.


En Ucrania

Mientras la atención se centra en las masacres perpetradas en Oriente Próximo, las fuerzas armadas rusas marcan avances en el este de Ucrania: en la región meridional de Donbass, el corazón industrial del país, han ocupado la ciudad minera de Vuhledar, tras una resistencia de casi tres años. Pocos días después entraron en Toretsk, otro centro importante de la ruta de Pokrovsk, nudo clave de acceso a la región.

La caída de estas ciudades confirma que Ucrania, a pesar de las belicosas declaraciones de su gobierno, tendrá que rendirse ante la mayor fuerza de los rusos.

Durante esta dura batalla, como en muchos episodios de esta guerra, los soldados ucranianos se vieron obligados por sus mandos a resistir hasta el final, incluso cuando era evidente que cualquier otro sacrificio sería en vano. Las tropas supervivientes tuvieron que retirarse bajo el fuego enemigo, que se acercaba desde tres direcciones. Perseguidos por drones sobre sus cabezas listos para lanzar granadas, bajo el fuego de morteros y cohetes y con la amenaza constante de bombas teledirigidas, los soldados ucranianos tuvieron que huir a pie para salvarse.

Esto demuestra hasta qué punto el gobierno y el Estado Mayor ucranianos se preocupan por la suerte de sus soldados, defensores de la “patria agraviada”, que cada vez son enviados más al frente sin la formación y el armamento adecuados. Muchos jóvenes reclutas intentan abandonar el frente, desertan.

La falta del partido de clase, la ausencia de un movimiento obrero organizado, y el consiguiente individualismo rampante, impiden que esta negativa a luchar adquiera hoy un aspecto colectivo, que se convierta en un movimiento contra la guerra imperialista que, partiendo de las trincheras, implique a los proletarios de las ciudades, adquiriendo connotaciones clasistas y anticapitalistas.

Las mentiras del gobierno burgués ucraniano coinciden con aquellas con las que el igualmente burgués gobierno ruso defiende su guerra, calificada de “operación militar especial”.

En realidad, se trata de una guerra contra la Alianza Atlántica y Estados Unidos, que está muy interesado en golpear no sólo al Estado ruso, sino también a su aliado alemán y a Europa en general. Una Europa cada vez más vinculada económicamente a Rusia y China.

Los fabricantes de armas de todo el mundo están haciendo un gran negocio. Mientras en el frente muchas decenas de miles de proletarios mueren o quedan mutilados, las industrias de guerra trabajan a pleno rendimiento. En Rusia, el paro casi ha desaparecido. La sangre de los proletarios ucranianos y rusos se derrama en defensa de los intereses del capital, de los proveedores de armas, de los industriales y de los banqueros. Con la guerra el capitalismo pretende superar sus crisis económicas de sobreproducción y ajustar cuentas entre imperialismos rivales, haciendo pagar el precio a sus esclavos asalariados.


El debate sobre los misiles de largo alcance

En septiembre, en las altas esferas de la diplomacia de Estados Unidos, Gran Bretaña y los Estados europeos se debatió la posibilidad de permitir a Ucrania atacar en profundidad el territorio ruso con misiles suministrados por países occidentales. De hecho, para su despliegue no basta con personal ucraniano, sino que se necesitan técnicos occidentales.

Los “expertos” ya daban por hecha la concesión. El ministro de Asuntos Exteriores del nuevo gobierno británico de mayoría laborista, pero tan militarista y belicista como el anterior de “derechas”, había ido incluso a Washington para instar al presidente Biden a que diera su visto bueno. Pero al final esta decisión se pospuso de nuevo. La razón quizá resida en la intervención amenazadora del gobierno ruso, que declaró que respondería con mucha dureza. Pero también por las dudas expresadas por muchos gobiernos de la propia OTAN, como Alemania e Italia.

El uso de estos misiles, desde un punto de vista militar, no podría cambiar el destino del conflicto ni conducir a la “victoria” del bando ucraniano. La semana pasada, tanto el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, como el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, ilustraron claramente su sustancial inutilidad militar.

Pero Kiev insiste en esta exigencia sólo para implicar a los Aliados en la guerra: sabe que no tiene recursos para resistir mucho más tiempo y busca una escalada del conflicto y su ampliación.

El gobierno ruso, por su parte, ha dejado claro que si se le permite lanzar esos misiles, se considerará en guerra con la OTAN, responderá militarmente e incluso ha amenazado con el uso de la bomba atómica.

El Parlamento Europeo, que ve la guerra como un buen negocio y los tanques como un sustituto útil de los coches eléctricos, que son “ecológicos” pero no “tiran”, ha aprobado una resolución en la que pide a los Estados que levanten las restricciones al uso de sistemas de armamento suministrados a Kiev contra objetivos militares rusos. Aunque esta decisión no es vinculante para los Estados individuales, demuestra que la Unión Europea es un foro para los grupos de presión belicistas. Así lo confirma el nombramiento como comisario europeo de Defensa del ex primer ministro lituano Andrius Kubilius, miembro del Partido de la Patria y del grupo conservador europeo, fuertemente anti-ruso.


La aventurera incursión en Kursk

A principios de agosto, Ucrania lanzó una audaz ofensiva en la región rusa de Kursk, utilizando la sorpresa y la velocidad para flanquear las defensas rusas. Las operaciones fueron dirigidas por un grupo mixto de unidades, con un total de unos 10.000-15.000 hombres, con elementos de las brigadas regulares y de las fuerzas de operaciones especiales. Se trataba de algunas de las mejores y más experimentadas tropas ucranianas. Algunas fueron retiradas de los frentes de Donetsk y Kharkiv, donde luchaban contra el avance ruso, mientras que otras servirían de importante reserva para frenarlo.

Esta operación, que recibió inmediatamente el respaldo de las diplomacias occidentales y se preparó en colaboración con los servicios de inteligencia de Gran Bretaña y probablemente también de Estados Unidos, está resultando un gran fracaso.

El objetivo era probablemente la conquista y el control de la central nuclear de Kurchatov y del nodo de distribución de energía de Sudzha, así como obligar a los rusos a desviar parte de sus tropas de la ofensiva en Donetsk.

No se consiguió ninguno de los dos objetivos. La PNP quedó en manos de los rusos, que utilizaron la superior disponibilidad de equipos y soldados para detener el avance ucraniano sin desviar unidades del frente de Donetsk. El propio comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Ucranianas, Oleksandr Syrsky, declaró que Rusia había intensificado sus esfuerzos y desplegado sus unidades más preparadas para el combate en el frente de Pokrovsk, en Donetsk.

Además, la invasión del territorio ruso por tropas enemigas, con el descarado apoyo técnico, material y de entrenamiento de las potencias occidentales, reforzó la propaganda moscovita basada en el síndrome del cerco a la patria y la agresión por parte de Occidente.


La diplomacia habla de paz mientras amplía la guerra

Las dificultades de las Fuerzas Armadas ucranianas se reflejan en las recientes declaraciones del presidente Zelensky, quien, en contra de una ley que él mismo había aprobado, propuso invitar a Rusia a la próxima cumbre de paz que se celebrará en noviembre. Pocos días después, realizó otro viaje a Estados Unidos para presentar su rimbombante “Plan para la Victoria” y exigir nuevos préstamos y armas para continuar la guerra.

Según el Financial Times, Ucrania y sus aliados estudian un posible acuerdo que prevea la entrada de Kiev en la OTAN a cambio de un compromiso sobre los territorios ocupados por Rusia. Rusia obtendría el control “de facto”, pero no “de iure”, de los territorios ucranianos actualmente ocupados, una ficción del gobierno ucraniano para justificar ante su pueblo los sacrificios, privaciones y atrocidades que ha impuesto para alimentar la guerra.

Esta situación de incertidumbre y vacío diplomático aumenta el peligro de provocaciones que podrían conducir a una ampliación del conflicto. Los golpes infligidos en los últimos días a importantes depósitos de municiones dentro de Rusia parecen responder más a intenciones provocadoras que a resultados militares. Ucrania corre peligro de derrumbarse y sus gobernantes se juegan la cabeza, mientras que la cacareada reconquista de “todos los territorios ocupados” exigiría unos costes en hombres y armas que no sólo Ucrania, sino también sus aliados occidentales, no pueden permitirse ni quieren asumir.

El Gobierno ruso, que rechazó inmediatamente la invitación a participar en las conversaciones de paz, también tiene bastantes problemas que resolver. Aunque decenas de miles de jóvenes han sido sacrificados en esta guerra, y muchas voces incluso en Rusia están dispuestas a exigir una explicación, para Moscú la ocupación del Donbass por sí sola probablemente no sería suficiente para proporcionar las garantías de seguridad buscadas, especialmente si Ucrania, aunque mutilada de parte de su territorio, se une a la OTAN. Por tanto, los objetivos de Rusia podrían ampliarse y la guerra continuar.

Pero incluso cuando se alcance la paz, sólo podrá representar una tregua incierta en vista de la guerra general que se está gestando.

Que el proletariado, el proletariado ucraniano, así como el proletariado de Rusia, que han sufrido privaciones y muerte en los últimos años como resultado de la guerra de sus capitalistas, aprendan las dolorosas lecciones y se vuelvan contra el instigador criminal, que es el régimen burgués y sus Estados.

Esta es la única solución histórica verdadera, la transformación de la guerra entre Estados en guerra entre clases, el derrocamiento del poder burgués y la instauración de la dictadura del proletariado, la única que puede allanar el camino al comunismo.








Por el Sindicato de clase



En America Latina
Politicas anti-obreras, represión y ofensiva mediatica de la burguesía y sus gobiernos, traición de los sindicatos y conciliación del reformismo, frenan la reanudación de la lucha de clases de los asalariados

Mientras los gobiernos y las instituciones del mundo burgués hablan del crecimiento económico en los países de la región, las condiciones salariales y de medio ambiente de trabajo de los trabajadores asalariados mantienen su tendencia a la depauperación, con caída del salario real, con inestabilidad laboral, con altas tasas de desempleo, inseguridad alimentaria y acceso deficiente al agua potable, servicio eléctrico, a servicios de salud y a la llamada “asistencia social”.

Los gobiernos, aunque con algunas diferencias de enfoque, se concentran en medidas de disciplina fiscal, de control de la inflación, de reducción del gasto corriente y de reducción o eliminación de algunos subsidios. En este sentido, llama la atención que los gobernantes que se autodenominan “de izquierda” o progresistas y que son conocidos por su discurso “anti-neoliberal”, son los más agresivos en asumir políticas de este tipo y no han vacilado en hacer uso de la represión contra sus opositores. En este aspecto destacan Venezuela, Brasil y Colombia, en donde los “anti-neoliberales” imponen una agenda de aumento de la tasa de explotación, y reducción del déficit fiscal, medidas asociadas comúnmente al neoliberalismo. Estos demuestran que las políticas necesarias para mantener la dictadura de la burguesía, tales como un nivel de explotación adecuado para valorizar el capital nacional total, y un déficit fiscal enfocado en absorber la sobreproducción de mercancías, son independientes de cualquier programa burgués, el cual por el contrario, deberá acomodarlas, así sea de manera entusiasta, o de manera improvisada.

El movimiento sindical en Latinoamérica hace gala de todas las posiciones erróneas y oportunistas ya conocidas, que han empujado históricamente a los trabajadores a la conciliación de clases, a la parálisis, a la división y la desorganización, que los deja desarmados e indefensos en las luchas reivindicativas. Las centrales sindicales traidoras dominan el escenario, integradas al Estado burgués, sumisas a los gobiernos y a las leyes. Solo esporádicamente hemos visto que los trabajadores descontentos han asumido las luchas, unidos por la base, escapándose del control de las directivas sindicales; pero incluso en estos casos los sindicatos traidores aprovechan la primera oportunidad para boicotear las luchas y llegar a acuerdos con los patronos sobre la base de la traición. Pero además ha sido relevante que estas luchas espontáneas se han enfocado en las exigencias de aumento salarial o de mejoras en condiciones y medio ambiente de trabajo. Es decir que solo en esas luchas espontáneas, donde los trabajadores han pasado por encima de las directivas sindicales traidoras, el movimiento sindical ha retomado la huelga como forma de lucha, se ha enfocado en las reivindicaciones económicas de clase y se han unido por encima de divisiones artificiales como la afiliación sindical, la nacionalidad y los oficios. Esto lo hemos podido ver en la huelga de trabajadores del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) en Brasil y ya lo observamos en el 2023 en Venezuela con los trabajadores de la educación.

En la medida en que se han verificado luchas en las que los trabajadores se han movilizado espontáneamente, pese a la conciliación de las directivas sindicales ante los patronos, hemos visto como los gobiernos han venido reforzando las estrategias de criminalización de la protesta de los trabajadores, impulsando matrices de opinión en las que se colocan las luchas reivindicativas salariales como parte de “planes terroristas”, “planes golpistas” o incluso calificando las huelgas como acciones “desestabilizadoras”, de “traición a la patria” y de carácter “criminal” en general. No es casual que en Venezuela se realizara lo que llamaron un “Congreso Antifascista” y que el gobierno esté impulsando una Ley contra el Fascismo, que ya tiene como precedente la legislación “contra el terrorismo” y “contra el odio” En general se pretende en toda Latinoamérica promover la supuesta confrontación entre democracia y fascismo, pese a que se trata de dos caras del régimen de dominación burgués. Esta trampa “caza bobos”, con la que se manipula a la llamada “opinión pública”, imponiendo una nueva versión de la polarización política entre las fracciones burguesas que se disputan el control de los gobiernos, realmente va dirigida contra los trabajadores asalariados y sus organizaciones de lucha económica, cuyo control por el Estado se busca profundizar.

Los trabajadores se encuentran sometidos a una “guerra psicológica” e ideológica de la burguesía que, desde los medios de comunicación y las redes sociales, desde los gobiernos y desde los diferentes partidos que confluyen en el parlamento y en las campañas electorales, realiza operaciones de distracción, de confusión y de desorientación de los trabajadores, llamándolos a asumir reivindicaciones democrático-burguesas (defensa del voto, defensa de la Constitución Nacional, etc.), a la defensa de la patria, a la defensa de la economía nacional y a la conciliación de clases con la burguesía. Y precisamente en este contexto destaca cada lucha en la que los trabajadores son capaces de escapar de esa gran coerción ideológica para asumir sus luchas económicas.

Las verdaderas reivindicaciones económicas de la clase obrera siguen sepultadas por reivindicaciones democrático-burguesas y diluidas en movimientos policlasistas o de orientación pequeñoburguesa y por lo general subordinadas a los intereses de los grupos políticos que se disputan el control del gobierno.

Nuestro partido ha insistido en su propaganda, en el llamamiento al movimiento de los trabajadores a conformar en todos los países un Frente Único Sindical de Clase, que exprese la unidad de acción en la lucha económica y que pase por encima de las divisiones artificiales asociadas a la nacionalidad y los oficios. Incluso hemos insistido que en las luchas deben unirse los trabajadores aunque estén afiliados a diferentes sindicatos. Un frente como este deberá surgir en un ambiente de multiplicación de las luchas de los asalariados, como una vía para liberarse de las cadenas de la traición de las Centrales Sindicales del régimen. Así mismo hemos insistido en la necesidad de que el movimiento sindical de clase asuma la agitación a favor de la huelga general como la única vía para derrotar a los patronos y sus gobiernos en las luchas económicas reivindicativas.

En Brasil destaca la huelga de los trabajadores del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) que desde el 10 de julio iniciaron una lucha exigiendo mejora del salario y de las condiciones de trabajo. Al finalizar septiembre esta huelga cumplirá aproximadamente 11 semanas. Los trabajadores se organizaron por la base a nivel local y han rechazado las diferentes ofertas del gobierno. Aunque algunos directivos del sindicato firmaron un acuerdo con el patrón, esto fue rechazado por los trabajadores, que se mantuvieron en huelga. El gobierno se ha mantenido inflexible en sus ofertas a los trabajadores y ha venido declarando que los trabajadores del INSS están infiltrados por el “bolsonarismo”, con lo cual impulsa una matriz de opinión que les justifique reprimir a este movimiento argumentando que enfrentan al “golpismo”, del cual se ha acusado al ex-presidente Bolsonaro y sus seguidores. Independientemente de los resultados de esta huelga y de las debilidades en parte de sus planteamientos reivindicativos, hemos visto una vez más cómo cuando los trabajadores se unen por la base y se lanzan a la lucha, pese a la actitud pasiva y conciliadora de las directivas sindicales, el movimiento tiende a acercarse a los métodos de lucha y organización clasista: debate y decisiones en asambleas, huelga indefinida y sin servicios mínimos, enfoque en reivindicaciones económicas proletarias y ruptura con cualquier tipo de división artificial en el movimiento. En la medida que el gobierno-patrón se mantenga intransigente, es de esperar que el movimiento de lucha tienda a desgastarse y, para poder avanzar, necesitará buscar contacto otros sectores de los trabajadores para extender la huelga. Pero la agitación para la extensión de la huelga y plantear a los demás trabajadores la necesidad de una huelga general, que se convierte en una condición necesaria incluso para victorias en luchas inicialmente aisladas, requiere de una ruptura con las políticas oportunistas, lo cual por ahora no es posible en Brasil, donde el oportunismo controla al movimiento sindical.

El gobierno brasileño, en connivencia con el Tribunal Superior Judicial (STJ), ha intentado utilizar medidas legales para intimidar a los trabajadores y hacerlos retroceder, como la imposición de una multa diaria a los sindicatos que participen en huelgas y la exigencia de limitar la afiliación a la huelga a sólo el 15% de los trabajadores de la categoría, garantizando un «servicio mínimo» del 85%. La prensa burguesa intenta enfrentar a los usuarios del servicio con los trabajadores del INSS, afirmando repetidamente que la huelga está afectando a la prestación de los servicios.

A pesar de estos intentos de intimidación, aislamiento y represión, los trabajadores han respondido a esta ofensiva patronal con algunas acciones directas. Cabe destacar la ocupación de la sede del INSS en Brasilia el 10 de septiembre, encabezada por la federación sindical FENASPS, que consiguió que el gobierno diera marcha atrás en algunas medidas represivas.

En Colombia hasta ahora el gobierno ha logrado, con el apoyo de los payasos traidores de los sindicatos y el respaldo de los partidos oportunistas y los llamados movimientos sociales, mantener a los trabajadores en la pasividad, a la expectativa de una oferta de reformas presentadas al parlamento, que sin embargo dejan de lado las reivindicaciones económicas fundamentales de los trabajadores.

El gobierno colombiano está en la búsqueda de quitarse algunas cargas en su presupuesto, como los subsidios de diferente tipo. Para el gobierno la preocupación por corregir los desequilibrios fiscales y presupuestarios los lleva a la implementación de muchas políticas neoliberales que normalmente han criticado y que tienen un impacto social que golpeará a muchos sectores que le dieron respaldo electoral. En ese contexto, entre el 31 de agosto y el 6 de septiembre se cumplió un “Paro Camionero”, que según los analistas de la prensa burguesa ponía en juego la estabilidad del gobierno. No se trató de una acción de trabajadores sino de pequeños, medianos y grandes empresarios del ramo del transporte. Los Ministerios de Minas y Energía y de Hacienda y Crédito Público emitieron las resoluciones que establecieron un ajuste en el precio de venta al público del galón de diésel, efectivo a partir del sábado 31 de agosto. El gobierno pretendía reducir el déficit en el gasto corriente y avanzar en la eliminación del subsidio sobre el diésel, cosa que no había logrado el anterior gobierno de Duque. El 6 de agosto se levantó el Paro, luego de un acuerdo entre el gobierno y los transportistas y aunque la resolución gubernamental fue modificada y el aumento fue reducido y fraccionado en 2 partes, el gobierno logró avanzar en su política de liberación de los precios de los combustibles, sin detenerse por el impacto que traerá en el transporte público que usan los trabajadores, así como en el precio de los alimentos y los servicios, sin que nadie ponga sobre el tapete el tema del aumento de los salarios.

En Venezuela se mantiene el efecto de la campaña electoral en las luchas de los trabajadores, que han tendido a desmovilizarse. Este efecto se ha prolongado debido a la pugna de las fracciones burguesas y sus partidos por el reconocimiento o no de los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio. En la etapa post-electoral el gobierno reprimió masivamente a sus opositores electorales y ha usado indiscriminadamente las acusaciones, detenciones y sentencias con el respaldo de leyes anti-terroristas y “contra el odio”. Con este precedente de represión y terrorismo de Estado los trabajadores, además de ser distraídos por toda la ofensiva mediática, se ven atemorizados por la represión al momento de plantearse la lucha y las exigencias reivindicativas. No hay sindicatos de clase que defiendan a los trabajadores. Las gubernamentales Inspectorías del Trabajo están a favor de la patronal y aplican el retardo procesal y el silencio administrativo, dándole largas a la atención, para que el trabajador se canse o se vea obligado a buscar otro trabajo en condiciones de precariedad para subsistir él y su familia.

El gobierno mantiene congelado el salario mínimo y la política de pago de bonos y así maneja la nómina de trabajadores del sector público. Pero el sector privado también se apoya en esta política pública, solo que paga bonos más altos. Pero en general los trabajadores afrontan salarios que no les permiten cubrir el costo de vida. En este contexto se reintegrarán al trabajo los educadores, los trabajadores de la educación, que en el 2023 protagonizaron masivas movilizaciones con la exigencia de aumento salarial y que, abandonados por las federaciones sindicales, no lograron ningún aumento. Sin embargo, los trabajadores de la educación han impuesto al patrón en la práctica las mismas jornadas laborales que se implementaron durante el Covid 19, limitadas a 2 o 3 días laborables en la semana. Al no recibir aumento salarial, los trabajadores de la educación en los últimos años, contratados por 36 horas a la semana, han estado laborando 2 o 3 días a la semana y han estado realizando diferentes actividades complementarias para obtener ingresos y complementar el insignificante salario que reciben del Ministerio de Educación. Por eso para el inicio de clases en octubre 2024 el gobierno pretenderá que los trabajadores laboren todos los días de la semana amenazando con despidos a quienes no cumplan con el horario. Los trabajadores, siempre sin el apoyo de las federaciones sindicales, se encuentran desorganizados y, si no son capaces de hacer una oposición colectiva y retomar la lucha por aumento salarial, quedarán indefensos a la merced de la ofensiva patronal.

En Argentina el 2 de septiembre, el presidente Javier Milei vetó una Ley de Movilidad Jubilatoria aprobada por el Congreso. A partir de entonces los trabajadores adultos mayores han manifestado en las calles hasta el punto de ser objeto de una dura represión por parte del gobierno. La Ley de Movilidad Jubilatoria planteaba una actualización mensual del monto de los pagos en base al Índice de Precios al Consumidor (IPC) y además incluía una compensación extra de 8,1%, con el propósito de que los jubilados pudieran equiparar sus ingresos con el 20,6% de la inflación de enero; mes en el que el Ejecutivo otorgó sólo un 12,5% de aumento. Asimismo, la Ley disponía que la jubilación mínima no debiera ser menor al valor de una canasta básica de adulto mayor y que la fórmula no podía quedar atada sólo al IPC, sino que tenía que contemplar los salarios. El parlamento mantuvo el veto del gobierno a la Ley de Movilidad Jubilatoria y por lo tanto el monto mínimo de las jubilaciones se mantiene igual (234.000 pesos) y el gobierno instrumentará el pago de un Bono Compensatorio de 70.000 pesos. El gobierno manifestó que su veto a la Ley se debe a que no cuenta con los fondos para pagar esos aumentos. Pero el gobierno no dejó claro si cuenta con los recursos para mantener el bono compensatorio a lo largo del tiempo y si lo irá ajustando según el comportamiento de la inflación y según el costo de la canasta básica. Las jubilaciones se han venido devaluando durante los gobiernos de Macri y de Fernández en más de un 60%. De nuevo gobierno y parlamento se unen para legislar contra los trabajadores y las centrales sindicales siguen sin tomar acción, ni asumir la huelga general. Mientras tanto sigue la ola de despidos en el sector público y para finales de septiembre se anuncian 65.000 despidos más.




Todos los vuelos fueron suspendidos en Boeing

En 12 de septiembre de 2024 aproximadamente 32.000 trabajadores organizados bajo Distrito 751 y Distrito W24 de la IAM (International Association of Machinists and Aerospace Workers unión - Asociación Internacional de Maquinistas y Sindicato de Trabajadores Aeroespaciales), empleados de la compañía Boeing abrumadoramente votaron no ante la propuesta de tentativo acuerdo y asimismo votaron sí a la huelga. Esta es la primera vez en 16 años que un contrato completo está sobre la mesa para negociación. El acuerdo provisional incluía cambios en los salarios, la atención médica, las horas extra obligatorias y más. El último contrato importante se aprobó después de casi dos meses de huelga, aunque debido a una rotación significativa de personal y una fuerza laboral sin experiencia, la mayoría de los miembros actuales del sindicato no participaron en esa acción. Aunque la empresa y la dirección del sindicato quisieron sugerir que se trataba de una gran oferta, las bases de Boeing no estuvieron de acuerdo.

Las demandas iniciales que propuso el sindicato fueron un aumento del 40% durante la vigencia del contrato de 4 años, mientras que Boeing respondió con una oferta de sólo el 25%. A primera vista, una persona “razonable” podría pensar que la oferta de Boeing era buena y que los trabajadores deberían haberla aceptado. Sin embargo, si uno decide analizar más a fondo el asunto, podemos entender por qué los trabajadores están dispuestos a decir no a cambio de una oportunidad de obtener más. Los malos y prolongados contratos, los bajos salarios en una zona con un alto coste de vida y el deseo de restablecer su plan de pensiones han empujado a estos trabajadores a decir que no.

Aplaudimos el deseo de los trabajadores de hacer huelga y su voto en contra del acuerdo tentativo derrotista, en contra de los deseos de su Presidente de Distrito, quien dijo que “recomendamos la aceptación porque no podemos garantizar que podamos lograr más en una huelga”.

Por supuesto, no hay garantía de éxito cuando nos vemos obligados a luchar, aunque siempre habrá un aumento de la miseria para los trabajadores que no están dispuestos a unirse en base a sus intereses colectivos y tomar una posición contra la clase capitalista. Además de la oportunidad de obtener las ganancias materiales que se pueden obtener de la acción colectiva, también es un momento de entrenamiento para los trabajadores involucrados en posibles luchas futuras y puede ser un punto de referencia para los trabajadores de otras industrias que pueden ver a sus hermanos y hermanas decir abierta y orgullosamente ¡No lo soportaremos más! Los trabajadores de todo el mundo que están dispuestos a luchar son un faro para otros que a veces pueden tener poca o ninguna esperanza de tener la capacidad de hacer frente a los jefes o a los peces gordos de los sindicatos.

Ya sea leyendo declaraciones de funcionarios de empresas o sindicatos, o de sus lacayos en los medios de comunicación, podemos establecer paralelismos en la forma en que se está vendiendo este contrato a los trabajadores recordando las negociaciones sindicales nacionales más recientes en los ferrocarriles de los EE. UU. no solo observando lo que estas cifras muestran, sino también los hechos que omiten. A los funcionarios de las empresas de ambas industrias les encanta pregonar el tamaño del aumento salarial porcentual, especialmente en lo que respecta a los contratos que se han aprobado anteriormente. Sin embargo, uno de los problemas más obvios con esto es el hecho de que estos voceros no mencionan la realidad de la inflación récord en los Estados Unidos, ni el hecho de que tanto los ferrocarriles como Boeing están empleando a menos personas en general que durante los contratos anteriores. Si bien las cifras pueden parecer impresionantes cuando se ven a primera vista, se vuelven cada vez menos impresionantes cuando se tiene en cuenta el hecho de que los contratos anteriores para la mayoría de los trabajadores sindicalizados en Estados Unidos no han sido más que capitulación durante las últimas dos décadas. Los trabajadores que en el pasado eran miembros claros de la aristocracia laboral han comenzado el proceso de proletarización o están siendo cada vez más proletarizados. En el caso de Boeing, el rechazo del acuerdo propuesto es una señal evidente de la voluntad de luchar contra este destino.

No debería sorprender a nadie que haya seguido la situación en Boeing, ver a estos trabajadores decir orgullosamente no a un contrato que no vale ni el papel en el que está escrito. Los trabajadores de la IAM votaron a favor de la huelga en el parque T-Mobile de Seattle en julio de este año y, por una mayoría aplastante, el 99,9% de las bases estuvieron a favor de la huelga si no se podía alcanzar un contrato significativo antes de la fecha límite de septiembre. Junto con la demostración de fuerza en Seattle, se realizaron numerosas acciones en el lugar de trabajo en el período previo a esta votación del contrato. Los trabajadores de todas las instalaciones han estado marchando en el trabajo y utilizando bocinas junto con música para acosar a los gerentes en el taller. Todas estas acciones son un avance positivo dentro de la clase trabajadora estadounidense. Cuanto más asuman los trabajadores una relación abiertamente antagónica con la burguesía, más claro se hace que tenemos intereses distintos y separados. Los miembros tanto de la empresa como del sindicato tratan de promover una perspectiva que sugiere que el Trabajo y el Capital pueden ir felizmente de la mano en el futuro, que sus éxitos futuros están interrelacionados, y cuando uno gana, también lo hace el otro.

A continuación, una cita de la dirigencia de IAM que explica exactamente cómo ven su relación con Boeing: «En última instancia, amamos a esta empresa y no podríamos estar más orgullosos de los trabajos que hacemos o los productos que construimos».

Nada más lejos de la realidad. El éxito de los trabajadores estará en comprender su posición en un movimiento histórico. Sabemos que en esta relación parasitaria dentro de la sociedad de clases, lo que es bueno para el pavo no es bueno para la pava. Cuando uno adopta esta perspectiva colaboracionista promovida por la dirigencia dentro de la IAM, la única victoria es para las empresas y los burócratas sindicales. Cuando la dirección de las organizaciones de lucha de los trabajadores se despoja de sus colmillos, la empresa se envalentona y tratará constantemente de obtener más de menos, ya sea recortando salarios y beneficios o amenazando con la pérdida de puestos de trabajo enviándolos a otro lugar. Aplaudimos a los trabajadores de Boeing por unirse para defender su interés inmediato, pero eso también debe ir acompañado de un rechazo de esta perspectiva colaboracionista. Los trabajadores y sus jefes no ganan juntos. Cuando los trabajadores consiguen salarios más altos o mejores condiciones de trabajo, esto reduce directamente el beneficio que acumula la empresa. Esta distinción real entre productores y explotadores está en el corazón mismo de la sociedad de clases y nunca será deshecha por los buenos deseos de los “líderes” románticos dentro del movimiento obrero.

Los trabajadores sólo ganarán en el sentido histórico cuando se unan, bajo la dirección de una organización de lucha revolucionaria, el Partido Comunista Internacional, con el objetivo explícito de asestar el golpe mortal a la sociedad de clases. Por supuesto, no todas las batallas son de una importancia tan seria, pero los trabajadores deben tomar conciencia de la situación en la que se encuentran y reconocer que el antagonismo y no la capitulación es la respuesta a los males de la sociedad de clases. Debemos intentar construir organizaciones de lucha de la clase que reconozcan abiertamente la relación antagónica entre el Trabajo y el Capital y estén dispuestas a organizar y defender a la más amplia franja de trabajadores. Cuando los líderes de un sindicato hablan poéticamente sobre el amor que sienten por los patrones, ¡deberían recibir una rápida patada en la puerta!






Huelga de estibadores en Estados Unidos

El 1 de octubre de 2024, más de 40.000 trabajadores de 36 puertos representados por la Asociación Internacional de Estibadores se declararon en huelga por primera vez desde 1977. La huelga se produjo después de que se paralizaran las negociaciones sobre los salarios entre la ILA y la USMX. La ILA es formalmente el equivalente en la Costa Este de la ILWU de la Costa Oeste, que casi tuvo un cierre de 22.000 personas en 29 puertos del Pacífico en 2023 por demandas similares.


Salarios y una lucha contra la automatización

La Alianza Marítima de los Estados Unidos es una colección de poderosas compañías navieras, unidas como un frente para manejar las negociaciones con el sindicato, que representa a los trabajadores portuarios de la costa este y del golfo. La ILA y la USMX tienen un proceso de negociación cerrado en el que entra y sale muy poca información, pero lo que se ha dicho públicamente es que el sindicato inicialmente pidió un aumento salarial del 77% durante la vigencia del contrato de seis años. Mientras que la USMX respondió con una oferta de solo el 50%. Esta disputa salarial, junto con una pelea por la automatización y las regalías de los contenedores de envío, fue la gota que colmó el vaso y, después de que USMX recibiera un aviso de huelga como lo exige la ley, la ILA cumplió con su palabra y detuvo casi todo el trabajo a lo largo de la Costa Este a las 12:01 de la mañana del martes primero de octubre. Lamentablemente, tenemos que especificar casi todo lo anterior porque el sindicato, autoidentificado como I Love America, no detendrá el cargamento militar estadounidense ni detendrá ningún crucero que necesite atracar o partir. Es todo un espectáculo ver que uno de los sindicatos más poderosos de los Estados Unidos hoy haya decidido no tocar las joyas de la corona de USA, es decir, el alimento físico de un imperio global brutal y los parques temáticos flotantes con yogur helado ilimitado.

Dejando a un lado la frivolidad, la audacia de los ILA les aseguró un acuerdo provisional después de tres días que incluye un aumento del 61,5% durante la vigencia del contrato. Sin embargo, este no es el final del proceso de negociación, el trabajo se ha reanudado en los puertos, pero puede detenerse nuevamente a mediados de enero. El acuerdo que se presentó se refería únicamente a la negociación de salarios y el otro tema crítico de la automatización aún no se ha abordado en absoluto. El actual presidente de los ILA, Harold Daggett, ha sido muy explícito en cuanto a que se debe incluir un lenguaje más fuerte en el contrato sobre la automatización, ya que desea tener un acuerdo que no permita ninguna nueva automatización significativa en los puertos mientras se ratifica el contrato. Por lo tanto, si el Sr. Daggett se atiene a sus palabras, es muy posible que veamos a este poderoso sindicato con una resolución de Año Nuevo de ir a la huelga el 16 de enero.

Esta gran huelga en un sector tan importante ha puesto a la ILA en la mira de otras organizaciones laborales. Con esta nueva atención mediática, una variedad de otros sindicatos, incluidos el ILWU, el Sindicato de Trabajadores Portuarios de los Países Bajos y el Sindicato Industrial de Bermudas, han publicado declaraciones de solidaridad con la ILA. Ahora, en este momento la huelga ha terminado, por lo que cualquier aplicación práctica de esta “solidaridad” es nula y sin valor. Sin embargo, cabe preguntarse si, en el caso que la ILA hubiera estado en huelga durante más tiempo, ¿estos sindicatos habrían rechazado la carga que llegaba de los puertos de la ILA, también habrían ido a la huelga o habrían disminuido el ritmo en solidaridad? La respuesta probablemente sea no, pero una mayor solidaridad práctica y una capacidad de lucha compartida deberían ser algo por lo que luchemos en nuestros sindicatos y en todas las luchas laborales. Ya sea luchar por demandas que sean aplicables a toda la clase, unir las luchas de diferentes trabajadores o intentar construir un sindicato de clase, estas son cosas prácticas por las que el movimiento obrero dentro de los EEUU debería esforzarse y, aunque estas declaraciones de solidaridad son prácticamente irrelevantes en este momento, son un microcosmos para un desarrollo positivo dentro de la clase.

La necesidad de unificar a los trabajadores a través de sindicatos y de diferentes lugares de trabajo se hace increíblemente evidente en una lucha como ésta. ¿Cuánto mayor sería el golpe asestado al capital si los trabajadores, no sólo de un lado del continente, estuvieran en huelga sino de ambos? ¿Cuánto más podrían ganar los trabajadores si no sólo los trabajadores portuarios estuvieran unificados sino que los trabajadores ferroviarios, camioneros y marineros tuvieran contratos unificados y fueran a la huelga al mismo tiempo? Hay que luchar por esta unidad entre las clases y debe trascender las fronteras nacionales. Los trabajadores de Norteamérica desde el sur de México hasta la punta de Canadá deben unirse para defender sus intereses inmediatos y construir una clase unificada. La burguesía no tiene reparos en dar la mano a sus “enemigos”, ya sean otros gobiernos o diferentes empresas con las que compite, cuando esa unificación permite continuar su dominio sobre la clase trabajadora. Los trabajadores de estas diferentes industrias deben unirse para que la lucha no sólo los beneficie a ellos sino a toda la clase en su lucha dentro de la sociedad de clases. Esta unidad será la base misma que permitirá construir un nuevo mundo. Un mundo construido sobre la base de la necesidad y de una verdadera libertad. Una antítesis de esta “libertad” que tenemos en nuestra actual era capitalista global, la libertad de dividir la sociedad entre los que trabajan y los que toman el producto del trabajo. Una libertad que permite que una cantidad cada vez menor de individuos vivan vidas maravillosas mientras que el resto se supone que debe apoyar y estar agradecido por su sumisión a la clase de los propietarios. El Partido Comunista Internacional anima alegremente a los trabajadores no solo a luchar por sus intereses inmediatos sino también a luchar por un mundo en el que se supere esta división. Esto solo puede suceder cuando los trabajadores de todas las razas, industrias y credos estén unidos de un lado a otro del mar.






Corea del Sur
Se acaban 50 años de colaboración de clase en Samsung

La huelga en Samsung Electronics, en la planta de Giheung, al sur de Seúl, duró del 7 de julio al 5 de agosto.

Según datos de la OCDE, Corea del Sur es uno de los países con mayor número de horas de trabajo en promedio al año: 1.915, superior a las 1.791 de Estados Unidos y las 1.349 de Alemania. Los trabajadores de Samsung en lucha denunciaron la excesiva carga de trabajo, las horas extraordinarias, los despidos sin justa causa, la falta de seguridad que ha provocado varias muertes y el empeoramiento de las condiciones de salud.

Esta condición de intensa explotación se ve agravada por la desaceleración de la economía coreana, cuya producción industrial, que crece desde 2007 a una tasa media anual del 2,3%, disminuyó un 2,6% en 2023 respecto al año anterior.

La intensa industrialización comenzó en Corea del Sur a principios de la década de 1970. Este capitalismo nacional, ya plenamente maduro, está entrando en su fase senil. Lo confirma el descenso demográfico: «La tasa de fertilidad del país, la más baja del mundo, sigue desplomándose: en 2023 alcanzó un nuevo mínimo histórico de 0,72» («Avvenire», 28 de febrero).

Samsung Electronics se encuentra entre los principales fabricantes mundiales del sector y la mayor división del grupo, que es el mayor Chaebol del país, término utilizado en Corea del Sur para denominar a los conglomerados industriales propiedad de un único capitalista o de una única familia.

La huelga – acompañada de varias manifestaciones, la mayor de las cuales contó con la participación de 2.000 trabajadores – aunque derrotada, rompió la paz social que reina en la empresa más importante de este capitalismo nacional y debe ser saludada como una señal positiva para la reanudación de la lucha de clases.

Fue la primera huelga en la historia de Samsung Electronics, fundada en 1969 y con una tradición de fuerte paternalismo corporativo, que impidió la formación de cualquier sindicato hasta el 2010.

En la huelga participaron 6.000 trabajadores de un total de 120.000, de los cuales 31.000 eran afiliados al sindicato promotor de la lucha. Se trata, pues, de una huelga minoritaria que, a pesar de los numerosos participantes, no fue suficiente para derribar al coloso empresarial.

La noticia de un aumento excepcional de los beneficios – que se multiplicaron hasta por 15, especialmente como resultado de las ventas de chips para los ordenadores necesarios para la Inteligencia Artificial – fue un elemento importante para empujar al sindicato y a los trabajadores a la acción de lucha.

El sindicato NSEU (National Samsung Electronic Union) – fundado hace apenas 5 años y que se ha convertido en el mayor sindicato de la empresa – había promovido en junio una primera huelga de un solo día, abiertamente con el deseo de no perjudicar la producción, sino lanzar una señal y pedir la apertura de negociaciones. Las demandas de los trabajadores organizados en la NSEU son: un aumento salarial del 5,6%, un bono de producción proporcional al nivel de ganancias y un día adicional de vacaciones.

Ante la intransigencia empresarial, la NSEU convocó una huelga de tres días, del 7 al 10 de julio, afirmando esta vez que la acción afectaría a la producción. La negativa de la empresa a entablar negociaciones provocó la continuación indefinida de la huelga.

Samsung aceptó la negociación, pero no se produjo ningún resultado. A principios de agosto, Son Woo-mok, presidente del NSEU, declaró: «Veinticinco días después del inicio de la huelga, todavía no tenemos nada en mano. Como dirigente sindical me siento responsable de que no hayamos logrado ningún resultado para los afiliados que se declararon en huelga sin recibir ningún salario». El 5 de agosto terminó la huelga.

Pero ocho días después, el 13 de agosto, el NSEU convocó una nueva huelga de cuatro días a partir del 16 de agosto. El vicepresidente del sindicato, Lee Hyun-kuk, dijo: «Esta huelga está concebida para hacer daño a la empresa». Sin embargo, ni siquiera este nuevo golpe parece haber sido lo suficientemente fuerte como para tener algún efecto.

Ante la escasez de información disponible sólo podemos dar orientaciones generales:
     - toda lucha cerrada dentro del ámbito empresarial es débil y hay que hacer todo lo posible para unirla con huelgas de trabajadores de otras empresas y categorías; es decir, es imperativo romper con el sindicalismo corporativo: la lucha de los trabajadores debe convertirse en un problema social y, por tanto, político, no corporativo;
     - los reclamos salariales deben separarse de las ganancias de las empresas: los aumentos deben reclamarse sobre los salarios, no como bonificaciones de producción; los trabajadores deben defender sus salarios independientemente del desempeño de la empresa y, a escala general, de la economía nacional, que no es otra cosa que el capitalismo nacional.







VIDA DE PARTIDO

Convergencia de aportes de trabajo en la reunión general del Partido 

Del 24 al 26 de mayo de 2024



Nos reunimos, camaradas de diferentes países, para llevar el aporte de nuestro trabajo a la gran causa del comunismo.

Para este objetivo – que no está cerca de nosotros en el tiempo, aunque ciertamente está inscrito en el curso de la historia – sabemos que necesitaremos un partido comunista mundial, capaz de manejar bien la doctrina marxista y de dirigir a la clase obrera. Sin la guía del partido comunista la revolución es imposible.

No nos reunimos para confrontar nuestras opiniones personales o de grupos. Tampoco para inventar teorías originales. Ni mucho menos para escuchar nuevos y brillantes descubrimientos sobre el curso de la historia. Nos reunimos para defender la continuidad del partido comunista, en su programa y, hoy, en su pequeña organización viviente.

Es ante todo una continuidad de doctrina. Disponemos de una teoría impersonal, nacida a mediados del siglo XIX y que desde entonces no ha hecho más que fortalecerse y confirmarse. En esa teoría está contenida la respuesta a todas nuestras preguntas de hoy y de mañana. Cada respuesta ya está escrita. Y está al alcance no sólo de unos pocos sacerdotes u hombres excepcionales, sino también del último de los compañeros: basta con ir a leer, basta con estudiar.

El custodio general de nuestra ciencia revolucionaria y de la revolución sólo puede ser el órgano colectivo del partido. El Partido Comunista no es la suma de individuos, sino un organismo unitario que precede y supera a nuestra persona.

Vive afuera, en la dureza de la guerra social, “en contacto”, y mañana a la cabeza de la clase obrera.

En su interior se presenta como una anticipación de la sociedad comunista. En estridente negación y superación de todas las miserias de la pequeña burgusía, entre las cuales las más mortíferas son el individualismo, la envidia, la competencia, la permanente lucha intra-específica.

En el partido comunista ya vive el comunismo. Demostramos a los despreciables burgueses que es posible un grupo humano que opera, disciplinado y eficiente, sin un aparato de coerción, espontáneamente ordenado, porque ya conoce todas sus órdenes. Así quería ser el partido comunista desde sus ya lejanos orígenes en la Liga de los Comunistas y en sus aún más antiguas y generosas utopías pre-científicas.

Estas reuniones nuestras son una confirmación más de que el comunismo es posible.

Como es habitual, la reunión, en presencia de todas nuestras secciones y celebrada en el máximo orden habitual, se dividió en una sesión preparatoria de los trabajos, en la que se pidió a todos los grupos que informaran sobre sus avances, y las eventuales dificultades, sobre las cuales pedir ayuda al resto de compañeros, y una sesión para la exposición de los informes.

Todo lo presentado resultó ser coherente con nuestro programa y confirmó la correspondencia con la dirección táctica del partido, recibiendo la aprobación unánime de los presentes.


Estas son las exposiciones que escuchamos:


- Curso del capitalismo
- Disparidad en la producción mundial de acero
- Orígenes del Partido Comunista de China
- La fundación del Partido Comunista de Tuquía
- Informe del grupo de estudio sobre la cuestión de la mujer
- La cuestión agraria
- La ideología de la burguesía.
- La guerra civil en el Donbass
- La cuestión nacional en Oriente Medio
- Informe sobre la actividad sindical en Italia
- Informe sobre la actividad sindical en América del Norte




Origen del Partido Comunista de China

Después del tercer congreso

En el tercer congreso del Partido Comunista de China hubo un áspero enfrentamiento sobre la cuestión de las relaciones con el Kuomintang, con la oposición de muchos camaradas a la táctica del entrismo en ese partido nacionalista. Inmediatamente después de la conclusión del congreso, en una carta fechado el 20 de julio de 1923 dirigida a Zinoviev, Bujarin, Radek y Safarov, Maring puso al corriente a los dirigentes de la Internacional y reconstruyó los pasos que habían conducido a la adopción de la táctica de entrada en el Kuomintang y defendió sus razones.

En la base de su propuesta estuvo la evaluación negativa del desarrollo del movimiento revolucionario en China, caracterizado por el atraso económico y social del país y la debilidad del Partido Comunista, mientras que, por otro lado, mostró admiración por el fuerza del Kuomintang en el sur de China.

De ahí la propuesta de impulsar a los comunistas chinos a la actividad política en el Kuomintang y al apoyo a la revolución nacional como su tarea principal. Maring escribió que desde agosto de 1922 el Partido se había visto obligado a ayudar al movimiento nacionalista participando en la organización del Kuomintang. A pesar de esto, según Maring, en el IV Congreso de la Internacional Comunista, Radek había propuesto que el PCdC llevara a cabo una acción política independiente bajo una bandera comunista, con la propuesta de que China desarrollara rápidamente un partido de masas. Maring, inmediatamente después del IV Congreso, fue a Moscú para abogar por la continuación de la táctica adoptada en agosto, con el resultado de que en enero de 1923 el CEIC adoptó una resolución según la cual la revolución nacionalista era la tarea principal del Partido y que sus miembros debían permanecer en el KMT.

La resolución, sin embargo, hizo surgir discusiones en el PCdC: sobre lo que debería haberse hecho en el KMT; sobre cuántos comunistas se utilizarían para esta intervención y cuántos en propaganda entre los trabajadores; si la burguesía china tenía un papel revolucionario o todo tendría que venir de los obreros y campesinos.

Si en las tesis del tercer congreso del PCdC se establecía que la tarea del partido era desarrollar el KMT en todo el país, al mismo tiempo se criticaba al partido nacionalista por su táctica basada principalmente en su aspecto militar, llevando así a ligarse a los militaristas feudales del Norte y buscar relaciones con imperialistas extranjeros, una táctica incompatible con un partido nacionalista revolucionario. En cambio, se debería haber obligado al KMT a seguir el camino de la propaganda revolucionaria y se debería haber creado un ala de izquierda en este partido, compuesta por campesinos y trabajadores.

Zhang Guotao, quien se opuso a la opinión que quería un fuerte apoyo para el KMT, en un documento fechado el 16 de noviembre de 1923 dirigido a los funcionarios de la Comintern Voitinsky y Musin, sintetizaba así la posición de Maring:

«La Comintern considera que la tarea central del PCdC en este momento es el movimiento nacionalista y la Rusia soviética deberá apoyar al Kuomintang. De modo que los comunistas chinos deberían concentrar sus esfuerzos en reorganizar el Kuomintang y trabajar dentro del Kuomintang y desarrollarlo. Todo el trabajo de propaganda política del PCC debería realizarse dentro del Kuomintang (...) El movimiento obrero debería incorporarse al Kuomintang y los trabajadores de toda China deberían incorporarse al Kuomintang. Sólo cuando se desarrolle la conciencia de clase de los trabajadores dentro del Kuomintang podrá desarrollarse un ala de izquierda del Kuomintang. Sólo entonces se podría formar un verdadero PCdC. Éste sería el único proceso del movimiento revolucionario chino».

Parece claro que desde 1923 se había perfilado la perspectiva de que la revolución en China subordinaba el movimiento social de los proletarios y campesinos a las necesidades de la revolución nacional y que sólo el partido de la burguesía china, el Kuomintang, podía liderar el movimiento revolucionario. El Partido Comunista de China debería haberse confinado en él, incorporando a trabajadores y campesinos. Aunque sobre el papel se mantuvo la existencia independiente del Partido Comunista, en la realidad quedó reducido al “ala de izquierda” del Kuomintang, directiva refrendada por los dirigentes de la Internacional y entregada a los comunistas chinos.

Pero el PCdC todavía no estaba convencido y la resistencia persistía en noviembre de 1923. Zhang Guotao negó que el Kuomintang fuera el único representante del movimiento revolucionario chino. Luego argumentó que la burguesía china dependía de los capitalistas extranjeros y, aunque había contradicciones entre la burguesía china y los imperialistas extranjeros, la burguesía local estaba lejos de luchar contra la opresión extranjera. Por otra parte, la fuerza de la clase obrera era joven y débil pero ya había demostrado su combatividad. Zhang Guotao creía que la fuerza obrera ya estaba presente y podría ser uno de los componentes principales de un futuro movimiento nacionalista. Aceptaba la necesidad de permanecer en el Kuomintang, organizando secciones e intentando reorganizarlo, pero no consideraba que ese trabajo fuera predominante. Los comunistas continuaron con la propaganda independiente de sus posiciones políticas y había que evitar que el movimiento sindical pasara de manos del PCdC a manos del KMT. La tarea principal siguió siendo la de organizar a los trabajadores.

Zhang Guotao creía que el Kuomintang no sólo no era un verdadero partido nacionalista sino que ni siquiera era un partido organizado. Creía que la llegada de un partido nacionalista chino llevaría años. Propuso, por lo tanto, que en los centros obreros donde el Kuomintang no tenía influencia no se le debería permitir organizar secciones, mientras sólo en Cantón y Hong Kong el trabajo del PCdC en el campo obrero se vio obligado a incluirse dentro del ámbito de competencia del Kuomintang.

Por lo tanto, hubo camaradas dentro del PCdC que no estaban dispuestos a ceder al KMT el papel de líder del movimiento revolucionario en China y a renunciar a la independencia política del Partido Comunista. Los mismos dirigentes del PCdC, en una reunión del Ejecutivo los días 24 y 25 de noviembre de 1923, se vieron obligados a reconocer que las resoluciones sobre el movimiento nacional y la cuestión del Kuomintang, adoptadas en el tercer congreso del partido, no habiendo recibido un apoyo sustancial de los miembros del partido de base.

Dado que en el tercer congreso se constató la oposición a la táctica y la dificultad de abordar su aplicación, los dirigentes del PCdC confirmaron que continuarían por ese camino. La reunión de noviembre de 1923 del Ejecutivo del PCdC condenó resueltamente la “desviación de izquierda” de la política del frente único y adoptó una decisión ordenando a los comunistas participar activamente en la reorganización del partido nacionalista.

La resolución no deja dudas sobre el camino tomado: todo el trabajo del Partido Comunista debía realizarse dentro del Kuomintang, ahora considerado la fuerza central de la revolución en China. La reorganización y el desarrollo del Kuomintang se habían convertido en las principales tareas del Partido Comunista y, para ello, la resolución daba directivas precisas: los comunistas, aunque seguían siendo miembros del PCdC, debían unirse a las secciones del Kuomintang en los centros donde ya estaban presentes o crearían ellos mismos secciones del Kuomintang donde aún no existían; era necesario seguir el programa dictado por los dirigentes del KMT y la corrección de las tendencias políticas del KMT debía realizarse “de conformidad con el principio nacionalista plasmado en los Tres Principios del Pueblo”.

Fue la total adhesión al programa burgués de Sun Yat-sen y la sumisión de los comunistas a la dirección política del partido nacionalista. El movimiento nacionalista se había convertido en el punto de apoyo de todo el trabajo del PCdC y la solución de la “cuestión nacional” se antepuso a los intereses de clase y a su propia lucha.

El 25 de diciembre de 1923, el Ejecutivo del PCdC emitió la “Circular Número 13” que obligaba, entre otras cosas, a garantizar la elección en el próximo Congreso del KMT, previsto para enero de 1924, no sólo de los comunistas sino también de figuras “relativamente progresistas”. Se enviaron enviados especiales a las secciones del Partido para implementar estas decisiones.

Estas decisiones en el campo de la táctica fueron acompañadas de nuevas formulaciones teóricas que las respaldaban. Se exageró el carácter revolucionario de la burguesía y su función en la dirección de la revolución nacional.

Mao Zedong, que acababa de ser elegido miembro del Comité Central, apoyó esta idea. En julio de 1923 escribió que serían los comerciantes, es decir, la burguesía, quienes sentirían “de manera más aguda y urgente” el sufrimiento de la doble opresión de los militaristas locales y los imperialistas extranjeros y, aunque la revolución nacional para derrocar a los militaristas e imperialistas “es la misión histórica del pueblo chino” en su conjunto (comerciantes, trabajadores, campesinos, estudiantes y maestros en la formulación de Mao), debido a la contradicción entre los intereses económicos de los comerciantes y los de los extranjeros y militaristas, el papel de los comerciantes Fue considerado por Mao “más urgente y más importante” que el resto del “pueblo”.

De esta manera, al teorizar un papel preeminente de los comerciantes, y por tanto de la burguesía, nos acercamos a la posición clásica del menchevismo, que deja la dirección de la revolución en los países aún atrasados a la burguesía nacional. Esta interpretación del desarrollo revolucionario en los países atrasados, según la cual el yugo imperialista hizo revolucionaria a la burguesía nacional de los países coloniales y semicoloniales, más revolucionaria que la burguesía antifeudal rusa en formulaciones posteriores, será la misma con la que la Internacional justificará todas las directrices impuestas a los comunistas chinos, que conducirán a la trágica derrota de la revolución proletaria en China, mientras Lenin ya había aclarado que “la revolución burguesa es imposible como revolución de la burguesía”, separando definitivamente al bolchevismo de la corriente menchevique.






Los orígenes del socialismo de izquierda y del sindicalismo de clase en el Imperio Otomano y los primeros años de actividad del PC de Turquia

2. La fundación del Partido Comunista

Los antecedentes de la fundación del Partido Comunista de Turquía, se remontan más o menos directamente a la Revolución de Octubre. El primer efecto de la revolución en Turquía, que en ese momento estaba en guerra con Rusia, fue inmediato. Los soldados rusos que regresaron del este de Anatolia dejaron el poder a un gobierno soviético que representaba a turcos, kurdos y armenios, con base en Erzincan. Además de Erzincan el nuevo gobierno soviético tenía influencia en Erzurum, Dersim, Bayburt y Sivas. Pero pronto fue reprimido por el ejército otomano, antes de que el Comité de Unión y Progreso se rindiera a la Entente y Constantinopla y la mayor parte de Anatolia fuera ocupada por las potencias victoriosas.

El primer congreso de socialistas turcos de izquierda se celebró en Moscú en 1918, con la participación de ex prisioneros de guerra, y dio lugar a la creación de la Organización Comunista de Turquía, encabezada por Mustafa Suphi, Sharif Manatov y Süleyman Nuri.

Entre 1918 y 1919, surgieron organizaciones socialistas legales en Constantinopla, como el Partido Socialista de Turquía con 14.000 miembros y el Partido Socialdemócrata con 2.000. A su izquierda, los estudiantes turcos que regresaban de sus estudios en el extranjero, especialmente en Alemania, formaron el Partido de los Trabajadores y Campesinos de Turquía, más tarde rebautizado como Partido Socialista de los Trabajadores y Campesinos de Turquía, partido que seguía la línea ideológica del USPD.

Algunos de los restos de izquierda del socialismo otomano, se reorganizaron en Constantinopla como el Grupo Comunista, bajo la influencia del bolchevismo.

Mientras tanto, las Fuerzas Nacionalistas surgieron como milicias irregulares en 1919, oponiéndose a la ocupación. Pronto algunos oficiales, liderados por Mustafa Kemal Bajá, desertaron del ejército otomano y, después de una serie de congresos, asumieron el liderazgo del movimiento. Mustafa Kemal y sus aliados formaron la Sociedad para la Defensa de la Ley, que pronto se organizó en toda Anatolia. A finales de año, las Fuerzas Nacionalistas contaban con unos 7.000 militantes. En 1920, la Sociedad para la Defensa de la Ley estableció la Gran Asamblea Nacional de Turquía en Ankara, como alternativa a la Asamblea de Diputados de Constantinopla. En pocos meses, las Fuerzas Nacionalistas alcanzaron los 15.000 miembros.

Su componente más grande eran las Fuerzas Móviles, 5.000 efectivos. Estos tenían su base en Eskişehir, donde se organizaba una sección del Partido Socialista de Turquía, aislada del centro de Constantinopla. A menudo participaron en actos de expropiación de los ricos para beneficiar su causa. Las Fuerzas Móviles incluían un batallón bolchevique de 700 hombres, llamado así porque estaba comandado por un seguidor de Mustafa Suphi.

En aquellos días Sharif Manatov llegó a Ankara y, junto con el veterano militar disidente Salih Hacıoğlu y algunos otros camaradas, declaró la fundación del Partido Comunista de Turquía el 14 de julio. El partido se opuso tanto al gobierno de Ankara como al de Constantinopla. Publicó el Llamamiento de la Internacional Comunista a los pueblos del Este. A finales de año, el partido contaba con entre 350 y 400 militantes, apoyados por la Organización Comunista de Turquía, ahora con base en el Cáucaso, en la región del Mar Negro.

Sin embargo, no fue el Grupo Comunista de Constantinopla ni el Partido Comunista de Turquía, fundado en Anatolia, los que establecieron el primer contacto con la recién formada Internacional Comunista enviando representantes a Moscú, sino el izquierdista Partido Socialista de Trabajadores y Campesinos de Turquía. İsmail Hakkı, uno de los delegados de este partido en el Segundo Congreso de la Internacional Comunista, expresó una posición completamente contraria a la de los comunistas de Anatolia: «Después de la Revolución Rusa y la partición de Turquía por los imperialistas europeos, cuando “las dos caras” de los capitalistas ingleses y franceses se mostraron abiertamente ante el pueblo turco, nació en Turquía un nuevo movimiento, un movimiento de liberación. El movimiento de Anatolia, hoy dirigido por el Partido Demócrata, es la mejor respuesta a la explotación despiadada a la que Turquía ha sido sometida por los países de la Entente (...) Ahora el Estado revolucionario de Anatolia, que está reuniendo en torno a sí todas las fuerzas hostiles a la Entente, impulsados ​​por un odio centenario al imperialismo, se están preparando para luchar contra el imperialismo europeo. Los trabajadores de Turquía no se dejarán esclavizar una vez más por la Entente y, gracias a la revolución rusa, que es la mejor amiga de Turquía en la lucha, el pueblo turco alcanzará rápidamente la libertad total y, junto con los trabajadores de todos los países, librarán la lucha contra el imperialismo en todo el mundo”.

Poco después, entre el 10 y el 16 de septiembre, se celebró en Bakú el Primer Congreso de la Organización Comunista de Turquía. Renombrada luego, Partido Comunista de Turquía, la única organización turca representada en el congreso fue el Partido Socialista de Trabajadores y Campesinos de Constantinopla.

Sin embargo, la organización de Bakú incluía militantes bastante radicales, por lo que los documentos del congreso se situaron considerablemente a la izquierda en comparación con las posiciones del Partido Socialista de Trabajadores y Campesinos: «Estamos convencidos de que el movimiento revolucionario nacional en curso en Anatolia ayuda al movimiento proletario del todo el mundo en su lucha contra el imperialismo global, y es seguro que este movimiento nacional, con su desarrollo y profundización dentro del país, sirve al surgimiento de la conciencia de clase y así prepara un campo adecuado para la sociedad revolucionaria del mañana. El Partido Comunista de Turquía, por un lado, contribuirá al crecimiento del movimiento contra el imperialismo en Turquía, por otro lado, se esforzará por preparar los principios para el verdadero objetivo y la aspiración final de los trabajadores, del pueblo trabajador, de conquistar el poder para los proletarios».

Además, gracias a la influencia del bolchevismo, el congreso reconoció el genocidio armenio y adoptó un enfoque internacionalista proletario sobre la cuestión de las nacionalidades: «No dudaron en crear enemistad entre los pueblos turcos y armenios. Han convertido en enemigos a estas dos naciones que han convivido juntas a lo largo de la historia. Son los pobres e indefensos los que mueren en todas partes y siempre, los oprimidos y privados del derecho a vivir. Durante la Guerra Mundial, que fue consecuencia del imperialismo europeo, los campesinos armenios pobres volvieron a ser víctimas de las mentiras de los ingleses, las mentiras de los dashnaks y las incitaciones de los sacerdotes. Comenzaron a masacrar a los musulmanes pobres de Van y Bitlis, quemando sus casas y saqueando sus propiedades (...) En respuesta, el gobierno del Comité de Unión y Progreso actuó sin dudarlo, los armenios fueron deportados, sus propiedades confiscadas y la mayoría de ellos fueron asesinados por órdenes secretas.

«Como cualquier nación, los árabes, los kurdos y los búlgaros decidirán y determinarán cómo vivir. Así como Rusia acepta la federación, nosotros también debemos hacerlo. No sólo nosotros, sino todas las naciones debemos aceptar este principio. Sólo mediante este principio la humanidad podrá convertirse en una gran familia. Así como el Partido Comunista de Turquía intentará salvar a los trabajadores y campesinos turcos de la influencia de los unionistas y de los socialistas traidores, debe separar a las clases oprimidas de las naciones: griega, armenia y kurda; también de las organizaciones Dashnak o Badr Khan, uniéndolas en nombre de los mismos intereses y propósitos de una única clase».

Poco después del congreso, en octubre de 1920 se fundó en Constantinopla la Unión Internacional de Trabajadores (IWU), una coordinación de trabajadores combativos que esperaban formar sindicatos de clase revolucionarios. Inicialmente se inspiró en la “Industrial Workers of the World” estadounidense. Enviando una cálida carta al Comintern, anunciando la fundación del sindicato y pidió unirse al Profintern.

Estos acontecimientos alarmaron a Mustafa Kemal, quien fundó un Partido Comunista de Turquía progubernamental a finales de 1920. La solicitud del partido falso de unirse al Comintern fue rechazada. Sin embargo, obligó al Partido Comunista de Anatolia a salir de la ilegalidad para evitar que las masas fueran engañadas. Así se fundó una organización legal con el nombre de Partido Comunista Popular de Turquía. La línea del partido también cambió, tratando de ampliar su atractivo a clases distintas del proletariado y suavizándose hacia los kemalistas.

El partido de Anatolia se fusionó con los nacionalistas de izquierda que apoyaban críticamente a Mustafa Kemal.

A pesar de las advertencias, todos los líderes de los partidos del Congreso de Bakú viajaron a Anatolia sin precauciones. Cuando llegaron a Erzurum, la filial local de la Sociedad para la Defensa de la Ley incitó a la población a atacarlos. El mismo escenario se repitió en Trabzon, adonde se trasladaron más tarde. Mustafa Suphi, Ethem Nejat, İsmail Hakkı y otros compañeros decidieron regresar, pero después de abandonar la ciudad en un barco, otro barco se les acercó y todos murieron por orden directa de Mustafa Kemal. Tras este trauma para el movimiento comunista en Turquía, la sección con sede en Bakú se dividió en una izquierda liderada por Süleyman Nuri y una derecha prokemalista liderada por Ahmet Cevat Emre.

Mientras tanto, el Grupo Comunista luchó dentro de la Unión Internacional de Trabajadores contra la influencia del anarquismo. Ginzberg, del Grupo Comunista, expresó esta lucha en su informe de 1921 al Secretariado Oriental de la Internacional Comunista: «La IWU (...) ha llevado a cabo una mala política durante los últimos cinco meses debido a la aceptación de los principios y el programa de la Unión Soviética. IWW estadounidense.

En un informe de 1924 titulado “Una breve descripción del Movimiento Laborista Turco”, Ginzberg describe estos eventos de la siguiente manera:

«En Constantinopla también existía un Partido Socialdemócrata Armenio (Hunchakist) con 2.000 miembros, en su mayoría trabajadores (...) En 1921, el grupo comunista del IWU (...) entró en contacto con el ala izquierda de este partido y los dos grupos se fusionaron para formar el Partido Comunista de Constantinopla en diciembre de 1921 (...) La facción comunista armenia del Partido Comunista de Constantinopla llevó a cabo una campaña masiva a favor de la Rusia soviética y la Armenia soviética a través de la prensa, conferencias y disturbios.

«Hasta el acuerdo de Franklin Bouillon, la línea política del Partido Comunista de Constantinopla era apoyar al movimiento kemalista, pero tras este acuerdo, considerado una traición al movimiento independentista, el partido no dudó en desenmascarar a los kemalistas y liderar a la clase obrera, apoyando cada paso progresista, para luchar contra la burguesía local y el imperialismo a través de la lucha de clase».





Informe del grupo de estudio sobre la cuestión de la mujer

El objetivo del grupo es dar continuidad al trabajo de los compañeros que nos precedieron, reiterar que es el partido quién anticipa el programa integral del comunismo, que eliminará las cusas que hacen a un ser humano dependiente económicamente de otro.

El grupo de trabajo se reunió tres veces. En las reuniones a cada compañero se le asignó la lectura de un texto del partido, quien informará sobre lo que allí descubrió. Las discusiones se centraron en extraer ideas y preguntas planteadas en estos textos.

La lista incluye a Engels, Bebel, Kollontai, Zetkin y nuestro partido desde 1953. También tenemos la colección de la “Compagna” (Compañera), órgano del Partido Comunista de Italia para la propaganda entre las mujeres.

Hoy en día persiste la dependencia de las mujeres tanto del capitalista como, debido a su inveterada subordinación, de los hombres. El partido debe prefigurar las tácticas apropiadas para combatir la doble explotación de las mujeres, que ha persistido desde el comienzo de la historia de la humanidad y hoy ya no tiene razón de existir y sólo obstaculiza el camino hacia la igualdad económica de los sexos y la liberación de la milenaria explotación social de la mujer por el hombres.

Nuestro objetivo es analizar las intrincadas capas de opresión patriarcal, que aún emergen en la superficie de las sociedades capitalistas modernas y explorar las vías para la emancipación de las mujeres, tal como se encarnan en el cuerpo invariable de las tesis del partido.

El grupo de trabajo identificó varios puntos de discusión que serán explorados en profundidad con futuras lecturas y reuniones: El patriarcado en el pasado; trabajo femenino en el sector asalariado; trabajo doméstico; la cuestión del aborto; divorcio; prostitución; las cuestiones de la homosexualidad y la transexualidad; violencia de género.

Los compañeros subrayaron la necesidad de contextualizar estos temas, dentro de una crítica general al modo de producción capitalista y los anteriores.

En estudios futuros (quizás no realizados por nosotros sino por otros camaradas posteriormente), así como nuestros camaradas del siglo XIX analizaron los resultados de la ciencia desde un punto de vista materialista dialéctico, examinaremos algunos estudios nuevos en el campo de la antropología (que progresa lentamente y con dificultad), sobre todo en el desarrollo de la técnica, y basándose en la ampliación de conocimientos y estudios relevantes en el campo de la educación, que en el último período han interesado al mundo entero.

No consideramos muy útil recurrir a muchos de los trabajos teóricos de las feministas porque no se relacionan con el curso real de la historia.

Necesitamos luchar contra el patriarcado. Es necesario abrir los ojos más claramente a la propaganda y la violencia psicológica de los abusos sobrevivientes dentro del sistema capitalista.

Como resultado del actual sistema educativo de clase, las mujeres se vuelven inseguras, sometidas a tensiones psicológicas y a la desigualdad en sus condiciones de vida. Oprimidas por el trabajo doméstico, les resulta difícil volver al campo científico y teórico, del que han estado privadas durante miles de años.

Y esto también como comunistas y en el partido. Sí, el partido comunista puede requerir y conformar un grupo de trabajo femenino, así como puede necesitar desarrollar su propio periódico, para dirigirse específicamente a las mujeres.

En particular, es necesario describir la situación de las mujeres de la clase trabajadora. Necesitamos luchar contra la opresión de las mujeres del mismo modo que luchamos por los salarios. Aunque sólo terminará con la revolución proletaria. Es una lucha que nuestros camaradas socialistas comenzaron en el siglo XIX, un trabajo que continuó hasta el siglo XX y continuará hasta la caída de la sociedad burguesa.

Ha habido reveses debido a las derrotas de la clase trabajadora y la prevalencia de la propaganda anti-femenina y la intimidación por parte del aparato estatal. Los militantes comunistas buscamos una luz en las duras condiciones de la derrota, que nos corresponde analizar y conocer.

Así como para poner fin a la explotación del hombre por el hombre debemos eliminar su primera causa, la mercantilización, sólo así podremos alcanzar el comunismo, la liberación de todos los oprimidos. Desde la época de la armonía social desde el comunismo primitivo hasta el antagonismo de la explotación, con el dualismo de opresores y oprimidos, buscamos el regreso de la especie humana a su unidad orgánica donde se resuelven todas las contradicciones. He aquí también la centralidad de este trabajo.

La defensa de las mujeres debe preocupar también a los sindicatos, es un campo de aplicación de este estudio. Después del informe histórico, este será el tema en el que nos centraremos.

En el pasado, los comunistas han apoyado demandas que no eran sólo de la clase trabajadora, como el sufragio femenino. Pero el cambio de las condiciones históricas nos ha llevado a rechazar los medios parlamentarios, como instrumentos para mejorar las condiciones de las mujeres.

Las mujeres trabajadoras deben exigir su protección a los sindicatos. Estos hoy ni siquiera cumplen su función más básica de defender salarios y horas de trabajo. Pero su tarea es defender la condición de todo el proletariado, de los desempleados, de los trabajadores inmigrantes, de las trabajadoras, de los homosexuales y de todos los afiliados de los sindicatos, según su condición especifica. Necesitamos conocer las condiciones que varían de un país a otro y de un sindicato a otro. Es necesario articular todas las demandas de la clase trabajadora en los sindicatos.

Volvamos la mirada al comunismo primitivo, libre de relaciones de explotación y en armonía con la naturaleza y con los demás, hacia la sociedad igualitaria que vendrá, con el retorno a las relaciones inmediatamente humanas entre los sexos. Sólo en el mundo poscapitalista se marchitarán las semillas plantadas durante milenios, en el cerebro de los hombres por los modos de producción con clases sociales. El estudio del patriarcado generalmente se refiere a la relación de los seres humanos entre sí, en sociedades con clases sociales.

En lo más profundo de nuestra mente, en nuestros comportamientos, sobreviven huellas de lo que ha quedado grabado en nosotros durante generaciones. Los grupos comunitarios primitivos existían como una estructura orgánica que funcionaba unida, mientras que nosotros estamos aislados y opuestos unos a otros.

El partido es el vínculo orgánico que nos une a las responsabilidades históricas del hombre. Con el partido volvemos a una comunidad que funciona orgánicamente. Pero ya no estamos en la pureza del hombre original, hoy todavía estamos bajo el dominio del capital, en el que la mayor parte de nuestras vidas transcurre en áreas dominadas por relaciones de explotación. Sólo en el partido la luz de la doctrina nos permite revelar los traumas y miserias que difunde la sociedad exterior. Sólo así, como comunistas, podremos explicar a los trabajadores de los sindicatos, que libres no podrán ser, mientras no comprendan las necesidades que hemos aprendido de nuestra historia.

Es esencial comunicarse entre camaradas con afecto y respeto, incluso en las condiciones burguesas actuales, para crear un ambiente de partido que acoja los sentimientos de la sociedad futura, de una cálida camaradería.

Podremos tocar el tema de la ética en otra ocasión, a partir de cómo la entendieron Marx, Lenin y todos nuestros camaradas, lo que nos lleva a comportamientos determinados, según ciertos módulos. Y pensemos en cómo los revolucionarios nos abrazamos unos a otros, incluso en una sociedad que nos rodea basada en relaciones antagónicas. Ésta también es una cuestión que tendremos que abordar.






Informe sobre la actividad sindical del partido en Italia

Desde finales de enero en Italia hemos intervenido en varias manifestaciones con volantes elaborados especialmente para dar a los trabajadores nuestra orientación sindical.


Masacre en la obra de Esselunga en Florencia

El 16 de febrero se produjo en Florencia un grave accidente en una obra para la construcción de un centro comercial en Esselunga, en el que murieron 5 trabajadores, todos ellos inmigrantes. Después de esta masacre, se produjeron otras dos en Italia: en Suviana (Bolonia) el 9 de abril, con 7 muertos, y luego cerca de Palermo el 6 de mayo, con 5 muertos.

El 19 de febrero, tres días después del accidente en la obra de Esselunga, tuvo lugar una pequeña manifestación en la que participaron todos los sindicatos de base de Florencia, excepto SI Cobas, y el 21 de febrero una manifestación más amplia organizada por CGIL y UIL. Asistimos a ambas con un volante ligeramente modificado para adaptarlo a las dos situaciones diferentes.

Dos semanas después, el 2 de marzo, también en Florencia, la USB convocó una conferencia nacional en apoyo de la introducción del delito de “asesinato en el trabajo”, que seguimos, inspirándonos para una batalla polémica más precisa con la dirección oportunista de este sindicato de base.

Una tercera manifestación tuvo lugar un mes después, el 23 de marzo, aquí también intervinimos con otro volante.

Hemos reiterado los siguientes puntos:

La causa principal del empeoramiento de las condiciones de salud y seguridad de los trabajadores es el capitalismo que, atenazado por la crisis de sobreproducción, para aplazar su hundimiento económico debe aumentar la explotación, es decir, el ritmo, la intensidad, la duración del trabajo y reducir los salarios;

Sólo el desarrollo de la lucha, del sindicalismo de clase, será eficaz para frenar, siempre parcialmente, este proceso. No existen soluciones mágicas derivadas de disposiciones legislativas: con esto hemos contradicho las ilusiones oportunistas de la dirección de los sindicatos de base – en particular la de la USB, pero no sólo ellos – que piden la introducción del delito de “asesinato en el trabajo”;

Para recuperar el movimiento obrero y darle fuerza nuevamente, tanto la unidad de acción de los órganos del sindicalismo combativo – sindicatos de base y áreas de conflicto en la CGIL – como la unidad de acción de los trabajadores en la lucha son necesarias, con la participación de los sindicatos de base en las movilizaciones promovidas por los sindicatos del régimen. En la medida en que el movimiento de lucha económica de clase recupera fuerza, surgen condiciones más favorables para el fortalecimiento de la orientación sindical del Partido, que naturalmente se enriquece con muchas otras indicaciones y factores – métodos de acción, de organización, reivindicaciones – además de la unidad de acción;

Si es cierto que sólo mediante la lucha los trabajadores pueden defenderse, entonces hacer que la piedra angular de la acción sindical no sea la huelga, sino el objetivo de las medidas legislativas – sobre el salario mínimo, sobre la representación sindical, sobre el delito de asesinato en el trabajo – significa negar en la práctica los presupuestos proclamados por el sindicalismo de clase. Significa poner la defensa de la clase obrera en su lucha contra la burguesía en manos de un supuesto “tercer” organismo y sus reglas. Naturalmente, este tercer organismo sería el Estado burgués, por ser “democrático”, según la más gastada ideología reformista y socialdemócrata.

Los comunistas no negamos la lucha por objetivos que puedan ser sancionados a nivel legislativo, como una ley de reducción general de la jornada laboral. También es útil para la defensa de la clase trabajadora exigir la derogación de las leyes anti-obreras. Por ejemplo, sería coherente con el auténtico sindicalismo de clase imponer, mediante la fuerza de la lucha, la abolición de las leyes antihuelgas que, al limitar la libertad de huelga a una parte sustancial de la clase, les impiden defenderse. O, con el fin de defender la seguridad y la salud en el trabajo, la derogación de las normas sobre la relación de confianza entre el trabajador y la empresa, gracias a las cuales se persigue a los trabajadores que denuncian los incumplimientos de la empresa en esta materia.

Mientras que las medidas legislativas antes mencionadas, invocadas por los dirigentes del sindicalismo de base, encuentran apoyo – real o falso – en los partidos de la izquierda burguesa, el objetivo de derogar las leyes antihuelgas no encontraría ningún apoyo en estos partidos, lo que demuestra su naturaleza antiobrera.

* * *

En el número de marzo-abril de nuestro periódico italiano informamos sobre algunas luchas obreras que caracterizamos de la siguiente manera: «Las luchas a las que nos referimos brevemente a continuación tenían todas ciertos elementos en común: 1) una alta participación en las huelgas; 2) los trabajadores se organizaban fuera y contra los sindicatos del régimen, ya sea en los sindicatos de base o en asambleas autoconvocadas apoyadas por los sindicatos de base; 3) eran promovidas o apoyadas por los sindicatos de base de forma unitaria». Se trataba de movilizaciones de carácter nacional, de categoría o sectoriales, de carácter local o de carácter de empresa.


Huelgas nacionales

Hicieron huelga a nivel nacional:

1) la de los conductores de autobuses y tranvías, el 24 de enero, con una participación promedio cercana al 60%, lo que supone un buen resultado respecto a las movilizaciones de los últimos años y un excelente resultado para el sindicalismo de base. Sin embargo, el segundo paro nacional, convocado nuevamente por todos los sindicatos de base presentes de la categoría, el 6 de mayo, tuvo peor resultado.

Un problema de la categoría es el localismo, la tendencia a movilizarse sobre todo por cuestiones locales; el último movimiento de huelga nacional fue el de 2002-2003. Luego hubo movilizaciones importantes pero sólo de carácter local.

La Coordinadora de Trabajadores Autoconvocados (CLA) escribió una carta enviada a varios delegados del sindicalismo de base, en la que señalaba la necesidad de desarrollar la unidad de acción del sindicalismo de base y poner sobre la mesa la cuestión de cómo luchar contra las leyes antihuelgas.

Una señal del atraso del movimiento en la categoría es la iniciativa tomada por algunos sindicatos de base de promover una asamblea nacional en línea el 30 de abril, en preparación de la huelga, invitando a intervenir a dos senadores, uno del Movimiento 5 Estrellas, el otro de los Verdes y la Alianza de Izquierda. ¡Los dirigentes del sindicalismo de base, y buena parte de los delegados, tienen poca fe en la fuerza de los trabajadores y la depositan en los parlamentarios de los partidos burgueses!

2) Luego se declararon en huelga los ferroviarios del personal itinerante: maquinistas y conductores de trenes. En este caso la tendencia a volver a la lucha parece más consistente. La huelga del 30 de noviembre, tras el accidente de tren cerca de Thurio, en Calabria, en el que murieron dos trabajadores, ya había tenido una elevada participación, rompiendo con la pasividad y la baja participación anteriores en las huelgas, que habían persistido durante años.

El 12 de febrero tuvo lugar otra huelga, la primera del año y la primera por la renovación del contrato nacional, que confirmó la buena marcha. Fue convocado en apoyo de una plataforma contractual redactada y presentada por: la “Asamblea Nacional de Ingeniería y Personal de Abordo (Pdm-Pdb)”, constituida en mayo del año pasado; los sindicatos de base Cub, Sgb y Usb (excluyendo el Cat); por la Coordinadora de Conductores de Carga, constituida en octubre de 2021 en el sector del transporte ferroviario de mercancías.

Hay por tanto dos elementos a nivel organizativo en esta movilización: por un lado una unidad casi completa (excepto el Cat) de los sindicatos de base presentes en los ferroviarios; por el otro, la creación de un organismo autoconvocado, que tiene la ambición – y en parte lo consigue – de encuadrar a los trabajadores por encima de los sindicatos a los que pertenecen, por ahora con el objetivo de renovar el contrato nacional.

Hemos podido seguir online algunas asambleas nacionales celebradas en preparación de las huelgas, que mostraron bastante participación y vitalidad, incluso inferior a la necesaria, pero que parecen marcar un paso en la dirección correcta, como lo confirma la buena marcha de las huelgas.

La segunda huelga, entre el 23 y el 24 de marzo, tuvo un resultado aún mejor que la del 12 de febrero, marcando así la tercera movilización exitosa consecutiva en la categoría, promovida por los sindicatos de base y la Asamblea Nacional Pdm-Pdb. El nivel de apoyo a la huelga fue tal que no se había visto en décadas, tal vez desde principios de los años noventa.

En el número 80 del periódico de los ferroviarios de Cub, “CubRail”, en el artículo inicial titulado “Aire nuevo”, leemos: «Una huelga con un número de afiliados no sólo muy numeroso sino, sobre todo, homogéneo en los territorios y sectores tanto en Trenitalia interno como en Trenord (…) La reacción desorganizada de la empresa fue el sello del éxito, poco acostumbrada a las movilizaciones a gran escala reaccionó con todo tipo de coacciones».

Las mismas organizaciones habían convocado una tercera huelga del año para el domingo 19 de mayo, pero a la víspera el Ministro de Transportes intervino obligando a los trabajadores y posponiendo la acción de lucha. Los sindicatos de base y la Asamblea Pdm-Pdb movieron la fecha de la huelga al 26 de mayo pero esta vez intervino la “Comisión de Garantía del derecho de huelga en los servicios públicos esenciales (CGS)”, que veía demasiado corto el plazo entre la proclamación y la fecha de la huelga. En realidad la huelga había sido proclamada para el 19 de mayo con la antelación necesaria (por ley), pero como fue aplazada por el Ministro de Transportes, la CGS exigió que el procedimiento de proclamación debía comenzar de nuevo. Esta es la soga que representa la ley antihuelga para la lucha de una gran parte de la clase trabajadora.

Aún no se dan las condiciones, la relación de fuerza, para que se incumpla un precepto ministerial o una prescripción de la Comisión de Garantía sobre el derecho de huelga en los servicios públicos esenciales. Sin embargo, como confirmación del éxito de las últimas movilizaciones organizadas, la orden del Ministro de Transportes de 18 de mayo indicó, entre las razones que motivaron la medida cautelar, el hecho de que: «a la luz de lo ocurrido durante anteriores abstenciones en los trabajos promovidas por las mismas organizaciones de trabajadores, se espera que la participación en las mencionadas huelgas sea sustancial».

La Coordinadora de Trabajadores Autoconvocados (CLA) que, junto con Cub Trasporti, la Sgb, algunos trabajadores de la Coordinadora de Conductores de Carga (CMC), Sol Cobas y organizaciones de familiares de víctimas de masacres laborales, ha conformado una Coordinadora más amplia, denominada “Coordinadora 12 de Octubre”, participó en las reuniones de los trabajadores ferroviarios y redactó y distribuyó comunicados de prensa en apoyo de estas huelgas.

3) Un tercer movimiento huelguístico del que informamos en nuestra prensa y que estamos siguiendo fue el de los trabajadores de mantenimiento ferroviario de la empresa estatal RFI.

Los sindicatos del régimen (Filt Cgil, Fit Cisl, Uiltrasporti, Ugl Trasporti) y los autónomos (Fast y Orsa) firmaron a sus espaldas el 10 de enero un acuerdo con la empresa que liberaliza el trabajo nocturno, sábado y domingo. Esto ha puesto en movimiento a un sector de trabajadores que ha permanecido pasivo durante décadas. Los trabajadores se organizaron en una Asamblea Nacional de Trabajadores de Mantenimiento, similar a la del personal itinerante, apoyada por los sindicatos de base Cobas Lavoro Privato y Usb. Una minoría de las estructuras territoriales de la Osa se ha opuesto a la decisión de la dirigencia nacional de este sindicato.

Se convocaron tres huelgas y una cuarta para el 3 de junio. Estos trabajadores también están sujetos a leyes antihuelgas, como trabajadores ferroviarios, aunque su huelga no afecta la prestación del servicio de transporte de pasajeros.

Las dos primeras huelgas se desarrollaron muy bien. La primera, el 12 de febrero, con los maquinistas y revisores de trenes. En Rfi tuvo una adhesión del 70%, lo que es excelente teniendo en cuenta los años de pasividad y la estructura de la empresa a nivel nacional. El éxito de la huelga, impulsada por la recién formada Asamblea Nacional y los sindicatos de base, desencadenó miedo y reacción por parte de la empresa y del régimen y de los sindicatos autónomos, desencadenando diversas maniobras de intimidación, terrorismo y generación de confusión. En Génova, un delegado de la CGIL – afiliada a la mayoría interna – acusó repetidamente a los huelguistas de fascistas.

Filt CGIL se confirma – con la excepción parcial del sector portuario – como una de las federaciones CGIL más antiobreras. Por otra parte, fue principalmente a raíz de las luchas de los ferroviarios, a partir de 1975, y luego en los años 1980 con el Comu y el Comité Nacional de Personal Itinerante (CNPV), que surgió la voluntad de la burguesía de promulgar la primera ley anti-huelga, de junio de 1990, invocada en primer lugar por esta federación CGIL, que ya a mediados de los años 1970 acusó a los huelguistas de fascistas y promovió los llamados “códigos de autorregulación”, denunciando sus reivindicaciones salariales como “corporativas”.

La segunda huelga, el 13 de marzo, contó con un apoyo mayor que la primera, equivalente al 73%, y una manifestación exitosa en Roma, con 400 trabajadores marchando desde la estación hasta la sede de la empresa y luego de regreso a la estación. La marcha no estaba prevista, pero el número de trabajadores era tal que fue necesaria a pesar de la presencia de la policía.

Intervinimos con un volante que era el único de un partido político muy difundido entre estos trabajadores. El otro fue el de la Coordinadora 12 de Octubre, por tanto de una instancia sindical cuya línea de lucha es compartida por nuestro Partido y apoyada, activamente, mediante la participación en la actividad de coordinación.

La intimidación de la empresa y de los sindicatos del régimen comenzó entonces a surtir efecto y la tercera huelga, el 3 de mayo, registró una disminución del número de afiliados, y también la manifestación nacional, organizada esta vez en Florencia, contó con la mitad de participantes que la de Roma. Aquí también intervinimos con un nuevo volante del Partido, y lo mismo hizo la Coordinadora 12 de octubre.


Logística aeroportuaria y textil:

Pasando a las luchas a nivel corporativo, fueron relevantes las siguientes:

1) La huelga indefinida de 5 días de los trabajadores de “Logística Europa”, en el aeropuerto Malpensa Cargo, Milán; el segundo aeropuerto italiano. La huelga fue importante no sólo porque violó la ley antihuelga al exceder el límite de duración de 24 horas. Además, respecto al contrato sectorial nacional firmado unas semanas antes por los sindicatos del régimen, ha exigido mejores reivindicaciones salariales, que trabajadores de otras empresas del mismo aeropuerto ya habían conquistado, siempre organizados por los sindicatos de base, que actúan de manera unitaria allí, junto también con el sindicato autónomo Flai.

2) Luego informamos en el periódico sobre las huelgas en algunas fábricas textiles de Prato, organizadas por SI Cobas. Estas huelgas son importantes porque aquí se encuentran algunos de los trabajadores más explotados de la clase. Estas condiciones existen desde hace décadas en el distrito textil de Prato, sin que la CGIL haya hecho nada para mejorarlas. Así, desde hace algunos años grupos de trabajadores, casi todos inmigrantes, se han dirigido a SI Cobas, que ha liderado diversas luchas, algunas de las cuales han salido victoriosas, y que goza de la confianza de estos trabajadores, como hemos podido comprobar participando en diversas manifestaciones. En mayo, la estructura territorial de SI Cobas de Prato y Florencia, se separó de esta unión básica, formando una organización separada llamada Sudd Cobas.


La OEPAC y los docentes:

En cuanto a las luchas a nivel local, informamos en nuestra prensa en italiano sobre la movilización en Roma, de los “Trabajadores de la educación por la autonomía y la comunicación” y los “maestros de escuelas infantiles”, organizados en los sindicatos de base. Estas movilizaciones dieron lugar a varias huelgas y manifestaciones en las que participaron varios cientos de trabajadores entre diciembre y marzo.

Finalmente, los sindicatos de base han decidido convocar una huelga nacional, de toda la categoría empleada en el convenio colectivo nacional de las “cooperativas sociales”, que afecta a aproximadamente 400.000 trabajadores y recientemente renovada por los sindicatos del régimen. En realidad, la movilización afectó principalmente al sector educativo, compuesto por alrededor de 70.000 trabajadores en todo el país. Luego están los sectores de asistencia social y sanitaria y de servicios de inclusión social para inmigrantes, que aplican el contrato de cooperativa social. Aquí la sindicalización es difícil y atrasada; está relativamente más avanzado en términos de educación.

El sindicalismo de base está presente en varias ciudades con diferentes organizaciones, por lo que su unidad de acción es esencial para organizar una movilización nacional. La huelga nacional se impulsó el 10 de abril, con una manifestación en Roma, en la que intervinimos con un volante, que también en este caso fue el único repartido entre estos trabajadores.

El acto no tuvo una gran participación, pero fue suficiente para darle un carácter combativo y levantar la moral de los participantes, como se desprende también del tenor de las distintas intervenciones en lo que fue una especie de asamblea, en la que todos podían participar aportando al contenido de la lucha. Muchas intervenciones subrayaron la importancia de la unidad de acción de los sindicatos de base, confirmando cómo la dirección sindical de nuestro Partido, está en sintonía con las necesidades reales del movimiento.


Los trabajadores portuarios:

Unos días antes de la huelga de las cooperativas sociales, el 5 de abril, intervinimos en Génova en la manifestación nacional de los estibadores por la huelga nacional, promovida por FILT CGIL, FIT CISL y Uiltrasporti, en el marco de la renovación del contrato nacional. Hemos distribuido un folleto especialmente elaborado y dos días antes participamos en la asamblea de unos 400 trabajadores portuarios en Génova.

Las huelgas y manifestaciones portuarias son bastante raras. En Génova, la movilización anterior más próxima tuvo lugar el 5 de marzo de 2021. Pero el hecho más llamativo fue el declarado por algunos delegados en la asamblea: ¡hacía 23 años que los sindicatos no convocaban a una asamblea de trabajadores!

Esto sucedió debido a un cierto malestar que se manifestó en este sector laboral, que dentro de la clase trabajadora goza de condiciones superiores a la media. Tanto la inflación como la reducción de las horas trabajadas pueden haber incidido en esto. La caída del tráfico se debe a las acciones de los hutíes en el Mar Rojo, que llevó a los navieros a desviar barcos a la ruta que circunnavega África, para dirigirse a puertos del norte de Europa.

La manifestación tuvo una buena participación pero expresó un bajo nivel de combatividad. Evidentemente, los sindicatos del régimen todavía pueden controlar fácilmente el malestar entre los trabajadores portuarios.

En el puerto de Génova – uno de los primeros del Mediterráneo si excluimos los puertos que operan principalmente el transbordo de contenedores de grandes buques a buques más pequeños, llamados puertos de transbordo, como Port Said, Valencia, Algeciras, Gioia Tauro – a partir de octubre 2020, se ha instalado la USB, que también está presente en los aeropuertos de Livorno, Civitavecchia y Salerno.

Con motivo de la huelga nacional promovida por los sindicatos del régimen, USB Puertos tomó la decisión acertada de sumarse a ella, distinguiéndose así de la conducta tradicional de los dirigentes sindicales de base, quienes acostumbran alejarse de las huelgas promovidas por CGIL CISL y UIL, negando uno de los principios fundamentales del sindicalismo de clase, es decir, la unidad de acción de los trabajadores en la lucha. Aunque en lugar de participar en la manifestación, el USB mantuvo un piquete en el principal terminal del puerto de Génova, el de Voltri, aislándose así del resto de los trabajadores.

Inicialmente los sindicatos del régimen habían dividido la huelga en tres días, del 3 al 5 de abril, dos horas al final del turno. Cuando la USB proclamó una huelga de 24 horas para el 5 de abril, CGIL, CISL y UIL también concentraron la huelga ese día y convocaron la manifestación nacional en Génova. Aunque débil, la presencia de la USB preocupa a los sindicatos del régimen entre los estibadores y les lleva a aplicar ciertas contramedidas.

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En conclusión, en este marco de movilizaciones y de nuestra intervención, en ellas podemos ver los primeros signos de un retorno a la lucha de algunos sectores limitados de la clase, que por lo demás son bastante dispares en términos de condiciones, desde los trabajadores ferroviarios hasta los educadores, desde trabajadores de aeropuertos hasta pequeñas fábricas textiles.

Todos estos primeros sectores de la clase obrera, han comenzado a demostrar nuevamente su combatividad, a través de organismos sindicales fuera y contra los sindicatos del régimen. En los sindicatos de base existentes o en los nuevos organismos que colaboran con los primeros, se empuja el accionar juntos.

Esta necesidad de organizar sindicatos fuera del régimen se manifiesta, otro factor a considerar, en categorías con condiciones muy diferentes, desde los peor pagados, abandonados por los sindicatos del régimen, en los que por tanto la sindicalización estaba prácticamente ausente, como en el sector textil, como ya había sido en la logística, a otros con condiciones relativamente mejores y con fuerte control sindical, como los trabajadores ferroviarios.

Estos trabajadores se ven obligados, por un lado, a organizarse fuera de los sindicatos del régimen y, por otro, sufren las limitaciones y los daños causados ​​por las gestiones oportunistas de los sindicatos de base.

Una dificultad inherente a la lucha de clases, que es precisamente uno de sus aspectos principales, el de la lucha política en el seno del sindicato, que se manifiesta en la lucha entre orientaciones sindicales opuestas, en los modos de acción, de reivindicaciones y de organización. Y que coincide con la lucha por hacer que una dirección sindical auténticamente comunista gane fuerza en el seno de las organizaciones sindicales susceptibles – a menos que se demuestre lo contrario – de ser conquistadas por esta.


USB interior

En el seno del sindicato USB hemos elaborado y distribuido, junto con otros delegados sindicales no pertenecientes a nuestro Partido, un documento interno de crítica a la gestión, de fecha 2 de abril, tal como se expresa en el documento final de la Coordinación Nacional Confederada, del 22 y 23 de marzo. Este documento se divide en 6 puntos:
     1) Solicitud de unificación de las controversias para la renovación de contratos nacionales.
     2) Solicitud de actuar junto con otros sindicatos de base. Hemos indicado los ejemplos recientes de unidad de acción reportados anteriormente.
     3) Solicitud de organizar una manifestación conjunta de todo el sindicalismo combativo el 1 de mayo.
     4) Solicitar sumarse a las huelgas de la CGIL y, si es posible, ampliarlas en duración y a otras categorías.
     5) Críticas a la manifestación prevista para el 1 de junio, por ser sólo del USB y caracterizada por un orientación antigubernamental más que por las demandas de la clase trabajadora, esto en medio de la campaña electoral para las elecciones europeas de junio.
     6) Críticas al enfoque de la lucha por la salud y la seguridad de los trabajadores, ya que se centra en la exigencia de la introducción del delito de homicidio en el trabajo, refiriéndose también a los pronunciamientos de la conferencia nacional de Florencia del 2 de marzo, e indicación, en lugar de esto, de llevar a cabo una campaña unida de todo el sindicalismo combativo para la abolición de las leyes antihuelgas.







Actividad sindical del partido en Estados Unidos

Se presentó informe sobre la actividad del partido en los sindicatos, en la conferencia nacional de Labor Notes y dentro de la Class Industrial Action Network (CSAN - Red de Acción Sindical de Clase). Los camaradas comprometidos con el trabajo sindical tienen la intención de empezar a realizar reuniones periódicas para revisar los textos del Partido, informar sobre las luchas de los trabajadores en todo el mundo y considerar el progreso de nuestra acción en los sindicatos.


Labor Notes 2024

Diez camaradas y algunos simpatizantes asistieron a la conferencia de Labor Notes en Chicago, donde se reunieron 5.000 trabajadores activos en sindicatos. Otros 5.000 no pudieron entrar por falta de espacio. Distribuimos 500 ejemplares de The Communist Party y unos 1.300 entre documentos y volantes de la CSAN.

La conferencia Labor Notes reúne cada dos años a las corrientes más combativas tanto del movimiento obrero estadounidense, dentro de los sindicatos existentes y secciones locales, como de las delegaciones internacionales. Las numerosas presentaciones informaron sobre los progresos de la organización en los lugares de trabajo, la preparación de huelgas y cómo oponerse a la dirigencia establecida vinculada a la patronal. Destacaron las presentaciones del Movimiento Sindical Independiente Mexicano, que opera al margen de los sindicatos del régimen, y las de los trabajadores chinos sobre sus luchas sindicales.

Estas conferencias son un punto de conexión para el desarrollo de una red de corrientes combativas dentro del movimiento sindical estadounidense y más allá.

Junto a esto, existe una corriente “de izquierda” que pretende desviar el movimiento hacia el antifascismo democrático, el reformismo liberal y, en última instancia, vincularlo al Partido Demócrata. De hecho, este año se presentó una mesa redonda en la que participaron los dirigentes de la FIOM italiana y de la UAW estadounidense. El dirigente de la UAW elogió a los trabajadores estadounidenses por su papel en la “defensa de la democracia” durante la Segunda Guerra Mundial, mientras lucía un suéter con la imagen de un bombardero utilizado para aniquilar a masas de trabajadores en toda Europa. El dirigente de la FIOM hizo un llamamiento a la “partidización” antifascista del movimiento sindical. Su retórica de “lucha de clases” y una “combatividad renovada” del “ejército de trabajo” no es contra la clase capitalista, sino sólo contra el “1%”, con el objetivo de “defender la democracia” contra la “avaricia corporativa”, haciéndose eco del reformismo socialdemócrata del orador principal de la anterior conferencia de Labor Notes en 2022: Bernie Sanders. Otro discurso -muy cuestionado por los presentes- que demostró el vínculo entre Labor Notes y el Partido Demócrata fue el del alcalde de Chicago, del Partido Demócrata.

Estas intromisiones demuestran la necesidad de que el Partido se presente ante los trabajadores, incluso en reuniones de este tipo, criticando a la dirección oportunista y mostrando al mismo tiempo nuestra dirección práctica en las trincheras de la lucha de clases, organizando a los trabajadores en oposición al capitalismo y al oportunismo, con el objetivo último de tomar la dirección de los sindicatos.

Nuestros camaradas se reunieron e hicieron contactos con algunos de los trabajadores más activos de los sindicatos.

En la conferencia, participamos en la presentación, de un día de duración, de la United Caucus of Rank and File Educators (Grupo Unido de Educadores de Base), al que asistieron unos 300 organizadores sindicales de docentes de varios grupos estatales y locales de la Costa Este. Dirigieron varias huelgas en estados donde todavía son ilegales para los empleados públicos. En varias ponencias criticaron duramente los métodos electoralistas dentro de los sindicatos propuestos por grupos oportunistas como los Socialistas Democráticos de América (DSA).

Los seminarios fueron impartidos por: uno de los líderes del combativo Caucus Reform Workers que cuenta dentro del sindicato con 170.000 trabajadores de la Alliance of Theatrical Stage Employees (IATSE - Alianza de Empleados de Escenarios Teatrales); un organizador del SEIU de Minnesota, cuenta sobre su experiencia de 15 años trabajando para conseguir una huelga general en su ciudad; y un activista de los Teamsters dentro de Amazon, se comprometió a unir sus estructuras internacionales. Todos manifestaron también su interés por las actividades de la CSAN.

En una mesa redonda, se propuso un alineamiento de las fechas de vencimiento de los contratos de las distintas categorías y oficios para el 1 de mayo de 2028, que convergería en una huelga general. Nuestros camaradas intervinieron, proponiendo, si acaso, una fecha de vencimiento el 1 de mayo de cada año, con el objetivo general de acortar la duración de los contratos. Además, exigimos la eliminación de las cláusulas de “no huelga”, que impedían las huelgas durante la vigencia de los contratos. Estas reivindicaciones fueron acogidas con aplausos por los participantes.


En la Red de Acción para la Lucha de Clases

Tras un año de actividad, la CSAN celebra asambleas generales mensuales y presta apoyo diario a los activistas sindicales de la red en sus luchas en el lugar de trabajo, contra los dirigentes oportunistas y vinculados a la patronal, y en el apoyo a nuevas iniciativas de organización.

La CSAN sólo cubre el Estado de Oregón y aún no cuenta con otras secciones a escala nacional. A nuestros camaradas, miembros del Comité Organizador, se les ha encargado una revisión completa del material de la página web y la formulación de un procedimiento editorial más estricto. El Comité Organizador también está considerando la posibilidad de limitar la Red únicamente a los trabajadores afiliados a sindicatos o que trabajan para organizarlos.


Intervenciones en las luchas sindicales

- En la escuela

Los miembros de CSAN, y los comunistas que la integran, han estado participado en una coordinadora de unos 80 trabajadores de la Asociación Nacional de Educación en el Estado de Oregón, en la que participan activistas sindicales a nivel local y estatal, incluyendo miembros que recientemente conquistaron la dirección de la Asociación de Profesores de Portland (PAT), dirigiéndola en la fuerte huelga del año pasado. Se nos pidió que formáramos parte de su Comité Directivo Interino, antes de la Reunión Anual del sindicato a nivel estatal. La CSAN hizo proselitismo de la necesidad de un programa sindical de clases. Finalmente se nos encomendó la tarea de redactar un documento de principios que representara la orientación de la coordinadora. El documento, en la línea de la CSAN, se centraba en las reivindicaciones salariales, la necesidad de centrar la acción en la huelga, la oposición a recurrir a métodos electorales, la solidaridad intersindical, etc. El documento recibió un amplio apoyo dentro de la organización.

Sin embargo, entramos en conflicto con la fracción sindical del DSA, que insistía en que el sindicato adoptara una estrategia reformista de presión electoral. Aunque contábamos con el apoyo de una parte de los camaradas trabajadores, nos vimos superados por los oportunistas que manipularon las reglas codificadas del procedimiento electoral democrático. El resultado final fue que nuestro documento de principios se aprobó sin la parte antielectoral. Además, como los miembros del DSA todavía tienen una base más amplia y consolidada en la organización que nosotros, una enmienda confusa impidió su publicación. Finalmente, con una maniobra lograron reducir al mínimo la composición numérica del comité directivo permanente para distanciar a los camaradas del CSAN.

Pero al mes siguiente uno de nuestros camaradas obtuvo un gran número de votos, al presentarse contra el conocido titular del DSA, para el comité ejecutivo de la sección local de más de 700 miembros. Actualmente estamos en negociaciones contractuales, que se están celebrando “abiertamente”, es decir, en presencia de los trabajadores. Intentamos no ceder en las reivindicaciones salariales, a diferencia del DSA, que defiende una actitud “colaboracionista” entre trabajadores y patronal. Nuestro camarada ha criticado abiertamente esta actitud colaboracionista en las asambleas: a pesar de ser tachado de “agitador”, se ha confirmado la línea del Comité Ejecutivo y ahora trabajamos por la huelga en apoyo de la negociación.


- Entre ferroviarios

Uno de nuestros camaradas fue elegido presidente de la sección local del sindicato de señalistas ferroviarios. Empezó con reuniones para despertar la combatividad de cara a la próxima negociación, haciendo hincapié en las reivindicaciones salariales. Recientemente se ha incorporado al comité directivo de la coordinadora sindical interferroviaria Rail Workers United (RWU). Esto es crucial para mantener la solidaridad y la unidad entre los distintos sindicatos ferroviarios en su negociación con ls grandes compañías ferroviarias, para no firmar contratos por separado.


- Para el Primero de Mayo

El Primero de Mayo, CSAN organizó una conferencia a la que asistieron unos 20 trabajadores. Primero presentamos una breve historia del Primero de Mayo e informamos sobre las luchas sindicales en todo el mundo durante el año pasado. A continuación, escuchamos a cuatro trabajadores de UFCWA y al presidente de un sindicato local de carpinteros, miembro activo de CSAN. También escuchamos a un miembro del comité organizador del Sindicato de Trabajadores Postales de Estados Unidos y a un activista de la rama local de Starbucks Workers United (SWU), que se está inspirando en la UFCWA y, con el apoyo de la CSAN, está trabajando para oponerse a la dirección oportunista y patronal y a las “cláusulas de no huelga” de Starbucks Workers United en las próximas negociaciones contractuales.

Otros compañeros participaron en la constitución de sindicatos en sus centros de trabajo del norte de Colorado, en un almacén de distribución de alimentos, en Portland, en el sector sanitario, y en una empresa de telecomunicaciones.