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"La Izquierda Comunista" n° 18 - julio 2003

Contra la Guerra y contra la Paz del Capital.
LA VIL GUERRA IRAQUÍ ENTRE EL EURO Y EL DOLAR: La crisis de los colosos - La primera guerra del Golfo - ¿Quién pagará la guerra? - ¿Se debía resistir?
TEORÍA DE LA RENTA DE LA TIERRA Y CUESTIÓN AGRARIA EN LA DOCTRINA MARXISTA (continuación).
EL HIDRÓGENO.
– Internacional Comunista - II Congreso, 1920, TESIS SOBRE LA FUNCIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA EN LA REVOLUCIÓN PROLETARIA.
FRUCTÍFERA REUNIÓN DE TRABAJO: Curvas de las Producciones - Historia de la guerra civil americana - Origen de los sindicatos en Italia - ¿Guerra preventiva o prevenir la guerra? - Militarismo y antimilitarismo.
CAMBIAN LO BLANCO EN NEGRO.
NOTICIARIO: "Casos aislados" - Ataque de CCOO contra los trabajadores y respuesta obrera - Segurpederastia S.A - Israel: represión que no cesa - Brasil: demagogia efímera - El "amigo de Europa" - Revueltas en Bolivia - Saqueos y custodias - Huelga ferroviaria europea.
EL PACIFISMO Y LA LUCHA SINDICAL.


 
 
 
 
 


CONTRA LA GUERRA Y
CONTRA LA PAZ DEL CAPITAL

Tras meses de guerra económica y comercial y duros choques diplomáticos entre las grandes y medias potencias imperialistas mundiales, al final estalló la guerra. La brecha abierta entre los distintos bloques imperialistas se ha hecho más profundo durante estos meses, y da fe que la guerra en Iraq es sólo el primer episodio de un choque que se extenderá hasta hacerse abierto y general.

EL CAPITAL MUNDIAL ESTÁ SEDIENTO DE GUERRA
Solamente la clase obrera internacional puede tener la fuerza de oponerse a sus planes.

Los movimiento pacifistas actualmente están siendo permitidos, e incluso apoyados por los Estados europeos y bendecidos por el Vaticano. El pacifismo "humanitario", legalitario e interclasista será no obstante uno de los instrumentos a través de los cuales la burguesía intentará obtener la adhesión del proletariado a la guerra. Pretenderán mandarlo al frente en defensa de la "Paz", al igual que en la Primera Guerra fue por la "Patria" y en la segunda por la "Libertad", todos ellos mitos falsos tras los que se esconde la realidad de los egoísmos y de los intereses capitalistas mundiales, de la explotación y de la opresión del proletariado mundial. Sólo la clase de los SIN PATRIA, que no tiene nada que ganar ni del potencial económico ni de la victoria militar de su propio país, tiene una perspectiva de emancipación histórica y la fuerza para imponerla, contra las Guerras del Capital y contra sus igualmente monstruosas Paces. No se puede luchar contra la guerra sin luchar por el abatimiento del régimen del Capital; la guerra sólo se combate luchando contra la sociedad dividida en clases, el trabajo asalariado, la producción de mercancías, el dinero.

Para poder ser aplicada, la fuerza obrera de estar organizada y dirigida: deben resurgir y reforzarse las organizaciones sindicales de clase, capaces de movilizar a la inmensa mayoría de los trabajadores, a escala nacional e internacional (hoy vemos, por ejemplo, como en Italia Y España CGIL y CCOO rechazan la convocatoria de huelga general, mientras que UGT la reduce a dos horas totalmente inofensivas). Debe difundirse la red del Partido Comunista Interncional, instrumento indispensable para conducir a la clase trabajadora hacia el frente de la OPOSICION REVOLUCIONARIA a la guerra imperialista.

- POR LA EMANCIPACIÓN DE LOS TRABAJADORES.

- POR LA SOLIDARIDAD CON LOS HERMANOS DE CLASE IRAQUÍES, CURDOS, CHIITAS, PALESTINOS, DE TODO ORIENTE PRÓXIMO Y CON LOS PROLETARIOS DE UNIFORME BAJO TODAS LAS BANDERAS.

- CONTRA LA GUERRA ENTRE ESTADOS, GUERRA ENTRE LAS CLASES.
 
 
 
 
 
 
 


LA VIL GUERRA IRAQUÍ
ENTRE EL EURO Y EL DOLAR
 
 

La crisis de los colosos

La crítica marxista no necesitaba esperar a que los tanques americanos entrasen en Bagdad, asistiendo al ridículo espectáculo ofrecido por los "liberadores", que se reparten el botín del desgraciado proletariado iraquí, para encuadrar esta guerra de manera histórica y materialista.

Más allá de cuanto se dice oficialmente, en Irak no han triunfado la libertad y la democracia, sino la supervivencia misma del gigantesco aparato productivo de los Estados Unidos. Pese al uso indiscriminado de una espectacular maquinaria de guerra, mastodóntica y burocratizada con todo tipo de instrumentos de muerte, se ha tratado por parte americana de una auténtica y propia guerra de defensa, dirigida no precisamente contra la miserable tiranía de Saddam Hussein, sino contra las democracias hermanas europeas, cuyas mercancías y capitales arrinconan cada vez más a los productos de las barras y estrellas y el billete verde.

¿Por qué en esta ocasión los USA han decidido la guerra pese a la oposición de las Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad?

Tras el hundimiento de la URSS y el fin de los acuerdos de Yalta que habían regulado durante más de medio siglo las relaciones de fuerza en el mundo, los Estados Unidos han conseguido el rango de primera potencia militar mundial con un ejército un poco inferior al de todos los demás países juntos.

Pero a esta desproporción de fuerza militar no le corresponde otra análoga en la producción. La economía de los Estados Unidos se halla en recesión desde hace muchos meses, y, más importante, la cuota relativa de la producción estadounidense y de los intercambios en los mercados mundiales está en una inexorable caída histórica, como ha documentado con profusión el trabajo del partido.

Durante estos días se pueden leer en la prensa algunos datos menos espectaculares sobre la infraestructura económica. "En el largo boom de los años 90 los Estados Unidos atrajeron capitales de todo el mundo porque consiguieron infundir una extraordinaria confianza en las posibilidades de su economía (...). Esta confianza indujo a ’comprar América’ a precios crecientes, con un dólar cada vez más fuerte y con unas valoraciones de los títulos accionariales jamás vistas en la historia (...). Con la puesta en práctica en Irak de la nueva doctrina de las guerras preventivas los términos del contrato han cambiado (...). América no habla ahora a los mercados financieros de economía, sino de política. Y como superpotencia militar, no económica. Con este nuevo lenguaje, por un lado crea aprensión y siembra incertidumbre, y por otro, pide más dinero" (Il Sole 24’Ore, 6 de abril). "El dólar ya ha perdido contra el euro cerca del 30% de los máximos alcanzados en 2000, debido a la paralización económica en los Estados Unidos", y esto ha hecho que "las compras netas de instrumentos financieros americanos desde el exterior hayan sido en enero 536,83 millardos de dólares, un nuevo record. Pero también los americanos más optimistas admiten, apretando los dientes, que este enorme flujo de dinero hacia los Estados Unidos no podrá durar eternamente (...). El continuo estancamiento americano ha empujado a muchos inversores a elegir la diversificación. El Banco central ruso ha admitido haber comprado divisa europea en los últimos meses, elevando en el año 2002 la cuota de las reservas oficiales en euros de un 10 a un 20% y la de dólares del 90 al 75%. Es probable que lo mismo hayan hecho otros bancos centrales. Fuentes de los mercados afirman que la cuota global de las reservas de divisas en euros podrían subir antes de acabar el 2003 al 20% desde un 10% de hace poco más de un año (...). Una parte del mundo árabe habría decidido, según la prensa, replantearse sus propias estrategias de inversión (...). Los petrodólares estarían siendo sustituidos en gran parte por petroeuros. Si calculamos que las inversiones de Arabia Saudita en los Estados Unidos tienen un valor aproximado a los 800 millardos de dólares (...) debido a la diversificación, serían más frecuentes los contratos internacionales en euros y ya no en dólares, incluso en el sector del petróleo". Entre tanto, "también Irak ha comenzado desde hace tiempo a valorar en euros el petróleo. Un procedimiento que ha sido aplastado en germen para garantizar el papel imperial de los USA" (Revista Guerra y Paz, abril de 2003).

No es un misterio el hecho de que la globalización sea en realidad una centralización de los capitales en los Estados Unidos. "Las rentas petroleras son engullidas en el mercado financiero mundial durante el recorrido entre Londres y Wall Street (un ejemplo: Arabia Saudita ha sido, junto a Japón, desde hace algún decenio, uno de los mayores financiadores de la deuda pública USA), y ciertos gastos, mayoritariamente de armamento) se pagan de esa manera. El petróleo (...) es una parte esencial del mecanismo que hace del dólar la moneda mundial, y que sostiene la hegemonía de los USA (...). El enorme desajuste comercial estadounidense es ’sostenible’ en la medida en que ese país incluye dentro de su propio circuito financiero los capitales de todo el mundo".

Mantener la primacía del dólar es por tanto una cuestión de vida o muerte para el imperialismo americano, incluso a costa de agravar los conflictos con Europa en primer lugar, y después con todas las áreas económicas en las que, a través del Fondo Monetario Internacional, se aplica la "dolarización" forzada. La guerra de Irak ha sido por tanto la tentativa desesperada de los USA de evitar una estampida financiera.

El dólar está siendo rodeado peligrosamente por el euro mientras que la deuda externa americana crece enormemente. El estudio económico que realiza el partido ha confirmado que, incluso excluyendo una recesión en occidente, los Estados Unidos, actualmente por detrás de Europa por volumen de mercancías producidas, también serán superados dentro de pocos lustros por la vital y colosal China capitalista.

En esta situación el capital estadounidense, volcado en particular en el complejo militar-industrial, ha decidido dar la batalla inmediatamente utilizando su poderío militar para intentar compensar la debilidad de su economía y conquistar así algunas áreas estratégicas. Con esto pretende detener su decadencia industrial, comercial y bancaria, y de paso, estorbar o condicionar el crecimiento de los otros capitalismos competidores, con sus ejércitos y centros financieros.

Frente a este peligro Francia, Alemania, Rusia y China no podían hacer otra cosa que condenar, al menos a nivel diplomático, la guerra unilateral de los anglosajones contra Irak. Y mientras tanto se hacen cada vez más apremiantes entre los dirigentes políticos y militares, las peticiones para la constitución de un ejército común europeo, en grado de contrarrestar la hegemonía estadounidense.
 

La primera guerra del Golfo

El régimen iraquí, en su tiempo aliado de Washington contra el Irán chiíta, cayó en una trampa, tal y como hoy está admitido oficialmente. Los Estados Unidos querían ampliar su presencia militar en la región medio-oriental y el sátrapa de Bagdad fue usado como casus belli para justificar la intervención armada americana. Se hizo creer al régimen baazista que podría obtener la incorporación de Kuwait como recompensa por haber tenido a raya, mediante una larga y sangrienta guerra, la amenaza de la potencia emergente iraní en esa área, y el turbulento problema kurdo en el norte, no dudando en usar las famosas "armas de destrucción masiva", los gases asfixiantes suministrados por los propios Estados Unidos (siguiendo el ejemplo de Gran Bretaña, que en 1920 usó el "gas mostaza" precisamente contra los kurdos en la misma región).

Los Estados Unidos dieron pues vía libre a la invasión para después hacerse cargo y beneficiarse de la liberación del emirato. Ya en aquella guerra el régimen mostró su intrínseca debilidad. Decenas de miles de soldados iraquíes, arrojaron los fusiles en la arena, y huyeron a casa, a través de la autopista que lleva a Bagdad. Las tropas estadounidenses se lanzaron a perseguir a los fugitivos, siendo ametrallados sin piedad por la aviación americana, que se detuvo al llegar a Bagdad, ya que llegaron noticias de que la población de Basora, también por previas maniobras de Washington, se había rebelado contra el régimen de Saddam.

En un artículo aparecido entonces en este periódico, con el significativo título "Tregua entre ejércitos burgueses contra los proletarios en revuelta", escribíamos: "En el Irak machacado por las más sofisticadas tecnologías de destrucción al servicio de la barbarie capitalista, resurge el espectro de la cuestión social: los proletarios, los campesinos empobrecidos, las masas explotadas se sublevan contra quien les ha conducido a la guerra y al hambre; contra ellos se han unido inmediatamente las burguesías que hasta ayer combatían entre sí; los ejércitos aliados dejan que las divisiones acorazadas de la Guardia Republicana se muevan libremente por el país para reconquistar las ciudades en manos de los insurgentes (...). Por desgracia es muy improbable que la revuelta de esta posguerra se extienda y triunfe; la falta de una precisa dirección de clase la condena a la derrota e, incluso si ésta se manifestase, la particular situación estratégica del país, ocupado por centenares de miles de soldados de los estados occidentales, es la garantía para la burguesía iraquí de que si su Guardia Nacional no consigue ahogarla en sangre, lo harán los liberadores de Kuwait, los defensores del derecho internacional".

Los liberadores no podían intervenir directamente para reprimir la revuelta y fue necesario recurrir una vez más al carnicero de Bagdad. Este es el motivo por el que Saddam permaneció en su puesto.
 

¿Quién pagará la guerra?

Un folleto del Politécnico de Milán aporta algunos cálculos económicos relativos a la guerra contra Irak en 1991.

El coste de la guerra fue de 40 millardos de dólares, sufragados en un 25% por los USA y el 75% restante por los países árabes, en particular Kuwait y Arabia Saudita. El dinero se obtuvo aumentando el precio del crudo que antes de la guerra era de 15 dólares el barril y llegó hasta los 42 dólares, generando una renta extra estimada en más de 60 millardos de dólares. Esta renta fue distribuida, según la ley del fifty-fifty en vigor en los países árabes de la siguiente manera: un 50% para los países árabes y el otro 50% para las multinacionales que controlaban los yacimientos; o sea 30 millardos para los países árabes y otros 30 para las petroleras que tienen en sus manos Oriente Próximo (las llamadas siete hermanas: Shell, Tamoil, Esso...) todas americanas, y de las cuales 5 son propiedad del estado americano. Los 30 millardos de dólares de las compañías se repartieron así: 21 millardos para el gobierno americano y 9 millardos para las empresas privadas.

Resumiendo. Para los países árabes los gastos de la guerra fueron de 30 millardos de dólares, los beneficios del petróleo fueron de otros tantos 30 millardos, y por lo tanto el balance quedó equilibrado. Para los USA los gastos bélicos fueron de 10 millardos, y el beneficio obtenido por el encarecimiento del petróleo fue de 21 millardos, con una ganancia final de 11 millardos. Las empresas privadas americanas tuvieron unos gastos bélicos nulos y obtuvieron 9 millardos del encarecimiento del petróleo, con un beneficio total neto, sin arriesgar nada, de 11 millardos. De ahí deriva que en conjunto los USA obtuvieron una ganancia neta de 21 millardos.

Pero entonces, ¿quién ha pagado finalmente los costes de la guerra? Todos los consumidores de petróleo. Pero los 40 millardos de dólares de gastos bélicos han ido a parar a la industria de armamento, que es mayoritariamente estadounidense, generando una ganancia directa de 11 millardos, más otros 49 millardos indirectos.

La guerra de 1991 contra Irak, por tanto, además de representar seguramente un primer paso para cambiar las relaciones de fuerza en la región y a nivel mundial, fue un óptimo negocio para los Estados Unidos, y un poco menos para sus aliados, sobre todo europeos.

Los enormes costes de esta guerra del 2003, han sido anticipados por Washington, que espera recuperarse rápidamente. El régimen iraquí, tan "despiadado", inexplicablemente no ha destruido ni un solo puente, ni ha incendiado un pozo de petróleo, ni ha destruido las presas; las infraestructuras necesarias para explotar el petróleo han quedado intactas y la producción se podrá reanudar muy rápidamente. La diferencia ahora es el patrón. Las garras del águila americana sujetan firmemente su presa petrolífera, y quien desee participar en el banquete iraquí deberá recompensarla muy bien.

Francia, Alemania y Rusia perjudicadas por el fin de sus contratos millonarios con el "pérfido" Saddam, buscan ahora una estrategia común para volver al juego, pero el Pentágono no pierde el tiempo y ya amenaza a Siria e Irán para que abandonen los programas de fabricación de armas de "destrucción masiva", si no quieren acabar como Irak.

El régimen del Capital, empujado por la más grave crisis económica desde finales de la segunda guerra mundial, marcha a grandes pasos hacia la tercera.

Tal y como podemos leer en un "viejo" texto nuestro de hace más de 50 años (Corea es el mundo): " el imperialismo es la traducción en forma espectacular y violenta de la crisis permanente de una sociedad en putrefacción; su terrorismo, la gigantesca falta de piedad de su marcha no ocultan (...) detrás de las cortinas de humo de la prensa o de los cañones, la realidad de que el imperialismo, al tiempo que lleva a su máxima exasperación y tensión las manifestaciones de violencia, de arrogancia, de opresión del modo de producción burgués, así lleva y llevará siempre hasta el límite sus contradicciones internas, las razones objetivas de su final".

Si la guerra encuentra su punto de partida en la derrota del proletariado occidental en los años veinte del siglo XX, es precisamente a este proletariado occidental a quien le espera todavía hoy, casi un siglo después, la tremenda responsabilidad histórica y subjetiva de hacer frente a los mayores sacrificios y privaciones para no ser víctima predestinada de la tercera matanza mundial, junto a sus hermanos de clase de todos los países, transformándose en sepulturero del odioso sistema de vida presente.

La fuerza anónima del Comunismo infla inexorablemente el vientre de la economía capitalista. En esta guerra social los choques entre bandidos imperialistas, entre agredidos y agresores, no representan más que uno de los aspectos. Y esta guerra anticapitalista sólo puede resultar victoriosa.
 

¿Se debía resistir?

Acerca de la actitud ante la guerra de Irak llama la atención la posición expresada por Ingrao en Il Manifesto, pero que es común a muchos nostálgicos de la "izquierda" y "extrema izquierda", desde los demócratas a los estalinistas: la esperanza de que los USA se encontrasen con una resistencia encarnizada, tanto por parte del ejército regular iraquí, como de los voluntarios árabes, que lograse, si no derrotarlos, al menos darles una lección. Esta no es la posición de los comunistas.

La guerra contra Irak, pese a la disparidad de fuerzas, no puede ser considerada como una guerra de tipo colonial, ya que a todos los efectos se ha tratado de una guerra imperialista en ambos frentes, ya que pese a que uno de los Estados contendientes era más pequeño y menos avanzado se trataba de un país burgués expresión de una sociedad capitalista.

Si los comunistas hubiésemos podido hacerlo, habríamos incitado a los soldados iraquíes a la deserción y a dirigir sus armas contra sus propios oficiales, y no a resistir. Lo mismo se debería hacer en el otro bando, con los mercenarios americanos.
 
 





TEORÍA DE LA RENTA DE LA TIERRA Y CUESTIÓN AGRARIA EN LA DOCTRINA MARXISTA

(continuación)














EL HIDRÓGENO

Jeremy Rifkin, presidente de la Fundación para las Tendencias Económicas de Washington, con su último libro La Economía del Hidrógeno ha conseguido como economista de moda un grupo de secuaces, que van desde los anti- o neo -globalización a ecologistas de todo tipo, así como católico-comunistas y otros.

En el libro sostiene con diversos datos que la época de los combustibles fósiles ha cumplido su ciclo, que al momento álgido de la producción de petróleo se llegará como máximo en algunos decenios y que la próxima gran revolución será precisamente el uso generalizado del milagroso hidrógeno: el carburante eterno. Según Rifkin, "cualquier ser humano se hará productor de la energía que consuma, por tanto realmente independiente. Cuando millones de consumidores finales carguen sus pilas en redes energéticas locales, regionales y nacionales (...) se confirmará un nuevo uso de la energía, igualitario y descentralizado. El hidrógeno por tanto puede ser un formidable instrumento no solo para poner fin a la dependencia del petróleo, con todas las consecuencias geopolíticas que esto comporta, sino para instituir el primer régimen verdaderamente democrático de la historia de la humanidad".

Se pasaría, en conclusión, a una humanidad compuesta de individuos autárquicos, no solo en el aspecto económico, cada uno con su tarjeta de cajero automático en el bolsillo, y en el aspecto político-electoral, sino que también en el biológico-energético tendríamos un hazlo tú mismo. A fin de cuentas una "democratización" del autismo social capitalista llevado ahora hasta la vida individual, que se desea "energéticamente independiente". ¡Que nos devuelvan el petróleo! dan ganas de gritar, ¡con todos sus venenos químicos en el aire y los venenos de todas sus "consecuencias geopolíticas"!

Además el hidrógeno resolvería el "problema medioambiental". Leemos: "La leña, fuente primaria de energía durante la mayor parte de la historia humana, tiene la relación carbono-hidrógeno más alta, con diez átomos de carbono por cada átomo de hidrógeno. De los combustibles fósiles, la relación carbono-hidrógeno más elevada la tiene el carbón; el petróleo tiene 1 átomo de carbono por 2 de hidrógeno (aproximadamente, debería decir el especialista), mientras el gas (metano) la tiene solo uno a cuatro. Esto significa que cada nueva fuente de energía emite menos anhídrido carbónico que la precedente (...) El hidrógeno representaría la culminación del recorrido de descarbonización, dado que no contiene átomo de carbono alguno".

El domingo 9 de marzo en el periódico italiano Il Manifesto, nos llamó la atención un artículo con el título El hidrógeno "revolución" hipotética, firmado nada menos que por un grupo de investigadores que se adhieren al comité "Científicos y científicas contra la guerra". Se sobreentiende, al mismo tiempo, que, además de ser pacifistas, admiten en el comité tanto científicos de sexo femenino como de sexo masculino, queriendo distinguirse precisamente por esto, se presume, de análogos comités quizá también igualmente científicos y pacíficos pero que solo aceptan personas de sexo femenino o de sexo masculino; las ventajas potenciales de un comité científico de ambos sexos tendrían que ser evidentes para todos, al menos para aquellos que tienen un poco de experiencia en estas cosas y sobre esto no nos extenderemos más. Total que éstos, y éstas, expresan un claro desacuerdo con la campaña mediática que se mantiene para hacer propaganda del hidrógeno como combustible limpio. Citamos: "El hidrógeno es un gas inflamable que no existe en la superficie terrestre (en el estado molecular H2 y no ligado al carbono, decimos nosotros, de lo contrario no lo entendemos), y producirlo (liberarlo) artificialmente requiere de por sí un notable gasto de energía. (También aquí, mejor que "notable", que es algo indefinido y subjetivo, diremos que para sacarlo segregando la molécula de agua requiere, en teoría, exactamente la misma cantidad de energía térmica que restituirá al volverse agua en las calderas o motores). En consecuencia no puede ser considerado en sí como energía, sino solo portador, es decir como medio para almacenar la energía producida por otras fuentes (...) Actualmente casi todo el hidrógeno producido industrialmente se obtiene a partir de fuentes de energía fósiles, más exactamente del metano o de derivados del petróleo, a través de procesos llamados de reforming. El hidrógeno producido en estos procesos contiene aproximadamente el 75% de la energía aportada en la producción, mientras que el restante 25% se pierde en forma de calor. Nuestro portador de energía por tanto se parece en realidad a un cubo agujereado". Es lógico.

El debate ciertamente continuará, pero nosotros tenemos más que suficiente para expresar nuestra posición al respecto. Ya en 1978, primera "crisis del petróleo", en nuestro órgano de batalla escribíamos: "Valorar, aunque sea aproximadamente, cuánto tiempo todavía podrá continuar siendo el petróleo fuente principal de energía para la economía mundial, es para el capitalismo más difícil que estimar a ojo la distancia de una galaxia (...) Las previsiones oficiales de las reservas potenciales de petróleo por tanto están exentas de toda credibilidad, y oscilan entre un amplio rango de magnitudes según provengan de las oficinas de propaganda de las compañías petrolíferas o, por ejemplo, de los fabricantes de automóviles" Han pasado 25 años y nada ha cambiado, las estimaciones de las reservas del oro negro son innumerables y a menudo contrastantes. Lo que cuenta es tenerlo hoy a buen precio; entre las diversas razones de la inminente repartición imperialista de Irak está que en aquella región pueden arramblar con el petróleo a bajo coste de extracción.

Desde un punto de vista termodinámico los científicos/as tienen razón: nada sale gratis, ni siquiera en la naturaleza. Y los vivos el pan se lo tienen que ganar con el sudor de la frente. Pero, como en otras ocasiones se ha afirmado, la cuestión no es solamente o principalmente técnica. La ciencia hoy está subyugada por las exigencias de la época en la que vivimos, el capitalismo, que con sus leyes basadas en el beneficio determina si una cosa cualquiera es "científicamente aceptable" o no. Un fármaco se estudia con el fin de sacar provecho económico y los eventuales beneficios para la humanidad son solo un "efecto colateral". Es con el criterio del Beneficio con el que se decidirá si el proyecto hidrógeno se lleva adelante o por el contrario se deja que se acartone en los estantes de alguna biblioteca universitaria.

Hay un segundo aspecto en el que nos interesa hacer hincapié, y es que en el plano social, nada cambiaría con energías alternativas, el enfrentamiento Capital-salario de hecho no cambiaría, y los patronos continuarían arrancando plusvalía y haciendo la vida igualmente un infierno al proletariado. Éste no se debe dejar engañar por las hueras palabras de los ecologistas sino dedicar sus esperanzas y energías a su oposición como clase a la clase enemiga.

El capitalismo decadente con su modo de producción y consumo despilfarra enormes cantidades de energía. Materias primas parten de un país donde el coste de extracción es más bajo, para ser elaboradas donde son más bajos los costes de manufactura, para por fin viajar hacia países donde encuentran un mercado capaz de pagarlas. Sobre ello escribíamos ya en el 78: "La futura sociedad comunista tolerará precios altos, altísimos de la energía, si queremos utilizar la categoría burguesa monetaria, en el sentido de que se librará del enorme y sistemático derroche vigente en el ordenamiento capitalista. En el transporte relegando a usos de urgencia las flotas aéreas de todas las compañías que hoy emplean los burgueses persiguiendo en celo al capital por el mundo, así como redimensionando el uso exacerbado e impuesto por los irracionales medios de transporte individuales sin renunciar a ninguna posibilidad de desplazamiento de las personas con medios de transporte colectivo".

Los Rifkin y los "científicos" estas evidentes "simplicidades" revolucionarias no las pueden "ver" por implacable determinación de clase.
 
 








TESIS SOBRE LA FUNCIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA EN LA REVOLUCIÓN PROLETARIA
Resolución del II Congreso de la Internacional Comunista, 1920
 
 
 
 
 
 


FRUCTÍFERA REUNIÓN DE TRABAJO
Florencia, 25-26 enero 2003




- Curvas de las Producciones
- Historia de la guerra civil americana
- Origen de los sindicatos en Italia
- ¿Guerra preventiva o prevenir la guerra?
- Militarismo y antimilitarismo.
 

El partido convocó su reunión de trabajo, que hace el número 85 desde 1974, en la ciudad de Florencia los días 25-26 del pasado mes de enero. Estuvieron presentes representantes de nuestros grupos en Italia, además de nuestros compañeros de Francia, España e Inglaterra.

Hemos podido comprobar de nuevo el clima de seria preparación revolucionaria que nos distingue, lejos de cualquier tipo de personalismo y de búsqueda impaciente de resultados inmediatos, que sabemos que son imposibles, y dentro de un ambiente de trabajo fraternal al cual están llamadas a encuadrarse todas las fuerzas, jóvenes y menos jóvenes.

El partido comunista – liberado finalmente en su interior de todo tipo de debate así como de lucha política, la cual dedicamos exclusivamente a nuestros muy numerosos y aguerridos enemigos – estudia atentamente la evolución de la situación social que le rodea, en particular la que vivimos en estos meses, en los que parece que se precipita la crisis ya esperada entre los imperialismos, según las trayectorias históricas que el partido siempre ha previsto con exactitud científica.

Pero la función del partido exige que mantenga su propio horizonte, su conocimiento y su sentimiento muy por encima y, en un cierto sentido, inmune a la situación contingente. La situación que viven los comunistas comienza hace un millón de años, cuando un simio se agachó para coger una piedra, y llega hasta un mañana, ni milenario ni milenarista, sino simplemente de una posible y próxima recomposición humana, cuando el capitalismo, una vez agotada su poderosa función revolucionaria corrosiva y destructora a escala mundial, sea abatido por el ejército, hermanado y decidido, de sus enterradores.

* * *

Algunos relatores llegaron a Florencia ya el jueves por la mañana, y de esta forma fue posible poner a punto el resumen del informe económico, con los gráficos de los datos más recientes, y afrontar conjuntamente algunos problemas relativos a la redacción y manutención de la dirección del partido en Internet, técnicas que no tienen nada de trascendentales (mucho más difícil era para los frailes de los conventos escribir en los pergaminos), y en las que cualquier compañero puede colaborar.

El sábado por la mañana tuvo lugar la reunión organizativa, con especial atención dedicada a los planes editoriales en los órganos del partido en las distintas lenguas. No esperamos un aumento de las fuerzas del partido debido a una especial actividad o técnica de propaganda, sino a un renacimiento de la necesidad y búsqueda de orientación de las nuevas levas proletarias, unidas a la continuidad viviente del partido, diáfano en sus posiciones doctrinales, en sus directrices de batalla y en su exclusivo, espontáneo y cristalino método de trabajo comunista.
 

Curvas de las Producciones

Como es habitual comenzamos los trabajos en la mañana del sábado, con la exposición de los cuadros estadísticos actualizados según la marcha de la crisis. Durante esta reunión hemos probado satisfactoriamente una "pizarra luminosa", que proyecta aumentados gráficos y tablas dibujados en una transparencia, el auditorio puede de esta manera seguir más fácilmente la exposición, que puede abordar los fenómenos más diversos, tanto en el tiempo como en el espacio geográfico.

De esta forma hemos expuesto los diagramas de las producciones referentes a todo el ciclo semisecular de esta segunda posguerra, para los principales países, poniendo en evidencia tanto la marcha declinante de la tasa de ganancia, como las repetidas alternancias cíclicas, con continuas caídas por debajo de la media en todos los capitalismos.

Por lo que respecta a los dos últimos años se ha observado un "aumento" basado en datos mensuales.

Es particularmente impresionante el gráfico de la producción industrial de los Estados Unidos: según datos oficiales, se trata de la peor crisis desde 1929. En enero de 2002 caía un 17% respecto al año anterior; en octubre de 2002 marcaba un 12% menos que en el mismo mes de 2001, el cual ya arrastraba igualmente una caída del 6,6% respecto al año 2000. Según los últimos datos disponibles, correspondientes al mes de octubre de 2002, la recesión marcaba un 17,8% más que el máximo precedente.

A la vista de esto es inútil preguntarse acerca del deseo de guerra por parte del capital americano.

También los países europeos están en recesión, pero con una gravedad menor. Japón, no obstante, sin llegar a la producción de los años 90, da algún signo de recuperación. Pero la crisis aquí, en Europa o en cualquier otro sitio sólo se está posponiendo.

Todavía no se han expuesto los gráficos relativos a los países de nueva industrialización, necesarios para completar el cuadro de un capitalismo "global" que en América, Europa y Japón está ya superpodrido y que literalmente se sobrevive a sí mismo – por eso le urge la guerra – o países como China o Brasil que parecen que todavía pueden seguir adelante (lo cual no significa que puedan eludir la guerra). En la próxima reunión se expondrán los diagramas, que estamos preparando, de China, India, Corea del Sur, Brasil, Argentina, Méjico y, entre los "viejos", para completar, añadiremos a Bélgica.
 

Historia de la guerra civil americana

La prosecución del informe sobre la guerra civil americana ha tratado el periodo que va desde comienzos de la década de los años 50 del siglo XIX hasta el estallido de la guerra de secesión. Se trata de un periodo en el que todos los problemas de convivencia entre las dos economías norteamericanas, la industrial, financiera y comercial del Norte, y la predominantemente agraria y esclavista del Sur, aparecen como enemigos irreconciliables.

Tras la crisis de California, que pretendía ser no esclavista, en 1854 estalla una crisis aún más grave en Kansas, un nuevo estado que el Sur quería convertir en esclavista; la cuestión de Kansas, en la que incluso hubo choques violentos, marca el resquebrajamiento entre los dos sectores del partido demócrata, que hasta ese momento habían estado unidos. El Midwest de los pioneros no sigue la política filoesclavista del partido, y romperá con él con motivo de las elecciones presidenciales que verán a Lincoln, candidato del nuevo partido republicano, victorioso.

Pero el Sur no podía conceder nada, so pena de caída imparable de su sistema económico; cuando por fin los republicanos envían a la Casa Blanca a su representante, once Estados del Sur declaran la Secesión y la creación de los Estados Confederados de América. Lincoln se muestra posibilista sobre la cuestión del esclavismo, pero inflexible acerca de la integridad de la Unión. Y llega la guerra.

El informe hace especial hincapié sobre la situación de las dos partes ante la guerra: el Norte es aparentemente superabundante en potencial económico y población, pero una serie de condiciones particulares ofrece al Sur ventajas que, sobre todo en los dos primeros años, contribuyen a restablecer el equilibrio.

"Desde cualquier punto de vista que se mire, la guerra civil americana presenta un panorama sin precedentes en los anales de la historia militar. La enorme amplitud del territorio en liza, la vasta extensión del frente y de las líneas de operaciones; la consistencia numérica de los ejércitos enemigos, cuya organización tenía muy poca base en su anterior estructura organizativa; el colosal coste económico de estos ejércitos; el modo de conducirlos y los principios tácticos y estratégicos generales mediante los que se dirige la guerra, todos ellos son elementos nuevos a ojos del espectador europeo".

A estas palabras de Marx de 1862 se pueden añadir otras innovaciones de la guerra que dejarán su impronta en la historia militar de los años venideros: innovaciones en la táctica militar, ligadas a la utilización de la infantería, de la artillería, de la caballería y de la marina. Crece la importancia de la táctica defensiva, y del genio, y sobre todo, en una guerra de larga duración (otra novedad), de las destrucciones a retaguardia, del terror sistemático, de los bombardeos, de la implicación de la población civil en la guerra.
 

Origen de los sindicatos en Italia

Durante esta Reunión General se expuso la tercera parte del estudio sobre el nacimiento de la CGL en Italia.

Con la ayuda de amplias citas, incluyendo textos de dirigentes sindicales de la época, se demostraba cómo en el nuevo sindicato prevalecía una concepción en absoluto extrema de la lucha de clases. Respecto a ciertas cuestiones particulares como los destajos o las diferencias salariales, se asumían posiciones y se planteaban reivindicaciones ligadas a las necesidades generales de la economía. "Los daños recaerán sobre los trabajadores cuando la estrategia sindical se desinterese de las exigencias legítimas y objetivas de la producción".

La Confederación, en la práctica y debido a la presión de los mismos obreros, "abandonando el viejo y simplista concepto de la abolición del destajo" tendía a aceptarlo. El Tercer Congreso de los metalúrgicos, en octubre de 1907, deliberó acerca de la propaganda a realizar para sustituir el destajo individual por uno colectivo.

Acerca de las horas extraordinarias, al igual que plantea el sindicalista actual, deberían "pagarse muy bien", y de esta forma el patrón no tendría interés en su realización, debido a su alto coste.

Las Federaciones aceptaban la propuesta patronal de conceder fuertes aumentos salariales a una minoría de obreros especializados manteniendo estacionario el salario de la masa.

En definitiva, también en esa época el planteamiento reformista de la dirección de la CGL hacía suyo el concepto, y la certeza, de un desarrollo productivo creciente y de unos efectos positivos intrínsecos y objetivos para los trabajadores. Esto implicaba plegarse a las exigencias de la burguesía "más avanzada" y de los "sectores punta". Los aumentos salariales para la minoría superior de la clase obrera sellarían, en el plano sindical, esta "alianza para el progreso".

Así concluye el historiador de la CGL: "El papel de las Federaciones iba perdiendo los caracteres típicos de la organización de clase para asumir otros más imprecisos, ambiguos y en apariencia dotados de mayor poder, como eran los de coparticipar en la gestión y en la vida productiva de la empresa".

Hablamos de 1907. Al proseguir el estudio veremos cómo reaccionará la clase obrera italiana, a la llegada de la crisis y de la I Guerra Mundial, ante el comportamiento de la CGL y de sus dirigentes.
 

¿Guerra preventiva o prevenir la guerra?

El domingo por la mañana comenzamos con el informe sobre la "cuestión militar".

En el sistema social capitalista la cuestión se esta convirtiendo en un lío infinito: ¿habrá guerra en Irak?, parece ser la pregunta dominante. Nosotros respondemos que ya ha empezado, y que no ha terminado desde 1991 hasta hoy. Y esto no se debe exclusivamente a la maldad del Rais. Si hay guerra en Irak se tratará de una nueva escalada del Capital mundial para asegurarse posiciones de dominio ante cualquier intento de reanudación de la lucha de clase. Como puede verse, nada nuevo bajo el sol.

En términos sociales la guerra es permanente, ya que la presión sobre el proletariado es constante y cada vez más dura. En términos puramente "militares" la guerra es una realidad muy específica, tanto que solamente en el siglo XX ha dado como resultado dos guerras generalizadas, mundiales, y cerca de 160 conflictos regionales, el último de los cuales parece ser la actual promesa de choque entre el imperialismo occidental y el mundo islámico, en particular Irak.

El término acuñado por Bus tras el ataque a las torres gemelas, "guerra preventiva", no es ninguna novedad. Por ejemplo, el Estado de Israel la ha practicado más de una vez, justificándolo por el cerco al que era sometido, en cuanto Estado, por el conjunto de los Estados árabes.

¿Entonces, por qué tanto escándalo como si la doctrina Bus fuese enunciada por primera vez?

El hecho es que la única guerra "preventiva" que conocemos nos afecta a nosotros, y siempre ha sido defendida por el Partido Comunista, para evitar una futura sangría contra el proletariado a escala mundial.

Pero somos lo bastante lúcidos para decir que hoy la clase obrera no está en grado, al menos por el momento, de prevenir al ataque burgués. Pero al tiempo que no renunciamos a nuestras posiciones tácticas y estratégicas, nos encontramos frente al peligro de que sea la burguesía la que golpee primero a nivel general, según sus cálculos económico-sociales, pero también en sentido estricto.
 

Militarismo y antimilitarismo

En esta reunión se ha visto el primer informe de la serie acerca del militarismo y antimilitarismo.

La exposición comenzó con el análisis de la introducción del servicio militar obligatorio tras la constitución del Estado unitario italiano y el impacto negativo que esto tuvo, especialmente entre las poblaciones del centro y del sur, tanto desde un punto de vista psicológico, ya que esta obligación hasta ka fecha había sido desconocida, como desde un punto de vista económico y social: el reclutamiento durante un periodo de cinco años, provocaba que los jóvenes abandonasen sus localidades en plenitud de facultades e imponía a los viejos y a las mujeres la pesada tarea de sacar adelante a la familia. Basta con pensar en el tipo de agricultura de la segunda mitad del siglo XIX para hacerse una idea de lo dañoso que había sido el servicio militar obligatorio en la población rural y proletaria.

La primera e instintiva forma de reacción espontánea provocó, como manifestación de masa, la deserción y la renitencia, fenómeno éste que en los primeros años, alcanzó cifras elevadísimas, con una media del 40% en los ex-Estados Pontificios y borbónicos, alcanzando en algunos casos más del 50 por ciento.

El fenómeno de la renitencia pronto se multiplicó debido a las brutales represiones adoptadas por el Estado: sólo en 1865 los tribunales militares dictaron 146 condenas de muerte, instruyendo alrededor de 8.000 procesos con otras tantas condenas. En el mismo periodo los detenidos en cárceles militares llegaban a unos 2.300. Muy frecuentemente el recluta simulaba enfermedades o incluso se provocaba mutilaciones. En el desarrollo del informe se mencionaron los métodos más frecuentes adoptados por los reclutas y la reacción de los jefes militares que para escarmentar y descubrir a los simuladores llegaban a practicar auténticas torturas. En un manual militar de 1875 se lee: "En los casos en los que el individuo se obstina y rechaza claudicar, y se tienen grandes indicios de simulación se debe recurrir sin titubeos a la aplicación de productos cáusticos, electricidad y duchas frías, medios que descubren infaliblemente a los simuladores".

Dentro de los cuarteles la disciplina se conseguía mediante la represión y, ante la más mínima sospecha de insubordinación, se empleaba el calabozo (que podía ser simple, de rigor, encadenado...), el destino a batallones disciplinarios y de castigo, etc. Las condiciones a las que eran sometidos los soldados sólo pueden imaginarse si tomamos en consideración los casos de suicidio verificados en el decenio 1874-1883. Según los datos oficiales, en este periodo, se verificaron 777 suicidios, alcanzando 86 en 1880. Cada 4-5 días un soldado se quitaba la vida. No eran raros los casos en los que algunos soldados, enloquecidos, la emprendían a tiros con sus compañeros o superiores.

En los últimos años del siglo XIX, cuando se afianzaron en Italia las primeras organizaciones proletarias, la relación entre ejército y país se presentaba en estos términos: el intento de evitar las quintas obligatorias se reprimía sistemáticamente, y era sustituido en la conciencia popular, por una resignada aceptación. Pero no obstante permanecía en la conciencia de la inmensa mayoría de la población una fuerte hostilidad hacia el militarismo y sus mitos. Esto determinó la permanencia, incluso en los documentos oficiales de las organizaciones proletarias, de temáticas comunes a las corrientes del pensamiento democrático tales como la denuncia de los ejércitos permanentes ruinosos para las finanzas públicas y peligrosos para la libertad. Pero, junto a esto, cada vez ganaba más terreno el análisis hecho bajo la óptica de clase y la condena del militarismo entendido como un instrumento de represión contra las luchas y las reivindicaciones proletarias.

A este respecto, junto a las exposiciones de datos y episodios de represiones violentas, se leyeron unas magníficas citas del texto "Militarismo y Antimilitarismo" de K. Liebknecht.

En cuanto el Estado italiano puso en práctica su política expansionista con las empresas africanas, recibiendo, por su "misión civilizadora" el aplauso de las corrientes democráticas y radicales, tradicionalmente antimilitaristas, le tocó a los movimientos proletarios y socialistas la prerrogativa exclusiva de condenar y rechazar la política militarista.

Fue precisamente en esta ocasión donde se delineó netamente la actitud de oposición del movimiento socialista interpretado sobre todo por las posiciones de Andrea Costa que, desde los bancos del Parlamento, denunciaba de manera inequívoca, la política militarista del Estado y separaba los intereses del proletariado de los de la burguesía.

La advertencia de Andrea Costa: "No os daremos ni un hombre ni un céntimo", caracteriza todavía hoy el rechazo, por parte del proletariado, a hacer causa común con su propia burguesía, ni en guerra ni en paz.
 
 

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La reunión concluyó con una unánime satisfacción, y se cerraron los últimos acuerdos para la preparación de la prensa y la difusión de algunos textos propagandísticos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


CAMBIAN LO BLANCO EN NEGRO
 

Periódicamente reflejamos en nuestra prensa de partido acontecimientos que ponen de manifiesto la necesidad social, e incluso hasta biológica de acabar definitivamente y a escala planetaria con el capitalismo. Ya Marx y Engels advertían premonitoriamente desde sus escritos acerca del carácter letal y asesino de la producción capitalista y de sus redes de distribución, y así no sólo la especie humana, sino toda la vida sobre el planeta está sometida a la amenaza continua que suponen las leyes mercantiles.

Vivimos actualmente en plena era del petróleo. Así será recordado por las generaciones futuras este periodo nefasto que ha hecho de él un elemento clave y estratégico.

Desde su extracción en los lugares más dispares, el petróleo y sus derivados, deben ser transportados, generalmente por vía marítima, hasta los puntos de consumo. Los buques encargados de tal misión se convierten así en gigantescos depósitos flotantes y autopropulsados, muchos de los cuales difícilmente superarían los estrictos controles, que en teoría, deben pasar cada cierto tiempo. Para aminorar costes, muchos petroleros disponen únicamente de un casco, lo cual les hace especialmente vulnerables ante cualquier contingencia. Unamos a esto unas tripulaciones en las que el personal técnico cualificado se cuenta con los dedos de una mano (estamos hablando de barcos gigantescos de más de 100 metros de eslora). Tenemos pues todos los ingredientes para que las catástrofes estén servidas: empresas navieras con buques poco seguros, que eluden las revisiones y las reparaciones preceptivas; gobiernos que miran para otro lado para no estorbar el negocio; tripulaciones variopintas en preparación y nacionalidades, sometidas a condiciones de trabajo infames, todo lo cual hace muy difícil el gobierno del buque en caso de apuro. Todos estos factores, unidos a un mar infernal, propiciaron que el 13 de noviembre de 2002 el capitán griego Mangouras lanzase el preceptivo MEDÉ a unas 27 millas marítimas de Finisterre. Comenzaba la tragedia.

El petrolero monocasco Prestige tenía una importante vía de agua que amenazaba su estabilidad. El accidente puso de manifiesto la falta total de medios por parte de las administraciones españolas competentes, las cuales tuvieron que recurrir a empresas privadas extranjeras para asegurar el remolque del petrolero. No faltaron las mentiras disfrazadas de declaraciones tranquilizadoras, en concreto las del Vicepresidente del Gobierno Rajoy: "Salen unos hilillos…" así definía el vertido de miles de toneladas de fuel que irremisiblemente alcanzarían la costa gallega tras el hundimiento final del petrolero.

En una región como Galicia, que vive en gran parte del mar y para el mar, el alcance de la catástrofe, unido a la indiferencia de los gobiernos central y autonómico, propició que fueran los trabajadores del mar y la población obrera, los que tomaran el asunto en sus manos los primeros días. Con métodos rudimentarios pero eficaces, cientos de personas hicieron posible que la peor marea negra de la historia de Europa no alcanzase los ricos caladeros de las Rías Bajas, lo cual habría supuesto la ruina y el paro a miles de trabajadores y trabajadoras. Más tarde, y ante el cariz que tomaban las protestas, el Estado hizo su aparición. Paralelamente comenzaron a llegar espontáneamente oleadas de voluntarios de todas partes de España para ayudar a los trabajadores gallegos a limpiar las costas. Otra iniciativa que el Estado burgués se apuntaría como propia, movilizando además al ejército con mucha posterioridad, y dejando que la buena intención de los miles de voluntarios le ahorrase los costes de una campaña de limpieza que en teoría le correspondía, y de la que casi nada quiso saber en la práctica. Sirva como ejemplo saber que por la localidad coruñesa de Muxía pasaron, desde la llegada del fuel a la costa, unos 40.000 voluntarios apoyados por 30 militares.

Respecto al viejo Prestige y su tripulación, decir que tras obligarle a pasearse erráticamente (se intentó situarlo en aguas portuguesas, pero buques de guerra de ese país lo impidieron), acabaría partiéndose en dos por arrufo y hundiéndose tras esparcir una gran parte de su carga por todo el litoral gallego y parte del Cantábrico. En su interior, y sin garantía alguna que evite su salida futura, quedan unas 50.000 toneladas de fuel. ¡Sólo queda encomendarse a Neptuno o a la Virgen del Carmen!

La tripulación, presa del pánico fue evacuada, y más tarde lo serían los oficiales al mando del barco. El capitán griego Mangouras fue detenido por la Guardia Civil nada más poner los pies en tierra y encarcelado. Tras fracasar la estrategia del gobierno burgués del PP de hacerle único responsable del desastre, fue puesto en libertad tras unos meses en prisión.

En 1999, las costas de Bretaña se vieron inundadas por el vertido de petróleo del Erika. Plus jamais ça fue el lema que se coreó con la vana pretensión de crear conciencia donde sólo puede existir interés comercial. La historia se ha vuelto a repetir muy cerca, en el espacio y en el tiempo, con el mismo lema pero esta vez escrito y coreado en lengua gallega, Nunca Máis. Nunca Más capitalismo, nunca más leyes mercantiles con la prerrogativa fatal de convertir lo blanco en negro. Sus sepultureros existen desde hace muchas décadas, sólo queda que cumplan su faena de una vez por todas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 


NOTICIARIO

"Casos aislados"

Este es uno de los argumentos favoritos de los apologistas del capitalismo cada vez que su modus operandi nos demuestra que no estamos ante el "mejor" de los sistemas posibles. En esta ocasión el material crítico nos ha sido suministrado por ese filón inagotable que es el sector alimentario. Resulta que en Portugal, (pero sucederá lo mismo en todas partes), se les ha ido la mano administrando nitrofuranos en los criaderos de aves. Estas sustancias, que son altamente cancerígenas, se utilizan para acelerar el engorde de los animales. De la magnitud del hecho en cuestión dan fe las declaraciones del ministro portugués Sevinate Pinto al afirmar: "La crisis es mucho peor de lo que todos se imaginan". Además de estas declaraciones, otro dato demoledor, y que demuestra el carácter nada "aislado" del suceso, lo tenemos en los análisis realizados en Bélgica por una asociación de consumidores portuguesa. Los resultados de estos análisis demuestran que una inmensa mayoría (16 sobre 20) de las muestras analizadas contenían los dichosos nitrofuranos, que además se utilizan también en la fabricación de piensos compuestos para todo tipo de animales, peces incluidos.

Ataque de CCOO contra los trabajadores y respuesta obrera

Como institución estatal que son, no dudaron ni un segundo en avisar a los antidisturbios para desalojar a los trabajadores reunidos en asamblea en sus locales. Sucedió en Madrid el pasado mes de febrero, cuando los trabajadores de la empresa SINTEL celebraban una asamblea en la sede de CCOO de Madrid para debatir el incumplimiento de los acuerdos alcanzados en agosto de 2001, y que supusieron el fin de las llamativas movilizaciones que realizaron para defender su sustento. Tibieza al condenar la guerra imperialista y firmeza para ordenar la represión de los obreros, así funcionan los modernos sindicatos verticales de la democracia. Que los obreros de SINTEL no olvidaron la jugarreta lo demuestra su valiente actitud en la manifestación del Primero de Mayo en Madrid, donde el secretario general de CCOO, Fidalgo fue primero abucheado y luego recibiría la misma medicina que él y sus secuaces aplicaron en febrero, ya que le dieron un estacazo con el palo de una pancarta. La solidaridad de todo el aparato estatal, parlamento, prensa, etc, con los bonzos sindicales fue unánime, de tal manera que obligaron al trabajador de Sintel que realizó tan higiénica acción a pedir públicamente perdón, no vaya a ser que cunda el ejemplo.

Segurpederastia S.A

Según informaciones suministradas por la prensa, la mayoría de las diócesis irlandesas tienen contratadas pólizas millonarias para cubrir las cuantiosas indemnizaciones que se piden en las condenas por pederastia contra miembros del clero católico. Asimismo, los sacerdotes irlandeses cuentan con un fondo especial de 10,6 millones de euros para afrontar las demandas. ¿Cuál ha sido la compañía aseguradora, lo suficientemente irresponsable que ha firmado ese contrato? Todo queda en casa. Se trata de la compañía Church & General, controlada en parte por la Iglesia.

Israel: represión que no cesa

Casi todos los días el ejército de Israel brinda al mundo las hazañas de su singular batalla contra los campos de refugiados y ciudades palestinas. El pasado mes de marzo, junto a los casi rituales asesinatos de trabajadores palestinos, una excavadora del ejército israelita aplastó intencionadamente a la pacifista estadounidense Rachel Corey, de 23 años. La muchacha se situó delante de la excavadora para impedir la demolición de unas viviendas palestinas, pero de nada sirvió su valeroso gesto ni su condición de ciudadana del estado-patrón de Israel.

Ahora, tras el final de la guerra de Irak, los trabajadores palestinos no van a ver resuelta su miserable situación, siendo como son moneda de cambio de las transacciones interimperialistas. Su explotación económica y la salvaje represión de que son objeto, tanto por parte de Israel, como de su propia "Autoridad" continuarán siendo la norma habitual hasta que su aliado natural, el proletariado internacional, aseste al monstruo capitalista el golpe definitivo..

Brasil: demagogia efímera

Que el fenómeno Lula no fuese otra cosa que populismo (dígase demagogia) socialdemócrata, ya se sabía, pero hacían falta hechos para convencer a los trabajadores que les votaron. Los hechos no tardaron en llegar eligiendo Lula como vicepresidente a José Alencar, capitalista del sector textil. De ahí el apoyo que dicho gobierno ha recogido entre la patronal, la Iglesia católica y las protestantes. No puede decirse lo mismo de los trabajadores, que desilusionados ante las promesas no cumplidas ya han comenzado las huelgas, como sucedió a finales del pasado mes de marzo en el sector metalúrgico de Sao Paulo. Precisamente la cuna política del obrerista-demagogo Lula.

El "amigo de Europa"

Que la UE hubiese apostado por Djindjic como primer ministro serbio, es una clara muestra de la debilidad actual de la política exterior de este bloque imperialista, pero lo cierto es que el margen de elección era muy estrecho. Oscilando desde el nacionalismo expansionista a la Milosevic al democratismo de corte occidental, Djindjic y el sector de la burguesía serbia por él representado, parecían haber escogido la senda de la integración en la UE. Su asesinato confirma que este camino, no va a ser nada fácil dado que no era del agrado de Rusia, pero sobre todo no era del agrado de EEUU, interesado en mantener un foco de permanente inestabilidad en los Balcanes o lo que es lo mismo, en el corazón de la vieja Europa.

Revueltas en Bolivia

Con unos salarios de los más bajos de todo el continente suramericano, y unas exigencias cada vez más apremiantes por parte del FMI (Fondo Monetario Internacional), el polvorín boliviano hizo explosión el pasado mes de febrero. Las repercusiones de la crisis económica son de tal calibre, que hasta los cuerpos de represión de la burguesía se amotinaron por falta de pago. Con un 90% de la población en la miseria más absoluta no tardarán en repetirse este tipo de revueltas, que deberán transformarse, antes o después en lucha contra el sistema capitalista y sus instituciones.

Saqueos y custodias

Durante la pasada guerra de Irak, junto a las masacres de la población civil y soldados iraquíes, todos hemos visto los lamentables efectos de los saqueos y destrucciones cometidos contra los tesoros artísticos y arqueológicos que albergaban los museos y bibliotecas de Bagdad. Los soldados americanos tenían orden expresa de mirar hacia otro lado. No sucedió así con el Ministerio del.... Petróleo [¿sería casualidad?] pues estaba fuertemente custodiado por las tropas americanas. Los desmanes provocados por los saqueadores, y la pasividad, cuando no participación activa, de los militares yanquis, provocaron la dimisión del asesor cultural del Presidente Bush, Martin Sullivan, que a tenor del nivel intelectual de su "pupilo", era una figura más bien decorativa.

Huelga ferroviaria europea

El pasado 18 de marzo tuvo lugar una huelga del personal ferroviario de Francia, España, Italia, Inglaterra y Suecia. Pese a los intentos de boicoteo por parte del aparato del estado (donde están incluidos por méritos propios los sindicatos del régimen burgués), la huelga obtuvo un amplio seguimiento, fiel reflejo del cotidiano empeoramiento de las condiciones de trabajo de los ferroviarios. Este pequeño paso adelante ha puesto de manifiesto que es posible, y necesario, organizarse a nivel internacional desde la base con organismos independientes de las confederaciones oficiales a sueldo del estado capitalista.
 
 
 
 
 
 
 


EL PACIFISMO Y LA LUCHA SINDICAL
 

Recientemente el movimiento sindical obrero se ha encontrado de nuevo ante el problema de la guerra y cómo afrontarlo.

La guerra, pese a las movilizaciones del movimiento pacifista, estalló finalmente y sin ningún tipo de contemplaciones, resultando vencedor el bando que la deseaba. Ni las masivas manifestaciones del "movimiento por la paz"han obtenido su objetivo, ni las innumerables banderas colocadas en los balcones, ni las invocaciones del "Santo Padre". Éste último, tras haber inútilmente implorado a Bush y Saddam, dirigió sus súplicas a la Virgen, que nunca dice que no, pero no ha podido detener los tanques y los B52. Es cierto que, en otros tiempos, los Dioses han abierto o cerrado mares o prolongado el día para decidir el curso de las batallas. Pero eran otros tiempos.

Desde siempre, en el así llamado "movimiento por la paz" confluyen corrientes diversas que representan a todas las clases de la sociedad. Pero la presunta, común, obvia, unánime y coral condena a la guerra se basa en un irreparable equívoco ya que esa aspiración tiene un origen y un significado distintos, si no opuesto, para las diversas clases.

El "Partido Europeo", que representa al gran capital y a las grandes finanzas a este lado del Atlántico, cada vez más enfrentados a los americanos, estaba contra esta guerra. Los magnates del dinero no han salido a la calle personalmente para agitar banderas, pero manejan sólidamente el timón de los poderosos medios de propaganda, de los partidos y de los fieles sindicatos del régimen, para manejar la frágil Opinión Pública a su antojo. Para el Capital, aunque a menudo las guerras son "injustas", no por eso dejan de ser "necesarias". Distinguirlas es facilísimo: son "necesarias" si hay algo que ganar; son "injustas" si los que consiguen algo son los demás. Ejemplo: para los capitalistas europeos, que se preparaban para repartirse Yugoslavia, los bombardeos sobre Belgrado, (mucho peores que los realizados sobre Irak), eran "necesarios"; los realizados sobre Bagdad, por el contrario, son "injustos, ya que quedarán al margen de los jugosos contratos petroleros que repartirá la nueva "administración democrática" impuesta por los "liberadores". El resto del trabajo lo han hecho los talk-show.

También la Iglesia de Roma, con sus bancos y sus gigantescos aparatos y materiales negocios terrenales, esta vez parece que se ha unido al bando "pacifista".

Hoy, el Capital europeo, pese a todas sus diferencias internas, habla de paz y de aversión a esta guerra, porque debe prepararse, y preparar, otra guerra, la suya. Ya se sabe que las guerras siempre se hacen a favor de la paz, y es necesario presentar siempre a un malvado "malísimo", enemigo de la paz, con el fin de que motivar a los desgraciados que van a combatir. Los capitalistas americanos siempre han mostrado a sus proletarios, cada vez más empobrecidos y nada convencidos, un malísimo y "terrorista" Saddam, los europeos han echado las culpas al militarista Bus, contra quien se ha gritado en las manifestaciones de todo el mundo, al igual que en la primera guerra fue "militarista" el Kaiser, en la segunda Hitler...

En realidad todos los capitalismos son militaristas, el militarismo es un componente propio de su economía y es inimaginable un capitalismo sin militarismo. El militarismo no es un hecho degenerativo del capitalismo, impuesto por obra de una cínica y vil banda de criminales en el poder: esa banda de criminales cínicos y viles, ha llegado al poder porque es la mejor, la más perfecta representante de la naturaleza y de los intereses fundamentales del Capital.

Su democracia burguesa y su sistema electoral-parlamentario no son más que una forma retórica y un manto litúrgico con los que los gobiernos de los Estados se presentan ante el pueblo.

Por un lado, lo que puedan desear los ciudadanos, incluso su aplastante mayoría, no determina nada, como se puede ver, la política de los Estados, la cual se decide a muy alto nivel, en conventículos, públicos o secretos, con unos pocos jerifaltes. Estos democratísimos "administradores delegados" del Capital Mundial, deciden entre ellos acerca de la vida y la muerte de millones de sus electores, a los cuales, aterrorizados, sólo se les permite asistir vía televisiva al inapelable veredicto.

Por otra lado, precisamente la forma democrática de la dictadura burguesa, sin impedir en lo más mínimo la hipertrofia del aparato industrial-militar, que realmente decide y ordena, es la que mejor permite el envenenamiento militarista de los ánimos, precisamente porque se basa en la ficción de la voluntad popular y del consenso nacional y patriótico, y debido también a la confusión creada en el momento oportuno por los intervencionistas con disfraz de pacifistas (en la operación Tormenta del Desierto y en la reciente Tormenta yugoslava, en Italia, los sindicatos anti-concertación se quedaron más solos que la una a la hora de condenar la guerra y protestar contra ella en la calle).

En todos los países de Europa, la campaña de opinión contra la segunda guerra de Irak ha sido conducida con la benévola ayuda de los gobiernos y los medios de información. A este movimiento se le ha dado una amplia cobertura en los periódicos y telediarios, incluso en sus aspectos más nimios; la Iglesia lo bendecía cotidianamente e incluso la esposa de Berlusconi ha mostrado sus simpatías.

Empujada por la tormenta – real y mediática – la ruidosa miríada de los movimientos de la pequeña burguesía ha percibido el viento, muy distinto del que soplaba en 1991 y 1998, y algo muy significativo, ha sido invitada y organizada por los sindicatos obreros, "los del régimen", para salir a la calle. Ve que con la guerra llega el fin de su bienestar consumista "en paz" e, igualmente, la culminación de la prepotente tiranía del gran capital globalizado que derrumba sus ilusiones y míseros conceptos de conservación del estado de cosas presente, mal disimulados con los conceptos de Libertad, Justicia, Individuo, Autonomía, Igualdad, etc. Estos pequeños burgueses han visto claramente cómo se ponía en verde el semáforo para el Gran Hermano y una vez más los muy mezquinos se creen que los Estados, las Iglesias, los Sindicatos oficiales y las televisiones han recuperado la cordura, y que basta apoyarlos moralmente para que actúen en beneficio de la humanidad.

La lectura marxista de la guerra como fenómeno, formulada por la secular tradición del comunismo de izquierda, niega y denuncia este trágico engaño y auto-engaño. Las posiciones programáticas de la clase obrera echan por tierra las reivindicaciones del movimiento pacifista; el proletariado no espera un retorno utópico del capitalismo a la paz, sino la negación revolucionaria, tanto de la guerra como de la paz burguesa, que son algo único e indivisible.

La clase obrera, tal y como expresa su contingente movimiento defensivo-sindical, tiene una actitud propia diametralmente opuesta a las predominantes. Es enemiga y lucha contra el capital desde ante de la guerra, ya que está oprimida y es enemiga de los burgueses durante su paz. Para el proletariado la guerra no viene a "romper el encanto de la paz", no es quien viene a "turbar la paz", no es la "negación" de la paz, sino su continuidad. Para el proletariado la guerra se presenta como lo que es real y principalmente, un ulterior ataque burgués contra sus condiciones y como tal la combate en una continuidad de experiencias y de instrumentos, sindicatos y huelgas, de los que ya dispone previamente en tiempo de paz.

La consigna de contra la guerra, huelga general, es por lo tanto ya clásica.

Esta percepción de la guerra imperialista por parte de la clase trabajadora, que se deriva de sus condiciones de vida y de trabajo, no se basa en principios ideales como los muy burgueses y falsos de la Igualdad de las Naciones, del Derecho Internacional, de la Libertad de Comercio, de la Solidaridad Internacional, de la No Violencia, etc, sino en un dato histórico primordial, aunque sólo se intuya, a saber que la guerra imperialista es la "guerra de los patronos", que en última instancia es solamente guerra de clase, mediante la cual el Capital Mundial resiste y ataca a la clase obrera.

El partido marxista explica que esto es cierto a escala histórica y general, y que el mundo no se debate entre Guerra y Paz, sino entre Proletariado y Burguesía, Revolución o Contrarrevolución.

En Italia y en España al menos, las confederaciones sindicales "de base", convocaron huelgas para "detener la guerra", ya sea uniéndose a las poquísimas horas de huelga y a las manifestaciones convocadas por los sindicatos del régimen (en España UGT convocó huelga de dos horas, y CCOO no llegó ni a eso), o bien las han convocado solas y de 24 horas, caso de CGT y CNT en España. En Italia los organismos ministeriales dieron su autorización para la huelga el día 4 de abril y en España el día 10.

En las calles las oposiciones sindicales se han encontrado repetidamente al lado de los movimientos más heterogéneos por su carácter de clase y su doctrina política. ¿Quién no ha estado "contra los americanos"?

Como se podía prever las diversas concepciones políticas que actualmente están en la dirección de los sindicatos anti-concertación, anarquistas y demócratas de todo tipo, pese a reconocer algunas de las más evidentes contradicciones del pacifismo, siguen atados en sus programas y en la práctica al interclasismo más puro. Para todos ellos, reflejo simétrico de la pretensión burguesa según la cual ante la Patria en guerra ya no existen clases y lucha de clases sino sólo sentimientos de solidaridad nacional a la que se debe sacrificar todo, igualmente ante el "mal absoluto" de la pérdida del "bien supremo" de la Paz, todas las clases podrían y deberían abrazarse y luchar juntos por ese objetivo "común" y único.

Siguiendo este planteamiento erróneo, que es totalmente opuesto al tradicionalmente proletario, lucha contra la burguesía y su guerra, los sindicatos de "base" convocaron la huelga del 2 de abril presentándose no como defensores exclusivos de la clase obrera, sino con toda la fraseología del pacifismo "humanitario", tan sumamente obvia que en la práctica pueden decir cualquier cosa, aunque se contradigan, quedando reducidos por tanto a meros portavoces de la "opinión media obrera".

La vieja y nada fácil cuestión de la organización sindical-política sale a la luz en cada fase importante del movimiento. Como sabemos desde siempre los leninistas, cuando un sindicato pretende hacer política, incluso teniendo buena intención, sólo puede hacerla burguesa. Y es otro error, llegado el momento para la clase obrera de pasar de lo sindical a lo político, rechazar la política comunista, aliándose con movimientos y partidos de la pequeña burguesía, haciendo un bloque con otras clases. Un paso que, evidentemente, está por detrás y por debajo del escalón sindical.

Pero, se dice, la oposición a la guerra es una cuestión general, que no afecta exclusivamente a la clase obrera. Es cierto que una parte de la pequeña burguesía es, o puede estar, sinceramente dispuesta a rechazar las bestiales imposiciones bélicas del gran capital. La respuesta es que sólo el proletariado trae consigo la única solución histórica y real a la dinámica social y económica que determina las guerras. El movimiento pacifista burgués, por el contrario, se mueve en tales contradicciones que determinan su propia impotencia disimulada con rimbombantes poses estéticas. Sólo es posible en un futuro que un robusto movimiento proletario construido sobre sus propias bases, de sindicato y de partido, pueda arrastrar tras de sí a algunos sectores de la pequeña burguesía en un sentido anticapitalista.

Lo contrario es precisamente lo que se está viendo hoy, con un movimiento obrero que casi se avergüenza de sus necesarias reivindicaciones, ocultándolas en nombre de la unidad. ¿Hay guerra? Ya no se habla de salarios, de horarios, de pensiones, de precariedad. Hasta se han olvidado de ese pobre referéndum que se iba a celebrar en Italia sobre el artículo 18.

¿Somos débiles? Lo seremos cada vez más presentándonos como lo que no somos. ¿Cómo puede triunfar una huelga dirigida por principios abstractos en los que se ocultan deliberadamente las reivindicaciones proletarias inmediatas, que son precisamente las que la masa obrera siente como suyas y que deben ir unidas indisolublemente al rechazo a la guerra?

El resultado de este alejamiento de la dura realidad repetitiva y cotidiana de la opresión patronal es llevar en el ambiente de los trabajadores el sentido de irrealidad moralista de las frases propias del pacifismo en abstracto, que progresivamente se tienen que revelar como lo que son, palabrería barata, frente al hecho terriblemente real de la guerra que se impone de manera brutal y aparentemente omnipotente. La respuesta al espectáculo mediático que se ha hecho de la guerra, no se encuentra en oponer piadosas intenciones a piadosas intenciones, moralismo a moralismo, confusión a confusión, sino solamente poniendo los pies en la tierra, en el duro terreno de la material, y en nada virtual, elemental lucha defensiva de clase.

Una vez sueltas las amarras de clase, todo se plantea en el ondulante mar del derecho, en la infinita diatriba de si es "justo" invadir Irak para "traer la democracia" con un juego de manos que sustituye la política interna con la política externa, la guerra entre las clases – en Italia, en Irak, en Palestina, en América y por doquier – con la guerra entre Estados, de los cuales algunos serían "menos malos" que otros, con una clase obrera obligada para siempre y en cualquier circunstancia a resignarse ante el "menos malo", ante el "mejor" patrón, actitud ésta típica de la pequeña burguesía.

Resulta significativo que en las huelgas y manifestaciones se hayan repartido hojas que inculpan a Bush y Berlusconi, pero en las que no se dice nada de "nuestra" patronal europea.

La clase obrera tiene un frente propio que defender, un frente internacional contra el que se alinean solidariamente todos los aparentemente "enemigos": el "demócrata" Bush y el "tirano" Saddam, Chirac y Berlusconi, el "derechista" Aznar y el "izquierdista" Blair. En este frente la solidaridad internacional de clase será puesta a prueba ante la guerra imperialista. Si la guerra estalla, el pacifismo burgués habrá perdido irremisiblemente. Entonces el proletariado no aprovechará la guerra para pedir la vuelta al estado de paz, sino para destruir el capitalismo.