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"La Izquierda Comunista" n° 17 - diciembre 2002
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL: Conflicto imperialista en ambos frentes contra el proletariado y la revolución (V – Unir la lucha por las reivindicaciones inmediatas a la lucha del proletariado contra la guerra - Nuestra atrevida denuncia del papel del PCI como pieza esencial de la partida en el bando burgués - No hacia una nueva paz capitalista sino hacia nuevas y peores guerras y hacia la Revolución)  [ 1 - 2 - 3 - 4 - 5 ].
REUNIÓN GENERAL DEL PARTIDO EN GÉNOVA, 25 Y 26 DE MAYO:  La centralización financiera - El curso de la crisis económica - Marxismo y geografía - La Guerra Civil Americana - Las formas del Estado en la Historia humana - Historia de Afganistán - Actividad sindical - Crisis en Palestina
TEORÍA DE LA RENTA DE LA TIERRA Y CUESTIÓN AGRARIA EN LA DOCTRINA MARXISTA:  Sinopsis y ejemplificación numérica de los 15 "Hilos del Tiempo" sobre la Cuestión Agraria publicados en Il Programma Comunista desde el número 21 de 1953 hasta el 12 de 1954
I - Bosquejo introductivo sobre la cuestión agraria.  II - Hechicería de la rentade la tierra.  III - Él, ella y el otro (la tierra, el dinero y el capital).  IV -El capitalismo-revolución agraria.  V - Prosiguiendo sobre la cuestión agraria.  VI - Metafísica de la tierra capital.  VII - Renta diferencial, apetito integral.  VIII - Grandiosa, pero no comestible civilización.
NOTICIARIO:  Relaciones USA-UE - Inspectores de la ONU - Catástrofe del Prestige.

 
 
   


SEGUNDA GUERRA MUNDIAL:
CONFLICTO IMPERIALISTA EN AMBOS FRENTES
CONTRA EL PROLETARIADO Y LA REVOLUCIÓN
(V)

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Unir la lucha por las reivindicaciones inmediatas a la lucha del proletariado contra la guerra - Nuestra atrevida denuncia del papel del PCI como pieza esencial de la partida en el bando burgués - No hacia una nueva paz capitalista sino hacia nuevas y peores guerras y hacia la Revolución.
 


Unir la lucha por las reivindicaciones inmediatas a la lucha del proletariado contra la guerra

Por tanto, los estalinistas no hicieron absolutamente nada por reorganizar a la clase obrera, ni para la defensa de los salarios ni, menos aún, para prepararla para la lucha política revolucionaria. Pero cuando la lucha se desataba espontáneamente, los estalinistas estaban dispuestos para llevar al proletariado al precipicio y a la masacre, por el objetivo burgués de la "liberación del país".

De otro tenor muy distinto era la indicación que el P.C. Internacionalista daba a los obreros, o sea, la de unir la lucha por las reivindicaciones inmediatas a la lucha del proletariado contra la guerra: "Las reivindicaciones que vosotros reclamáis son correctas con la condición de que vosotros, conscientes de vuestro papel histórico, las vinculéis de forma directa a la terrible situación en la que se encuentra el proletariado mundial. Vuestra lucha podrá tomar una verdadera fisionomía clasista con la sola condición de que la unáis a la acción contra la guerra, es decir a un nivel superior de lo que puede llegar a ser una reivindicación económica".

A pesar de las mejoras económicas obtenidas, los obreros, en diversas ciudades del triángulo industrial, desde primeros de diciembre se vieron obligados a retomar la lucha. El 13 de diciembre hacía huelga la Breda de Milán e inmediatamente después entraban en lucha la Falck, la Pirelli, la Innocenti, la Magnaghi, la Caproni, la Olap, ecc., ecc. En la Breda intervino el general Zimmermann prometiendo aumentos salariales y raciones suplementarias de alimentos, pero por tener un carácter muy vago sus promesas, la huelga continuó durante toda la semana hasta que los alemanes ocuparon militarmente la fábrica y obligaron a los obreros a reanudar el trabajo. En la Falck, después de tres días de huelga intervinieron los carabineros deteniendo a diez obreros, tres de los cuales fueron entregados a los alemanes. Pero el mismo día los trabajadores obligaron a las fuerzas del orden a liberar a los siete compañeros de trabajo que todavía se encontraban bajo su custodia. Al día siguiente los obreros se apoderaron del ingeniero jefe Maino, y lo soltaron sólo cuando los alemanes hubieron puesto en libertad a los otros tres trabajadores. En la Olap se repitió la misma escena: la policía intervino deteniendo trabajadores, pero se vio obligada a ponerlos en libertad debido al decido comportamiento de los compañeros de trabajo.

También en esta ocasión el Partido hacía un llamamiento a los trabajadores en el que se les incitaba a desarrollar la lucha "para hacer de vuestra fuerza de clase una fuerza revolucionaria consciente. Sólo uniendoos de manera compacta contra la guerra, contra el capitalismo, contra los explotadores de cualquier color (...) conseguiréis romper las cadenas que aún os aprisionan (...) Contra el fascismo que quiere continuar la guerra alemana, y contra el Frente Nacional de los seis partidos, que quiere continuar la guerra democrática, organizaos en los puestos de trabajo, soldad vuestros intereses comunes y vuestro mismo destino de clase en un Frente Único Proletario" ("Prometeo", n. 3, enero 1944).

El profundo malestar creado por la guerra ponía al proletariado frente a problemas de supervivencia que ninguna medida demagógica habría sido capaz de resolver y mucho menos el maquillaje de "social" que el gobierno fantoche de Salò pretendía darse. Como era inevitable todas las huelgas, por muy heroicas y exitosas que fuesen, acababan dejando a los obreros con la amargura de la imposibilidad de tener garantizado el pan y verse obligados a volver al trabajo para que la masacre diaria, tanto de ellos como de sus hermanos, pudiese continuar. En esta trágica situación el Comité central del partido lanzó a los obreros una directiva que no sólo indicaba consignas, sino también los medios prácticos para reconducir las agitaciones sociales a un plano de auténtica lucha de clase, sin interferencias patrioteras, y evitar la dispersión de energías. El partido proponía la constitución de un Frente Unico Proletario, que no era una agrupación de partidos o fuerzas políticas heterogéneas, sino unificación de las luchas y finalidades proletarias. En contra de los dos bloques partidarios de la guerra, fascismo y democracia, intentaba reagrupar las fuerzas de clase, entorno a la única reivindicación inmediata que tenía valor real para todos los trabajadores: el cese de la guerra y la preparación del terreno para la revolución social. "Apenas se cierra una fase de vuestras luchas en la fábrica y ya hay que volver a empezar; no se os da lo que sólo en parte había sido concedido; y aunque esté conseguido, no ha podido, y no podrá en el futuro, satisfacer vuestras necesidades y las de vuestras familias, puesto que los sueldos no permiten el lujo de comprar en el mercado negro, y con la cartilla apenas tenéis suficiente para no morir de hambre (...) Contra vuestros jefes fascistas que, satisfaciendo en parte vuestras peticiones, intentan una vez más poneros el yugo de su guerra; así como contra aquellos que, aprovechándose de vuestras condiciones económicas y de vuestro odio natural al fascismo sanguinario, os inducen a la huelga una vez tras otra, ya que esto les cuadra de maravilla en sus planes belicistas como vanguardia del ejército aliado que son, el ejército llamado liberador, y que mañana estarán a su lado para continuar la guerra democrática; y también contra aquellos que intentan canalizar vuestra lucha por el frente de la liberación nacional fingiendo ignorar que la patria del proletariado, la del trabajo y la solidaridad sin fronteras no tiene nada en común con la patria de los burgueses (...) Actualmente, encerrada en sí misma, la lucha por las reivindicaciones económicas inmediatas pierde significado y valor; ¿de que serviría la satisfacción parcial de vuestras demandas si la inmensa masacre continuase chupando vuestra sangre y vuestro sudor? (...) En el momento presente se impone la formación de un frente único obrero, esto es la unión de todos aquellos que no quieren la guerra, ya sea fascista o democrática. ¡Obreros de todas las formaciones políticas proletarias y obreros sin partido! Uníos a nuestros compañeros, discutid juntos los problemas de clase a la luz de los acontecimientos de la guerra y formad de común acuerdo en cada fábrica, en cada centro, comités de Frente Único capaces de volver a llevar la lucha del proletariado por su verdadero terreno de clase (...) El llamamiento a la insurrección armada, en boca de los guerrilleros de la liberación nacional, no es más que verborrea revolucionaria que esconde la traición a la revolución proletaria y que pretende crear una base electoral a los seis partidos suficiente para alcanzar el poder político (...) Es necesario distinguir entre la huelga, expresión orgánica de la lucha obrera y medio normal de la defensa de clase, y la huelgomanía de aquellos que dirigiendo el movimiento llevan una mentalidad de guerrillero balcánico y organizador de bandas armadas. Esto, al final, sirve para hacer ineficaz el arma de la huelga y desacreditarla en la conciencia de las masas (...) El frente único obrero reagrupa y une las fuerzas destinadas a batirse en las barricadas de clase contra la guerra y sus fuerzas políticas dirigentes, tanto fascistas como democráticas. Su mayor tarea y más urgente es la de impedir que los obreros sean apestados por la propaganda belicista, desenmascarar a los agentes camuflados de revolucionarios y evitar que el espíritu de lucha y de sacrificio que incita al proletariado sea de alguna manera explotado en pos de la guerra y su continuación, aunque sea bajo la bandera de la libertad democrática".

Hemos sacado estos fragmentos del llamamiento para poner de relieve la antítesis entre las consignas clasistas revolucionarias y las indicaciones prácticas, indicadas por el partido internacionalista al proletariado, y las consignas colaboracionistas y las directivas reaccionarias que llevan a la masacre del proletariado, lanzadas por el partidaco traidor que dirigía Palmiro Togliatti.

Que el PCI no se ocupaba en absoluto de la organización del proletariado dentro de las fábricas, lo demuestra ampliamente el hecho de que las fuertes huelgas que estallaron a principios de 1944 le cogieran completamente por sorpresa. Sin embargo, ante la movilización obrera no dudó ni un instante en servirse de este movimiento, nacido de las necesidades materiales, y usarlo para la guerra, explotando a los trabajadores como carne de cañón. La consigna de "salir a la calle y manifestarse contra alemanes y fascistas" no podía más que tener el objetivo de desencadenar una cruenta represión. En la misma línea de conducta han de verse las ejecuciones de personajes fascistas, acaecidas en varias partes de Italia, con huelgas concomitantes. A su vez esta actitud daba el pretexto a los fascistas y a las fuerzas de ocupación alemanas para desencadenar la reacción contra la clase obrera. Los partidos del CLN y el PCI, en primer lugar, sabían demasiado bien que el terrorismo individual provocaría represiones y deportaciones en masa. El plan estaba claro: todos aquellos proletarios que fueran suprimidos o deportados, mañana faltarían en la lucha final por arrancar el poder a la burguesía. Debilitado, oprimido y traicionado, el proletariado ya no tendría la fuerza para alzarse y la burguesía triunfaría una vez más salvándose bajo el manto de la democracia, así como en 1922 se había salvado bajo el manto del fascismo.

Con el objetivo de aniquilar el vigor de la clase obrera, desde enero el PCI se había dedicado a divulgar públicamente la preparación de la huelga general insurreccional. La organización de esta suprema prueba de fuerza no se tejía a través de una red clandestina para hacerla estallar en el momento considerado más oportuno y a escondidas del enemigo. Nada de eso, la huelga general insurreccional se pregonaba con grandes titulares por l’Unità y por todos los periódicos que emanaban del PCI, de esta manera la reacción tenía todo el tiempo de prepararse para el evento. Frente a esta enésima y evidente traición nuestra organización redactaba un manifiesto con el título: "¿Huelga General Revolucionaria o Aventura Política al servicio del Capitalismo?". En este manifiesto se advertía a los obreros que "la huelga general y la insurrección armada no son armas con las que se pueda bromear. Estas se han de usar cuando el enemigo esté tocado en sus puntos vitales, no cuando todavía tiene fuerzas suficientes para aplastar al adversario: son el mazazo final, las armas decisivas de la batalla por la toma del poder, no las armas ocasionales de la guerra y la política de guerra burguesas" (marzo 44). Por desgracia el plan estalinista dio mucho juego, el uno de marzo los obreros respondieron al llamamiento del PCI y fueron a la huelga, encontrándose así "en la absurda y trágica situación de ser al mismo tiempo los verdaderos protagonistas de la lucha activa y el peón de ajedrez utilizado sin reparos por las fuerzas que se movían en el tablero de la guerra" ("Prometeo", abril 1944). Es preciso recordar que nuestros compañeros participaron en la huelga llevando sus consignas clasistas.

En respuesta a la agitación las empresas decretaron el cierre, las fuerzas represivas efectuaron detenciones indiscriminadas, cada vez más numerosas según iban pasando los días, y los empresarios rechazaron tomar en consideración las reivindicaciones de los trabajadores.

Lanzados los obreros por el precipicio, el movimiento partisano dejó que la reacción cumpliese sin impedimento su trabajo. En un manifiesto del uno de marzo el PCI escribía: "¡Patriotas! Ayudad a los proletarios en huelga, atacad con redoblada audacia a fascistas y nazis, sobretodo inmovilizar tranvías, ferrocarriles y todo tipo de transporte". Pero los patriotas no respondieron al llamamiento y los proletarios esperaron en vano la intervención de los partisanos y los garibaldinos. Lo que no faltó fue la intervención de los patronos, la policía y el ejército, tanto el alemán como el de la República Social Italiana fascista. El PCI no crítico a los patriotas por haber desertado al llamamiento, sus críticas fueron dirigidas a los obreros que creyeron en aquella cita. El 14 de marzo la federación milanesa del PCI escribía: "La huelga que se empezó bien y con gran entusiasmo, tuvo enseguida su lado negativo (...) Las masas con la huelga demostraron que querían acabar con los hitlero-fascistas (...) pero no tenían todavía conciencia de cómo debía acaecer esto, es decir que esto debía acaecer con su lucha y no (...) con la intervención de los partisanos. Así pues la falta de la intervención de los partisanos y de los garibaldinos determinó inmediatamente un estado de ánimo de desilusión y de desaliento que después repercutiría en la moral de las masas"

El PCI podía estar orgulloso del servicio prestado en beneficio de la burguesía italiana, ya que el éxito de la acción no residía en el éxito de la clase obrera, sino, en todo caso, en la represión a la que la clase obrera había sido sometida". El proletariado se desangra – escribía "Prometeo" – bendita sea el hacha fascista, grita la burguesía, si desde ahora erradica la fuerza que pone sobre la mesa el problema candente del poder". (abril 44).

Se nos podría tachar de querer acusar a nuestros adversarios de un cinismo excesivo y por tanto, una vez más, está bien que sean ellos los que tomen la palabra. Veamos lo que escribía Pietro Secchia en "La Nostra Lotta" (en marzo del 44): "Aunque ninguna de las reivindicaciones económicas que eran la base de la huelga reivindicativo-política ha sido conseguida, aunque los obreros hayan tenido que retomar el trabajo con los sueldos de antes, sería un grave error considerar que la huelga ha acabado con la derrota". En efecto, los estalinistas no medían el éxito o el fracaso con el metro de la consecución o no de objetivos por los que la huelga había sido convocada, o con el metro del reforzamiento de la organización y de la capacidad de lucha; los estalinistas usaban otro sistema de medición, precisamente el militar burgués según el cual, también un baño de sangre en las propias filas asume un aspecto positivo con tal de que consiga debilitar la resistencia del adversario, o cuando desencadene un instinto chovinista de odio.
 


Nuestra atrevida denuncia del papel del PCI como pieza esencial de la partida en el bando burgués

A finales de marzo los angloamericanos conceden a Togliatti la autorización para desembarcar en Italia. Había "partido de Moscú al menos un mes y medio antes, teniendo que hacer el viaje por Oriente Medio y África del norte, pidiendo autorizaciones, permisos y medios de transporte a todo tipo de mandos militares y civiles" (Togliatti). Sin duda la política reaccionaria de su partido con la clase obrera hizo que, finalmente, los Aliados consintieran que volviera a pisar la patria. Y su llegada fue aclamada por la burguesía como la llegada de un personaje mítico; Ivanoe Bonomi señalaba en su diario: "Ha llegado milagrosamente de países lejanos un caballero portentoso, un Lohengrin resucitado" (7 de abril de 1944). La burguesía tenía todas las razones para estar exultante, ya que el "caballero portentoso" se puso rápido manos a la obra para liberar a Italia de las insidias del proletariado, y aceptando formar parte del gobierno monárquico guardó en el congelador todas las reivindicaciones de la clase trabajadora.

El partido difundió inmediatamente una octavilla: "¡Obreros! el partido comunista italiano, que todavía usurpa el nombre de comunista, os ha dado en los últimos días por boca de su jefe Palmiro Togliatti (Ercoli) la última y más irrefutable prueba de traición de vuestra causa revolucionaria: el apoyo del centrismo a la monarquía de Saboya. Atados de pies y manos al yugo de la reacción burguesa y al Badoglio del 25 de julio, que os masacraron con las ametralladoras y los carros blindados tras apenas unas horas de alivio desde la caída del fascismo, los centristas ahora ya no se contentan con ser siervos y paladines de la democracia antifascista, se convierten en los emprendedores más descarados de la represión y del imperialismo".

En junio del 44 "Prometeo" retomaba el asunto poniendo de relieve el hecho de que las gigantescas operaciones de guerra en el frente occidental, habían tenido lugar sólo después de que en Italia se cumpliera el experimento del rescate de la burguesía con el pacífico traspaso del fascismo a la democracia, sin que este traspaso fuera acompañado de violentas convulsiones sociales. Dicho de otra forma, se había dejado intacta la sustancia cambiando sólo la forma, intentando convencer a las masas obreras de que también la sustancia había cambiado. El experimento felizmente llevado a cabo en Italia, fue repetido después en todos los otros países de Europa.

* * *

El experimento democrático pudo realizarse gracias a la colaboración de dos fuerzas antagonistas en el plano político y militar, pero no en el de clase: el derrotado régimen fascista, que en sus últimas horas de vida desencadenaba una reacción antiobrera despiadada; y el victorioso estalinismo, que había creado las condiciones para que esta reacción pudiese ser desencadenada. En una octavilla nuestra de finales de 1944 se lee: "El papel del fascismo alemán e italiano ahora ya se reduce a la función del carcelero solícito que, no pudiendo hacer nada más, se preocupa de entregar en buen estado a los nuevos jefes la cárcel europea (...) Dicho de otra manera, hay que desangrar a la masa obrera, desangrarla para después poderla dominar"

A lo largo de este trabajo, para demostrar nuestras tesis, nos hemos servido muchas veces de las confesiones, insospechadas, de nuestros enemigos. Randolfo Pacciardi, que hoy podría ser considerado como el apostol de la Segunda República, en un artículo de 1949 sintetizaba así el papel de Togliatti (y por tanto de su partido) en la escena política italiana: "Togliatti por su parte ha calmado estos hervores (de la clase obrera y de los afiliados al partido, n.d.r.): ha sido ministro del rey, ha sido ministro del lugarteniente, ha obedecido dócilmente al supergobierno angloamericano, ha estado en el gobierno tripartito, hasta que ha hecho que le pongan fuera en el momento justo, cuando la democracia, consolidándose, ya no le necesitaba. Antes movilizó a la masa, pero de un modo tan astuto como para no constituir un verdadero peligro revolucionario y agotando la capacidad ofensiva de las masas. Ahora está enfadado, llama ’bufón’ a De Gasperi, ’insecto’ al abajo firmante y dedica tres columnas escritas a Saragat. Tu nos insultas Togliatti. Nosotros en cambio un día te proclamaremos benemérito de la Patria. Eres grande" ("Il Giornale", 27 de marzo de 1949).

No sólo existía comunidad de objetivos entre fascismo y estalinismo, sino un verdadero y propio acuerdo. Y no porque hubiera un flujo de personas que, en ambas direcciones, pasasen y volviesen a pasar de una organización a la otra, y tampoco porque hubiese elementos metidos al mismo tiempo en ambos organismos (tanto es así que es imposible determinar si fuesen fascistas infiltrados entre las filas del estalinismo o topos pecistas dentro de la organización republicana fascista): típico ejemplo, y no por cierto el único, es el de Licio Gelli. Véase el informe Anselmi de mayo de 1984. No, la colaboración entre estalinismo y fascismo era algo más, era un verdadero y auténtico entendimiento durante muchos años, y no podría haber sido de otra manera dada su común función contrarrevolucionaria.

Es conveniente recordar, con este motivo, la nota redactada por el jefe de la policía en 1929 y enviada a Mussolini. El jefe de la policía fascista estaba preocupado por el crecimiento experimentado por la Fracción de Izquierda y la penetración que hubiera podido tener o ganar entre la clase obrera, y, para conjurar este peligro, proponía al Duce la siguiente solución: "El inspirador – aunque muy indirecto – del movimiento de izquierda sigue siendo el ingegnere Amadeo Bordiga, que en el pasado tuvo gran seguimiento entre las masas y que todavía hoy, por el innegable ingenio, goza de muchas simpatías. Bordiga, como es sabido, está confinado desde hace tiempo en Ponza. En previsión de posibles y previsibles crecimientos que la Fracción de Izquierda del PCI pueda tener y de las consiguientes repercusiones políticas no sería inútil intentar desacreditar desde ahora y lanzar un halo de sospecha sobre el hombre más peligroso y que más interesa – Bordiga – conmutando el confinamiento por amonestación y haciendo circular prudentemente, y en los ambientes de izquierda y en los centristas del PCI, la voz de un compromiso que se habría dado entre Bordiga y el fascismo". A finales de año al compañero Bordiga le liberaron y los estalinistas, durante más de 50 años, han estado repitiendo el estribillo que maquinó el jefe de la policía mussoliniana, según el cual Bordiga se había vendido al fascismo.

¿Por qué hemos mencionado este hecho? Para demostrar que el acuerdo entre las dos componentes de la contrarrevolución no era ni episódico, ni involuntario, sino continuo e intencionado. Es sabido que el PCI, no pudiendo combatir las posiciones de la Izquierda desde un punto de vista doctrinal, se arrojó contra los internacionalistas acusándoles de estar al servicio de la Gestapo y del fascismo.

El 1ero de enero de 1944, Pietro Secchia, en un artículo aparecido en "La Fabbrica" escribía: "Muerte a los esquiroles y a los traidores (...) Con la ocupación teutónica han aparecido en Italia algunas publicaciones con pomposos enunciados proletarios como (...) ’Prometeo’ que con rimbombante fraseología maximalista y seudorrevolucionaria dicen estar en la vía de la... izquierda. En realidad están en la vía de la Gestapo (...) Actualmente la traición más infame es perpetrada por aquellos que bajo la máscara de una fraseología seudorrevolucionaria, maximalista, extremista (...) ayudan a los alemanes a oprimir al pueblo italiano". Puntualmente, el 6 de febrero toma la palabra el "Corriere de la Sera" que intenta presentar nuestra organización como adherente al programa de la "socialización" fascista.

Según se agudizaba paulatinamente la campaña de denigración estalinista incitando a aislar a nuestros compañeros y a eliminarlos físicamente como traidores, al mismo tiempo, se intensificaba la atención que el fascismo agonizante dedicaba a nuestro partido, haciéndole una publicidad gratuita a través de la prensa y hasta por la radio. De esta manera las redacciones y los micrófonos de la República Social daban amplia cobertura sobre el asunto, presentándonos como los puros, los inteligentes, los honestos, los verdaderos comunistas con todo en regla para tomar en sus manos la dirección del proletariado, mientras que a los estalinistas se les tachaba de lo que eran tomando prestadas opiniones y consideraciones expresadas en nuestra prensa. "La Stampa" del 9 de junio de 1944, en un artículo titulado "La Crisis del Antifascismo" escribía: "Los comunistas disidentes cuentan con dirigentes sin duda bastante más inteligentes que los funcionarios que trabajan para la política imperialista del Cremlin. Il professore De Luca, Fortichiari, Onorato Damen, Bruno Maffi, los hermanos Venegoni y muchos otros, en este momento cosechan adhesiones cada vez más numerosas entre los afiliados al partido oficial, que ve como se verifica en sus filas una desbandada cada día más grande".

No hace falta decir que estas afirmaciones representaban verdaderas y auténticas condenas a muerte, dando a las formaciones partisanas la coartada para justificar sus asesinatos con el pretexto de que los comunistas de izquierda eran traidores y colaboracionistas. Los fascistas de la República Social Italiana no hacían más que devolver el favor a los estalinistas por el servicio que estos prestaron, en los años 30, cuando con el mismo método, a través de la prensa, denunciaban a las autoridades fascistas los nombres de los "trotskisto-bordiguistas".

El fin de la jugada era evidente: por una parte se perseguía el objetivo inmediato de separar al proletariado de la influencia del partido estalinista, ahogado en el compromiso con las fuerzas democrático-burguesas; pero sobretodo había un propósito más importante, más a largo plazo, que consistía en sembrar la desconfianza hacia la única organización que permaneció fiel a los principios y a la táctica marxista revolucionaria, desconfianza que derivaba de la sospecha de un acuerdo con el fascismo: además de esto, como hemos dicho, los estalinistas contarían con una justificación moral para la eliminación de nuestros compañeros, y de muchos otros que no eran nuestros compañeros pero que disentían de las directivas togliattinistas.

Y he aquí que ese partido que todavía se llamaba "comunista", a la crítica abierta y leal de la vanguardia del proletariado, respondía con el arma característica de la reacción burguesa: el asesinato político. Desde hacía años el PCI había instigado a las formaciones armadas partisanas contra el partido de la Izquierda y sus adherentes. Así pues, los compañeros que habían pasado por las cárceles de todo el mundo eran acusados de ser fascistas, agentes de la OVRA, asesinos de la Gestapo que debían ser "matados como perros".

En febrero de 1945 el VII sector de la federación milanesa del PCI, en una carta abierta a los "queridos compañeros de la Falck" denunciaba como emanación fascista nuestras octavillas y concluía: "Es normal que policías, más o menos enmascarados de revolucionarios, se dediquen a hacer que penetre en las fábricas el sucio producto de su asqueroso oficio. Por el buen nombre de todos nosotros y en nuestro interés, se tiene que partir la cara a gente tan abyecta". En marzo de 1945 una circular de la federación milanesa del PCI concluía del siguiente modo una serie de iguales acusaciones: "De cualquier modo, el objetivo que los ’comunistas internacionalistas’ (...) se proponen, es idéntico al que se plantean y persiguen los nazifascistas y sus partidarios (...) Todos los compañeros (...) deben estar vigilantes y solícitos señalando, individuando y desenmascarando la labor contrarrevolucionaria de los agentes del enemigo disfrazados como extremistas, y darles la lección que se merecen. Los S.A.P.(Grupos de Acción Partisanos) deberían intervenir para la necesaria depuración". Y los Sap intervinieron. El 11 de marzo en Trebbo, en la provincia de Bolonia, era asesinado nuestro compañero Fausto Atti. Pero la frenética campaña contra nuestro partido no cesó ni siquiera después de la guerra.

El boletín interno de la federación del PCI de Parma, "La Riscossa" en junio de 1945 escribía: "Circula en Parma el periódico ’Prometeo’ que se adorna con el subtítulo órgano del partido comunista internacional. Ponemos sobreaviso a todos los compañeros y candidatos en cuyas manos cayese ’Prometeo’ que dicho periódico no tiene nada que ver con el partido comunista italiano, y tampoco con el partido comunista bolchevique ni con ningún partido comunista del mundo. ’Prometeo’ es simplemente el periódico de los trotskistas italianos. Un periódico mantenido por los fascistas y los reaccionarios en el que también la tristemente famosa Gestapo metía la mano".

El 17 de junio, en la edición turinesa de "l’Unita", a cerca de pequeños manifiestos del partido, se lee: "Es evidente la maniobra de carácter reaccionario, tendente a obstaculizar la formación de una democracia progresiva y arrojar el descrédito sobre las nuevas fuerzas que deben hacer renacer a Italia. Durante el periodo de la lucha partisana, se daba la misma maniobra invitando a los obreros a la pasividad y al compromiso con los alemanes, con la excusa de que la guerra antinazi no entraba en los esquemas abstractos de la mera lucha de clase. El proletariado de Turín, maduro en la insurrección y educado por el sacrificio de sus mejores hijos, no puede dejarse engañar por semejantes traidores".

Mario Acquaviva pertenecía a la banda de esos "traidores del proletariado" que, escribía "Rinascita" estaban "más emparentados con la malavida que con la política, y que es lo que acaban siendo los viejos y nuevos trotskistas, dueños de cabarets y casinos clandestinos, especuladores del mercado negro y del bandidaje nocturno" (abril de 1945). A este individuo, acusado siempre de ser un "espía fascista", un "agente provocador", un "emisario de la Gestapo", que muchas veces se le amenazó de muerte, a esta persona, el PCI se dirige invitándolo a entrar en el partido togliattista, considerando el hecho de que él era "uno de los elementos más capaces y más honestos". Frente a su rotundo rechazo a prestarse a este miserable juego estalinista, "dos dirigentes de la sección del PCI de Casale Monferrato Scamuzzi y Navazzotti, le habían recordado que el partido tenía sus tribunales secretos y que sus sentencias son sin apelación"("Battaglia Comunista", 28 de julio de 1945). Pocos días después, el 14 de julio, Mario Acquaviva era asesinado por un sicario estalinista.

Los asesinos de militantes comunistas revolucionarios ni siquiera tapaban sus gestas heroicas, y después de dos semanas (el 28 de julio) "l’Unita" de Turín volvía a la carga y con retórica venenosa repetía todas las impúdicas acusaciones del repertorio contra los compañeros de la Izquierda. Curiosa coincidencia: el que con el beneplácito de sus jefes escupía veneno contra nuestro partido era ese tal Davide Laiolo. Ex frecuentador de los GUF(Juventudes Universitarias Fascistas), ex redactor de la "Sentinella Adriatica" y con el cargo de vice federal en funciones del Partido Nacional Fascista de Ancona.

En febrero de 1921, después de Livorno, Spartaco Lavagnini caía asesinado por obra de sicarios pagados por el fascismo. En julio de 1945, después de la guerra y del fascismo, de la misma manera bellaca era asesinado Mario Acquaviva bajo el plomo de los nuevos tránsfugas del proletariado. Bajo el plomo de los tránsfugas que habían hecho suyo tanto el programa del nacionalismo como los métodos de la represión contrarrevolucionaria.
 


No hacia una nueva paz capitalista sino hacia nuevas y peores guerras y hacia la Revolución

Hemos recordado como los traidores socialdemócratas que participaron en la guerra imperialista de 1914-1918, de palabra no tuvieron el valor de renegar de las finalidades socialistas. Dijeron que la tregua de clase dada a la burguesía era sólo una tregua momentánea, para salvaguardar los "valores comunes"; después, cuando pasara la tormenta, el proletariado tenía que volver a reanudar su camino autónomo hacia la conquista del poder.

El oportunismo estalinista no se conformó con esto y dio un paso más. Antes que nada, para ligar definitivamente la suerte de la clase trabajadora a la del propio capitalismo nacional, era indispensable borrar del corazón del proletariado la conciencia de ser una clase social que no se limitaba a los confines estatales, étnicos o religiosos; lo primero que se hizo fue disolver la III Internacional que, aunque ya degenerada y sometida, todavía podía representar una referencia en la necesidad de organización mundial. En segundo lugar el programa del nuevo oportunismo no hablaba de tregua, sino de paz entre las clases; se decretaba la muerte de la lucha de clase y se sancionaba la adhesión a los gobiernos nacionales, cualquiera que fuese su dirección política, así como a las organizaciones internacionales, constituidas por el imperialismo vencedor con una finalidad puramente represiva y terrorista.

Eliminado el proletariado como clase revolucionaria de la escena política, el final de la guerra (santificado con la bomba atómica) dio vía libre, quizá más aún que durante el conflicto, a los programas y proyectos militaristas. Italia, por boca del "compañero" Togliatti reivindicaba la constitución de un potente y moderno ejército que no fuese aquel caricaturesco que pudo crear el fascismo. El 9 de noviembre de 1945 ante la comisión militar del senado americano, el general Doolittle preconizaba una aviación para la defensa de al menos 5.000 aviones con 400.000 tropas permanentes. El 22 de octubre Churchill había expuesto una opinión análoga sobre la RAF: 4.000 aviones de primera línea con 400.000 tropas, en defensa de la paz.

La nueva sistematización europea, basada en el concepto hitleriano del espacio vital, contemplaba el territorio dividido por una línea fronteriza que, desde Szczecin hasta Trieste, cortaba por la mitad la nación alemana. Esa línea, trazada en el mapa sobre la mesa desde el verano del 43, no correspondía a ningún criterio histórico, político o étnico, sin embargo correspondía perfectamente a la necesidad de una férrea dictadura sobre la clase obrera europea.

Apenas fue aniquilado el nazifascismo, cayó inmediatamente la máscara propagandística de las potencias "democráticas" (mejor digamos de los USA, porque las otras fueron reducidas a simples vasallos) y de la URSS, y la nueva sistematización de Europa vino a ser "un Versalles empeorado; la preparación fría, científica, históricamente inevitable de la tercera guerra mundial, ya que se han creado las condiciones para el estallido de un nuevo, más peligroso y más potente nacionalismo alemán" ("Battaglia Comunista", 14 de agosto de 1945).

Los burgueses más reflexivos y conscientes no se hicieron demasiadas ilusiones sobre la eficacia de los tratados de paz, sobre la sistematización del planeta basada en arbitrarias esferas de influencia, sobre el nuevo orden mundial, e interrogándose pensativamente sobre el devenir hablaban de peligrosas incógnitas ínsitas en esas mismas decisiones.

Dijimos sin dilación que la historia había resuelto por su cuenta tales incógnitas, y que se llamaban nuevas guerras o Revolución Proletaria. Desde aquellos años ha pasado medio siglo en el que generaciones de trabajadores han sido emborrachados con las mentiras oficiales del régimen, como la República "basada sobre el trabajo", y los mitos falsos de la Resistencia y de la lucha "de liberación". En todos los países se ha dado un ciclo económico capitalista de muy larga duración, que ha incluido las reconstrucciones nacionales a base de la explotación y miseria obrera, y un efímero, inconsistente, demente y nocivo consumismo, que a fin de cuentas supone crisis inexorable que ahoga inevitablemente con desempleo y bajos salarios toda garantía y seguridad obrera. Tras este ciclo e innumerables guerras que se aproximan cada vez más a la propia "pacífica" y "rica" Europa, se muestra en la propia clase dominante la crisis de su vestimenta ideológica democrática, electoralista, socialdemócrata y progresista, cuyos desgarros y evidentes contradicciones sus propios filósofos no consiguen remendar.

Es hora de que el proletariado aborrezca y rechace esta nauseabunda materia en putrefacción, la denuncie como engaño burgués con un fin contrarrevolucionario y vuelva a encontrar su cristalino programa de clase, el de siempre, y que nunca le ha traicionado. Con esta conciencia, con este partido, podrá afrontar y finalmente vencer, después de dos siglos de guerra social, los fantasmas de un pasado, armados de hierro y de falsedad, pero minados por el propio cúmulo de sus mentiras y la consiguiente imposibilidad de nutrir las crecientes filas mundiales de la clase trabajadora de los sin reservas.

FIN    [ 1 - 2 - 3 - 4 - 5 ]

 
 
 
 
 
 


REUNIÓN GENERAL DEL PARTIDO
Gènova, 25 y 26 de Mayo











La centralizacion financiera - El curso de la crisis económica - Marxismo y geografía - La Guerra Civil Americana - Las formas del Estado en la Historia humana - Historia de Afganistán - Actividad sindical - Crisis en Palestina
 

El 25 y 26 de mayo pasado tenía lugar en Génova la reunión del conjunto de militantes, con la presencia de casi todos sus grupos.

Más allá del estruendo mediático de la propaganda burguesa, se mantiene la poca actividad en el ambiente social circunstante y la debilidad de la lucha de clase, el partido es consciente de que sólo en tiempos mejores podrá ampliar su círculo y su influencia. Esto no quiere decir que el partido pueda interrumpir su labor de mantenimiento y empleo de la doctrina para explicar los colosales y desconcertantes fenómenos de la involución del capitalismo en todo el planeta, ni tampoco renunciar a infiltrarse con su propaganda y sus directrices allá donde se encienda la más débil llamita de vida proletaria.

Esta relación con la clase viva, que no ha cesado nunca desde la reconstitución del partido tras la Segunda Guerra Mundial, es una de las condiciones de existencia del mismo. Basándose en el continuo trabajo de defensa del invariante programa histórico, es este sector de intervención en las luchas obreras el que, en su momento, se hará preponderante cuantitativamente y constituirá el robusto tronco de conexión entre el partido histórico y la revolución en práctica.

De las numerosas e importantes redacciones expuestas damos a continuación una introducción, dejando para próximos números de nuestras publicaciones su reproducción integral.
 

La centralización financiera

Se concluyó el trabajo que se había comenzado a exponer en reuniones precedentes, describiendo a los principales actuantes en los movimientos financieros: los diversos tipos de bancos y los fondos de inversión. Se ha intentado sacar, de modo aproximado, la relación de tamaño existente entre el mercado de capital financiero y el de mercancías, que estadísticas muy genéricas la ponen en 40.

Hablando de los fondos de inversión, protagonistas de primer orden en las recientes grandes operaciones de fusión-adquisición, se citó de entre los de pensiones al más grande del mundo, el americano Fidelity, con un patrimonio parejo al PIB de Méjico, de entre los especulativos al Quantum Fund de Soros, y también se mencionó el asunto de la intervención para salvar al fondo de inversión LTCM

Sobre la centralización de los bancos locales y los impagados se mostró el caso europeo y americano, y siguió una panorámica sobre los bancos de negocios, con la aportación de una tabla sobre sus plusvalías en el mercado cambiario.

Así mismo se expuso una síntesis del origen y desarrollo de los bancos centrales, y de sus débiles reservas económicas respecto a posibles ataques especulativos por parte de los fondos, además de describirse los organismos financieros internacionales, su origen, objeto y presupuesto asignado: FMI, Banco Mundial, BPI(Banco de Pagos Internacionales), OCDE y BERD (Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo).

Sacando datos recientes se demostraba el predominio del carácter financiero sobre el industrial en las inversiones internacionales, donde las primeras son cuatro veces las segundas; respecto al mercado internacional de capitales se mencionó la amplitud del mercado de "derivados" y el diverso tamaño y repartición entre Estados Unidos y Europa.

Siguieron algunas consideraciones finales sacadas de nuestro Sueño-necesidad del Comunismo, que siempre nos ayuda a situarnos, acerca del agotado papel histórico revolucionario del capitalismo, aunque el proletariado actualmente se retrase y esté sin organizar. A pesar de tanta "globalización", agitan cada vez más las banderas del nacionalismo, de las razas, de las culturas y las religiones, bajo las cuales se desencadenan las guerras "de defensa", necesarias para perpetuar el dominio económico y de clase. Los Estados nacionales, que por efecto de la "globalización" no tendrían que tener ya motivo para existir, están de hecho enfrentados en el plano comercial y financiero, y su principal motivo para existir es ser instrumento de control y opresión de clase.

Sólo el comunismo revolucionario podrá oponer su internacionalismo al internacionalismo del capital, que por otro lado, aproxima a los proletarios entre sí, hoy en la condición de oprimidos y mañana como colaboradores desinteresados.
 

El curso de la crisis económica

El breve comunicado que siguió, sobre la selección y ordenación de los datos estadísticos, se refería a las nuevas fuentes de datos a las que el estudio del partido puede recurrir, y se ilustraban los primeros resultados. En particular se mostraban los progresos alcanzados en la alineación de los datos históricos de la producción industrial americana, poniendo de relieve algunas contradicciones (ya advertidas en antiguos estudios nuestros). También de modo particular se profundizaba en la comparación de los datos del índice general manufacturero y los sectores en los que la manufactura se subdivide, así como del consumo de electricidad en la industria, medido éste no en valor sino en cantidades físicas. Se hacía evidente la divergencia con años recientes en las dos curvas.

Se expuso como consecuencia un cuadro que tendía a comparar cuantitativamente la fuerza productiva de los capitalismos más fuertes, en base a su tamaño global y a su consumo de materias primas.

Al final se dieron algunas estadísticas más recientes que confirmaban, a pesar de las declaraciones burguesas en contra, que la crisis económica presente está muy lejos de ser superada.
 

Marxismo y geografía

En polémica con una de las teorías hoy de moda, que se hace llamar "determinismo geográfico", probablemente por oposición al clásico nuestro "histórico", en el tercer trabajo se expuso el papel que la "geografía" tiene en el materialismo dialéctico cuando estudia la relación entre el hombre y el medio, natural o artificial, así como cuando estudia la relación espacial entre los hombres en la especificidad de cada modo de producción (por ejemplo el desequilibrio entre ciudad y campo).

Gran parte de la geografía burguesa actual no tiene dignidad científica, porque no está dispuesta a ir más allá del empirismo, ve de modo "documentalista" un fenómeno dado sin insertarlo en su desarrollo dialéctico real, dejando a un lado las causas determinantes, y que son las únicas que permiten comprender su esencia.

El "determinismo geográfico", como el marxismo, considera el medio la primera causa de que la humanidad se pueda desarrollar en unas ciertas regiones y en otras no. Ve que el medio determina al hombre, pero parece ignorar que a su vez el hombre, en cooperación con otros hombres, actúa con su praxis en el medio natural. Si es necesario para su existencia el hombre inventa medios de producción más sofisticados y productivos, y haciendo esto revoluciona las relaciones de producción con las que vive. Para el marxismo el medio es una fuerza productiva. La evolución de la humanidad en la historia es debido al enfrentamiento dialéctico entre fuerzas productivas y relaciones de producción, mientras que para el determinismo geográfico es siempre y únicamente el medio ambiente existente, natural o artificial, el que determina esta evolución.

Después se pasó a analizar como la relación espacial entre los hombres y la relación entre el hombre y el medio, han cambiado con el sucederse de los modos de producción.

En el comunismo primitivo el hombre era parte integrante de la naturaleza, era dominado por la naturaleza, pero no por la producción de él mismo, como lo será en cambio en las sociedades clasistas. El límite de la geografía de aquella humanidad era sin embargo la división natural en gran número de tribus que se dividían el territorio.

El pasaje a la agricultura sedentaria se dio en dadas regiones y no en otras por diversos motivos como: 1)descenso de los recursos naturales y por tanto dificultad creciente de procurarse los alimentos con la caza y la recolección; 2)disponibilidad en determinadas zonas de especies animales o vegetales domesticables; 3)creciente eficiencia y complejidad de los medios de producción; 4)relación estrecha entre densidad demográfica en aumento y producción de alimentos; y 5) preponderancia demográfica y tecnico-cultural de las poblaciones agro-ganaderas sobre las cazadoras nómadas. El hecho por ejemplo de que en América existiese solamente la llama como animal de crianza, a diferencia de Eurasia que tenía los principales animales que todavía hoy son criados por el hombre, ha determinado importantísimas consecuencias en el evolucionar de las relaciones de producción y por tanto sociales.

Con la llegada de las sociedades de clase, el hombre se vio expropiado de la naturaleza, expropiación que se ha radicalizado con el alejamiento progresivo del originario comunismo primitivo. Dialécticamente esta expropiación ha representado sin embargo la premisa para el futuro dominio armónico del hombre sobre la naturaleza, algo que será posible precisamente gracias al racional reconocimiento por parte del hombre de las leyes de esta.

La variante asiática de la forma secundaria presentaba un tipo de unidad indiferenciada entre ciudad y campo, la variante greco-romana en cambio contempla su propia historia caracterizada por la ciudad. Si las características geográficas del vasto territorio chino han determinado una evolución histórica para el país aislada del resto del mundo y privada de la necesidad de utilización del esclavismo, el Mediterráneo, mar cerrado y fácilmente navegable, por el contrario, ha contribuido notablemente a determinar las peculiares características de la variante greco-romana.

La caída del imperio romano y el imponerse del modo de producción feudal provoca la decadencia de las ciudades y el paso del campo a ser el centro, pero desde el siglo X aproximadamente habrá un resurgir de las ciudades que se irá acentuando con el desarrollo de la burguesía y la creciente división del trabajo.

Sin embargo, es solamente cuando se impone el modo de producción capitalista cuando el desequilibrio entre ciudad y campo alcanzará niveles extremos, hasta llegar a las actuales megalópolis de decenas de millones de habitantes. La ciudad es una necesidad de la acumulación capitalista y en ella el proletariado vive su infierno terrestre en vida, en viviendas malsanas y en una abominable aglomeración urbana salvaje y contaminante.

Solamente con el comunismo el género humano tendrá los instrumentos para superar la división entre ciudad y campo.
 

La Guerra Civil Americana

A consecuencia del trabajo sobre la historia de la clase obrera en los Estados Unidos de América, ha surgido la necesidad de explicar el contexto económico y político en el que se surgieron sus peculiares características. La exposición que cerraba los trabajos del sábado, afrontó pues la historia del aquel país, más o menos entre la conquista definitiva de la independencia y los años inmediatamente después de la guerra civil. En 1860 la población supera los 31 millones, sobretodo gracias a fuertes corrientes de inmigración. Aunque el país es eminentemente agrícola, el comercio y la industria crecen a un ritmo vertiginoso; el resultado es una fuerte concentración de población y riqueza en los Estados del nordeste; es en estos estados donde la clase obrera nace y va ganando fuerza, aunque más bien permanentemente en tránsito por la continua hemorragia de fuerzas hacia el oeste, donde cualquiera que tenga un fusil y una azada puede forjar su propio destino.

El país es gobernado con continuidad por el Partido Demócrata, que es fuerte sobretodo en el sur, contrario a cualquier proteccionismo (pedido por la industria naciente y combatido por los terratenientes) y a una excesiva centralización del poder. Lo que hace inclinarse la balanza es el medio oeste, las grandes llanuras del centro, que son sometidas a cultivo por los pioneros; estos son naturalmente aliados del sur, pero una serie de factores económicos les acerca gradualmente al norte, que de por sí se hace cada vez más fuerte. Uno de los factores que provoca el alejamiento de los suristas es el esclavismo, un tipo de relación entre patrón y trabajador ya superado por la moderna producción capitalista, y que sólo interesa a los terratenientes del sur, sobretodo después de que su agricultura se convirtiera en masa a la producción de algodón. Las premisas para un cambio de rumbo en el país, con el traspaso del poder al Partido Republicano (que nace en los años 50), son tales y tan evidentes como para que los suristas se vean con el agua al cuello, y con la pérdida del poder perderían también el control de las condiciones para la supervivencia de su economía.

El tema, no de leve complejidad, no se ha podido completar en un solo informe, y su conclusión será expuesta en una reunión general próxima.
 

Las formas del Estado en la Historia humana

Continuamos el domingo por la mañana retomando el estudio de la historia de las formas estatales.

Las migraciones hace unos 100.000 años llevaron al homo sapiens por casi toda la superficie del planeta que quedaba sobre el nivel del mar.

Existe una continuidad entre las tribus agrarias comunistas y los primeros Estados de la forma secundaria ya que tales Estados no nacen del abatimiento de viejos aparatos de poder. A las instituciones gentilicias se las hace propias de las clases propietarias que se rodean de hombres armados para imponer el orden constituido a la sociedad.

La forma secundaria de producción, basada en la posesión de la tierra, se puede subdividir en tres ramas principales: asiática, germánica y esclavista. Estas formas, que no son más que variantes de un mismo nivel productivo, debidas a las diferencias del medio, llevan a un dimensionamiento distinto en la división de la tierra. A consecuencia de ello se da una relación distinta entre el aparato del Estado y los propietarios de tierras, según varíe la dimensión de la propiedad. De esta manera encontramos dos casos opuestos, la pequeña parcelación asiática y el latifundio europeo, con las consiguientes variantes del Estado déspota asiático y el Estado siervo de los latifundistas en Europa y Japón. Entre estos extremos encontramos tipos como el germánico con distintos matices.

Es interesante fijarse en la organización social de los pueblos nómadas, que implica la absorción de estos pueblos por las máquinas estatales de los pueblos vencidos.

En cambio en las tribus agrícolas son las instituciones preestatales las que, en base a la posesión de la tierra, constituyen verdaderos embriones de Estados.

Después se describieron brevemente, además de los rasgos de los pueblos nómadas, los de las civilizaciones sedentarias india, eslava, inca y árabe.
 

Historia de Afganistán

Se empezaba con Afganistán un trabajo sobre los países de Asia central.

El territorio de Afganistán es preponderantemente montañoso. La cordillera del Hindukush separa la llanura septentrional de la meridional, más árida que la primera. Las principales actividades se llevan a cabo en las laderas a pie de montaña, cerca de los ríos y entorno a los oasis. Estos son el 12 % del territorio, así como la tierra cultivada. Se practica una agricultura de regadío de matriz persa.

Grandes extensiones de tierra, tanto en los oasis como en otras zonas cultivadas, están en manos de los jefes de clan y de las familias dominantes. Estos, junto a la "aristocracia" de los grupos nómadas dominan el país, subyugan a la masa de campesinos pobres y de desheredados y, en connivencia con los imperialismos próximos y lejanos, les encadenan a la miseria y al atraso.

Las sucesivas invasiones de grandes pueblos a lo largo de la historia, la función diafragmática de las montañas y la cuestión social señalada son los tres factores que han hecho y hacen de Afganistán una entramada mescolanza étnica. La población actual ronda los 25 millones de habitantes, divididos en varias etnias, los pastunes son los más numerosos, y tras ellos por orden numérico, tayikos, hazaras, uzbekos, turkmenos, beluchis, nuristanís y otras minorías.

La gradual expansión de la etnia pastún a partir del siglo XVI, llevó en 1747 a Ahmad Shah a reunir bajo él a los otros jefes de clan, ya fueran pastunes o de las otras etnias. El reino comprendía más territorio que el actual Afganistán.

A partir del sucesor de Ahmad Shah se reavivaron las rivalidades étnico-tribales. De las cuales se aprovecharon las potencias colindantes, Los Sijs, Persia y sobretodo Inglaterra y la Rusia zarista.

El gobierno inglés de las indias se oponía al objetivo ruso de tener una salida al océano Indico. A continuación siguieron las dos guerras anglo-afganas de 1839 y 1878, ambas resueltas con una sangrante derrota de los ingleses. En 1885 Rusia e Inglaterra hicieron un primer acuerdo para delimitar las zonas de respectiva influencia. En 1893 fue definida la llamada línea Durand, es decir la frontera con la India Británica, la misma que la actual frontera con Pakistán, que dejaba fuera de Afganistán una buena porción de la etnia pastún. En 1907 los rusos declararon Afganistán fuera de su esfera de influencia y el país se convirtió en un semiprotectorado británico.

Un tercer conflicto estalló tras el asesinato del rey Habibuallah en 1919, cuando su sucesor Amanullah declaró que la nación afgana debía gozar de plena libertad interna y externa, con todos los derechos de las otras potencias independientes. El conflicto se concluyó con el reconocimiento de la plena independencia de Afganistán en 1921.

Con Amanullah fueron emprendidas una serie de reformas en el plano político, social y religioso, que en 1923 llevaron a la instauración de un gobierno constitucional, a la abolición de los títulos nobiliarios y a la extensión de la instrucción a las mujeres. En 1933 subió al trono el último rey afgano de diecinueve años de edad Muhammad Zahir Shah, que tras su deposición a manos del primo y cuñado Daud, se exilió a Roma en 1973 hasta hace poquísimo.

Tras la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos tomaron el puesto de Inglaterra en la contienda con la Rusia estalinista, que proseguía la política imperial de los zares.

En 1978 durante un golpe de Estado guiado por el Partido Democrático del Pueblo Afgano, filo ruso, fue muerto Daud. El nuevo régimen inició una serie de reformas, empezando por la agraria que rápidamente encontró la resistencia de una parte de la población. Esta resistencia se hizo muy pronto oposición armada en casi todo el país, tanto que requirió una intervención directa del ejército ruso en 1979.

El avance ruso hacia el sur hizo que los Estados Unidos subvencionasen a la guerrilla antisoviética de los muyahidín con armas y dólares a través de Pakistán y Arabia Saudita. La guerra provocó cerca de un millón de muertos entre los afganos y decenas de miles entre los soldados rusos. El ejército ruso debió emprender su retirada en mayo de 1988.

En 1992 bajo los golpes de los muyahidín se puso fin al último gobierno filo ruso de Najibullah. Se instalaron en Kabul los tagikos Burhannidin Rabbani y Massud y el general uzbeko Dostum. En el intento de socavarlos el pastún Hekmatiar bombardeó durante dos años la capital. Éste en un primer momento fue apoyado por los Estados Unidos, pero posteriormente le abandonaron en favor de otros pastunes, los Talibanes.

Estos surgieron en 1994 ayudados por los servicios secretos pakistaníes, el ISI, y Arabia Saudita, ambos bajo la dirección estadounidense. Movimiento nacido de la nada, en el transcurso de algunos años llegó a controlar el 90% del país, a excepción del valle del Panshir, que continuó en manos de Massud, que se juntó con las ayudas rusas, iraníes e indias.
 

Actividad sindical

Dos exposiciones resumieron brevemente la actividad de los compañeros en la Federación de Trabajadores Metalmecánicos Unidos y en las Representaciones Sindicales de Base del Empleo Público en Italia.

Los últimos meses veían a las débiles, pero vitales organizaciones de base, intentar poner freno a la ofensiva del gobierno y el sindicalismo confederal oficial, en lo que respecta al tristemente famoso articulo 18 del Estatuto de los trabajadores. Una demanda que los contendientes quisieron llevar a cabo y que amenazaba con hacer perder el norte a estas organizaciones, que intentan contrastar el superpoder de los sindicatoncios.

Se dio un repaso breve a los últimos acontecimientos, que incluían, tanto en diciembre como en febrero las huelgas sólo de los Sindicatos de Base, y que después participaron en la huelga general convocada por CGIL, CISL y UIL en abril, manteniendo sin embargo una apreciable autonomía de posiciones y de movilización, importante para mostrar a todos los trabajadores sus distintas posiciones y comportamientos.

En lo que se refiere al FMLU-telefónicos, en los últimos meses se había producido, a raíz de lo que se comentó en la reunión general de septiembre, la participación de este sindicato en las elecciones para la RSU (Representación Sindical Unitaria), boicoteadas por el contrario hace cuatro años, fundamentalmente por la cuota del 33% reservado a los sindicatos firmantes de convenio. Sin ninguna ilusión de poder cambiar de algún modo la política sindical, conscientes del papel "conciliador" para el que las RSU han sido paridas, el FLMU ha participado en las elecciones, en Toscana con una lista propia, y en las otras regiones en una lista común con Cobas y Snater, obteniendo resultados de minoría, pero significativos de una apreciable unidad con los trabajadores.

Nuestra acción en las RdB Empleo Público está enfocada a favorecer que prevalezca en su interior la perspectiva del renacimiento de un genuino sindicato de clase, que rechace toda forma de concertación y defienda exclusivamente los intereses de los trabajadores asalariados, de los cada vez más numerosos trabajadores en precario, los discontinuos y desempleados.

En todas las ocasiones, como en la reciente Conferencia de organización, intentamos mostrar que los llamados "derechos sindicales" de los que goza la RdB, desde el cobro de las cotas sindicales por domiciliación, a las ausencias, a los permisos retribuidos y las asambleas durante el horario de trabajo, se pueden presentar a primera vista (y en los últimos años así ha sido) como instrumentos que facilitan la organización y las luchas, pero tienen como contrapartida el estrecho control del Estado sobre estas organizaciones, la aceptación de las cada vez más restrictivas leyes antihuelga y la difusión de "hábitos" muy lejanos de los clásicos de un sindicato de lucha, el cual ha de encontrar su fuerza, en primer lugar, en la movilización de los propios afiliados y simpatizantes, así como en su sacrificio cotidiano.

Concretamente en el sector de Bienes Culturales, las RdB han emprendido acciones con el objetivo de presionar al ministerio para que asuma de forma estable los cerca de 2.500 trabajadores en precario, que desde hace años trabajan en los museos estatales con contratos eventuales. Al mismo tiempo están llevando a cabo acciones contra la tan traída y llevada privatización de los museos y lugares arqueológicos, hecho que provocaría una diferenciación en las condiciones de trabajo y salario y llevaría a un aumento generalizado de la explotación, haciendo además extremadamente más difícil la organización.

* * *

El trabajo llevado a cabo por nuestros compañeros, en realidad mínimo, es, sin embargo, afrontado con la seriedad, la ponderación y el empeño que siempre nos ha caracterizado, en condiciones difíciles, en organizaciones en las que inevitablemente predominan miles de prejuicios y comportamientos democratoides, popularescos y legalitarios, con una clase en general ligada a la corrupción social de CGIL, CISL y UIL.

Dada la composición del pequeño partido actual, que cuenta entre sus militantes con pocos trabajadores asalariados en activo, es inevitable que cuantitativamente prevalezcan las fuerzas dedicadas al estudio de la historia del movimiento proletario, de la teoría marxista y de las vicisitudes internacionales. Esto no implica, sin embargo, que en el partido se levanten barreras entre teoría y acción, más bien es expresión de vida sana de partido el conseguir convertir en cotidianos y coherentes comportamientos clasistas, el secular bagaje programático y de experiencia de las luchas del proletariado internacional.

Tesis nuestra es, mil veces expresada, que el partido busca la guía para la acción en la teoría y no en la práctica del día a día, y que tampoco en eventuales movimientos más radicales el partido podrá renunciar a sus propios principios, ni siquiera a una infinitésima parte de ellos, y ni siquiera para estar a la cabeza de organizaciones sindicales cualesquiera que sean; ni ahora ni por cierto tampoco mañana, cuando enormes y reales movimientos pongan en marcha la máquina del reconstruido Sindicato de clase, porque semejante renuncia al final determinaría la ruina del movimiento mismo y por fin la del órgano Partido.

El Partido, este es nuestro abc marxista, no hace al Sindicato, el Sindicato es el producto de las relaciones de fuerza entre las clases. La acción de Partido está enfocada a acelerar procesos y a prevenir errores, mostrando cómo la más intransigente lucha económica tiende a coincidir con el previsto programa de Partido y su dirección. Desempeñando de manera positiva las tareas previstas del propagandista, del organizador y del dirigente sindical, nunca callamos nuestro punto de vista de comunistas, que difundimos entre los obreros, organizados y no organizados, encuadrados en sindicatos pequeños o grandes, de clase o reformistas.

Esta preocupación nuestra, la labor de propaganda, en el último decenio ha podido beneficiarse de una red real de organismos sindicales de oposición, que se mueven de hecho en defensa de los trabajadores, acogen la militancia de los trabajadores comunistas, y en ellos podemos libremente exponer nuestras concepciones sobre la lucha obrera. Esta actividad sindical, llevada a cabo en organizaciones no irreversiblemente conquistadas por el enemigo burgués y que tiende, declaradamente, a la conquista por el partido de la dirección del sindicato, está enfocada a favorecer el nacimiento de organismos de defensa obrera y mantener los existentes, en la medida en que nuestras fuerzas lo permiten, en un sentido de clase, o por lo menos a oponernos a las posiciones que tienden a llevarlos al camino seguido por los sindicatos oficiales.

El Partido, cualquiera que sea el apasionado empeño de sus militantes, como no puede suscitar un movimiento que no existe, por eso no puede romper los límites de empresa o promover las acciones directas y generales que esperamos por parte de la clase trabajadora en el futuro. Quieran o no, estos grupos minoritarios de opositores sindicales inevitablemente se ven obligados a dirigir agitaciones y huelgas minoritarias, y por limitadas reivindicaciones de empresa o categoría. Están obligados a moverse en la legalidad por no estar todavía suficientemente apoyados por la masa de los trabajadores, además de estar hostigados por las estructuras patronales, que tienen un consolidado compadreo con los sindicatos oficiales. Hay que advertir y resolver dialécticamente, la aparente contradicción entre lo pequeño e incierto de las acciones prácticas que estos organismos pueden emprender y las que nosotros sabemos son necesarias directrices de la acción de clase.

El Partido, en su conjunto, con la reproposición constante de la doctrina y sus enseñanzas, es el trozo de tierra firme necesario para la mínima acción cotidiana que nuestros hoy aislados compañeros deben desempeñar en su actividad sindical, presentes en el más pequeño y débil grupo de trabajadores que emprenda el camino de la reconstrucción del órgano de defensa de clase. Este fraterno, fatigoso y constante trabajo, es hoy una labor de pequeños enanitos, pero sabemos que son indispensables para que se despliegue plenamente el movimiento general de clase, esenciales, en el sentido que sólo su presencia lo hará posible.
 

Crisis en Palestina

El último informe consideró los hechos que están acaeciendo y que han precipitado nuevamente la zona de Oriente Próximo a una situación política y social muy crítica, confirmando que queda como una de las principales áreas de enfrentamiento entre los imperialismos rivales. Se informaba a los compañeros de la decisión de retomar el trabajo que en años pasados, además de una presencia constante en nuestros órganos de prensa, había llevado a la publicación de un número especial de la revista "Comunismo".

Lo expuesto en la reunión recordó las posiciones clásicas del Partido sobre la compleja cuestión nacional y colonial, y confirmó la valoración de que en toda la región de Oriente Medio, las relaciones económicas y sociales dominantes son las capitalistas, y que ya no existe posibilidad alguna de afirmación histórica para las por otra parte irresueltas cuestiones de las nacionalidades menores, principalmente para la curda y la palestina. En la situación actual de capitalismo maduro en todos los países de la zona, dirigir por tanto a las masas desheredadas curdas, palestinas, iraquíes o iraníes, a la movilización en alianza con las respectivas clases dominantes para la solución de inexistentes "cuestiones nacionales" es irremediablemente reaccionario.

En un breve nuevo epílogo de los últimos y trágicos sucesos se pudo poner de relieve cómo el proletariado de Jenin y de las otras ciudades ocupadas de Cisjordania, también por causa de la política colaboracionista de la Organización para la Liberación de Palestina y de las Autoridades palestinas, se ha encontrado solo y desarmado frente a los carros de combate y las redadas del ejército israelí. La falta de una pronta determinación para una ofensiva sobre la franja de Gaza ha representado una buena señal, propiciada por las características de esa aglomeración urbana y por la presencia social de un numeroso proletariado, aunque también por la fuerte oposición a la guerra que se va extendiendo dentro de Israel y en las principales metrópolis de Oriente Medio, desde El Cairo hasta Ammán.

Los diversos encuadramientos imperialistas tienden a un control sutil de las áreas estratégicas. Teniendo presente este objetivo, en caso de que en las guaridas contrarrevolucionarias de la diplomacia internacional, decidieran en la mesa de negociaciones asignar un territorio a los palestinos, y otro a los curdos, no sería para dar solución a las "legítimas aspiraciones" de estos pueblos, como demagógicamente se declara a todas horas, sino para fomentar nuevas guerras y nueva explotación proletaria. Muchas veces se ha hablado en interminables conferencias de la posibilidad de crear un "Estado palestino" en una parte de Cisjordania y Gaza, territorios minúsculos en los que sería imposible constituir una economía vital, que ciertamente no podría acoger los millones de prófugos palestinos que todavía sueñan con el retorno a su tierra. De igual manera se hipotiza la creación de un Estado curdo para constituirse en el norte de Irak una vez abatido el régimen actual.

Mientras continúen las actuales relaciones de producción no existe solución a las babeles de Oriente Medio. Sobre esos territorios martirizados reaparecerá el fantasma del internacionalismo proletario, de la solidaridad de clase y del comunismo. Al proletariado de occidente y de Israel le toca no quedarse insensible a los horrores perpetrados por sus propias clases dominantes, separarse de ellas, denunciar esa rapiña y opresión de pequeños pueblos, que debe condenar como principio y contra lo cual debe comprometer su fuerza.
 
 






TEORÍA DE LA RENTA DE LA TIERRA Y CUESTIÓN AGRARIA EN LA DOCTRINA MARXISTA

Sinopsis y ejemplificación numérica de los 15 "Hilos del Tiempo" sobre la Cuestión Agraria publicados en Il Programma Comunista desde el número 21 de 1953 hasta el 12 de 1954.
 

Bosquejo introductivo sobre la cuestión agraria - Hechicería de la renta de la tierra - Él, ella y el otro (la tierra, el dinero y el capital) - El capitalismo-revolución agraria - Prosiguiendo sobre la cuestión agraria - Metafísica de la tierra capital - Renta diferencial, apetito integral - Grandiosa, pero no comestible civilización.
 
 
 
 
 
 
 


NOTICIARIO

Relaciones USA-UE

El asalto a un barco cargado con misiles Scud con destino a Yemen por parte de una fragata militar española y su posterior entrega al jefe americano, quien más tarde lo liberó, pone de relieve un servilismo de Europa hacia Estados Unidos que por supuesto no es igual en todos los países de la UE, a Francia y Alemania como hermanos mayores les toca a veces hacer de protestones y rebeldes, algo que por otra parte no impide constatar una falta de vocación europea por contrastar el imperio americano, por lo menos de momento. El apoyo de los distintos estados a la creación del consorcio Airbus en su momento, los varios programas militares de colaboración entre distintos estados europeos, y hasta la misma puesta en circulación del euro, se asemejan más a medidas que la burguesía a nivel mundial tiene que reconocer como beneficiosas para el sistema capitalista, semejantes a las medidas antimonopolio que un cierto estado adopta contra una empresa por muy poderosa que esta sea, que a una política resuelta de enfrentamiento entre dos superpotencias imperialistas. Una profundización de la crisis económica a nivel mundial y quizá también la aparición en escena de alguna tercera potencia deberían romper este status quo extremadamente contrarrevolucionario.
 

Inspectores de la ONU

Desde la salida del mercado del crudo iraquí impuesta por los vencedores en la Guerra del Golfo, se viene asistiendo de forma bastante clara al mantenimiento de los precios del crudo por medios militares o bajo la amenaza militar, y es por eso por lo que interesa no ya la acción militar puntual en el tiempo sino que se prolongue en el tiempo y se hable y se hable de la posibilidad de guerra, dando lugar al aburrido espectáculo de los inspectores de la ONU, etc. La revista británica The Economist con motivo de los bombardeos de Libia en 1986 por parte del imperio, no pudo por menos que hablar de la intencionalidad respecto a los precios del petróleo en tales acciones.

De los dos regímenes del capitalismo, dictadura y democracia, la dictadura suele emplear más la censura para mantener a la población al margen de ciertos hechos, en cambio la democracia, no es que no use la censura cuando lo necesita, bastante censura es ya que los principales medios de comunicación pertenezcan a bien pocas empresas gigantescas incluso multinacionales, sin embargo cambia la táctica, intenta primero emborrachar a la gente, marearla, proporcionarle una sobredosis de información, aplastarla con toneladas de información, incalculables horas y páginas dedicadas a tratar una noticia en las que se ocultan las causas verdaderas, ofreciendo otras causas más personales e idealistas, que hacen que aún cuando pudiera vislumbrarse en la avalancha cierta información de calidad ésta se pierda o se confunda en la marea de opiniones y análisis de todo tipo, la esconden de esta manera, hacen que el oyente o lector aborrezca el tema y se aburra, y para rematar son capaces de reconocerte que lo que habían dicho es mentira, lo cual ya deja K.O. al que no cuente con cierto criterio. Es lo que ocurrió por ejemplo con ciertas imágenes de la Guerra del Golfo en 1991, en las que se acusaba al régimen de Bagdad de haber vertido toneladas de petróleo al mar, acompañando esta información con aves impregnadas de petróleo etc, y que posteriormente las mismas televisiones en occidente reconocieron pertenecían al hundimiento de un petrolero.
 

Catástrofe del Prestige

En una sociedad en la que el fin de la producción es el beneficio y no el producto para que pueda ser consumido, el mantenimiento, reparaciones, o simplemente su defunción por haber agotado su vida, de un barco viejo como el Prestige, es algo que no puede vencer a la diosa rentabilidad, las catástrofes irremediablemente siempre estarán a la orden del día, ya que las empresas como principio de su génesis han de obtener la máxima rentabilidad y economía en los costes de producción aún a riesgo de desaparecer por accidente, de lo contrario desaparecerían devoradas por la competencia, esa competencia tan idolatrada y a veces señalada como remedio a los excesos y abusos de las propias empresas, teoría demolida por Lenin en "El Imperialismo…" cuando mostró cómo el libre mercado tiende y acaba en el monopolio. Las empresas son la unidad económica del capitalismo y a sus leyes se someten sopena de desaparecer. Por mucho que se reforme el capitalismo, cosa que hacen continuamente los gobiernos, lo que afecta a su génesis es inrreformable, y las catástrofes siguen ocurriendo.