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El 15 de junio de 2017, los maestros organizados de la Región Cuzco, decidieron empezar una huelga indefinida contra la intención del Gobierno de instituir una nueva reforma educativa, por el aumento de los salarios de hambre, promesa electoral del mandatario electo, por una mayor inversión en la Educación Pública, y por el pago de la llamada “deuda social”, deuda del Estado con sus empleados, por beneficios no pagados desde hace décadas.
A lo largo de 80 días (60 días hábiles), de una huelga indefinida, poco a poco se sumaron la casi totalidad de profesores de las distintas regiones, hasta alcanzar la huelga general a lo largo del territorio peruano. Fue una lucha tenaz contra todo y contra todos, con diversos dirigentes sindicales que intentaron en todo momento contener la protesta y conciliar con el Estado. Son más de 250.000 profesores y la paralización del año escolar fue total.
La reforma educativa en cuestión, similar a la acaecida en México, trae consigo varias medidas, la más importante de las cuales es la libertad de despido.Este instrumento es útil a los patronos para romper la unidad sindical, deshacerse de los más combativos, generando competencia y vacilación entre los demás, atacando las condiciones de trabajo de los docentes.
El salario de un docente esta cerca de los 1.200 soles; los precios de los productos y servicios de primera necesidad son impactados por una alta inflación, condenando a muchos educadores a una vida en la pobreza y a las dificultades materiales para ejercer su propio trabajo, impulsaron a los trabajadores de la educación a una lucha intransigente.
Hacía muchos años que un movimiento huelguista no se expandía en tal magnitud, llegando a la capital, fortín de la burguesía peruana. La generalización de la huelga, la solidaridad entre docentes estables (titulares) y contratados, la llegada de miles de educadores a las plazas de la capital y los métodos intransigentes en la lucha, son un precedente para los combates futuros y un ejemplo a seguir. Pero, y sobre todo, la lección más grande está en la insubordinación a la burocracia sindical, un movimiento huelguista que ha sobrepasado a los viejos servidores del Capital peruano.
El Sindicato Unico de Trabajadores de la Educación del Perú, SUTEP, y su dirección, el denominado CEN SUTEP, se vio rebasado por la gran demostración de lucha y perseverancia de los grupos de educadores agrupados en torno a las bases regionales, llegando a la ruptura con la dirigencia nacional subordinada a los intereses del Estado y presta a colaborar con él.
Esta dirigencia ha estado opuesta en todo sentido a la huelga; viéndose sobrepasados, han intentado mitigar el odio de los trabajadores firmando un acuerdo por un aumento salarial a 2.000 soles. La dirigencia sindical trató innumerables veces de vender la huelga, pero no consiguió su propósito.
La ministra de Educación, Marilú Martens, y toda la estructura represiva que el Estado posee, han acusado a los huelguistas de terrorismo, vandalismo y revuelta.
En realidad la práctica del terrorismo contra los huelguistas a lo largo de toda la lucha ha sido ejecutada por la burguesía peruana con amenazas de despidos masivos, desplegando su artillería mediática para reprimir e impedir la solidaridad de clase, y usando sus bombas lacrimógenas, camiones cisternas y balas de goma, sobre los huelguistas durante las manifestaciones. Pese a todo esto y a pesar del aumento salarial y la traición de varios dirigentes, la lucha continuó con sus objetivos.
Las escuelas reanudaron sus actividades a partir del 4 de septiembre, reanudación anunciada como una especie de “tregua” promovida por los sindicatos del régimen ante el Gobierno, el cual deberá revisar su política de reforma. Como primera acción el Estado anunció que en noviembre el salario de los educadores será aumentado a 2.000 Soles (617 dólares).
La reanudación de las clases se dio en un clima de agitación de los trabajadores, que dio lugar a una nueva huelga de 24 horas el 8 de septiembre y una movilización de los docentes en el centro de Lima, que fue reprimida con bombas lacrimógenas por la policía, que impidió a los manifestantes que se concentraran en la Plaza San Martin, vecina al Congreso, donde se encontraba la Ministra de Educación. El representante del sindicato del Régimen SUTE, de Lima, manifestó que “Hemos suspendido la huelga nacional, pero no la hemos levantado. La lucha sigue vigente porque la ministra hasta el momento no ha solucionado el pliego de reclamos. Sigue amenazándonos con represalias de descuentos”. Los sindicatos del régimen se ven obligados a ponerse al frente de las protestas para poder frenarlas o conducirlas hacia distracciones como la exigencia de la renuncia de la ministra de educación.
La exigencia de la dimisión de la ministra de educación es una distracción para el movimiento de trabajadores en lucha, ya que el cambio de un funcionario no cambiará las políticas antiobreras del gobierno burgués; además la exigencia de la renuncia de la ministra forma parte de la estrategia electorera de los partidos de oposición al gobierno actual en Perú. De hecho la actual ministra de educación llegó al cargo luego de ser censurado por el parlamento el ministro anterior, debido también a una huelga de los trabajadores.
La lucha de los maestros peruanos, que hoy parece estancada, muestra lecciones y confirmaciones que nuestro partido, órgano dirigente de la clase proletaria, ha sabido ya extraer de las contrarrevoluciones y del oportunismo. Esta lucha es, una vez más, confirmación de la teoría marxista.
La lucha por mejores condiciones de vida de los trabajadores asalariados no puede salir victoriosa, y este es el caso de ésta y de todas las luchas presentes, pasadas y futuras, sin la extensión de la huelga a todos los sectores, practicando la solidaridad de clase, sin la aplicación de métodos clasistas de lucha, con organizaciones proletarias alejadas de todo colaboracionismo con el enemigo de clase.
Así como en Perú, en México ya hemos visto una huelga larguísima contra una reforma de la educación de índole similar. Tampoco será la última huelga.
El capitalismo en crisis, sacudido por la caída tendencial de la tasa de ganancia, trata de maximizar la extracción del plusvalor, aumentando la explotación sobre la clase obrera.
El objetivo de esta reforma es romper con la unidad del profesorado, lanzándolos al abismo de la competencia por puestos de trabajo, el despido masivo y el empeoramiento general de las condiciones de trabajo.
No se podrá mejorar las condiciones generales de vida dentro del capitalismo sin la solidaridad de clase. El proletariado es la única clase que no tiene nada que perder y un mundo por ganar, con la reanudación de la lucha de clases, como hace 100 años, impulsando la contradicción entre trabajo asalariado y capital, comunismo o guerra imperialista.
Esta clase es internacional, así como internacional es su Partido.
El 15 de septiembre de 2017, el sindicato Asociación Colombiana de Aviadores Civiles (Acdac) declaró la hora cero para iniciar una huelga que tuvo mucho ruido mediático en Colombia y a nivel internacional.
La negociación del pliego de peticiones entre los pilotos agremiados en la Acdac y la empresa Avianca, empezó el 23 de agosto y se extendió por 20 días, etapa en la que no hubo acuerdo. Entre las reivindicaciones exigidas por los pilotos figuraban, por ejemplo, reducción de la jornada de trabajo a 40 horas mensuales, un aumento salarial del 50 % para quedar nivelados con el sueldo de los pilotos de otros países, dos semanas de descanso al mes, tiquetes ilimitados en clase ejecutiva para familiares, auxilios para tabletas, portátiles y celulares. Adicionalmente, exigían una prima individual mensual de 2 millones de pesos colombianos, la ampliación de los servicios médicos para sus familiares y una cobertura del 100 % de la póliza de salud. Ese pliego costaría según Avianca 200 millones de dólares.
En principio, se suponía que el paro de pilotos sería apenas por siete días, entre el 20 y el 27 de septiembre; pero durante este período, incluso con la intervención de la ministra de Trabajo colombiana, no se llegó a ningún acuerdo. La huelga se prolongó durante 51 días.
Esta huelga dejó, según Avianca, pérdidas de ingresos diarias de 300.000 dólares a la aerolínea. Sin embargo la realidad es que la aerolínea registró un crecimiento de 9% en ventas y 28% en utilidad operativa en el tercer trimestre del 2017. La huelga de pilotos sólo impactó sus operaciones el equivalente de diez días efectivos. Desde el punto de vista mediático se resaltó la suspensión de 14.000 vuelos y la afectación de 420.000 pasajeros, que es parte de la matriz de opinión que los patronos, con el apoyo del gobierno y de los tribunales, querían fijar en la población. El sector hotelero también manifestó que tuvo pérdidas de 13 millones de pesos a consecuencia de esta huelga.
El 6 de Octubre la huelga fue declarada ilegal por el Tribunal Superior de
Bogotá y, como era de esperarse, los argumentos fueron:
- que Avianca presta un servicio público esencial,
-
que el sindicato fue a la huelga con la aprobación de la minoría de sus
afiliados, ya que el día que se votó la huelga solo votaron 259 trabajadores,
número que no llega a la mitad de los 700 trabajadores afiliados
a la fecha del
escrutinio.
El Juez que dictó la medida manifestó que “el derecho al trabajo, el derecho a la seguridad, a la educación y el derecho a la locomoción son pilares fundamentales para el desarrollo de la vida digna”. Por supuesto que los tribunales realmente se ocupan de velar por la “vida digna” de la burguesía y del óptimo funcionamiento de sus empresas. Los trabajadores, su lucha reivindicativa y la huelga como principal forma de lucha proletaria siempre terminarán declarándose ilegales, porque la dinámica de la acumulación capitalista no debe detenerse. Por eso el Juez declaró que en “un Estado social de derecho no se puede permitir la autoridad, que los intereses minoritarios de unos cuantos sindicalizados, afecten los intereses de la mayoría de la población”; pero detrás de esa “mayoría de la población” se escudan los patronos capitalistas y su interés de maximizar sus ganancias, derivadas de la explotación del trabajo asalariado.
702 pilotos de Avianca se mantuvieron en huelga de manera unitaria, pero, con el apoyo del Tribunal, los patronos aumentaron la presión tomando acciones como la apertura del reclutamiento de pilotos de otros países para reactivar los vuelos a partir del primero de noviembre; es decir la incorporación de rompehuelgas. Avianca dio plazo hasta el 16 de octubre para que se incorporaran los pilotos en huelga, indicando que los pilotos que no se presentaran a sus funciones laborales en la fecha definida, serían llamados a los procesos disciplinarios correspondientes. Comenzaron a presentarse deserciones y las presiones patronales por el despido, y el jueves 9 de noviembre en la noche la mayoría de los trabajadores votó por poner fin a la huelga.
Aunque los pilotos en huelga lograron manifestaciones de apoyo de los Controladores Aéreos y de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Colombia, la huelga se mantuvo aislada del resto de los trabajadores.
La CGT convocó una marcha el lunes 9 de octubre, a partir de las 4 de la tarde en Bogotá,“para hacer público el respaldo de los trabajadores colombianos a las justas reclamaciones de los pilotos de Aviancay expresar el rechazo a las decisiones de los jueces”. Pero la CGT es un sindicato patronal, como también lo es la Acdac; por eso el presidente de la CGT, Julio Roberto Gómez, rechazó el fallo proferido por el Tribunal Superior de Bogotá, argumentando que “Nadie se muere, ni la economía nacional del país se afecta porque expresamente no pueda viajar en esa empresa, cuando esos mismos itinerarios los pueden cumplir otras aerolíneas, es decir, no es esencial volar en Avianca”. Pero al declarar esto Gómez dejó claro que comparte con la burguesía y sus instituciones la aplicación de los servicios mínimos en las huelgas, solo que en este caso los servicios mínimos serían cumplidos por las otras empresas que compiten con Avianca en la misma rama de actividad económica.
Ni la CGT ni la Acdac promovieron la ampliación de la huelga hacia el resto de los trabajadores de esta rama de actividad económica tanto en Colombia como a nivel internacional y mantuvieron el conflicto encapsulado dentro de Avianca. Y por mucha disposición de lucha que demuestren los trabajadores en un conflicto, difícilmente lograrán conquistas reivindicativas si no extienden la agitación y la huelga hacia los trabajadores de otras empresas; esto solo lo haría un sindicato de clase. Por eso no fue una sorpresa cuando Acdac reconoció que, a los 24 días de huelga, 50 pilotos se habían reincorporado al trabajo, como un síntoma de desgaste y debilitamiento del movimiento reivindicativo. En total 140 pilotos se reincorporaron antes de que se levantara la huelga.
Los trabajadores no deben seguir cometiendo los mismos errores y la experiencia
de esta huelga y de otras similares, debemos tomarla como un aprendizaje que
permita romper con el sindicalismo patronal y propiciar las siguientes
prácticas:
-
Organización sindical de base no solo dentro de la empresa sino por localidad,
que permita agrupar a trabajadores de diferentes empresas.
-
Reuniones y asambleas regulares, no solo informativas, sino para analizar
situaciones y tomar decisiones.
-
Organizar fondo pro huelga y la red de contactos con otros sindicatos o núcleos
de trabajadores para implementar la solidaridad con los huelguistas.
-
Realizar agitación y propaganda dentro y fuera de la empresa, antes, durante y
después de una huelga. Organizar piquetes de agitación.
-
Una vez iniciada una huelga, definirla como indefinida y suspender los servicios
mínimos, con aquellas excepciones que el movimiento considere convenientes para
el avance de la lucha.
-
Promover la extensión de la huelga a otras empresas de la misma rama de
actividad económica y a otras empresas de distintas ramas.
Con la reanudación de la lucha de clase y el resurgimiento de sindicatos de clase, se planteará necesariamente al proletariado en todos los países, la necesidad de la lucha política por el derrocamiento de la burguesía y la instauración de la Dictadura del Proletariado. Este paso dialéctico al plano de la lucha política, lo realizará el proletariado bajo la dirección de su partido, el partido comunista internacional.
Uno de los dirigentes del Chavismo, y por mucho tiempo ministro de Petróleo de su gobierno, Rafael Ramírez, hasta diciembre de 2017 Embajador de Venezuela en la ONU, ahora amenazado de ser investigado y encarcelado por corrupción, decidió lanzarse al ruedo como posible candidato presidencial y divulgar sus críticas al gobierno de Maduro. Ramírez argumenta que no han escuchado sus críticas y que el gobierno de Maduro se apartó del ideario político de Hugo Chávez. Estos planteamientos los resume en un artículo publicado en la página aporrea.org, titulado “La Trampa”.
Cuál es la trampa?
La trampa es la falsa revolución. Ramírez es uno de los actores de reparto de la novela del “socialismo del siglo XXI”, que ahora quiere entrar en escena con unas líneas adicionales como antagonista.
El público (las masas) por ahora es como la señora que creía que las novelas que veía en la televisión eran historias reales y que se sorprendía cuando en la siguiente novela aparecía un actor cuyo personaje había muerto en la novela anterior, o el malo pasaba a ser bueno y el bueno pasaba a ser malo, pasar de héroes a traidores.
En esta novela participan tanto la derecha como la llamada izquierda, nacional e internacional. Igual que en la época de la “guerra fría”, se pretende trasmitir a las masas la idea de que presenciamos un choque entre capitalismo y socialismo, complementado con los mensajes patrióticos y nacionalistas que tanto daño y confusión han traído al proletariado en todo el mundo. Además con la sobredosis de la droga democrática y parlamentaria (“el socialismo es democracia o no es socialismo”, dicen los oportunistas), a través de la que se encadena a las masas asalariadas, elección tras elección, al carro explotador de la burguesía, defendiendo falsas conquistas “revolucionarias”, o prestando oídos a los contendores de derecha para drenar su descontento.
Ramírez trata, como todo politiquero, de aproximarse a un posible segmento del electorado y por los momentos se quiere presentar como un chavista que ha sido consecuente con su “legado” (?!). Pero las masas tendrán todavía que pasar por dolorosos descubrimientos, que no son solo que Ramírez es un oportunista, cosa que muchos chavistas saben y que la propaganda oficial se encargará de reforzar, sino que también son oportunistas quienes dirigen el gobierno; y lo más duro, que el chavismo y Chávez como expresión física, es un movimiento oportunista y contrarrevolucionario, que detrás de sus discursos esconde la defensa de los intereses de la burguesía y el imperialismo.
Pero esta comprensión no vendrá sola ni será espontánea, por mucho que se agudice la crisis capitalista y sus efectos sociales sobre los trabajadores. Hará falta la reanudación de la lucha de clase de las masas asalariadas, al margen del parlamentarismo y de lo que hoy se conoce como izquierda y derecha, y la incidencia de un factor clave, el partido comunista, que se ha debilitado en términos físicos hasta llegar a su mínima expresión cuantitativa luego de décadas de contrarrevolución y engaños como el que se vive hoy en Venezuela.
La Trampa en la que se encuentran las masas asalariadas en todo el mundo es más compleja de lo que expresa la mediática burguesa y las ficciones que presentan la izquierda y la derecha parlamentarias.
La revolución ni se ha realizado ni existe gobierno alguno que la esté dirigiendo o “construyendo”. Los gobiernos que hoy se proclaman socialistas son capitalistas y burgueses.
No hay empresarios ni empresas socialistas, el proletariado no puede hacer alianzas con la burguesía, ni enfrentar a un imperialismo aliándose con otro.
La salida a la Trampa de la burguesía es la revolución proletaria. Por ella hay que trabajar sin voluntarismo y sin caer en el activismo que siempre conduce a los mismos caminos del oportunismo.
Este artículo de Ramírez nos permite verificar una tendencia que tiene tiempo observándose pero que ha venido madurando. Y es la del surgimiento de una alternativa electoral nacida del mismo chavismo.
Más allá de que esta opción electoral del “chavismo crítico” efectivamente tome fuerza y gane o no posiciones de control en el gobierno o el parlamento, se trata de una opción de recambio político de la burguesía. El chavismo fue la opción burguesa de recambio del bipartidismo.
La derecha remozada debía ser la opción de recambio en el caso del declive de la popularidad del chavismo. Pero ante sus bajos resultados obtenidos por la derecha, queda la alternativa de un candidato que salga del chavismo. Ya vimos varios casos en las elecciones municipales (uno destacado fue el de Samán en Caracas). Pero con más anticipación hemos venido observando desde el 2012 el alejamiento del grupo “Marea Socialista” y de varios exministros de Chávez y dirigentes políticos, que se siguen reivindicando como chavistas.
Contra Ramírez y otras expresiones del “chavismo crítico” arremeterá la represión, el secuestro como política de Estado, la campaña de desprestigio mediática y el ventajismo electoral que acostumbra el chavismo, apoyándose en el control que tiene de las instituciones del Estado.
Lo importante para la burguesía es que esa alternativa esté a la mano y que las masas no se le salgan de control. Todos los caminos electorales tienen que garantizar la continuidad de la burguesía en el poder. La burguesía no deja nada al azar. La agitación a la que serán sometidas las masas buscará empujarlas a tomar cualquiera de estas salidas que le permitirán a la burguesía mantenerse en el poder.
En el 2018 la crisis económica se agudizará. La participación de los diferentes grupos militares en el control de empresas y de alrededor del 70% de la economía, como expresión de la centralización del poder burgués, se fortalecerá. El crecimiento de la inflación continuará reduciendo el salario real de los trabajadores, que ya cayó no menos del 60% en el 2017; la escalada de los precios se mantendrá y será más evidente la incapacidad del gobierno de controlarlos, pese a sus constantes anuncios; la escases seguirá siendo el principal combustible a la especulación; los despidos y el deterioro de las condiciones de seguridad, higiene y ambiente se profundizarán. En este contexto toda protesta tenderá a ser reprimida; Nicolás Maduro anunció que el 2018 será el año de la paz y para esto, aunque tratará de incrementar las dádivas de migajas y el clientelismo con fines electorales, tendrá que echar mano del recurso de la represión, para lo cual el chavismo se ha ido preparando con tiempo.
Los sindicatos actuales mantendrán su complicidad con la burguesía, frenando la protesta y la organización de base de los trabajadores. Estos sindicatos harán coro con el gobierno y los patronos, llamando a aumentar la producción y la productividad.
Un movimiento de oposición de clase debe plantearse:
1. Reanudación de la lucha de clase de los trabajadores. Por un pliego
reivindicativo que contemple: aumento lineal de salarios, reducción de la
jornada de trabajo (paso a 30 horas laborables semanales y turnos de 6 horas),
eliminación del cesta ticket o bono de alimentación y su incorporación como
parte del salario, reducción de la edad de jubilación a 50 años de edad en ambos
sexos, paso de los contratados a fijos en las empresas, eliminación del trabajo
en horas extras, en el caso de los docentes establecer la atención de un máximo
de 15 alumnos por aula, mejora de las condiciones de higiene y medio ambiente de
trabajo, apoyo a la mujer trabajadora, y los trabajadores en general, con
guarderías, lavanderías y comedores industriales.
2. Organización de base de los trabajadores al margen de los sindicatos
actuales. Organización de SINDICATOS DE CLASE, integrando por localidad a
trabajadores de diferentes empresas, ramas de industria y oficios.
3. Impulsar la agitación y la movilización bajo la consigna de HUELGA GENERAL
ANTI-CAPITALISTA.
4. Rechazo a las salidas burguesas. Rechazo de los llamados a buscar la salida a
la crisis con las elecciones presidenciales o con la acción golpista de algún
grupo militar. Rechazo a los llamados a la defensa de la patria y de la economía
nacional.
(ONU) | PRODUCCION INDUSTRIAL INCREMENTO % ANUAL |
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2007 | 2008 | 2009 | 2010 | 2011 | 2012 | 2013 | 2014 | 2015 | 2016 | |
ESTADOS UNIDOS |
2,8 | -3,3 | -11,2 | 6,1 | 3,2 | 3,0 | 2,1 | 3,0 | 0,4 | -0,8 |
REINO UNIDO | 0,4 | -3,0 | -9,5 | 2,8 | -0,8 | -2,8 | -0,6 | 1,5 | 1,4 | 1,4 |
ALEMANIA | 5,8 | 0,6 | -16,5 | 11,3 | 7,0 | -0,7 | -0,1 | 1,3 | 1,5 | 0,8 |
FRANCIA | 1,1 | -2,9 | -14,1 | 5,1 | 2,6 | -3,0 | 0,0 | -0,8 | 1,8 | 0,3 |
ITALIA | 2,5 | -3,2 | -18,7 | 7,0 | 0,4 | -6,0 | -3,1 | -1,1 | 1,8 | 2,0 |
BELGICA | 6,6 | 4,0 | -10,2 | 11,3 | 3,9 | -2,2 | 0,8 | 0,8 | 0,2 | 4,3 |
RUSIA | 6,8 | 0,6 | -10,7 | 7,3 | 5,0 | 3,4 | 0,4 | 1,7 | -3,4 | 0,6 |
ESPAÑA | 2,3 | -7,1 | -16,2 | 0,8 | -2,0 | -6,3 | -1,7 | 1,6 | 3,3 | 1,6 |
PORTUGAL | 0,1 | -4,1 | -8,3 | 1,6 | -1,3 | -5,8 | 0,8 | 1,5 | 2,0 | 0,4 |
GRECIA | 2,3 | -4,0 | -9,3 | -5,9 | -5,7 | -1,9 | -3,2 | -1,9 | 1,0 | 2,1 |
IRLANDA | 5,3 | -2,1 | -4,5 | 7,5 | -0,4 | -1,5 | -2,2 | 21,0 | 37,1 | 0,1 |
JAPON | 2,8 | -3,3 | -21,1 | 15,1 | -2,9 | 0,6 | -0,8 | 1,9 | -1,3 | -0,3 |
COREA | 6,9 | 3,4 | -0,1 | 16,3 | 6,0 | 1,3 | 0,7 | 0,2 | -0,6 | 1,0 |
INDIA | 15,5 | 2,5 | 5,3 | 8,2 | 2,9 | 1,2 | -0,1 | 2,8 | 2,4 | 0,2 |
BRASIL | 5,7 | 3,0 | -7,0 | 10,2 | 0,4 | -2,3 | 2,0 | -3,0 | -8,2 | -6,6 |
MEXICO | 0,6 | -1,7 | -6,2 | 5,6 | 3,3 | 3,0 | 0,8 | 2,9 | 0,5 | -0,2 |
ARGENTINA | 3,0 | 5,6 | 0,5 | 12,5 | 13,7 | 1,7 | 3,5 | -0,9 | -14,7 |
Tomando por ejemplo a los Estados Unidos, la primera tabla muestra una caída del 11,2% en el 2009 en comparación con el 2008 y en el 2014 un aumento del 3% en comparación con el 2013; en la segunda tabla, siempre para los Estados Unidos, el -14,2% del 2009 muestra una caída respecto al 2007, año de máxima producción, y 1,8% en el 2014, un incremento siempre respecto del 2007, el último año más alto. En esta segunda tabla, por lo tanto, no se trata de incrementos anuales.
Al lado de los grandes países imperialistas, Estados Unidos, Japón, Alemania, Rusia, etc., que seguimos regularmente, se encuentran países en vías de desarrollo como India, Brasil, México, así como antiguos países industriales como Bélgica y Suiza, y algunos países de industrialización más reciente que ya no pueden considerarse como en vías de desarrollo como Corea del Sur, cuyo peso industrial es hoy superior al del Reino Unido o de Italia. Hemos estado siguiendo durante muchas décadas a todos estos países, así como a China y algunos otros, con el fin de tener una visión de conjunto del curso del capitalismo mundial.
La crisis de sobreproducción de 2008-2009 ha golpeado duramente a todos los grandes países imperialistas, con la excepción de China. Rusia, Japón, Italia y España han visto caer su producción industrial en más del 20% en relación con el máximo alcanzado anteriormente, mientras que Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido y Bélgica han visto su producción caer entre el 10% y 16%. En algunos capitalismos menos antiguos, como México y Brasil, la producción cayó un 6-7%, mientras que otros simplemente marcaron el ritmo como la India. Otros como China y Corea del Sur, que también son grandes países industriales e imperialistas en el sentido previsto por Lenin, pero de capitalismos más jóvenes, simplemente han sufrido una fuerte desaceleración, con una caída de la producción en algunos sectores industriales.
(ONU) | Año de má- ximo |
INCREMENTO % DE LA PRODUCCION INDUSTRIAL RESPECTO AL MAXIMO PRECEDENTE |
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2007 | 2008 | 2009 | 2010 | 2011 | 2012 | 2013 | 2014 | 2015 | 2016 | ||
IRLANDA | 2007 | -2,1% | -6,5% | 0,5% | 0,1% | -1,4% | -3,6% | 16,6% | 59,8% | 59,9% | |
BELGICA | 2008 | -10,2% | 0,0% | 3,8% | 1,5% | 2,3% | 3,2% | 3,4% | 7,8% | ||
ALEMANIA | 2008 | -16,5% | -7,0% | -0,5% | -1,3% | -1,4% | -0,1% | 1,4% | 2,2% | ||
USA | 2007 | -3,3% | -14,2% | -8,9% | -6,0% | -3,2% | -1,2% | 1,8% | 2,3% | 1,4% | |
FRANCIA | 2007 | -2,9% | -16,5% | -12,3% | -10,0% | -12,7% | -12,7% | -13,4% | -11,8% | -11,6% | |
REGNO UN. | 2000 | -3,3% | -6,2% | -15,1% | -12,7% | -13,3% | -15,7% | -16,2% | -15,0% | -13,8% | -12,6% |
JAPON | 2007 | -3,3% | -23,7% | -12,2% | -14,8% | -14,2% | -14,9% | -13,4% | -14,5% | -14,8% | |
RUSIA | 1989 | -20,7% | -20,2% | -28,7% | -23,6% | -19,8% | -17,0% | -16,7% | -15,2% | -18,2% | -17,6% |
PORTUGAL. | 2001 | -6,7% | -10,5% | -17,9% | -16,6% | -17,7% | -22,4% | -21,8% | -20,7% | -19,1% | -18,8% |
ITALIA | 2007 | -3,2% | -21,3% | -15,8% | -15,5% | -20,5% | -23,0% | -23,8% | -22,5% | -20,9% | |
ESPAÑA | 2007 | -7,0% | -22,0% | -21,0% | -23,0% | -28,0% | -29,0% | -28,0% | -26,0% | -25,0% | |
GRECIA | 2007 | -4,0% | -12,9% | -18,1% | -22,8% | -24,2% | -26,7% | -28,1% | -27,4% | -25,8% | |
COREA | 2008 | -0,1% | 7,8% | 7,2% | 5,7% | 4,7% | 3,9% | 3,3% | 3,0% | ||
INDIA | 2007 | 2,5% | 3,9% | 5,3% | 4,7% | 4,0% | 3,3% | 3,2% | 3,1% | 2,8% | |
BRASIL | 2011 | -7,0% | 2,4% | 2,8% | -2,3% | -0,3% | -3,3% | -11,3% | -17,1% | ||
MEXICO | 2007 | -1,7% | -7,8% | -2,6% | 0,6% | 3,6% | 4,4% | 7,4% | 7,9% | 7,7% | |
ARGENTINA | 1998 | 21,4% | 28,3% | 28,8% | 44,9% | 64,8% | 67,5% | 73,5% | 71,9% | 46,7% |
Estados Unidos no siguió este esquema general, por el contrario, después de la recuperación de 2010-2011, siguió creciendo, pero se desaceleró, hasta llegar a un incremento negativo en 2016. Volveremos sobre esto más adelante.
Entre los países imperialistas, un puñado de ellos, pero no entre los pequeños, en el 2016, después de 8 años, recuperaron y sobrepasaron el máximo alcanzado en 2007-2008: Estados Unidos con una producción superior al 1,4% a la que logró en el 2007; Alemania con un 2,2% y Bélgica con un extraordinario 7,8%. Como promedio anual, en el período de 8 años, los incrementos se redujeron a 0,2%, 0,3% y 0,9%, respectivamente.
INDIA | |||
1953 - 1965 | 1965 - 1972 | 1972 - 2012 | 2012 - 2016 |
7,4% | 3,9% | 6,1% | 1,3% |
1953 - 1972 | 1972 - 2016 | ||
6,1% | 5,6% |
El dato para Irlanda, que marca un aumento de casi el +60% de la producción industrial desde el 2007, deriva de contabilizar el peso enorme de los colosos mundiales que sólo han establecido su sede legal en el país para obtener ventajas fiscales; y aunque tienen más de los servicios que de la industria.
Entre los países pequeños en cambio, la infeliz Grecia paga un terrible tributo a la crisis con un -25,8%! ¿Cuándo marcará las mismas cifras la Gran Alemania? Pronto, y será aún peor!
COREA DEL SUR | ||
1954 - 1979 | 25 años | 17,6% |
1979 - 1997 | 18 años | 9,4% |
1997 - 2008 | 11 años | 7,5% |
2008 - 2016 | 8 años | 3,0% |
En cuanto a la India, hemos presentado en la tabla los incrementos anuales promedio para períodos de veinte años y para los ciclos cortos. Pasando del período 1953-1972 al 1972-2016 se observa una fuerte desaceleración: +6,1% y luego +5,6%.
Por otra parte, si se descompone el período 1972-2016 en los dos ciclos cortos, se constata una fuerte desaceleración en el crecimiento de la producción industrial, que concuerda con lo observado en los otros países industrializados: del 6,1% al 1,3%, ciclo que sin embargo se está acercando al final, pero aún no ha terminado.
RUSIA | |||
1920 - 1940 | 30 años | 20,1% | |
1940 - 1975 | 35 años | 8,4% | |
1948 - 1975 | 27 años | 10,4% | |
1975 - 1978 | 3 años | 5,1% | 3,9% |
1978 - 1989 | 11 años | 3,6% |
Es comparable a lo que había sucedido en la URSS antes del colapso. Para la comparación presentamos una tabla que se refiere a la URSS. El colapso de Rusia fue claramente anticipado por la economía. Y la misma cosa aplica no sólo para Corea del Sur, sino también para todos los países imperialistas, cuya trayectoria muestra claramente la llegada de una grave crisis de superproducción mundial, mucho peor que la de 1929.
Los Estados Unidos de América
Con los Estados Unidos, el imperialismo dominante, examinamos más en detalle la trayectoria del capital.
Hemos visto que la producción industrial en 2016 había superado en 1,4% el nivel alcanzado en el 2007. Sin embargo, el crecimiento en 2016 aún fue negativo.
La producción industrial se compone de tres grandes ramas: la producción minera, la manufactura y la construcción. El crecimiento de cada una de estas ramas productivas está representado por un índice. El índice general de la industria es un promedio de estos tres índices una vez que a cada uno de ellos se da un coeficiente que refleja el peso de cada uno en la producción general. Dado que este peso varía con el tiempo, el coeficiente de ponderación se ajusta periódicamente.
La producción de gas de esquistos bituminosos ha aumentado considerablemente a partir de los años de inicio del milenio, y la del petróleo a partir del 2009. Por lo tanto, los Estados Unidos se ha convertido en el primer productor de gas natural, con el 22% de la producción mundial, y para la producción de petróleo casi ha llegado a igualar a Arabia Saudita y Rusia: cerca del 13% de la producción mundial para cada uno de los tres países. Las cifras difieren dependiendo de si nos referimos a los datos de la ONU o de la BP, la cual proporciona series numéricas detalladas respecto a la producción de las diferentes formas de energía.
A medida que la manufactura y la construcción se derrumbaron, la producción de gas y de petróleo de esquisto se veía interrumpida, y se incrementó su coeficiente de ponderación para el cálculo del índice general. Esto explica cómo en el 2016 el índice fue superior al 1,4% en comparación con el 2007. En cambio, aunque la producción manufacturera y la construcción avanzaron lenta pero constantemente, siempre por debajo del máximo del 2007: -52% para la construcción, mientras que necesitarían otros tres años para que la manufactura, manteniendo el ritmo actual, alcance de nuevo el nivel del 2007.
En el contexto actual, la caída de la producción industrial en todos los grandes países imperialistas y la fuerte desaceleración o la crisis en los países en vías de desarrollo, que han llevado a una demanda de materias primas, y en particular de las energéticas, muy inferiores respecto a los primeros años del nuevo siglo, cuando, sobre todo China, marcó un crecimiento notable, dio lugar, como consecuencia, a una sobreproducción general y una fuerte caída de los precios.
La tendencia se ve reforzada por el aumento de la producción, tanto en el sector energético, con la fuerte producción en los Estados Unidos, como en otras materias primas, ya que numerosos proyectos mineros iniciados a comienzos del siglo se han puesto en funcionamiento, agravando la sobreproducción general.
La sobreproducción en el sector de las materias primas minerales y agrícolas genera una guerra comercial que exacerba la caída de los precios. El resultado en el sector energético fue la suspensión de la actividad de varios pozos, demasiado costosos para ser explotados, y en los Estados Unidos el fracaso de varias pequeñas empresas del sector energético que ha llevado a USA en el 2016 a una caída en la producción de petróleo y del gas, de ahí la contracción del índice de producción industrial.
Como complemento de nuestras proposiciones explicativas presentamos aquí tres histogramas y una curva que se refieren respectivamente a la producción de gas, de petróleo, al sector de la construcción y a la producción manufacturera en los Estados Unidos.
Con un crecimiento medio anual del 9,4% -el crecimiento de la construcción entre el 2015 y el 2016- tomaría más de ocho años para que el sector de la construcción retorne al nivel alcanzado en el 2004.
En cambio, en lo que respecta a la manufactura solamente, si se mantiene el crecimiento anual del 1,1% del 2015, se necesitarían otros 3 años para recuperar el máximo del 2007.
Pasemos ahora a China
Si nos referimos a los índices de la producción industrial en los anuarios de China popular se constata una clara desaceleración. El crecimiento, que en los primeros diez años del siglo osciló entre el 12 y el 15%, se redujo a 6% en el 2016, una caída de más de la mitad. La desaceleración es muy pronunciada después de la crisis mundial 2008-2009. Sin embargo, se sabe que estas cifras están exageradas debido a la metodología utilizada por el Instituto Chino de Estadísticas para elaborar sus propios índices.
Para tener un cuadro más cercano a la realidad, usamos referencias a la producción física de sectores clave, como el del cemento, del acero, la construcción de viviendas, la generación de electricidad y, en particular, del consumo de energía por parte de la industria.
Todas estas ramas de la producción muestran el mismo fenómeno: un fuerte crecimiento entre 2000 y 2007, una fuerte desaceleración en el 2008, seguida de una recuperación en el 2009, seguida de una desaceleración general y bastante regular para conducir a una caída en 2015, seguida de una reanudación en el 2016.
Mostramos aquí hay dos gráficos que se refieren a la producción y el consumo de energía. Como la energía afecta a todas las ramas de la producción material, estos gráficos tienen la ventaja de ser más generales.
Se ve muy bien la curva al máximo, que se encuentra también en la producción de acero, de cemento o de electricidad y por la construcción de viviendas, que corresponde al deslumbrante crecimiento de la producción industrial en China en el período 2000-2007.
Se observa la fuerte desaceleración en el período 2008-2009 y la no menos fuerte recuperación de 2010, seguida de una clara desaceleración. A diferencia de las otras ramas productivas mencionadas, no hay caída en la producción o en el consumo en el 2015, sino una clara desaceleración o una parada. Otro punto a destacar es la caída de la producción de energía en 1998 y la fuerte desaceleración del consumo en el período 1998-1999. Este pico hacia abajo corresponde a la crisis asiática de 1998-1999, que envistió a Rusia (el Estado ruso tuvo que declararse insolvente), luego a América Latina y en particular a Argentina, donde la crisis fue particularmente terrible y condujo al Estado a la bancarrota.
El inconveniente del gráfico es que no se refiere solamente al consumo industrial, sino que también comprende el consumo de energía en la agricultura, los servicios y los hogares.
Todavía podemos presentar otros dos gráficos que representan el consumo de energía de la industria. El período es más corto porque el instituto chino de estadísticas es en este caso más cerrado al suministro de datos. Pero la tendencia de la industria se muestra claramente y con ella el curso de la acumulación de capital en China.
Desde el 6,1% del 2011 el crecimiento anual del consumo de energía de la industria descendió en el 2012 hasta el 2,7% para disminuir regularmente desde el 2012 hasta el 2014. Desafortunadamente no se dispone de las cifras para los años siguientes: no es mejor la situación en el anuario del 2017 que no las proporciona! Estos incrementos, mucho menores que los oficiales de la producción industrial, son el verdadero índice de crecimiento industrial en China. De hecho, en lugar de tener +6% en 2016, el crecimiento real es probable que sea más cercano al 1%!
Y eso a pesar de todos los esfuerzos del Estado chino y de su Banco Central por estimular la acumulación de capital, abriendo al máximo posible los canales del crédito a las empresas y los particulares, principalmente para la adquisición de viviendas, e invirtiendo fuertemente en grandes infraestructuras. Se ve que el colapso está muy cercano.
Como dato complementario adicional, proporcionamos un segundo gráfico del consumo de energía por parte de la industria. Este gráfico cubre un período un poco más largo (1995-2014) con intervalos de cinco años. Cada intervalo de cinco años corresponde al aumento medio anual del consumo de energía.
Este último gráfico marca una pendiente descendente en el año 2000, que corresponde a la crisis asiática, la forma “máxima” para el formidable crecimiento industrial, que hemos visto en el gráfico anterior, entre 2000 y 2007, seguido por la progresiva desaceleración.
Para completar el cuadro del curso del capital en China, concluimos con un histograma que representa la deuda total en el país como porcentaje del PIB. Se trata del endeudamiento público, el de las regiones (que creció enormemente, adquiriendo un peso considerable) y del sector privado, que concierne tanto a las empresas como a los hogares. Estos datos han sido calculados por un gran banco suizo que ejecuta parte de sus actividades en China.
Como se puede ver en este campo, China llega a todas las grandes naciones imperialistas, aun cuando buena parte de los créditos provienen de la “banca paralela”, el sistema bancario sombra, y escapa a cualquier tipo de contabilidad y control. Esto hace que el endeudamiento real sea probablemente más alto que el calculado aquí.
En China, como en otros lugares, la acumulación de capital conduce directamente a una formidable crisis de sobreproducción, una crisis que será proporcional a la acumulación de los últimos treinta años. Entonces nada podrá detener la crisis de sobreproducción a escala mundial.
Rápido giro en el horizonte del comercio mundial
El volumen del comercio mundial entre el 2000 y el 2007, tras la crisis de 2001-2002, creció a un ritmo particularmente sostenido, superando en la mayoría de los casos incrementos del 10%. En dólares corrientes el crecimiento fue aún más sostenido. Sin embargo, hay que recordar que con la reubicación a ultranza y la subcontratación, ya ningún producto se fabrica en un solo lugar. Hoy en día, la mitad de los componentes que entran en la fabricación de un producto vienen importados, y la fabricación de un solo producto exige a menudo muchos viajes de ida y vuelta entre diferentes países. Esto infla artificialmente el comercio más que duplicarlo.
Las diferencias de años anteriores entre los datos en volumen y en dólares corrientes se explican por la subida de los precios de los precios de las materias primas minerales, agrícolas y, sobre todo, energéticas, bajo el efecto de una fuerte demanda, especialmente de China. Un aumento en los precios de mercado que fue amplificado considerablemente por la especulación frenética de esos años.
Como era de esperarse, en el período 2008-2009 hubo una formidable crisis de sobreproducción que provocó no sólo una rebaja de los precios, sino también una caída en el comercio mundial, en volumen del -12,6% y en valor del -22.6%. Esta recesión fue seguida en el 2010 por una vigorosa recuperación del 14% en volumen y de cerca del 22% en dólares corrientes. Pero desde entonces el crecimiento del comercio mundial no hizo más que declinar. Después del 2012 el crecimiento en volumen permanece claramente por debajo del 3% anual.
La recuperación de la producción industrial en los grandes países imperialistas después del 2015 ha sólo compensado el estancamiento y la recesión en numerosos países en vías de desarrollo y la desaceleración de China. Por lo tanto el crecimiento del comercio mundial en volumen se ha ralentizado también en el 2016 y también se expresa en dólares actuales con disminuciones de 13% en 2015 y el 3% en 2016. Esta caída en dólares corrientes es debida a dos factores. El primero y el más importante es la caída de los precios de las materias primas: a partir de mediados del 2014 a diciembre del 2015 el precio de los combustibles cayó en un 62%, de los metales en 35% y la de los productos agrícolas en un 22%! El segundo factor fue el aumento del dólar: porque existe la necesidad de un menor número de dólares de los que se requerían antes a cambio de las monedas locales, los precios expresados en dólares cayeron.
Esta caída del precio de las materias primas siguió al retroceso de las importaciones de la mayor parte de los países productores. La recesión o estancamiento de los países en vías de desarrollo, asociada con la desaceleración en China, se tradujo en el 2015 en una menor demanda de productos estadounidenses de Asia, del Medio Oriente y de América Latina, continuando con un estancamiento de las exportaciones de los Estados Unidos, agravando el crónico déficit comercial.
Vamos a dar aquí los gráficos para el comercio mundial en volumen y dólares corrientes.
(Fin en el siguiente número)
Sesión del sábado
-
La cuestión militar: La primera guerra mundial
-
Curso de capitalismo: hacia una gran crisis
-
Marxismo y modelos matemáticos
-
India - El movimiento nacional
-
La sucesión de modos de producción
-
Informe de la sección venezolana
Sesión del domingo
-
La fallida revolución en Alemania
-
Actividad sindical del partido
-
El concepto de dictadura antes de Marx
-
La revolución húngara
Celebramos la reunión de mayo en Turín en un amplio y confortable ambiente que nos prestó un sindicato de base, en un barrio que, a pesar de la crisis, sigue siendo una ciudad con un fuerte componente proletario y obrero.
Consistente presencia de nuestras delegaciones de Italia, del Reino Unido, de Francia y de Alemania.
El trabajo comenzó el viernes a media tarde, ya con la presencia de numerosos camaradas, con el informe habitual del Centro sobre los resultados del trabajo en los últimos meses, seguido por todos los compañeros con diferentes compromisos, quienes informaron extensamente, anticipándose a las conclusiones que se expresarían luego en las sesiones del sábado y el domingo, y que luego encontrarán una formulación definitiva, sistematización y en algunos casos su integración en la prensa del partido.
Por la noche, la cena en común, preparada por compañeros locales, una oportunidad para conocerse e intercambiar opiniones entre compañeros.
A la mañana siguiente completamos la planificación del trabajo futuro del partido, luego comenzamos con la presentación de los informes, todos muy comprometidos con nuestras pequeñas pero determinantes fuerzas. Los buenos resultados de nuestros estudios y la efectividad de nuestra propaganda derivan del método científico-comunista-revolucionario que nos distingue: sin ningún personalismo, sin ninguna forma de competencia, ninguna necesidad de asombrar a la audiencia con invenciones o descubrimientos clamorosos, sino a través de la búsqueda objetiva de los hechos históricos y de su interpretación a la luz de la invariante y probada por siglos doctrina clase.
Aquí presentamos los resúmenes de los informes presentados en esta reunión.
La cuestión militar - Primera Guerra mundial
En los sectores del medio oriente y el Caucaso el conflicto de 1914-1915 tuvo consecuencias territoriales y políticas que perduran hasta hoy, como lo demuestran las graves crisis que nunca se aplacaron en los países del área: Siria, Palestina, Irak, Egipto, Libia. Las potencias imperialistas vencedoras trastornaron completamente al Medio oriente, dividiendo al colapsado imperio Otomano con fronteras artificiales e imponiendo en los gobiernos de los nuevos Estados, grupos de poder sumisos a ellos.
Fue el teatro bélico más extenso de toda la primera guerra mundial, con un despliegue de fuerzas asimétrico: El Imperio Otomano e imperios centrales, contra los imperios ruso y británico. Después se unieron, con un significativo rol, tropas irregulares árabes, que dieron vida a la Revuelta Árabe contra Turquía y tropas voluntarias armenias que se organizaron en la Resistencia Armenia, también en contra de Turquía.
Tuvieron lugar 5 campañas militares principales: La del Sinaí (Egipto) y Palestina, la de Mesopotamia (Irak, Siria y Turquía), del Cáucaso, la de Persia y la de Galípoli (Turquía).
En el sector participaron masivamente las tropas locales y las provenientes de las colonias: Francia movilizó de África y el Caribe a 1,4 millones de soldados, e Inglaterra a 4,5 millones de su inmenso imperio: sus unidades más eficientes provenían del Ejército Británico Indio, de probada experiencia contra las fuerzas tribales.
Las potencias europeas intentaban repartirse lo que quedaba del Imperio Otomano. El 1° de agosto de 1914 se iniciaron las operaciones en Europa, también se firmó un pacto secreto de alianza militar entre los imperios alemán y otomano: el gobierno de Berlín intentaba procurarse un camino a Persia e India, a expensas de Londres, también muy interesado en los hidrocarburos del mar Caspio.
Enver Pascia, ministro de guerra y jefe de la Revolución de los Jóvenes Turcos, expresaba los intereses de la burguesía turca que, con el proyecto panturaniano, pretendía constituir una forma de imperialismo disfrazado de antiimperialismo. Primero intentaba recuperar los territorios de Anatolia del oriental, perdidos como resultado de la guerra ruso-turca de 1877-1878, con el puerto de Batumi en Georgia y la ciudad fortificada de Kars. Era de gran importancia estratégica para los Imperios Centrales, y más para Alemania, la apertura de un frente turco-ruso, que en Europa habría aliviado la presión rusa en el frente oriental.
La Anglo-Iranian Oil Company, había obtenido los derechos sobre los mayores yacimientos petrolíferos persas, excepto los de algunas provincias costeras en el mar Caspio, que se pretendía adquirir a través de la guerra: el petróleo se había convertido en el combustible de toda la gran flota militar británica y gradualmente también la comercial.
Hemos comentado un mapa donde se muestra la división del Imperio Otomano, estipulado en el pacto secreto, Sykes-Picot, entre Inglaterra y Francia, y la definición de las áreas de influencia relativa: se concedían territorios del Cáucaso a Rusia, y se preveía un zona alrededor de Jerusalén, encomendada a la administración internacional.
La comunidad armenia, estimada en alrededor de 2 millones, se extendió por la mayor parte del imperio, con concentraciones en los territorios caucásicos fronterizos con Rusia y una fuerte presencia en Constantinopla. Fue la minoría étnica más activa y políticamente organizada. Tomó parte en la guerra teniendo éxito al final, gracias al apoyo de Rusia, que la había utilizado en función antiturca, para obtener el reconocimiento de nueva entidad estatal armenia, que sin embargo duró poco.
El gobierno de los Jóvenes Turcos, temiendo una crisis causada por los armenios presentes en su ejército, el 25 de abril de 1915 comenzó una vasta campaña de redadas, detenciones, deportaciones y ahorcamientos, que en pocos meses causó el exterminio de cerca de 1,5 millones de armenios. La mayoría perecieron en los campos de concentración, otros por las armas del ejército turco y de las milicias kurdas. A su vez, a los armenios se les atribuyeron exterminios contra las poblaciones musulmanas en los territorios caídos bajo su control.
La milicia de la minoría kurda participó en el conflicto, algunos con los otomanos y una minoría con los rusos, bajo la promesa de algunas concesiones estatales. Demostraron ser inmanejables y su uso fue limitado. Pero a pesar de los acuerdos de Sévres de 1920, que reconocían a los kurdos una entidad estatal, los británicos, a fuerza del pacto Sykes-Picot con Francia, nunca otorgaron los territorios prometidos, riquísimos en petróleo.
Las múltiples comunidades tribales árabes de la región del Hegiaz, larga franja costera en la costa oriental del Mar Rojo, en 1916 dieron vida a la Revuelta Arabe que tenía el fin de liberarse del dominio otomano y constituir una entidad estatal árabe, bajo la dirección del Emir Faysal. Fueron entrenados por asesores militares británicos, entre los cuales estaba incluido el coronel Lawrence “de Arabia”. Que prometieron al Emir territorios que en realidad estaban destinados a Francia según los acuerdos Sykes-Picot. Al final del conflicto, el reino Hachemita de Hegiaz tuvo una vida corta y agitada, hasta que fue anexado al recién nacido Reino Saudita en 1932, frustrando las esperanzas árabes de formar un Estado único. Posteriormente la Sociedad de las Naciones con el establecimiento de un Mandato otorgó la investidura jurídica para la ocupación militar de todos esos territorios. Londres colocó a Faysal en la jefatura del reino de Iraq, inventado en 1921, que comprendía grandes territorios reclamados por la comunidad kurda, que también había contribuido a la guerra. Su hermano Ab Allah Husayn fue nombrado emir de Transjordania, ahora convertido en reino Hachemita de Jordania.
Ya en estas breves notas históricas podemos ver los orígenes de las causas principales de los conflictos actuales.
La campaña del Cáucaso se libró inicialmente entre el Imperio Otomano y el Imperio zarista. La revolución rusa influirá notablemente en el resultado de la campaña y las resoluciones territoriales. El Imperio británico lo aprovechará para unirse a la defensa y la extensión de sus importantes concesiones petroleras en el Caspio.
El comando alemán aquí aplicó la “estrategia de la distracción”, con la apertura de un frente secundario, lejano del principal en Europa, para forzar al Zar a mover tropas al Cáucaso.
El 1 de noviembre de 1914, la Rusia zarista declaró la guerra al Imperio Otomano y la ofensiva penetró con discreto éxito en territorio turco. La contraofensiva turca, con milicias kurdas, solo bloqueó parcialmente el avance ruso. Se distinguieron, asociadas a los rusos, las tropas voluntarias armenias, que lograron conquistar y ocupar posiciones en el lago Van.
Enver decidió lanzar en las montañas del Cáucaso una ofensiva invernal para revertir la situación e invadir Rusia. En un frente que serpenteando por unos 1.500 km, preveía superar los pasos de montaña a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar, con una red vial reducida y sin líneas ferroviarias, encomendando los suministros a los convoyes de tracción animal, todo lo cual limitaba el uso de artillería pesada. La ofensiva comenzó el 22 de diciembre e inicialmente registró cierto éxito. El comandante en jefe ruso ordenó la retirada general. Enver decidió el asalto final pero, debido a la falta de municiones y alimentos, con las líneas de suministro bloqueadas por la nieve, resultó un desastre total: llegaron refuerzos rusos y la mayor parte del cuartel general ruso no respetó la orden de retirada.
Inglaterra decidió entonces poner en marcha la campaña de Gallipoli con la cual pretendía presionar en los Dardanelos y ocupar Constantinopla, obligando al imperio otomano a abandonar la guerra y restablecer sus comunicaciones a través del Mar Negro con el imperio ruso. A pesar del enorme uso de hombres y equipos de Inglaterra, Francia, Australia y Nueva Zelanda, la campaña sufrió de grandes carencias logísticas inadmisibles y terminó entre febrero 1915 y enero de 1916 en un terrible desastre militar, que causó la pérdida de más de 252.000 hombres, cerca de la mitad del contingente militar total, y la pérdida de varias unidades navales de gran tonelaje y algunos submarinos. Los departamentos turcos opusieron una inesperada resistencia a los repetidos desembarcos, bloqueando las playas, etc. Pero también ellos sufrieron grandes pérdidas de 250.000 hombres, el 80% de la tropa. Esta primera operación anfibia fue la base del estudio para el posterior desembarco en Normandía y para todos los de la Segunda Guerra Mundial.
Al mismo tiempo, en abril de 1915, comenzó la Resistencia de Van de la comunidad Armenia, respaldada por una limitada maniobra de los rusos, a la que el gobierno turco respondió con la deportación forzada de los armenios de la región.
Los planes de los mandos zaristas para una nueva ofensiva en la primavera de 1917 nunca se implementaron por el estallido de la revolución de Febrero. En particular las unidades del Cáucaso comenzaron a retirarse debido al cansancio y el sufrimiento, a la aversión a la guerra y a la agitación política entre las filas del ejército. El proceso de desintegración del ejército zarista era tal que hacia el final de 1917 ya no había ninguna fuerza militar rusa activa en el Cáucaso, pero la armada otomana no fue capaz de tomar ventaja de esta situación por el pésimo estado de sus unidades.
Surgieron los primeros Comités por el Gobierno de Transcaucasia, formados en su mayor parte por armenios, que reivindicaban una clasificación regular de sus fuertes tropas en los nuevos organismos que se estaban formando.
El 5 de diciembre de 1917, otomanos y bolcheviques firmaron un armisticio que marcó el final de las hostilidades; los soldados rusos restantes regresaron a sus hogares, y fueron reemplazados por las tropas armenias, que no estaban en condiciones de proteger un territorio tan vasto. El 6 de febrero el Tercer ejército otomano partió para una fácil reconquista de los territorios.
El 3 de marzo de 1918, la delegación otomana firmó con la nueva República soviética rusa, el Tratado de Brest-Litovsk con el cual el gobierno bolchevique cedía a los otomanos todos los territorios anexados por el zarismo después de la guerra de 1877-1878. En el tratado fue reconocida la República de Transcaucasia. Pero los otomanos reanudaron los combates hasta que el ejército armenio fue dispersado.
El Imperio Otomano llegó al final de la guerra habiendo perdido importantes campañas, pero con un claro éxito en el Cáucaso. Todos los acuerdos y límites fronterizos establecidos por el acuerdo de Sèvres de 1920 no condujeron a una paz definitiva, y al año siguiente estalló la guerra entre Georgia y Armenia y luego entre Armenia y Azerbaiyán. Ni siquiera ahora, un siglo después, y después de la disolución de la URSS, hay una paz estable y cierta en esas regiones.
Curso del capitalismo mundial
El informe sobre el curso de la crisis económica mundial ya aparece en las páginas de este mismo número.
Para el marxismo, las matemáticas son, como el lenguaje corriente, un instrumento. Como tal, es muy útil, indispensable y debe ser manejado. Utensilios que se han traspasado de las generaciones anteriores y que se mejoran progresivamente.
Sin embargo, en una sociedad idólatra como la presente, las matemáticas no son una excepción a la sistemática inversión del medio con el fin. El Partido debe poner siempre en primer plano la finalidad histórica de la orgánica actividad que lo distingue, porque el uso de herramientas matemáticas no transforma su indispensable actividad de investigación, para entender dónde está el modo de producción capitalista, en un juego especulativo y unfin en sí mismo.
Nuestra teoría económica se expresa mediante modelos abstractos, cuyas leyes cuantitativas se representan en el lenguaje de la matemática. Una vez que el modelo se ha formalizado en categorías económicas, es posible con funciones matemáticas verificar o predecir el vínculo entre sus magnitudes y su evolución relativa y con el tiempo.
Pero de ninguna manera puede la realidad de los hechos provenir del modelo: los hechos son solo históricos, la teoría los interpreta.
En esta operación se introducen, inevitablemente, las simplificaciones, derivadas de lo que, para un marco histórico-social dado, es esencial y productivo de los mayores efectos, de lo que parece accidental y solo perturbación. Por lo tanto, una teoría no es solo un contenedor de magnitudes, de cantidades medibles, sino que también está dotada de una estructura de propiedades esencialmente cualitativas.
Diferente es el uso corriente de la palabra “modelo matemático”. Para nosotros y, tenemos la ambición de decir, para la ciencia, el modelo deriva de la teoría abstracta, simplemente representa y verifica las leyes cuantitativas que la teoría ya ha intuido. Con esta premisa, el modelo de ninguna manera puede negar la teoría.
En cambio, un “modelo matemático” se entiende como “simulación matemática”, es un cálculo particular mediante el cual, a partir de una serie de mediciones reales, por ejemplo, el precio al que se ha intercambiado una mercancía dada en diferentes momentos en el pasado, se llega, exclusivamente con métodos formales-matemáticos, a una función hipotética que “se acerca” lo máximo posible a los precios encontrados. Y se espera que podamos predecirlos para un futuro cercano. Aunque reconociendo al empirismo histórico, sus méritos, incluso frente a la ciencia.
Varios profesores se han dedicado a negar algunas de las leyes de nuestra doctrina mediante el uso de estos modelos. Por ejemplo, se opone a nuestra científico-determinista ley del valor una empírica y precisa historia de los precios. Es un diferente punto de vista de clase: para quien día a día especula sobre las cotizaciones es ciertamente más útil la segunda, para el partido que quiere abatir el capitalismo es necesaria la primera.
En la aceptación de una teoría, hay inevitablemente un acto de fe, palabrota indecible en estos tiempos de grave confusión, una teoría se abraza o se rechaza por instinto. La teoría no nace de una demostración, ni es el presupuesto. Toda teoría social es una fuerza moral, una guía para el pensamiento y para la acción.
El informe resumió así las analogías entre la teoría de la mecánica continua y el sistema teórico de nuestra doctrina económica. Se puso en evidencia como la evolución de la mecánica, es decir, la transición del hecho bruto a su interpretación científica, se ha verificado históricamente con la misma ruta bien sintetizada por Marx en su Introducción de 1857. La maduración científica en mecánica predijo, en principio, con el surgimiento de la burguesía como clase, la concepción abstracta del tensor de los esfuerzos internos en los materiales; a continuación la teoría de las relaciones constitutivas inserta en la solicitud de materiales los principios, tan queridos para nosotros, del determinismo y de la invariancia.
El informe concluyó dando algunas noticias sobre algunos estudios burgueses que intentarían comprender en términos matemáticos las cuestiones sociales. La NASA en el2012 “demostró” la necesidad de la catastrófica transición del capitalismo al comunismo; conclusión de estos peces gordos: La única receta posible para contener el avance inexorable del comunismo es “corregir la distribución de la riqueza” y “proteger la naturaleza”. Vulgaridad en forma de ecuaciones diferenciales!
El compañero relator continuó con la exposición de la serie de informes sobre la historia de la India, profundizando el período desde principios del siglo XX hasta 1920, delineando el declive económico, político y militar de Inglaterra y el lento fortalecimiento del nacionalismo indio.
La política inglesa logró limitar la importancia del Congreso y reducir a la impotencia las corrientes nacionalistas más avanzadas: el Congreso se dividió y el “nuevo partido extremista” fue dispersado.
Mientras tanto, los nacionalistas mantuvieron una apertura a la Liga Musulmana, que fue impulsada hacia el Congreso por dos eventos de 1911.
El ataque de Italia al Imperio Otomano, fue posible gracias a la benévola neutralidad británica, lo que desencadenó la primera guerra de los Balcanes, después de la cual el Imperio Otomano perdió todas las posesiones que le quedaban en Europa, con la excepción de Constantinopla. Estos eventos, junto con una serie de masacres perpetradas en Persia por los rusos, entonces aliados de los ingleses, desataron la indignación de los musulmanes indios, profundamente influenciados por el pan-islamismo, que vio Inglaterra tras el ataque final al último gran Estado islámico independiente.
El segundo hecho importante fue la revocación de la partición de Bengala, trasladando la capital desde Calcuta a Delhi, acto totalmente inesperado y visto por los musulmanes indios como el venir a menos de una serie de compromisos por parte de las autoridades coloniales. Surgió entonces la creencia de que a los fines de proteger los intereses de la comunidad musulmana en la India, debía buscarse un acuerdo con el Congreso.
En general, los años de 1914 a 1947 estuvieron signados por la ineluctable crisis del sistema de poder colonial, debida a la superposición de tres procesos. El primero fue el declive de Inglaterra; el segundo fue el crecimiento del nacionalismo indio, que inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial se transformó de un movimiento sustancialmente elitista a un movimiento de masas.
El tercero fue la progresiva pérdida de importancia económica de India para Gran Bretaña. La India había sido fundamental para Inglaterra porque cumplía un triple “compromiso imperial”: el pago de los gastos de vivienda y otras deudas contraídas con Inglaterra; el papel de comprador de productos industriales británicos y de exportación de productos agrícolas y materias primas; el empleo por el ejército de tropas indias, pagadas por los contribuyentes indios. Sólo el primer “compromiso imperial” subsistía todavía (pero sólo hasta los años cuarenta, cuando la India pasó, de deudor, a acreedor de Inglaterra), mientras que los otros dos se hicieron cada vez más inaplicables, ya a partir de los años de la primera guerra mundial.
La economía inglesa, como todas las capitalistas avanzadas de la época, atravesaba por un proceso de cambio que, progresivamente, la hizo cada vez menos dependiente de las colonias, tanto para la compra de materias primas, como para la venta de los productos industriales. Las industrias inglesas se dedicaron a producir mercancías que, aunque todavía tenían mercado en los países occidentales, eran poco comercializables en las colonias debido al limitado poder adquisitivo de estas.
Durante la Primera Guerra Mundial la contribución del ejército de la India a la victoria de la Entente fue notable, pero los costos para su despliegue, especialmente cuando fue utilizado en gran escala, comenzaron a ser intolerables.
En agosto de 1914 India supo que había entrado en guerra al lado de Inglaterra contra los Imperios Centrales. Inmediatamente hubo declaraciones de lealtad y solidaridad de parte de diversos sectores de la burguesía india, que contaban con llevar a los ingleses a nuevas y más generosas concesiones políticas. Pero la falta de respuesta inglesa a estas expectativas dio paso a un proceso de radicalización.
En 1917 nuestra revolución en Rusia fue seguida con interés por muchos indios politizados, que durante mucho tiempo denunciaron las analogías existentes entre el imperio zarista y el anglo-indio. Entre ellos estaba Manabendra Nath Roy quien, después de haber contribuido a la constitución del Partido Comunista Mexicano en 1919, había participado en el segundo congreso de la Internacional Comunista. Pero, habiendo regresado a la patria con el encargo de la Internacional, no encontró mucho éxito entre otros marxistas indios, ni pudo establecer un contacto consistente con las clases trabajadoras y campesinas.
Además, las condiciones objetivas descritas en este informe encuentran poca similitud entre lo que sucedió en Rusia y la India. Incluso las condiciones subjetivas divergen en gran medida, como se describirá bien en el resto del estudio.
El 11 de noviembre de 1918 Alemania firmó el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial.
Ya en febrero de 1919 comenzaron a circular rumores de una campaña de “desobediencia civil”. El hombre que apoyaba esta iniciativa era Mohandas Karamchand Gandhi. Después de la muerte será reconocido “padre de la nación” y la burguesía mundial lo santificará por los métodos de lucha “no violentos”: “satyagraha”, “firmeza en la verdad”. Ideales que no le impidieron tomar partido varias veces del lado de los carniceros imperialistas británicos. En 1899, al comienzo de la segunda guerra boer, declaró que los indios tenían que apoyar el esfuerzo de guerra si querían legitimar su solicitud de ciudadanía. En 1906 creó el Cuerpo Sanitario Indio para brindar asistencia en la guerra contra los zulúes. Durante la primera guerra mundial, apoyó a Gran Bretaña promoviendo también una campaña de reclutamiento de soldados indios.
En abril de 1917 hubo en la India una serie de agitaciones: la primera en Bihar, donde los campesinos eran explotados por los plantadores ingleses de índigo, y otras en Gujarat, de los campesinos del distrito de Kaira y de los obreros de Ahmedabad. Gandhi fue uno entre los organizadores, y obtuvo éxitos moderados que le dieron ciertos seguidores. Todo esto, sin embargo, a través de la mediación entre las partes. En la gran huelga, entre diciembre de 1918 y enero de 1919, los obreros textiles de Bombay, principalmente de etnia Mahratta, llamaron a Gandhi a dirigir la lucha, pero éste se negó para no ir en contra de los empresarios, principalmente gujarati y parsi, que habían comenzado a apoyarlo política y económicamente.
En aquellos años nuestras tesis sobre el nacionalismo y el colonialismo fueron claramente expuestas en el segundo Congreso de la Internacional y devinieron en una clara dirección teórica y práctica para todos los comunistas. Se distinguían tres tipos de países en relación con el movimiento nacional: el primero estaba formado por las naciones capitalistas avanzadas, en las cuales el movimiento nacional burgués progresivo hace tiempo había terminado; el segundo incluía los países de Europa del Este, Austria, los Balcanes y Rusia, donde en el siglo XX estaban parcialmente desarrollados los movimientos nacionales; en el tercero estaban los países semicoloniales. En Asia “las fuerzas motrices de la revolución nacional democrático burguesa serán los obreros y campesinos” y se espera “la más estrecha alianza entre el proletariado comunista de Europa occidental y el movimiento campesino revolucionario en el Este de las colonias y de los países atrasados en general”. Los socialistas “deben apoyar a los elementos más revolucionarios de los movimientos democrático-burgueses de liberación nacional, ayudarlos en su insurrección, y, si se diera el caso, en su guerra revolucionaria contra las potencias imperialistas que los oprimen”. De hecho, en contra de la tesis según la cual no puede haber guerras nacionales, Lenin escribió: “Toda guerra es la continuación de la política por otros medios. La continuación de la política de liberación nacional de las colonias será, necesariamente, las guerras nacionales de parte de estos contra el imperialismo”.
El movimiento de Gandhi ciertamente no había sido “el elemento más revolucionario del movimiento burgués”, de modo que, con el pretexto de la no violencia, en repetidas ocasiones logró desarmar a las masas indianas frente a la ferocidad de sus opresores. Mientras que se hacía pasar por defensor de los parias, la última de las castas de la India, Gandhi consideraba fundamental la división de la sociedad en castas.
El 24 de febrero de 1919, durante un período de tensiones sociales muy fuertes y de importantes huelgas en varias ciudades, Gandhi anunció una campaña de “desobediencia civil”. Para el impulso desde abajo de levantamientos, se llamó a una serie de harlal, huelgas generales, en toda la India. Las primeras, el 30 de marzo y el 6 de abril, dependiendo de la zona, se distinguieron por la participación y las escenas de confraternización entre hindúes y musulmanes. La situación pronto se salió de control, tanto de los Ingleses como de los gandianos, y en varias partes del subcontinente estallaron disturbios con muertos y lesionados, en particular en el Punjab, pero también en Bombay, Ahmedabad y Calcuta. Llamado al orden por la cobarde burguesía de la india, Gandhi suspendió el movimiento, y llamó a organizar un cuerpo de voluntarios entrenados en las “técnicas de lucha no violenta”, que habría encuadrado y dirigido los futuros movimientos de masas.
En 1920 el gobierno de la India estableció que una cuota fija y sustancial de los ingresos fiscales no podría ser utilizada por el Imperio, norma presentada como un concreto paso de avance hacia el “gobierno responsable” prometido en 1917, o el autogobierno. Cerca del 3% más rico de la población, que correspondía al electorado activo, esencialmente propietarios de tierras, comerciantes y prestamistas de dinero, industriales y profesionales ricos, habían devuelto la gestión de más de un tercio de los recursos financieros a las provincias, dándoles la oportunidad influenciar, más que nunca antes, el destino de los recursos restantes. Pero estas reformas fueron del todo insuficientes respecto a los ideales y necesidades del naciente nacionalismo indio.
El partido de Gandhi se encontraba frente a dos intereses irreconciliables: de un lado, los obreros y campesinos, aunque sin un arraigado partido revolucionario, impulsados por una grave crisis económica, colocaban enérgicamente en al frente la cuestión social, por otra parte la burguesía india, muy consciente de la situación y contenta de aceptar las concesiones parciales de la corona inglesa.
Pero el partido de Gandhi no aspiraba desde luego tomar la dirección de los obreros y campesinos y relanzó la lucha anticolonial a través de un movimiento de no cooperación y no violento: boicot progresivo del Estado colonial a través de la renuncia a los títulos y cargos honorarios, renuncias de los empleados estatales civiles y la evasión fiscal. Posteriormente, se agregaron la renuncia del ejército y de la policía y el boicot de las elecciones previstas por la ley de reforma. Entonces, una acción política muy moderada, preferida por la mayoría del Congreso y de la Liga Musulmana, temerosa de que la revolución contra los ingleses se pudiera transformar en una revolución social contra las capas privilegiadas indianas, de las cuales eran representantes. Los éxitos del movimiento contra la partición de Bengala constituyeron una advertencia preocupante, que había encontrado una confirmación reciente en la doble revolución en Rusia.
La sucesión de modos de producción: Roma
El último de los informes dedicado a la variante antigua clásica en Roma, se centró en su superestructura, que ha atravesado los siglos y ha llegado hasta hoy, en una forma mutada, para adaptarse a las nuevas condiciones capitalistas de la producción.
La pequeña comunidad de aldeas ubicada en el centro de la península, en su historia milenaria se convirtió en un imperio multinacional de una potencia nunca antes vista.
Se atribuye a Roma el mérito de haberse dado una forma superior de Estado. Para Marx, Engels y Lenin, el Estado es un instrumento de la clase dominante para aplastar a la clase dominada; de lo que se deduce que el Estado, cualquiera sea la clase que represente, incluso la clase obrera, no puede en ningún caso ser un organismo neutral con la función de mediar en las relaciones entre los actores con iguales derechos, pero debe asumir la forma del órgano de represión por excelencia.
No es simple reconstruir la evolución de la máquina estatal romana. Lenta pero inexorablemente el Estado de clase va consolidándose. Tal proceso se puede observar tanto en el mecanismo de asignación de los cargos, que se convierte en el dominio exclusivo de la nobleza romana, como en el gran reparto de obras públicas, a través del cual el patriciado se compró, literalmente, el Estado y gracias a las cuales los bienes originalmente propiedad colectiva de la comunidad, se convirtieron en propiedad privada. La contraposición entre la parcela privada y el agro público es el factor determinante de la dinámica de la variante antigua con respecto al modo de producción asiático.
Esta oposición dialéctica entre la comunidad orgánica original y la naciente estructura clasista de las relaciones sociales, tiene su correspondiente superestructura en los cambios producidos a lo largo de los siglos en las instituciones jurídicas, las cuales, de normas reguladoras de las relaciones entre las personas en su conjunto, asumen progresivamente el carácter de instituciones gobernantes que rigen las relaciones entre los ciudadanos privados.
A causa de la extensión del territorio romano por conquista militar, el derecho asume nuevas fórmulas y procedimientos, tomados de las sociedades más desarrolladas, con las cuales la originaria ciudad-Estado entra en contacto; los vencedores no pueden hacer otra cosa que desarrollar sus propias relaciones sociales más evolucionadas, que mejor reflejan las relaciones de producción cada vez más basadas en la potenciación del valor de cambio. Al final de este camino el ius quiritium desapareció y dio paso a un complejo sistema resumido en el Corpus Iuris Civilis del emperador Justiniano I.
El relator luego mencionó un fenómeno que anticipa la transformación del modo de producción antiguo al feudalismo. La crisis económica del siglo III DC causó la pérdida de la centralidad de la península respecto a la periferia imperial; para detener este fenómeno los emperadores adoptaron el sistema de vinculación de los productores a la tierra, creando así el sistema que en la forma de producción posterior será la servidumbre de la gleba. Por una parte el Estado permite a los potentados locales gobernar su propio territorio con total autonomía, por otra parte hace hereditaria e irrenunciable una serie de trabajos y sobre todo liga indisolublemente al campesino a la tierra de modo que los señores locales, vendiendo la tierra, al mismo tiempo alienan a los productores que están asignados a ella.
En la búsqueda de las semi materialistas y dialécticas expresiones del pensamiento humano en el curso de milenios, el informe ha proporcionado algunas tesis que caracterizan el pensamiento de Lucrecio, cuyo profundo y consistente materialismo es debilitado solamente por la herencia epicúrea. Como todos los revolucionarios, él fue víctima de los ataques de la clase dominante, que con razón vio en su De Rerum Natura un arma en manos de los oprimidos. Los fundamentos del materialismo se expresan en fórmulas poéticas sin ambigüedades: expresiones como “nada nace de la nada” y “nada se reduce a la nada” no dejan espacio a la religión, calificada como superstición y manto detrás del cual se esconden los crímenes cometidos en su nombre. Las acusaciones de impiedad dirigidas a su doctrina son devueltas al remitente: impía es una doctrina que quiere el cosmos creado para el uso y consumo de la especie humana. Incluso el lenguaje es definido como un instrumento de producción, tesis que se desarrollará, después de muchos siglos, por el materialismo dialéctico marxista.
Venezuela atraviesa una grave crisis económica y social, la repercusión de la crisis económica mundial más general que afecta a todos los países capitalistas.
Las dos facciones, ambas burguesas, que luchan entre sí con muertes de ambos lados, utilizan los medios de forma ampulosa para acusarse unos a otros de conspiraciones antinacionales.
La clase obrera, que todos los días sufre la explotación patronal y estatal / gubernamental, es mantenida entre estas falsas alternativas. Sin embargo dolorosamente, está buscando su propio camino de la emancipación de la explotación, que necesariamente debe pasar de la defensa inmediata de los salarios, de su poder adquisitivo, a la defensa de las condiciones de trabajo, la lucha contra el ritmo frenético de trabajo, y las horas extras de labor.
Pequeños grupos y sindicatos de base van en la dirección correcta para buscar la integridad de clase, lo que significa luchar contra la burguesía en su conjunto, ya sea contra el gobierno o la oposición, que ondean la bandera de la democracia o la del socialismo nacional.
En el can-can de la lucha para repartirse el poder y el botín sustraído del trabajo obrero, la burguesía, con sus aparatos represivos, no pierde de vista estas pequeñas chispas de una verdadera lucha de clases. Interviene drásticamente, en un intento de dejar fuera de juego, marginar, que trata de tomar la cabeza del descontento obrero por las justas reivindicaciones de la clase.
Estas son las únicas que pueden encarnar la clase, dividida en miles de corrientes, y conducirla a sus reivindicaciones clásicas, aumentos salariales mayores para las categorías peor pagadas, drástica reducción de la jornada de trabajo, a ser alcanzados por aquellos que son los únicos métodos que la clase de los capitalistas entiende, la huelga a ultranza, sin límites de tiempo, con el bloqueo total de la producción.
Historia del fracaso revolucionario en Alemania
El informe, que continuó resumiendo los estudios pasados del partido, ha llegado a los eventos de 1922 y 1923. Tres eventos marcaron la historia del movimiento comunista en Alemania en el período de dos años: La formación del frente único con la Socialdemocracia; nacional-bolchevismo, después de la invasión francesa del Ruhr; los Gobiernos obreros en Turingia y Sajonia, hasta la derrota definitiva en 1923.
El tercer congreso de la I.C., en 1921, había concluido con la invitación al proletariado mundial a la formación de un no bien precisado “Frente común de lucha”; luego, en el mes de agosto, de ese mismo año, el congreso del KPD (Partido Comunista de Alemania), decidió implementar la táctica del “Frente Único”, que fue inmediatamente no solo político-parlamentario, sino gubernamental, lo que significa que el primero necesariamente implicaba lo último. La oportunidad llegó temprano; en octubre, el KPD acordó apoyar desde el exterior al gobierno de coalición SPD-USPD (Partido Socialdemócrata de Alemania – Partido Socialdemócrata Independiente de Alemania) en Turingia. Poco después, el KPD propuso a los dos partidos socialdemócratas, como una táctica nacional, la confiscación de los bienes de las dinastías desposeídas, el control obrero de la producción a través de comités de fábrica, y la imposición de las deudas de guerra a los capitalistas.
Todo esto con el plácet de la I.C. que apoyó la acción legalitaria del KPD en la “tesis sobre el Frente Único” del 18 de diciembre de 1921, ahora también entendido por la I.C. como una acción política que era un punto de coincidencia entre varios partidos, justificada como un medio para la conquista de la mayoría de la clase obrera.
Por el contrario, era notable la actividad sindical del KPD, especialmente a principios de 1922. Tuvo la dirección de muchas huelgas y la presencia activa en las luchas. Los intentos de ampliarlas, la crítica de las direcciones oportunistas de los partidos socialdemócratas y de los sindicatos, llevaron a un fuerte fortalecimiento del partido en el proletariado alemán, obteniendo posteriormente una mayoría en importantes sindicatos, tales como: los ferroviarios en Berlín y Leipzig, los trabajadores de la construcción en Berlín y Dusseldorf, los metalúrgicos en Stuttgart hasta llegar a influenciar en junio de 1922 el 30/40% de la ADGB, Allgemeiner Deutsche Gewerkschaftsbund, la confederación general del trabajo alemana, logrando pasar posiciones clasistas como, por ejemplo, la reorganización del sindicato sobre una base industrial y desmantelar los sindicatos de oficios corporativos. En noviembre de 1922 el KPD controlaba, además, el 80% de los consejos de fábrica.
Pero, el paso de la acción sindical a la política marcó el deslizamiento hacia el oportunismo. Se asumieron objetivos de corte democrático, como la defensa de la República burguesa de Weimar, amenazada, se dijo a los trabajadores, por la reacción militarista.
En toda Alemania se estaban organizando bandas fascistas que, con la cobertura de las instituciones y del ejército, atrajeron a sus filas a pequeño-burgueses arruinados por la guerra y el lumpemproletariado.
El 25 de junio de 1922 el KPD llegó a un acuerdo con el SDP, USPD, AFA y ADGB (escuela sindical), para una política de reformas para imponer al gobierno, una coalición de partidos “no obreros”: leyes en defensa de la República, medidas contra organizaciones nacionalistas y monárquicas, amnistía para todos los “trabajadores revolucionarios”, formación de Comités obreros de defensa, constitución de organismos de control obrero, y la huelga general para obtener esta plataforma política. En definitiva se delegaba la preparación de la revolución proletaria al gobierno burgués; de hecho, las “leyes de defensa de la República”, las únicas aceptadas por el Gobierno, pusieron un instrumento jurídico adicional en manos de la policía para arrestar a los comunistas.
El resultado fue que los proletarios alemanes, llamados a manifestarse por todos sus partidos y organizaciones, en millones salieron a las calles ondeando banderas rojas y banderas de la república. Quince días más tarde, el gobierno cerró por tres semanas el periódico central de KPD “Rote Fahne”.
1923 representó para Alemania el año de la inflación, un fenómeno de proporciones nunca vistas en la historia del capitalismo, con una fortísima devaluación de los salarios. El 11 de enero Francia ocupó la cuenca carbonífera del Ruhr con el pretexto de que Alemania no hacía frente al pago las reparaciones. El gobierno alemán de Cuno, primer gobierno de la república sin socialdemócratas, apoyado por el presidente Ebert, instó a la población a la “resistencia pasiva”: los trabajadores fueron invitados a la “huelga patriótica”, y los esquiroles llamados traidores a la patria.
Al principio el KPD tuvo un comportamiento correcto: convocó en Essen una conferencia con el PCF (Partido comunista de Francia), llamó a la clase obrera a luchar en los dos frentes, invitando a la hermandad internacional del proletariado. También el ejecutivo de I.C. fue claro en tal sentido: el único enemigo real del proletariado era la burguesía en cualquier nación que fuera.
Pero ya había novedades en el KPD: era apoyada la tesis de que Alemania, una nación oprimida por la Entente, era una especie de colonia y que los comunistas deberían ponerse a la cabeza de la liberación anti francesa. La I.C. y el Estado ruso no contribuyeron a aclarar esto: poniendo en evidencia la necesidad económica real de la Rusia soviética de una alianza económica con la burguesía menchevique alemana, se avalaba una cierta continuidad entre el gobierno burgués alemán y la futura dictadura del proletariado. La I.C. en abril de 1923, vino a indicar al KPD el camino del nacional-bolchevismo. El KPD abrazó la perspectiva de la alianza con el nacionalsocialismo y se puso a la cabeza de la “lucha de liberación nacional”.
El KPD era ahora un partido de masas: en el tercer ejecutivo ampliado, dos millones y medio de trabajadores organizados en los sindicatos siguieron al KPD, que tenía la mayoría en sindicatos fundamentales como los metalúrgicos y la construcción en ciudades importantes como Jena, Stuttgart y Halle. Los comunistas habían hegemonizado también los consejos de fábrica, que se distinguían por el control de los precios de los alimentos, las rentas y la lucha contra la especulación y la carestía, y también habían comenzado a formar las llamadas “centurie proletarie” para la autodefensa obrera contra la derecha militarista y los franceses en el Ruhr: las centurie proletarie se desarrollaron especialmente en Sajonia y Turingia, donde también fueron legalizadas, pero carecían de armamento.
Que la conquista de la mayoría se obtendría con el frente único y que esta era la antesala del gobierno obrero, considerado premisa de la toma del poder, fue la tesis de la I.C. y el KPD siguió completamente estas directivas.
Este programa será intentado en Turingia y en Sajonia. La Socialdemocracia fue rehabilitada, considerada un partido obrero, en el ala derecha del proletariado.
Ya en enero de 1922, la revista Inprecor (International Press Correspondance) escribió que la situación para la formación de un gobierno obrero estaba madura en Alemania, e incluso, si los “partidos obreros” no tenían mayoría en el Reichstag, siempre podían intentarlo en los parlamentos locales.
La oportunidad se presentó después de las elecciones del Landtag de Sajonia en 1922 que habían otorgado 46 escaños a los partidos burgueses, 40 al SPD (que ahora se había reunificado con el USPD) y 10 al KPD. La cuestión de apoyar a este gobierno de coalición fue ampliamente debatida en el IV Congreso de la I.C. El KPD había puesto al SPD 10 condiciones para su ingreso al gobierno: 1) distribución gratuita y rebaja de los precios de los alimentos; 2) requisición de apartamentos vacantes y su distribución a trabajadores sin casa; 3) 8 horas de trabajo; 4) trabajo obligatorio para todos; 5) amnistía para los presos políticos a excepción de los contrarrevolucionarios; 6) disolución de las organizaciones anti-huelga; 7) armamento de los trabajadores; 8) purga de funcionarios del estatales simpatizantes con la derecha; 9) organización del Landtag a través de consejos obreros; 10) campaña nacional para un gobierno obrero en todo el Reich. Los socialdemócratas aceptaron todas las condiciones excepto, obviamente, la 7 y la 9. El KPD habría estado dispuesto a aceptar el compromiso, sin embrago, una intervención de Lenin y Trotski lo indujeron a repensarlo: era impensable para los bolcheviques renunciar al Ejército Rojo y al Estado Soviético por lo cual no hizo absolutamente nada y el SPD formó un gobierno de minoría con el apoyo de algunos diputados radical-burgueses.
Menos de un año después, en octubre de 1923, sin embargo, la situación había cambiado. En agosto, bajo la dirección del KPD, con la consigna del Gobierno Obrero, una huelga contra el alto costo de la vida había paralizado Berlín, obligando al gobierno de Cuno a tomar medidas antiinflacionarias y a poner fin a la resistencia pasiva en el Ruhr. Toda Alemania estaba una vez más en el caos y el presidente Ebert decidió confiar el gobierno a Stresemann: el SPD, volviendo a entrar al gobierno, una vez más corrió al lado de la cabecera de la cama de la burguesía en el momento del peligro.
Como el KPD ya había conquistado la mayoría y las masas habían dado señales serias de recuperación, entre julio y agosto de 1923 el Ejecutivo de la Internacional maduró la decisión de preparar el “octubre alemán”.
El 23 de agosto se reunió la oficina política del PCR y, después de un informe de Rádek sobre la situación creada en Alemania con la huelga contra Cuno, decidió pasar a la acción.
La cuestión fundamental era la del armamento: nadie podía decir con cuantos hombres y fusiles se formaron las centurias proletarias; se llegó a estimar que en Turingia y Sajonia se podrían organizar cerca de 100.000 hombres, pero no se sabía cómo armarlos. Se creía con optimismo que serían los Gobiernos Obreros los que armarían al proletariado.
Mientras tanto el Estado alemán, después de la huelga de agosto, se reforzaba, por un lado involucrando en el gobierno al SPD, por otro lado dando siempre mayor poder al Reichswehr, al ejército. La burguesía alemana esperaba la insurrección y se preparaba para reprimirla.
En septiembre de 1923 Stresemann abrió un compromiso para el Ruhr, ya por un largo tiempo esperado por USA y Gran Bretaña. El mismo día, hubo un golpe de mano de la derecha en Baviera que, con el apoyo del ejército y de los cuerpos francos de Hitler, declaró el estado de sitio; En respuesta, Ebert proclamó el estado de sitio en toda Alemania, confiando al Reichswehr la tarea de restablecer el orden.
A principios de octubre de 1923 Moscú decidió hacer entrar al KPD en los gobiernos de obreros de Turingia y Sajonia.
Mientras tanto, se desencadenó la predecible reacción del Reichswehr: el 13 de octubre Müller decretó la disolución de las centurias obreras y de todas las organizaciones paramilitares obreras y, a pesar del ministerio de Brandler, el 16 de octubre, la policía sajona se puso a las órdenes de la Reichswehr. Por otro lado, el socialdemócrata Zeigner no soñó con armar las centurias como lo había prometido al KPD.
En el nivel central, Stresemann había obtenido del parlamento plenos poderes, gracias a los votos del SPD. Los enfrentamientos estallaron en toda Alemania, quejándose de los periódicos socialdemócratas contra el general Müller, los sindicatos no movieron un dedo. El 17 de octubre, Müller envió un ultimátum al Gobierno sajón pidiendo la sumisión completa al Reich. El 19 de octubre fue el mismo Stresemann quien dio la orden de restaurar el “orden público y la seguridad en Sajonia”.
A pesar de todo esto, el 20 de octubre, el KPD fijó la insurrección para el 23. No hace falta decir que los socialdemócratas se negaron tanto a armar al proletariado como a organizar el Ejército Rojo, dejando solos a los comunistas para intentar la acción. Además, frente a la consigna de huelga y de revuelta, la socialdemocracia primero vaciló y luego se convenció de que la democracia habría tomado ventaja sobre el fascismo. Habiendo constatado por enésima vez que el SPD no quería hacer la revolución, que los trabajadores no se habían armado, y que la huelga general no podía ser proclamada sin resolverse en una carnicería, ya que Sajonia estaba plagada de soldados del Reichswehr, a los comunistas alemanes no les quedaba nada más que dar marcha atrás.
Después de una dura represión el 23 de noviembre, el KPD fue puesto fuera de la ley gracias a las leyes de defensa de la República que un año antes se había esforzado por hacer aprobar.
El KPD había sido durante más de un año el Partido más democrático de Alemania y cuando, de repente, le pidió al proletariado que abandonara el Estado burgués para instaurar su dictadura, éste se negó a seguirlo.
No se puede maniobrar la clase colocando bruscamente objetivos opuestos, no se puede hacer alianzas con otros partidos, especialmente con aquellos que ya han mostrado repetidamente ser verdugos de la revolución comunista, con la esperanza de poder algún día cambiar el rumbo a voluntad. Esta lección no fue tomada por la I.C. y continuó acusando a hombres y fracciones sin cuestionar la bondad del método seguido en las cuestiones tácticas y organizativas. Lo que habría servido, sin embargo, fue lo que la Izquierda italiana le pedirá al V Congreso: hundir el bisturí en las desviaciones de principio de las cuales esos errores fueron el producto inevitable.
El concepto y la práctica de la dictadura antes de Marx
Con la Revolución de julio de 1830, encontramos en las barricadas parisienses, junto a los plebeyos herederos de los antiguos sans-culottes, un proletariado numeroso. La burguesía liberal, explotando el miedo que suscitaba el proletariado armado, logró sustituir al reaccionario rey Carlos X con su primo Luis Felipe de Orleans y con una monarquía constitucional.
El 20 de agosto, Filippo Buonarroti regresa a París, combinando acciones legales y propagandísticas, ahora posibles, con acciones sectarias y conspirativas. La acción legal apuntaba a un programa mínimo, consistente ante todo en la solicitud del sufragio universal y de impuestos progresivos. En París nació la “Sociedad de los Amigos del Pueblo”, donde, junto con liberales y republicanos burgueses, estuvieron presentes Buonarroti y los suyos, comenzando con Teste y Voyer D’Argenson. Después de un intento de insurrección de los trabajadores de Lyon en 1831, en 1832 terminó la “Sociedad de los Amigos del Pueblo”. De sus cenizas nace la “Sociedad de los derechos del hombre y del ciudadano”, dentro de la cual se encuentra un comité de Lebon, de posiciones buonarrotianas, opuesto a los republicanos burgueses de Raspail.
En 1833 aparece el escrito “Broma de un rico” de Voyer D’Argenson, donde se dice que toda la riqueza viene del trabajo, y se invita al pueblo a sublevarse no “para reclamar un mísero aumento de salario”, pero si para apoderarse del poder.
Con la represión de 1832 y la consiguiente restricción de las posibilidades de acción legal, Buonarroti intensifica la acción sectaria. “El orden reina en Varsovia”, como dice el ministro de exteriores francés Sebastiani, y en toda Europa. En este orden la burguesía acepta una posición a veces paritaria y la mayor parte de las veces subordinada a las monarquías y a las viejas clases nobles, a las cuales se encomienda de mala gana, asustados por el fantasma del comunismo que comienza a vagar por Europa.
Con la insurrección obrera de 1834 en Lyon y luego en París, y las consiguientes leyes represivas en 1835, termina la “Sociedad de los Derechos del Hombre”. Buonarroti, interviniendo en la sección de Lyon de esta Sociedad, trata de evitar la revuelta por intempestiva y votó a favor de la derrota; esto no le impide, en la derrota ocurrida, defender a los protagonistas y reivindicar la acción. Comportamiento análogo tuvo Karl Marx con respecto a la Comuna de París de 1871.
En estos años Buonarroti a menudo es acusado de esperar y ver, por la prudencia y la oposición a acciones insurreccionales, precipitadas y mal organizadas. Incluso entonces, como en tiempos más recientes, la mayor parte de los apóstoles del hacer y de la acción terminaron gradualmente en el campo enemigo, después de llevar los mejores elementos a prisión o a la muerte.
En un escrito del grupo buonarrotiano de Lebon son invitados los trabajadores a ir a huelga para obtener aumentos de salario. Se habla de silenciar los ridículos celos y la dañina rivalidad entre las asociaciones obreras de los diversos sectores, y de crear un comité central de delegados en representación de las asociaciones particulares. En artículos análogos leemos: “Digan que son libres de discutir el precio de su trabajo, se trata de una burla insultante para quien no ignora que, puestos entre las necesidades de hoy y las de mañana, se ven obligados a someterse a la ley del más fuerte, la ley del capital”. Según un informe policial de 1834, Voyer D’Argenson habría ido al Comité de la Sociedad que estaba a cargo de los trabajadores para apoyar la necesidad de las Coaliciones y de la formación de un comité central en representación de todos los sectores de la clase trabajadora.
La influencia directa de Buonarroti es debida probablemente a la formación de las “Legiones revolucionarias” y de la “Sociedad de las Familias” en 1835. En 1836 nace la “Sociedad de las Estaciones” operada por sus herederos directos Blanqui, Barbes y el obrero Bernard. Buonarroti muere el 17 de septiembre de 1837, a la edad de 76 años.
La relación entre el republicano italiano Giuseppe Mazzini y Buonarroti resalta claramente sus respectivas posiciones. Este último creó en París en 1831 una “Junta liberadora italiana”, con un directorio ejecutivo de tres miembros: él mismo, Pietro Mirri, su fiel colaborador, y el moderado Salfi. De la junta formaba parte otro de sus fieles colaboradores, el conde Carlo Bianco de Saint-Jorioz, jefe de la secta de los Apofasimeni. Después del fracaso de las revueltas de 1831, y en particular de la ambigua y débil expedición a Saboya, Buonarroti dimite del directorio ejecutivo con el consecuente final de la Junta liberadora.
En el mismo año fundó la secta de los “Veri Italiani”, mientras que Mazzini, nacido en Génova en 1805, ya miembro de la Carbonería y de la secta de los Apofasimeni, fundó la “Giovine Italia”. En 1832 se llegó a un acuerdo entre las dos organizaciones. Reconocemos apenas al Mazzini de 1831, que se pronuncia en contra de la “aristocracia burguesa, financiera, propietaria”, y habla del “triunfo de una clase sobre otra, de una aristocracia nueva sobre una vieja”. En estos primeros escritos Mazzini entiende por “pueblo” ni burguesía ni aristocracia. Este aparente sentimiento clasista es debido al entorno buonarrotiano en el que dio sus primeros pasos, y en particular a Carlo Bianco de Saint-Jorioz, en cuya secta militó inicialmente.
Ya pocos meses después, en 1832, las palabras de los genoveses cambiaron rápidamente. El historiador Galante Garrone escribe: “El principio sansimoniano de la asociación universal sustituirá al buonarrotiano de la lucha de clases”. Escribe Mazzini en 1833: “Ciertamente: mi república no existe para levantar una clase –sea cual sea- y atormentar a otra. Mi República se basa en el Pueblo -por Pueblo entiendo el agregado de todas las clases”. Para Mazzini la lucha de clases era ahora una peligrosa división dentro del pueblo italiano y, por lo tanto, era un obstáculo para el logro de la independencia y de la república, y de la “misión” de Italia.
Con el fracaso de la expedición mazziniana en Saboya en 1834, fuertemente desaconsejada por todas las organizaciones buonarrotianas, se llega a la ruptura definitiva entre los “Veri Italiani” y la “Giovine Italia”, y luego entre los dos. Como ya dijimos, para Buonarroti el resurgimiento es parte de una revolución social europea. Galante Garrone escribe: “Para él, la lucha habría sido también y primero que todo lucha contra las clases privilegiadas. De ahí la necesidad de elegir bien los compañeros de lucha, de pre-establecer los fines y las instituciones a alcanzar, de confiar a una dictadura revolucionaria la tarea de echar audazmente las bases de la nueva sociedad igualitaria”.
Importante es también su influencia en algunos sectores del cartismo inglés: el cartista James Bronterre O’Brien, irlandés, redactor político de varios periódicos ingleses, en 1836 traduce al inglés la “Conspiración” de Buonarroti. Los dos tienen en común la concepción de que es necesario tomar el poder para realizar las reformas deseadas, y las críticas contra Owen, que también se aprecian en muchos aspectos, pero ciertamente no en la apelación a la bondad de los ricos y de los aristócratas. Después de la publicación de “Conspiración” en inglés Buonarroti escribe a O’Brien: “Me alegro de haber aprendido en cierto modo que en Inglaterra no todo es codicia por la riqueza y espíritu de bodega, y que junto a sus señores y sus sacerdotes Pluto, hay pensadores profundos, devotos amigos del pueblo y admirables despreciadores de cualquier insensatez humana”.
Como ya dijimos el comunismo de Buonarroti tiene poco que ver con la ciencia y nada con la dialéctica y con el materialismo. Nosotros, que somos comunistas y materialistas científicos, tratamos de usar la dialéctica de la mejor manera posible, sin hacer de ésta, o de la ciencia, un fetiche con el cual llenarse la boca; y la dialéctica nos dice que Buonarroti, Babeuf y sus compañeros, son nuestros precursores directos.
Actividad sindical del partido
Fue presentada la actividad sindical del partido en el primer cuatrimestre del 2017, luego de la reunión general de enero, sub-dividida en tres sectores: 1) la intervención en las manifestaciones del movimiento obrero, con volantes con las directrices político-sindicales del partido; 2) la redacción de textos para la prensa del partido; 3) el trabajo realizado dentro de las organizaciones sindicales.
Intervinimos
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En la manifestación nacional del SI Cobas del 4 de febrero en Módena -con un
texto en italiano y su traducción en inglés- organizada en respuesta al arresto
del Coordinador Nacional de este sindicato. El volante en inglés, con una breve
introducción explicativa, lo publicamos en el número 6 de “The Communist Party”;
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En las manifestaciones para la huelga del 8 de marzo, convocada en la jornada
internacional de la mujer;
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Asistencia a la planta FCA (Fiat) en Cassino, por actividad organizada por el SI
Cobas contra las condiciones impuestas a los trabajadores transferidos desde la
planta de Pomigliano;
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En algunos piquetes por huelgas organizadas por el SI Cobas en Roma, en la TNT y
hotelería;
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En las tres manifestaciones milanesas por el Primero de Mayo: las
manifestaciones matutinas de los sindicatos confederados y de la USB; en la
tarde del SI Cobas, CUB y SGB. El texto del volante, de carácter más político,
como es tradición para el día internacional de los trabajadores, se tradujo a
seis idiomas (inglés, español, francés, alemán, portugués y ruso).
En la prensa italiana, además de informar sobre los volantes antes mencionados,
tenemos:
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se completó la publicación de la descripción detallada y comentarios sobre las
maniobras de la CGIL, y de la FIOM en particular, en la firma del contrato
colectivo del 2008 que, después de ocho años de retraso, en noviembre de 2016, a
través del acuerdo de Pomigliano, la salida de Fiat de Confindustria con el
nuevo contrato de grupo, diferente del contrato de los metalmecánicos, de dos
contratos colectivos metalmecánicos considerados “separados”, de los tres
acuerdos intersindicales en representación de junio de 2011, mayo de 2013 y, por
último, 10 de enero de 2014;
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se describió el movimiento de lucha de los trabajadores de Alitalia y presentá
nuestra orientación al respecto, en particular polemizando con la consigna de la
nacionalización de la empresa, cuestionada por el sindicalismo de base;
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traducido: del inglés los artículos sobre la lucha ferroviaria de la Southern
Rail (que opera en la parte sur del Reino Unido) contra el llamado “agente único”
y el de los conductores de tranvías irlandeses; del español una nota sobre la
huelga general en Brasil el 28 de abril; del francés un artículo sobre el
movimiento en la Guyana francesa que vio la lucha de los trabajadores
subordinada y confundida en un genérico movimiento popular;
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redacción de una nota sobre el panorama internacional de las luchas de los
trabajadores portuarios, una sobre la cuestión de los cupones en Italia y un
artículo polémico “Contra la consigna de salida de los euros desde Europa por la
OTAN”, manejado por el cartel político denominado Eurostop de los cuales la USB,
a instancias del grupo político que lo dirige, es una parte constitutiva
fundamental;
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en nuestro periódico en español, “El Partido Comunista”, además de publicar las
versiones traducidas de los artículos anteriores, pudimos conocer la evolución
de la lucha de los trabajadores tribunalicios en Venezuela y se escribió una
nota en apoyo del uso adecuado de los diversos métodos de lucha (“Impulsar la
lucha reivindicativa sin rompehuelgas”).
Dentro del USB intervinimos en su segundo congreso y en el congreso provincial de Génova, exponiendo, a nivel político, nuestra crítica al lema de salida de la UE, el euro y la OTAN, y en el plano sindical, denunciando los obstáculos a la participación de los afiliados en la actividad. Respecto al congreso, preparamos un extenso artículo de análisis y polémica, cuya segunda y última parte se publicó en el número 385 de Il Partito Comunista.
El artículo expresa el significado y perspectiva de la militancia en el sindicato por parte de los compañeros de nuestro Partido, que consideramos el correcto y sano comunismo revolucionario en su relación con los organismos de lucha inmediata, económica, del proletariado. Notamos que este escenario está comprobado, aunque todavía en los pequeños desarrollos actuales del movimiento obrero, ya sea en el curso general del congreso, o en la actividad que le siguió, en vista de la huelga general organizada por parte del sindicalismo de base, y de los cuales hemos rendido cuenta en el articulo “Il percorso accidentato ma segnato verso un fronte unico sindacale di clase” publicado en el numero 385 de el nuestro periódico italiano “Il Partito Comunista”.
Del estudio sobre la revolución en Hungría de 1919, el camarada expuso el capítulo sobre “La Preparación”, centrándose en el período comprendido desde enero de 1918 hasta marzo de 1919.
Las masas proletarias, agotadas por años de guerra y el hambre, comenzaron una serie de luchas contra el enemigo de clase, burguesía y monarquía, pero su generoso instinto fue reprimido por el régimen, con la ayuda de los socialdemócratas.
En enero de 1918, al grito de “¡Abajo la guerra! ¡Paz! ¡Viva el proletariado ruso!”, la clase obrera se declaró en huelga. La huelga estalló sin que la dirección del PSDU (Partido Socialdemócrata Húngaro) lo supiera o lo quisiera. Se esforzó por ponerse a la cabeza para conducirla hacia los oblicuos caminos de la democracia. La huelga, que estalló con ímpetu revolucionario en todo el país, fue rota solo después de tres días con la intervención del gobierno, que desplegó el ejército en las calles con cañones y ametralladoras. El PSDU utilizó toda su energía para reconducir a las masas de trabajadores en las fábricas. La mayoría de estos no siguió las directrices del PSDU y sus miembros y delegados no fueron escuchados y fueron rechazados por los trabajadores. Pero la acción ya no podía contar con el éxito. El primer movimiento revolucionario en fuerzas del proletariado húngaro fracasó.
En junio de 1918, gracias a la influencia de los prisioneros de guerra, casi 500.000, repatriados por la Rusia comunista, la huelga en el MAV (“Magyar Államvasutak” - Ferrocarriles Estatales Húngaros) dio lugar a una insurrección. Se produjo una represión violenta, no opuesta por la inercia del PSDU. Los trabajadores fueron llamados en masa al servicio militar y enviados de regreso al frente. La lucha conducida heroicamente durante ocho días por la clase trabajadora fue derrotada nuevamente y sus líderes languidecieron en prisión o fueron enviados al frente.
El 28 de octubre de 1918, una gran manifestación fue anunciada en Budapest. Al mismo tiempo, se constituyó el Consejo de Soldados que esa misma noche se puso en contacto con el grupo de trabajadores revolucionarios. Las masas obreras intentaron subir de Pest a Buda, y en la ciudadela manifestar frente a la casa del Archiduque Giuseppe. Frente al puente de las cadenas la masa intentó romper los cordones de soldados y de la policía, los soldados se apartaron sin disparar, pero la policía disparó contra la multitud y quedaron en el suelo muertos y heridos. Al día siguiente, los trabajadores de la fábrica de armas forzaron los depósitos y se armaron. Los trabajadores de las otras fábricas adherentes al grupo revolucionario, ya estaban armados en gran parte.
La primera actividad pública del Consejo Nacional fue enviar una delegación, en la que también estaba representada la dirección del PSDU, para inducir a los trabajadores a entregar las armas, pero fracasó.
El 1 de noviembre, cuando el colapso militar ya era evidente, el PSDU se declaró dispuesto a ofrecer la ayuda de los trabajadores para la salvación de la dinastía de los Habsburgo, con la promesa del sufragio universal. El antiguo gobierno fue sucedido por el Conde Mihály Károlyi, con la ayuda del partido burgués radical y los socialdemócratas. La burguesía entendió que la explotación del proletariado solo podía continuar sobre una base democrática, y que la socialdemocracia estaba lista para ayudar a esta reorganización del orden social burgués, exponiendo otra cara del mismo modo de producción capitalista. Los ministros designados por el PSDU en la nueva coalición “democrática” de gobierno juraron fidelidad en las manos del Archiduque Giuseppe.
En las fábricas de Budapest y el resto del país, la producción casi había cesado, no había materias primas, luego de la ocupación militar los centros industriales se habían quedado sin aprovisionamiento de carbón y de hierro. Las inmensas deudas de la guerra y otras cargas estatales, que pesaban hasta 40 mil millones de coronas, no podían de hecho transferirse simplemente a la clase obrera, que exigía cada vez más enérgicamente condiciones de subsistencia y de trabajo adecuadas.
Incluso la comida escaseaba. Hungría era desconocida entre los invasores vencedores de la Entente: Austria obtuvo 288.000 toneladas de alimentos y ropa, pero Hungría, que estaba en dramáticas condiciones, solo 635.
Béla Kun, con otros compañeros, arribó a Budapest ilegalmente, bajo el nombre de Dr. Emil Sebestyèn, en noviembre de 1918, e inmediatamente se encontró con algunos antiguos compañeros socialdemócratas expulsados del partido por su oposición, y también con los jóvenes socialistas que no habían sido conquistados por la “revolución rosa”. Pronto se organizaron para la fundación del partido y la edición de la prensa.
Desde las primeras horas de la mañana los comunistas se reunían para recibir las directrices del trabajo diario, luego iban a las fábricas, a los cuarteles, a los sindicatos, a las aldeas, para hacer propaganda. Convocaban asambleas y a veces tenían acalorados enfrentamientos con los representantes del PSDU, los cuales a veces incluso, lograron expulsar a los comunistas de las fábricas y de las sedes sindicales. Se colocaron manifiestos y octavillas en las paredes y se difundieron panfletos en todas partes a las masas: “En la república democrática, el ejército permanente, la policía y el ejército de los funcionarios, aseguran el dominio de la burguesía sobre el pueblo. Nunca la burguesía pondrá fin a la explotación (...) El Estado burgués es un instrumento al servicio del mantenimiento de la explotación. El estado proletario, instrumento de la dictadura del proletariado, oprime a la burguesía, quitándole el capital, para devolverlo a la sociedad”.
Mientras tanto, la contrarrevolución se organizaba en todo el país. Los terratenientes, los magnates del capital, miles de oficiales que habían perdido sus ganancias y su poder, así como el clero preocupado por el destino de su vida parasitaria, comenzaron a organizarse y armarse.
La acción del Partido Comunista fue incesante en todos los frentes: agitación en las fábricas, propaganda interna y entre las tropas invasoras. Su agitación y su trabajo organizativo tenían como objetivo atraer a los soldados al campo revolucionario y ganar para la causa de la revolución a todas las organizaciones armadas del Estado (con la excepción de la policía). El Partido Comunista tenía sus centros de agitación y sus conexiones en todas partes, desde las oficinas del ministerio de guerra hasta las tropas en la frontera. Las organizaciones del Partido aprovecharon todas las oportunidades para obtener armas. Entre los soldados desmovilizados, se difundió la consigna de no devolver las armas a los cuarteles. Del material del ejército alemán desmovilizado, que regresó de los Balcanes a través de Hungría, el Partido logró adquirir no menos de 35.000 armas.
Escribe Kun en una carta a Lenin del 5 de enero de 1919: “La situación aquí es muy buena, nuestro partido crece día a día (...) Todos los obreros metalúrgicos están en agitación y la mayoría de ellos están de nuestra parte. Los otros todavía dudan, pero los retiene solo la idea de preservar la unidad del partido (...) Todo hace pensar que en pocos días el gobierno ya no estará compuesto sino por socialdemócratas, lo que significa que entonces la contrarrevolución conocerá un nuevo impulso. Sabemos muy bien que nuestra suerte se decide en Alemania, sin embargo, independientemente de esto, hacemos todo lo posible para apresurar el momento en que los trabajadores tomarán el poder (...) Todos los ejércitos se están desintegrando, mientras nosotros los trabajadores estamos armados”.
El PCU rechazó sin vacilación todas las propuestas destinadas a instaurar cualquier poder transitorio en lugar del poder soviético. Desde la fundación del Partido, los jefes de la revolución democrático-burguesa intentaron moverlo para llegar a un acuerdo que llevaría a una solución provisoria, a un modus vivendiche que permitiera enfrentar al enemigo externo. Cuando Károlyi le ofreció al PCU un portafolio de guerra en el gobierno burgués provisional, el Partido lo rechazó de tal manera que excluyó cualquier malentendido. El PCU tomó una posición clara contra el intento de establecer un “gobierno obrero”, un gobierno puramente socialdemócrata. Por unanimidad el PCU opuso a aquella propuesta una moción que exigía la implementación inmediata del poder de los Consejos.
Desde la fundación del Partido hasta la toma del poder, las sediciones armadas contra los organismos del poder burgués se multiplicaron día a día. El 12 de diciembre de 1918, la guarnición de Budapest se alzó en armas y expulsó al ministro de guerra del gobierno interino. Los comunistas organizaron insurrecciones también en la provincia. El 25 de diciembre, los Húsares revolucionarios de Kecskemét ocuparon los cuarteles y desarmaron a los oficiales. El 26 de diciembre en Budapest hubo un enfrentamiento entre trabajadores y soldados, con numerosos muertos y heridos. El 31 de diciembre, en los dos cuarteles más grandes de Budapest, hubo conflicto entre los soldados orientados por el PCU y por el gobierno, seguido de una manifestación armada contra la socialdemocracia. En enero de 1919 se iniciaron, bajo la dirección del Partido, manifestaciones masivas contra la prensa burguesa y la destrucción de los periódicos burgueses.
En Budapest y en la provincia, los directores y los grandes accionistas de las fábricas más importantes fueron expulsados por la fuerza y las ocupaciones de las empresas comenzaron en muchos casos. En Salgótarján, el centro de la región minera del norte, hubo una insurrección armada con dieciséis muertos y más de noventa heridos. En Szarvas, excavadores y peones combatieron en las calles con nueve muertos y más de cuarenta heridos.
Otras insurrecciones tuvieron lugar en Budapest y en la provincia en la segunda quincena de enero; en el cuartel, se organizaba la resistencia armada contra la orden del ministro socialdemócrata de desarmar a los soldados de orientación comunista, y en particular a los jóvenes; después de sangrientos combates, los soldados comunistas conservaron sus armas. También se llevaron a cabo manifestaciones armadas de suboficiales desmovilizados y de los mutilados. El PCU continuó en la organización de unidades armadas contra el gobierno burgués y la contrarrevolución que los grandes propietarios monárquicos comenzaron a preparar.
Además de las medidas tomadas para la ocupación de las fábricas, el Partido lanzó la consigna de la ocupación de las casas. En febrero los trabajadores comenzaron a ocupar las grandes propiedades de tierra y en muchas localidades fueron dirigidos por los comunistas.
La línea del PCU estaba claramente dirigida sin vacilaciones hacia la insurrección armada, hacia el derrocamiento del poder de la burguesía y su aniquilación, hacia la dictadura del proletariado. El partido estaba comprando armas y ya las usaba en los combates diarios.
Dado que grandes masas de obreros y campesinos pobres apoyaban a los obreros y soldados en armas, la burguesía húngara, que podría contar con la socialdemocracia, estaba entre dos fuegos: el ultimátum de la Entente y la lucha por el poder de los obreros. Pero el verdadero rostro de la democracia burguesa no tardó en revelarse, y una mañana, un destacamento de 160 policías armados con ametralladoras y granadas de mano, atacó la sede del PCU y devastó todo. Al mismo tiempo, se presentó una moción para excluir a los comunistas de los consejos de trabajadores.
En enero, los mineros de Salgótarján se unieron al PCU; el gobierno tenía todo el distrito militarmente ocupado haciendo una gran masacre. Esto no detuvo la adhesión al PCU ni siquiera localmente, a pesar de continuar el terror del gobierno. También en Pozson (Bratislava) los trabajadores declararon la dictadura del proletariado, pero sólo después de 36 horas de poder, fueron derribados por las tropas checas y la ciudad fue definitivamente ocupada por Checoslovaquia.
Incluso en las aldeas del campo el proletariado luchaba; en el Comité de Arad los obreros agrícolas se repartieron las tierras; intervino la autoridad que intentó sofocar el movimiento con arrestos.
El gobierno restableció a los capitalistas el derecho de dirigir en las fábricas, y se lo quitó a los trabajadores; suprimió los Consejos de fábrica y los reemplazó con los Comités de fábrica y el viejo sistema de administración. Pero la clase trabajadora no quería doblegarse a la ordenanza y el día de su publicación se reunió en la sede de la Liga Metalúrgica para rechazarla. Con una provocación, la asamblea pudo fallar y el PSDU tuvo un pretexto para perseguir a los comunistas. Hubo enfrentamientos callejeros durante los cuales fue devastada la sede del periódico socialdemócrata “Népszava”, culpable de una odiosa campaña de difamación anticomunista. Los policías que intervinieron se dispararon entre ellos, hubo muchos heridos y siete muertos. El 20 de febrero fue arrestada casi toda la dirigencia del Partido Comunista, las sedes del Partido y el periódico “Vörös Újság” fueron cerradas y confiscadas. Béla Kun y los compañeros arrestados fueron duramente golpeados por “compañeros policías”, miembros del partido socialdemócrata.
Las masas obreras exigieron enérgicamente la liberación de los comunistas. En los grandes centros industriales, la federación sindical más importante, la de los metalúrgicos, tomó posiciones al lado de los comunistas. Las imprentas se declararon en huelga. El gobierno burgués era impotente frente a las organizaciones constituidas por el PCU entre los soldados desmovilizados, los cuales pronto se contaron en algunos cientos de miles; y era impresionante también el frente de los desempleados.
A principios de marzo en las fábricas más grandes, la dirección pasó a manos de los consejos obreros de fábrica, formados no según las normas de la ley, sino que obedecían únicamente al derecho revolucionario.
Mientras tanto, el nuevo Comité Central del Partido, cuyo dirigente era Tibor Szamuely, en completa clandestinidad continuó su trabajo junto con los comunistas que estaban en prisión. Kun pudo tener libros y periódicos e incluso una máquina de escribir, y también pudo mantenerse en contacto con Lenin gracias a la red clandestina del partido.