Partido Comunista Internacional Indice - Número precedente - Próximo número
"La Izquierda Comunista" n° 6 - mayo 1997
– LAS CAUSAS HISTÓRICAS DEL SEPARATISMO VASCO    (3a parte) [ 1 - 2 - 4 - 5 ]
– EL DESARROLLO MATERIALISTA DE LA ESCRITURA
– LA CLASE OBRERA EN COREA SOBRE EL CAMINO ESTABLECIDO
        POR EL CAPITAL, SU CRISIS Y LA REVOLUCIÓN
NOTICIARIO
– LAS TESIS DE LA IZQUIERDA (4/5): Plataforma Política del Partido (1945)
– A LOS EXPLOTADOS ALBANESES INSURRECTOS LES FALTA EL PARTIDO COMUNISTA REVOLUCIONARIO Y LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL DE LA CLASE OBRERA
– La Reforma Laboral y el Plan del "Estabilidad" dos golpes más contra la clase obrera
REUNIÓN GENERAL DE TRABAJO (Florencia, 24-26 de enero)

 
 
 
 
 
 
 



Las causas históricas del separatismo vasco
(3a parte) [ 1 - 2 - 4 - 5 ]

De la Dictadura de Primo de Rivera la II República

El golpe de estado del general Primo de Rivera no fue más que la respuesta de la burguesía ante los retos planteados en lo económico y en lo social. Se trataba ante todo de posibilitar la paz social y garantizar de ese modo el normal desarrollo de la economía y de los negocios, alterados por una agitación obrera que crecía incesantemente atizada por la crisis de posguerra y la guerra de Marruecos.

Como ya se ha señalado en otras partes de este trabajo, la neutralidad española en la Primera Guerra mundial tuvo unas consecuencias sumamente ventajosas para la burguesía. Pero el fin de la contienda y la plena incorporación de las potencias al mercado mundial, libres ya de las necesidades bélicas, mostraron muy pronto el carácter sumamente débil y atrasado de la economía española, incapaz de competir mínimamente a nivel internacional. Por eso, y demandado urgentemente por todos los sectores económicos patronales, el proteccionismo a ultranza del nuevo régimen fue la solución en lo económico, y la prohibición y persecución de las organizaciones obreras que no se plegaron (como sucedió con el PSOE y la UGT) a las nuevas condiciones fueron las medidas adoptadas en lo social. Primo de Rivera fue recibido como el salvador de la patria por todos los sectores de la burguesía, asustados por el cariz que iban tomando los acontecimientos: derrota de la contrarrevolución interna y externa en una Rusia todavía revolucionaria; agitación obrera internacional; en España huelgas y algaradas y respuesta armada de núcleos obreros de inclinación anarcosindicalista a la represión laboral y a los atentados terroristas de los matones a sueldo de la patronal, sobre todo en Barcelona. Su condición de Capitán General de Cataluña, hacía que Primo de Rivera se mostrase especialmente sensible a las demandas de la burguesía catalana, que reclamaba medidas urgentes y drásticas ante el clima de semiguerra civil que se vivía en Cataluña.

Por lo que respecta a la situación en el País Vasco, el golpe de Primo de Rivera gozará de la bendición de casi todos los sectores patronales, exceptuando a una pequeña burguesía que venía arrastrando su descontento desde hacía décadas. Ya hemos visto en la parte II de este trabajo la escisión que se produjo en las filas del nacionalismo vasco por estas fechas. Recordaremos que por un lado los sectores nacionalistas partidarios del mantenimiento del status quo dirigido desde el odiado Madrid cambiarán el viejo nombre del partido (PNV) por el de Comunión Nacionalista, mientras que la pequeña burguesía insatisfecha se escindiría manteniendo las siglas de siempre junto a la reivindicación separatista y publicando el semanario Aberri. Tras el golpe de Primo de Rivera Aberri fue suspendido, y para burlar la censura del régimen debió aparecer con un nuevo nombre, El Diario Vasco, omitiendo cualquier referencia al Partido Nacionalista. Y así, mientras las actividades de la Comunión Nacionalista centradas en los aspectos meramente culturales y lingüísticos vascos son toleradas, 34 locales del PNV en Vizcaya fueron clausurados, y su máximo líder, Elías Gallastegui, debió exiliarse. Dejando a un margen el recurso a la actividad terrorista, que por estas fechas no será utilizado, Eli Gallastegui y los aberrianos constituyen el núcleo precursor más claramente definido en lo ideológico, primero de ETA, y posteriormente del así denominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco.

Al igual que sucederá 30 años más tarde, esa pequeña burguesía vasca, incapaz de integrarse con un papel propio en la vorágine de la acumulación capitalista, tratará de llamar la atención de la clase obrera, acercándose a sus problemas, pero desde su óptica particular, no viendo en el proletariado más que un instrumento al que utilizar con arreglo a sus propias finalidades de clase, plenamente burguesas en cuanto a la forma y al contenido.

La política económica de la Dictadura de Primo de Rivera supuso para los grandes bancos y la empresas siderúrgicas vascas la obtención de los mejores resultados conocidos hasta la fecha (1). Daremos como cifra de referencia la relativa a la producción de acero que de 1920 a 1930 se incrementó en un 235 por ciento. Estos resultados son extrapolables a la práctica generalidad de las actividades económicas a nivel nacional, y ello explica la relativa paz social que reinará en España durante el periodo primorriverista. Pero esta tónica de prosperidad para la burguesía se truncará en 1930-31, y el régimen caerá de la misma forma que llegó, y pese al apoyo de una gran burguesía como la vizcaína, que siempre ha visto colmadas sus aspiraciones por parte de TODOS los regímenes políticos imperantes en España hasta nuestros días. La crisis de los mercados internacionales en 1930-31 obligará a nuevos enfoques en el campo económico y político. Los capitalistas harán que caiga sin demasiado estrépito la Dictadura de Primo de Rivera y se abrirá paso un periodo de transición conocido como la Dictablanda, que preparará la sustitución tranquila y sin sobresaltos de una monarquía que ya no era útil como pantalla política, y que ante los ojos de las grandes masas de la población se presentaba como un régimen apolillado por la crisis y la corrupción.
 

La II República y el "Problema Vasco"

La crisis económica de 1930-31 se dejó sentir de manera harto significativa en el País Vasco, que seguía siendo, junto a Cataluña, la región más industrializada de España. La siderurgia y la construcción naval, dos de los sectores claves dentro de la estructura productiva vasca, se vieron especialmente afectados por la crisis. No es casualidad que sea precisamente en este periodo cuando las reclamaciones de carácter regionalista acompañadas de Estatutos de Autonomía adquieran mayor virulencia. La cuestión autonómica será utilizada con suma habilidad además para confundir a unas masas proletarias de por sí bastante confusas con el colaboracionismo del Partido Socialista, el falso apoliticismo de los anarcosindicalistas y el aventurerismo zigzageante de un PCE sin base marxista alguna y al servicio de la política contrarrevolucionaria dictada desde Moscú.

El análisis superficial, y por otra parte tendencioso de la cuestión, explica este fenómeno de radicalización regionalista como la respuesta a la opresión de las minorías nacionales por parte del régimen de Primo de Rivera. Dejando al margen los aspectos lingüísticos (2), tan manidos desde entonces hasta nuestros días, es incuestionable que la aparición de estos fuertes movimientos pro-estatutos de autonomía en Cataluña y en el País Vasco estaba ligada a los efectos que la crisis capitalista de 1929-31 tuvo en la pese a todo débil estructura industrial española de aquellos años. Prueba de esta afirmación es la debilidad de la reivindicación nacionalista en Galicia, una región en la cual la industrialización todavía tardaría algunas décadas en dejar sentir sus efectos, y que carecía de una pequeña y media burguesía con la fuerza suficiente como para que se escuchase su petición de participar bajo la bandera del autonomismo en el reparto de la plusvalía arrancada al proletariado.

Tras la llegada de la República en 1931 (por cierto, la localidad guipuzcoana de Éibar sería la primera en proclamarla), la coalición republicano-socialista se hace con el poder, continuando con las directrices aprobadas en el Pacto de San Sebastián de agosto de 1930. Los nacionalistas vascos (3) no se integraron en dicho pacto en parte por el carácter laico que lo inspiraba, y sobre todo porque no satisfacía sus demandas económicas, planteadas como una vuelta "al régimen anterior a 1839". Y al hacer esto evidentemente no hacían sino satisfacer demagógicamente a su masa electoral, que todavía añoraba las indudables ventajas que representó en su día y en su contexto histórico el régimen foral para esas clases sociales.

Como hemos visto en la segunda parte de este trabajo, el régimen de los Conciertos Económicos en Vasconia se instituiría en 1878, tras la derrota militar del carlismo, como hábil medida compensatoria del gobierno de Cánovas del Castillo tras la pérdida de los fueros de raíz medieval que habían sobrevivido en la región vasca. Dichos Conciertos Económicos se mantuvieron en las tres provincias vascas y Navarra durante el régimen de Primo de Rivera y la Segunda República hasta la caída del País Vasco en poder de las tropas franquistas en 1937. Durante la existencia del régimen republicano el PNV reclamará para el País Vasco un estatuto autonómico similar al aprobado para Cataluña. Existirán algunas iniciativas de carácter autonomista que no llegarán a prosperar, como el llamado Estatuto de Estella en 1931 y otras en 1932 y 1933. Las fricciones entre el gobierno central republicano y los nacional-clericales vascos debido a la cuestión del Estatuto de Autonomía y el alcance económico-político del mismo, fueron en ocasiones de carácter sumamente violento, y se registraron incidentes armados entre militantes del PNV y partidarios de la República. De cualquier manera estos choques ocasionales nunca fueron más allá de un límite preestablecido por ambas partes ya que el enemigo común, el proletariado, poco a poco iba perdiendo la confianza inicial que le hicieron depositar en la república burguesa las organizaciones que decían representarlo. Los acontecimientos de octubre de 1934 (4) vinieron a confirmar que la política del gobierno "derechista" de Lerroux-Gil Robles no era sino la continuación de la política antiobrera y represiva de la coalición entre partidos republicanos y el PSOE. Conociendo sus orígenes y trayectoria no creemos que cause estupefacción a nadie la posición de los nacionalistas vascos acerca del intento insurreccional de octubre de 1934, ya que fueron totalmente contrarios a dicho movimiento de la clase trabajadora. Así, uno de sus más cualificados representantes, el Sr. Aguirre declaraba con ánimo exculpatorio: «En la Revolución de Octubre no hemos tomado parte, ni hemos tenido contacto espiritual ni material... Ni nos solidarizamos con aquel movimiento protestando de los asesinatos, vilipendios y villanías cometidos en Asturias y Guipúzcoa» (La Voz de Guipúzcoa, 26-11-1935. Citado por J.P. Fusi Aizpurua en "El Problema Vasco en la II República"). Pese a la oposición del PNV, la organización sindical nacionalista, la filo-patronal STV (5), se vio arrastrada muy a su pesar por el movimiento insurreccional. De esta manera STV no quedaba en evidencia ante unas masas obreras que, pese a carecer de una dirección auténticamente revolucionaria, se mostraban sin embargo dispuestas a defenderse de manera intransigente de los ataques de la patronal y su estado. De la dureza de los enfrentamientos que tuvieron lugar en zona vasca durante la insurrección obrera de 1934, nos da una idea la posterior ocupación militar de toda la zona minera de Vizcaya y de la zona industrial de la ría bilbaína y la represión ejercida en las localidades más industriales de Guipúzcoa.

Pocos meses antes del movimiento insurrecional de Octubre, el Partido Comunista español creará su filial vasco, el Partido Comunista de Euskadi. Desde sus orígenes, el PCE había gozado de cierto seguimiento obrero sobre todo en Vizcaya, y en las elecciones de 1933, cosechó 13.000 votos en Vizcaya y Guipúzcoa. El dato posee valor en cuanto que permite reconocer el alejamiento progresivo de sectores de la clase obrera, disconformes con la política colaboracionista del PSOE. Desgraciadamente para la clase obrera española e internacional el fondo de la política del PCE, plenamente estalinizado, no era otro que el mantenimiento del orden establecido, siguiendo las directrices impartidas por una Internacional y un estado ruso, completamente perdidos ya para la causa de la revolución mundial. De esta forma, el PCE se dedicará a recitar de manera totalmente mecánica y fuera de su contexto real, siguiendo el dictado de Moscú, la posición de Lenin sobre la autodeterminación de las nacionalidades oprimidas incluyendo dentro de las mismas, a vascos, catalanes, gallegos "y a cuantas nacionalidades estén oprimidas por el imperialismo de España (sic)". El POUM, que de la misma manera carecía de una base marxista, tampoco escaparía al mecanicismo en la "cuestión de las nacionalidades en España", planteando que su culminación debería pasar de manos de la pequeña burguesía a las del proletariado. Sin profundizar mucho más en esta cuestión, que relegaremos a posteriores estudios del partido, sí remacharemos el carácter plenamente capitalista y burgués de las relaciones de producción en España desde finales del siglo pasado, pese a su conocido carácter atrasado y retardatario. Por lo tanto, en presencia de un contexto social e histórico semejante un verdadero partido marxista revolucionario sólo podía incluir en su bandera una tarea emancipadora: la liberación de la clase proletaria a través de la revolución social anticapitalista internacional.

La falta de esta perspectiva provocará la participación de los partidos y las organizaciones así llamadas proletarias y comunistas en los Frentes Populares junto a otras fuerzas declaradamente burguesas y clericales, como sucederá en el País Vasco, asumiendo totalmente sus plantemientos reaccionarios de defensa de la propiedad privada y del régimen burgués republicano. Será precisamente en el País Vasco donde resalten con suma claridad los desastrosos efectos para la causa del proletariado de dicha política frentepopulista.
 

La Guerra Civil en el País Vasco

Tras una serie de titubeos iniciales, el PNV decidió mantener su neutralidad electoral en los comicios generales de febrero de 1936, que dieron la victoria al Frente Popular. De poco servirían las recomendaciones de la curia vaticana para que los nacionalistas vascos se aliasen a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas). En este sentido los máximos dirigentes nacionalistas se mostraron sumamente cautos al no apoyar de manera abierta a la CEDA lo cual habría traído consigo una mayor animadversión por parte de la allí numerosísima clase trabajadora y un peligroso alejamiento de la misma base electoral nacionalista respecto de sus dirigentes. En los meses previos al estallido de la guerra civil, la situación social en España mostraba características cada vez más preocupantes para la estabilidad del orden burgués. La victoria del Frente Popular detendría momentáneamente las reivindicaciones proletarias inmediatas, pero superada la fase de impasse inicial, aquellas no tardarían en presentarse, a menudo de manera virulenta, pese a los repetidos intentos de estalinistas, reformistas, POUM y de la dirección de la CNT-FAI por canalizarlos en un sentido institucional. La política seguida por estas organizaciones durante los tres años que duró la contienda no hizo sino continuar con las directrices antiproletarias marcadas ya tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936.

La fase previa al estallido de la guerra tuvo, por lo que respecta al País Vasco, unas características de auténtica polarización social. Las aspiraciones autonomistas de una gran parte de la sociedad vasca fueron recogidas en el programa del Frente Popular. Se hacía creer a todos los sectores sociales descontentos que la obtención del ansiado Estatuto de Autonomía constituiría una especie de panacea universal para todos los males que aquejaban a la sociedad. Otro punto que igualmente contribuyó a la victoria del Frente Popular en Vasconia fue la incorporación en su programa electoral de la prohibición de los desahucios rústicos. Sabemos que en estas elecciones hubo un descenso notable del voto nacionalista y de la derecha españolista, y es casi seguro que una cierta responsabilidad en el descenso del voto nacionalista la tendrían los responsables de estos desahucios rurales, los propietarios o jaunchos, muchos de ellos vinculados al PNV. El peso del factor rural en el País Vasco por estas fechas todavía era muy grande, de la misma forma que era variada su división social en función de la propiedad de la tierra. El voto nacionalista era más numeroso en las zonas rurales vascófonas y con un régimen predominante de pequeña propiedad o arrendatarios, sometidos a un régimen de despiadada expoliación por parte de propietarios, impuestos, hipotecas y agravado por la falta de infraestructuras y comercialización rentable de sus productos. Esto explica que el descenso del voto nacionalista vaya ligado, como se apuntaba antes, a la existencia de numerosos propietarios rurales en las filas nacionalistas. Por contra, la mayoría de los propietarios rurales más acomodados, los kulaks vascos y los terratenientes del sur vasco-navarro, orientarán sus posiciones políticas hacia el carlismo, que ahora se presentaba como un movimiento de orientación burguesa ultraconservador y profundamente contrarrevolucionario. Los braceros agrarios, muy abundantes en las zonas latifundistas del sur vasco-navarro, darán sus votos mayoritariamente al Frente Popular alentados por las promesas electorales de éste. Por provincias los propietarios y arrendatarios de Vizcaya y Guipúzcoa se orientarán hacia el nacionalismo, pese a la caída electoral de éste en 1936, mientras que por el contrario en Alava y Navarra serán partidarias mayoritariamente de un carlismo adaptado a los nuevos tiempos. Más adelante veremos las consecuencias que esto traería consigo durante la guerra civil y posteriormente.

La posición del PNV antes y durante la guerra civil no ofrece ningún lugar a dudas en cuanto a su carácter auténticamente contrarrevolucionario y antiobrero. Unos meses antes de comenzar la guerra, el órgano oficial de los nacionalistas vascos, Euzkadi, en un artículo rubricado por un viejo conocido nuestro, Don Engracio de Aranzadi, dejaba suficientemente claras sus ideas para no dejar el menor atisbo de ambigüedad de cara a su electorado, fervorosamente católico: «Si hay un sentido verdaderamente antirrevolucionario en Euzkadi, ése se halla en el Partido Nacionalista Vasco»; «todo lo que aquí tiene un sentido revolucionario no es vasco»; «sólo el nacionalismo y nada más que el nacionalismo ha hecho labor antirrevolucionaria; al nacionalismo debéis el que no sea roja, el que no sea socialista, el que no sea comunista toda la masa obrera de Vizcaya»; «público y notorio es que en Vizcaya, como en Euskadi entera, el único enemigo eficiente del izquierdismo es el Partido Nacionalista Vasco» (Engracio de Aranzadi. "El deber del suicidio". Euzkadi, 17-1-1936. Citado por Fusi, op. cit. pág.130-31). Que no se trataba de un exabrupto aislado lo prueban la serie de editoriales con el mismo tono que aparecieron en ese órgano nacionalista a finales de ese mismo mes de enero y principios de febrero. Por lo tanto, y como hemos podido comprobar, no se puede acusar de incoherencia al PNV, que pondrá en marcha, como veremos a continuación, todos sus recursos para evitar cualquier iniciativa proletaria que ponga en peligro la paz social y el orden capitalista. Y para ello, como sucede en todo drama histórico, se hacía indispensable el miserable pero siempre necesario papel del felón. Tal honor le correspondió a unos organismos llamados obreros, comunistas y socialistas que no sólo colaborarán en tareas de gobierno con un partido que se declara abiertamente hostil a ellos, sino que además ponen en sus manos los mecanismos de poder y represión que garantizarán la aplicación de toda una serie de medidas antiproletarias y abiertamente procapitalistas. Pero serán los mismos acontecimientos de la guerra civil en el País Vasco, los que muestren nuevamente y con una prueba marcada a fuego sobre la piel sangrante de la clase obrera, el papel mil veces contrarrevolucionario no sólo del nacionalismo vasco, sino del posibilismo en sus vertientes estalinista, socialdemócrata o anarquista.

Como es sabido el alzamiento militar, urdido en colaboración con el gobierno republicano, fracasó en la mayoría de las principales ciudades y zonas industriales españolas ante la reacción inesperada de las masas proletarias que se armaron espontáneamente derrotando a los sublevados. Desde ese momento, y en ambas zonas contendientes, todos los esfuerzos y maniobras de carácter político y militar estarían encaminados en una única dirección: desarmar al proletariado y derrotarlo. Esto adoptará en las provincias vascas y Navarra rumbos diferentes, según la fuerza del proletariado en las zonas en cuestión.

Ya se comentó con anterioridad que en Alava y Navarra el carlismo renovado era la fuerza política predominante y es allí donde desde el primer momento triunfan los fascistas. Las consecuencias se notarán inmediatamente: unas 6.000 personas serán asesinadas en Navarra, incluyendo entre ellas a algunos miembros del PNV para los que la ambigüedad electoral de su partido supuso su perdición individual. En Alava triunfarán igualmente los fascistas y muchos nacionalistas alaveses se unirán a ellos, unos para salvar el pellejo y los más porque ven que ha llegado el momento de decidir entre el fascismo o la amenaza del proletariado en armas, optando consecuentemente por la opción mas afín a su credo político, es decir, la fascista, y eso en una provincia como Alava, entonces escasamente industrializada y donde mostrar inclinaciones contrarrevolucionarias no entrañaba ningún riesgo, sino más bien todo lo contrario (6).

Sin embargo en Vizcaya y Guipúzcoa fracasa el golpe fascista, debido a la decidida oposición del proletariado, pero poco va a durar la preponderancia obrera. La formación de una Junta de Defensa, que incluirá a un representante de la CNT, y posteriormente la formación del Gobierno Autónomo Vasco, será el paso decisivo de la contraofensiva capitalista allí donde los militares habían sido derrotados por los obreros. No tardarán en aparecer las tensiones entre el partido del orden burgués (PNV, Frente Popular) y los comités obreros que se distancian de las directrices de sus máximos dirigentes. En San Sebastián el fusilamiento de fascistas por parte de los obreros, en respuesta al bombardeo aéreo y naval de la ciudad, provocará la dimisión de los miembros del PNV del Departamento de Gobernación en la Junta de Defensa de Guipúzcoa. Pero más tarde dentro de esta misma Junta predominará el criterio del PNV, según el cual toda resistencia sería inútil, por lo que se entregará al general fascista Beorlegui la ciudad de San Sebastián sin ninguna resistencia. Previamente había sido ocupada Irún, ciudad fronteriza, el 4 de septiembre de 1936 tras una desesperada resistencia de los obreros mal armados, que abandonados a su suerte incendiaron la localidad antes de la entrada de las tropas fascistas. La entrega de San Sebastián sin disparar un tiro tuvo grandes repercursiones estratégicas ya que el ejército fascista pudo avanzar unos 60 kilómetros teniendo en el punto de mira a la capital vasca, Bilbao.

El análisis de las operaciones militares y de las medidas políticas adoptadas por el gobierno de coalición vasco pone de manifiesto que los nacionalistas vascos y el Frente Popular hicieron cuanto estuvo en su mano para propiciar la derrota de los trabajadores. De cualquier modo para llevarlo cabo aparecerían divergencias entre ellos a la hora de elegir el método adecuado. Pero una cosa estaba clara, se trataba de defender a toda costa el orden establecido y en eso estaban de acuerdo todos los sectores políticos nacionalistas, desde los oficialistas a los independentistas de la Federación de Mendigoizales. Así lo manifestaba Luis Arana, cualificado representante del sector más crítico con la línea oficial pro-españolista del PNV: «Era nuestro deber en esta lucha, que no es nuestra, que no es de nuestra raza, que no es de nuestra ideología, el mantenimiento del orden en nuestra casa, en nuestra Bizcaya, en nuestra Euskadi» (Citado por Francisco Letamendia "Ortzi", "Breve Historia de Euskadi", p.179. Editorial Ruedo Ibérico).

El testimonio de alguien tan poco sospechoso de simpatías revolucionarias como el cónsul británico en Bilbao es harto elocuente acerca del verdadero espíritu reinante entre los nacionalistas vascos: «Por lo que he oído, los vascos lamentan profundamente su compromiso político del mes pasado [¡no unirse a Franco¡ ndr]... Me han dicho, además que la Junta no logra convencerlos para que envíen destacamentos a defender San Sebastián» (Public Record Office of Great Britain. 1936. W 9528/62/41. Citado por S.G Payne, "El nacionalismo vasco, de sus orígenes a ETA", p.230, nota 34). La insistencia de los representantes en Madrid del PNV para que las Cortes (Parlamento) republicanas aprobasen el Estatuto de Autonomía no escondía otro objetivo que la creación de un cuerpo paraestatal en el País Vasco con el objetivo de proteger la propiedad capitalista y acabar con los "excesos" de los obreros armados. No llevaron a cabo sus propósitos en un primer momento por estar en inferioridad de condiciones con respecto a los trabajadores armados. Escuchemos a este respecto el testimonio, igualmente libre de toda sospecha, del mismísimo embajador inglés en España, Henry Chilton: «Cuando yo dejaba Zarauz el 1 de agosto, un dirigente nacionalista vasco quiso entrevistarse conmigo y me informó de que si bien los vascos se habían unido al ’Frente Popular’ al principio del conflicto cuando éste les había prometido la autonomía, estaban ahora disgustados por los horrores perpetrados por comunistas, anarquistas, etc, en el territorio vasco, donde se había fusilado a prisioneros rebeldes a sangre fría y al azar y también a varios enemigos personales de los partidos del Gobierno. Los vascos estaban cansados del régimen soviético en Guipúzcoa y les gustaría librarse de él. Desgraciadamente, no disponen de armas y se ven, por tanto, impotentes. Con 800 fusiles podrían, al parecer, enfrentarse a las fuerzas soviéticas de la provincia. Aunque no indicó realmente que solicitaba esas armas al Gobierno inglés, la insinuación es clara (...)» (PRO. 1936. W 7908/62/41. Payne, op. cit. p.232, nota 38).

El Estatuto sería aprobado el 1 de octubre de 1936, y pocos días más tarde quedará constituido el primer "gobierno vasco" presidido por el nacionalista José Antonio Aguirre (7), y que contará con la participación de miembros del PCE y del PSOE. Dentro de este espíritu de "entendimiento", un delegado de la muy amarillísima STV fue enviado a Moscú en octubre de 1936 para asistir a los actos en "conmemoración" de la revolución de Octubre. Seguramente en el ánimo del pupilo del cura Larrañaga (8) se trataba de celebrar más bien el entierro definitivo de la revolución, al mismo tiempo que eran eliminados y difamados ante la clase obrera mundial los viejos bolcheviques camaradas de Lenin.

La primera disposición del gobierno autónomo vasco, fue evidentemente, garantizar el orden público. Se creó un cuerpo policial propio (la "Ertzana") al mando de Telesforo Monzón, y su actuación se hizo notar pronto: «Se han producido casos aislados de asesinatos, obra de los anarquistas. Desde que ellos [el PNV, ndr] llegaron al poder, la situación era sin duda alguna mucho más segura» (Declaraciones del cónsul inglés en Bilbao el 8-12-1966. PRO 1936 W 18036/62/41. Payne, op. cit. p.240, nota 9). El episodio del asalto a la cárcel bilbaína de Larrinaga nos ilustra muy bien cual era la verdadera misión de los cuerpos policiales y militares al mando del PNV y su gobierno de coalición con el Frente Popular. El día 4 de enero de 1937 una muchedumbre obrera enfurecida asaltó la prisión de Larrinaga y otros centros de detención de la capital vizcaína, ejecutando a 224 prisioneros en respuesta a los bombardeos y crímenes fascistas. La represión del Gobierno Vasco no se hizo esperar, y 6 obreros del batallón de UGT, que fue enviado a proteger a los presos fascistas, negándose a ello, fueron condenados a muerte y ejecutados por estos hechos con la aquiescencia y aprobación de los partidos del Frente Popular. Para proteger mejor a los fascistas un batallón de gudaris (soldados vascos bajo el control estricto del PNV) fue retirado del frente (donde arreciaba la acometida del ejército franquista) siendo destinado a labores de "vigilancia" en Bilbao. Si en algo tiene razón Letamendia es cuando afirma, en su libro ya citado, que el régimen social implantado en el País Vasco era "el más derechista de la República", ya que se prohibieron tácitamente las huelgas, y se veló desde el gobierno vasco para que la propiedad de las empresas siguiese en manos de sus dueños "legítimos". Si el gobierno vasco se hizo cargo de alguna empresa fue porque sus propietarios, significativamente pro-fascistas habían huido, y el control gubernamental garantizaba la imposibilidad de cualquier proceso que oliese a expropiación obrera.

La aprobación del Estatuto de Autonomía y la creación de una policía y un ejército bajo el control del gobierno autónomo vasco tendrían unas consecuencias indudables a la hora de dividir la acción de los trabajadores en todo el Norte peninsular. De hecho, la actuación del gobierno vasco frentepopulista-clerical sirvió como muro de contención para evitar la conexión entre el proletariado asturiano y cántabro con el vasco, además de impedir que la poderosa industria siderúrgica vasca, clave para decidir la suerte de la guerra, cayese en manos indeseables. Sobre este aspecto de la guerra civil española la opinión del cónsul inglés Henderson resulta sumamente esclarecedora: «Los vascos, según mi impresión, tienen más miedo a la agresión roja de santanderinos y asturianos que al peligro de los militares. Para impedir la infiltración de elementos indeseables del Oeste han establecido un riguroso control de su frontera con Santander» (PRO. 1937 W 4274/1/41. Payne, op. cit. p.250-1, nota 36 bis). No tenía por tanto nada de extraño que en un ambiente semejante, en el que no faltaron incluso las negociaciones a través del Vaticano, entre los nacionalistas vascos y Franco para pactar una paz separada, el subdirector del proyecto del Cinturón de Hierro (fortificaciones militares alrededor de Bilbao) fuese en realidad un agente de Franco, y que a la primera de cambio huyese con los planos secretos de las después mitificadas fortificaciones (9). La caída del Frente del Norte era cuestión de tiempo, y su realización fue llevada a cabo meticulosamente, siendo planeada a nivel nacional e internacional, disimulándola hábilmente con alguna "ofensiva" (10).

Las tareas de retaguardia evidentemente adquirían el mismo cariz que las realizadas en el frente militar. El primer chivo expiatorio, dada su debilidad numérica en el País Vasco fue la CNT, que patéticamente, y haciendo una vez más abstracción de sus sagrados principios apolíticos y antiautoritarios, reclamó un puesto en el gobierno frentepopulista-clerical vasco. No sólo se hizo caso omiso de su petición, sino que además la imprenta del diario anarquista CNT del Norte fue entregada al partido estalinista para que publicase Euskadi Roja. Todo empezaba a estar bien preparado para la caída definitiva de Bilbao, que si se retrasó, fue debido a la resistencia encarnizada del proletariado vizcaíno y al apoyo de unidades venidas de Asturias y Cantabria, unidades que debieron enfrentarse militarmente no sólo a las tropas de Franco, sino también a las del gobierno vasco que impidieron que se llevase a cabo una política de tierra quemada para privar a los fascistas de la industria y las instalaciones mineras vizcaínas. El resultado fue que al caer Bilbao el 19 de junio de 1937, Franco encontró prácticamente intacta la industria pesada que en pocas semanas empezó a producir masivamente suministros para el ejército fascista. La colaboración sellada entre la todopoderosa oligarquía bancaria e industrial, los jaunchos del PNV y el Frente Popular, con la activa participación de la burguesía internacional había dado sus frutos.
 

La posguerra en el País Vasco

Las masivas destrucciones originadas en la guerra civil tuvieron un efecto rejuvenecedor para el capitalismo hispano. Ya hemos visto que las grandes instalaciones industriales vizcaínas fueron respetadas durante la contienda, no sucediendo lo mismo con los centros urbanos. Bilbao, San Sebastián, y el ejemplo más trágico, Guernica, constituyeron campos de pruebas del moderno armamento que poco más tarde se emplearía contra el proletariado en la II guerra mundial. Casi todas las grandes ciudades españolas involucradas en los combates sufrirían importantes destrucciones, así como las escasas infraestructuras viales y ferroviarias y de esta forma se abriría un proceso de reconstrucción y de grandes negocios al servicio de la burguesía. Todo esto acompañado del talón de hierro antiproletario del franquismo y del encuadramiento y militarización de las actividades productivas y de transporte básicas, imponiendo a la clase obrera un régimen de privaciones materiales y disciplina laboral similar al existente en los demás países de Europa y Estados Unidos, independientemente de la máscara política adoptada por el capital en cada situación particular.

Tras la entrada de las tropas de Franco en Bilbao y la desbandada consiguiente (11), la burguesía vasca pudo respirar definitivamente tranquila. El poder económico de la odiada oligarquía vasca estaba prácticamente intacto y esto la situó en un puesto privilegiado respecto al resto de la burguesía española (12).

En 1940 el régimen franquista crea el Consejo de Economía Nacional (CEN) que impartirá una serie de directrices para adaptar la economía española a la coyuntura internacional. Por eso la burguesía española presentará por un lado una imagen oficial de fervorosa admiración por el Eje italo-alemán, pero en la práctica no desdeñará tratos económicos con otros países enemigos del Eje (13). Dicha ambigüedad durará poco, y se convertirá en proamericanismo abierto debido a la guerra fría entre los dos colosos imperialistas dominantes tras la guerra mundial: Rusia y Estados Unidos. De esta forma Mr. Marshall sí dejaría huella de su paso por la piel de toro bajo la forma de importantes préstamos en 1949 y 1950.

Pero los primeros años de la década de los 40 no verán en el País Vasco el desarrollo económico que cabría esperarse de una serie de condiciones en extremo favorables: gran capacidad de producción al estar intactos los mayores medios de producción industriales, gran demanda interna y aplastamiento del proletariado. El origen de este fenómeno no hay que buscarlo en la abolición por parte del gobierno de Franco del régimen de los Conciertos Económicos en Vizcaya y Guipúzcoa (14), sino en factores coyunturales tales como la falta de energía eléctrica, de carbón y de chatarra. Progresivamente la industria vasca irá superando esta situación, sobre todo al terminar la guerra mundial. De esta forma de las 191 empresas y 16.795 trabajadores que existían en la industria transformadora del hierro en Vizcaya en el año 1944 se pasa a 244 empresas y 20.755 trabajadores en 1950, alcanzando 513 empresas en 1956. Igualmente sucederá con el sector de la máquina herramienta, que hasta 1940 fue un sector con escaso desarrollo en el País Vasco. Hasta 1959 dicho sector iría alcanzando un cierto nivel hasta llegar al gran empujón que llegaría en 1959 deteniéndose con la aparición de la crisis general de 1975.

La guerra civil, vivida y sufrida tan intensamente en el País Vasco, originó una sangría proletaria que tuvo sus lógicas repercusiones en la contratación de fuerza de trabajo asalariada. Por eso, y tal como sucedió a finales del siglo pasado y comienzos de este que agoniza, el territorio vasco volvió a registrar un saldo migratorio favorable desde todos los puntos de España, aunque preferentemente de las zonas más próximas geográficamente. Así en el corto periodo comprendido entre 1950 y 1959, el crecimiento de la población en el País Vasco fue de casi un 23% cuando la media española no llegaba al 9 por ciento. Por eso no resulta en absoluto paradójico que de las 17 provincias españolas que redujeron su población de 1950 a 1960, no estuviese entre ellas ninguna provincia vasca ni Navarra. Algo parecido sucedería con la renta per cápita ya que todas las provincias vascas y Navarra superarán con creces la media española.

Un aspecto característico de estos años de la política económica franquista es la progresiva marginación de aquellos sectores de Falange que realmente se habían creído a pies juntillas su programa nacionalizador (15). Por eso, algunos sectores de la burguesía, a través de las Cámaras de Comercio e Industria, no cesarán de reclamar insistentemente cada vez más medidas liberalizadoras, protestando en ocasiones contra lo que ellos consideraban "exceso de intervencionismo". Pero pese a todo, los negocios para la burguesía vasca y sus bancos iban tomando un rumbo muy favorable, participando, muchas veces como socios mayoritarios, en la mayor parte de las grandes empresas españolas. La contrapartida estaba en la degradación de la condición obrera hasta unos niveles que llevarían a instaurar comedores en muchas fábricas para alimentar a sus trabajadores, ya que sus miserables salarios eran del todo insuficientes para alimentarse ellos y sus familias. El Estado burgués, de la mano de Falange, pretendía que la sindicación forzosa conseguiría reducir el descontento obrero provocado por estas condiciones. Así lo manifestaba Muñoz Grandes, en aquel entonces su secretario general: «Paralelamente nos proponemos encuadrar, ya lo estamos haciendo, a todos los trabajadores en nuestras organizaciones, impulsando la sindicación, hasta convertir la sumisión actual en una fervorosa adhesión» (Conferencia citada en la nota 15). La fervorosa adhesión llegaría sí, en abril de 1951 pero de una forma muy distinta a la perfilada por el ilustre militar. En estas fechas se convocó una gran huelga general y alrededor de 200.000 trabajadores participarían en el País Vasco secundándola incluso en ciudades que tradicionalmente nunca se habían destacado por la magnitud de sus conflictos sociales, como Vitoria y Pamplona. Pese al sentir de los reaccionarios, el industrialismo y sus efectos ya se dejaban sentir por todo el territorio vasco. En Guipúzcoa las cosas tomaron tal cariz que el mismo gobernador civil, el barón de Benasque preparó los pasaportes para él y su familia. El recuerdo del susto que se llevaron en 1936 todavía estaba fresco en la mente de los verdugos.

El peso político de estas luchas recayó sobre los militantes del PCE, que habían recibido la consigna de permear los sindicatos fascistas. Se trataba realmente de controlar las luchas obreras para evitar la formación de movimientos de carácter autónomo que pudiesen romper un día con la línea política propugnada por los estalinistas y la oposición democrática a Franco. El PNV y su apéndice sindical prácticamente brillaron por su ausencia durante este periodo. Muchos de sus militantes, empresarios en activo, no tenían demasiados motivos de queja en lo económico, y los exiliados por sus responsabilidades políticas (16) se encontraban muy ocupados haciendo gestiones ante los americanos, hasta que éstos decidieron optar por Franco en la guerra fría dándoles la espalda. Los nacionalistas vascos mostrarán su malestar ante esta decisión de los Estados Unidos: «Nos ha hecho daño en nuestra conciencia sencilla que quien dirigió tan brillantemente la segunda guerra mundial por salvar la democracia [...] haya claudicado tanto en sus principios, que considere necesario, por lo que sea, prestar armas y dinero al ex amigo de Hitler y Mussolini» (Javier de Landáburu, "La causa vasca", 1956. Citado por Letamendia, op.cit. p.225).

1956 será un año clave para las luchas obreras. Durante la primavera de este año se producirá en el Norte y en Cataluña un poderoso movimiento huelguístico que conseguirá arrancar a los capitalistas una subida general de salarios que oscilará del 25 al 70 por ciento, lo que da una idea de los salarios de auténtica hambre física existentes. En este periodo, en España empiezan a soplar nuevos vientos que traerán consigo el fin de la etapa así llamada autárquica. El proceso de reacumulación capitalista posbélica estaba ya lo suficientemente maduro como para poder incorporar a la economía española plenamente en el mercado mundial. Tal madurez vendría expresada a través de la crisis económica de 1957-59. Será necesaria la realización del Plan de Estabilización, que una vez más, impondrá una serie de medidas antiobreras reduciendo la capacidad adquisitiva conseguida con las luchas de 1956.

Será en esta década de los 50 cuando se asista a la formación de los primeros núcleos de descontento entre las filas nacionalistas respecto a la política de inactividad del nacionalismo oficial. Nuevamente, como había sucedido en los albores del primer nacionalismo sabiniano, e incluso en el siglo XIX con las guerras carlistas, esta nueva oleada industrializadora posbélica sacudiría de nuevo el País Vasco. El mundo rural sufriría en gran medida los avances de la nueva industrialización. Ya en 1955 la actividad agraria sólo representaba el 12,83 % del Producto Interior Bruto vasco, e iría reduciéndose progresivamente hasta llegar al 8,1 % en 1975. El campo se irá despoblando y el precio del suelo industrial se disparará, por lo que el cultivo de la tierra en una orografía tan poco favorable como la vasca dejará de ser rentable. La ganadería se presentará como una vía de salida ante la ruina económica o la emigración a las ciudades, pero el carácter minifundista de las explotaciones y la competencia exterior hará que tampoco esta actividad resulte rentable.

El contexto socio-político de este periodo será por tanto el de una reindustrialización masiva; llegada de gran número de inmigrantes desde otras regiones de España; luchas obreras cada vez más numerosas una vez superado el primer periodo del terror franquista; ruina de la pequeña burguesía agraria y en menor medida urbana; calculada represión gubernamental de las manifestaciones culturales en vascuence e inactividad del nacionalismo oficial ante todo esto. Por tanto, elementos más que suficientes para que sectores de la pequeña burguesía insatisfecha, siempre presentes activamente en la vida política moderna vasca, empiecen a manifestar síntomas de inquietud que se plasmarán en la creación de un grupo que llevará el significativo nombre de Ekin (Hacer), y que surgirá entre los estudiantes de la elitista universidad jesuita de Deusto en 1952. Este será el núcleo dirigente de lo que más tarde se denominará Euskadi ta Askatasuna (País Vasco y Libertad), organización mucho más conocida por sus siglas: ETA.

(Continuará) (3a parte) [ 1 - 2 - 4 - 5 ]
NOTAS:
1. Señalemos el famoso discurso de F. de Echevarría en Bilbao, en 1926, en nombre de la Liga Vizcaína de Productores, felicitando al nuevo régimen por las directrices económicas adoptadas. Directrices que, dicho sea de paso, ella misma había propuesto al gobierno de Primo de Rivera. 2. El gobierno de Primo de Rivera prohibió la utilización a nivel oficial de cualquier lengua distinta al castellano. No obstante ya desde 1926 todas las lenguas habladas en España estaban legalmente autorizadas para ingresar de pleno derecho en la Academia de la Lengua.

3. En noviembre de 1930 la Comunión Nacionalista y el Partido Nacionalista Vasco vuelven a fusionarse con las siglas de siempre. El nuevo PNV contará con la base social habitual: campesinos, pescadores, obreros de procedencia y habla vasca, clero y pequeña y media burguesía. Su línea política tampoco ofrecerá demasiadas novedades: independentismo nebuloso, ramalazos xenófobos, y sobre todo defensa a ultranza de la propiedad privada y anticomunismo exacerbado. También, y como había sucedido en 1910 con Aberri eta Askatasuna (Patria y Libertad), una parte de la pequeña burguesía intelectual laica y urbana formó Eusko Abertzale Ekintza (Acción Nacionalista Vasca), grupo político del tipo de Acció Catalana que nunca llegaría a eclipsar mínimamente la influencia del PNV.

4. El ambiente insurreccional ya se respiraba en el ambiente, y de nuevo, como siempre había hecho en situaciones semejantes desde los tiempos de Sabino Arana, el PNV clamó contra la gran burguesía reprochándole que: «ni en sus minas ni en sus fábricas dejaron en años y años ni el rastro de una escuela católica; que entregaron minas y fábricas en manos del socialismo (...); que con su egoísmo, su ambición, con su afán inmoderado de riquezas, con el abandono en que tuvieron el cuerpo y el alma de los obreros, hicieran todo, todo, absolutamente todo lo necesario para que los humildes se apartaran de sus creencias (...). ¿Con qué derecho tronais ahora hipócritamente contra los ’extremismos revolucionarios’?» (Euskadi, 22 de septiembre de 1934. Citado por Payne "El nacionalismo vasco, de sus orígenes a ETA", p.201).

5. En 1933, SOV adoptará las siglas STV (Solidaridad de Trabajadores Vascos), sin que este cambio afecte para nada a su línea político y sindical amarillo-blanqueante.

6. No deja de ser significativo que hasta el 18 de septiembre de 1936, el general Mola, jefe del ejército fascista del norte, no disolviese las organizaciones nacionalistas vascas.

7. Prescindiendo de la teatralidad, obligada por razones electorales, el juramento de su cargo por parte de Aguirre, pronunciado en vascuence y castellano, no deja de tener una significación muy especial para valorar la participación del PCE-PSOE en dicho gobierno autónomo. El solemne juramento reza así: «Ante Dios humillado, en pie sobre la tierra vasca, con el recuerdo de los antepasados, bajo el árbol de Guernika, juro cumplir fielmente mi mandato».

8. Líder espiritual de STV.

9. De cualquier modo la posesión de estos planos secretos no haría sino poner aún más de manifiesto para los mandos fascistas la escasa efectividad de unas fortificaciones cuya preparación realizaron ingenieros civiles sin ninguna experiencia militar.

10. La única "ofensiva" del ejército vasco se llevó a cabo en noviembre-diciembre de 1936 contra la capital alavesa, Vitoria, que estaba en manos fascistas. El objetivo inmediato era la toma de Villarreal de Alava, lo cual facilitaría la caída de Vitoria. Desde el punto de vista militar resulta increíble e inconcebible que el ejército vasco, apoyado por unidades asturianas y santanderinas, siendo muy superior en número y armamento, y que contaba además con cobertura aérea, no consiguiese rendir Villareal, defendida por poco más de 600 fascistas y escasa artillería. Desde el punto de vista político, que es el que en definitiva marca la estrategia militar, este hecho se explica por las características mismas de la "ofensiva". Ésta se llevó a cabo para lavar la imagen de inactividad que el gobierno vasco empezaba a suscitar entre las masas. Por otra parte la caída de Vitoria habría supuesto un respiro para Madrid, atacada por Franco, lo cual no era recomendable desde ningún punto de vista, ni para Franco, ni para el PNV ni para el Frente Popular. Todos contaban con una caída rápida de Madrid, pero el proletariado de la capital resistió.

11. Se calcula que alrededor de 200.000 personas huyeron al extranjero desde el País Vasco.

12. «Para los intereses de la industria vizcaína, además de la construcción naval y la construcción de material ferroviario, han de ser en extremo beneficiosos los trabajos que se emprendan de acuerdo con el plan preparado por el Sr. Ministro de Obras Públicas, la construcción de carreteras y puertos, que incluye la construcción de grúas, puentes metálicos, hormigoneras, apisonadoras, herramientas, etc» (Declaraciones de Alfonso Churruca, presidente del Centro industrial de Vizcaya al Diario Vasco. Febrero de 1939. Citado por Lorenzo Espinosa, op. cit. p.48).

13. En abril de 1940 y abril de 1941 Gran Bretaña concedió importantes préstamos a la España franquista.

14. Tras la caída de Bilbao en poder de las tropas fascistas, el régimen de los Conciertos Económicos fue abolido en Vizcaya y Guipúzcoa, como castigo a estas provincias "traidoras" por no secundar el "Alzamiento Nacional", siendo conservado por contra en Alava y Navarra. De cualquier forma esto no tuvo más que una repercusión puramente propagandística, ya que tan radical medida punitiva no influyó para nada en la buena marcha de los negocios y en el desarrollo de la actividad industrial de Vizcaya y Guipúzcoa.

15. Ya en 1940 el general Muñoz Grandes (secretario general de Falange Española Tradicionalista) mostraba inequívocamente las pretensiones del régimen a este respecto: «Hemos de cuidar muy esmeradamente, no sólo de respetar, sino de sostener y fomentar por todos los medios la iniciativa privada como factor principal de la economía». (Conferencia pronunciada en el Instituto de Estudios Políticos. Madrid 1940. Citado por José María Lorenzo Espinosa en "Dictadura y dividendo. El discreto negocio de la burguesía vasca", p.26. Ed. Deusto, 1989). Y José María de Areilza lo expresará de manera mucho más alusiva hacia esos sectores nacionalizadores de Falange: «Sin la iniciativa privada, todo el empeño autárquico, que es en síntesis industrialización creciente, quedaría reducido a una mera elucubración teórica. La iniciativa privada, el empresario, el industrial o el fabricante español, es quien ha de llevar sobre sus hombros el peso de la batalla de la autarquía. Suponer que el Estado vaya a convertirse en fabricante o industrial para suplir las deficiencias privadas, no deja de ser una ingenuidad infantil y, lo que es más grave, un error psicológico hondo» (Directrices de la nueva ordenación económica. 1940. Espinosa, op. cit. p.31).

16. Habría constituido una medida nada inteligente la permanencia en la España de Franco con todas las garantías de aquellos miembros del PNV con responsabilidades políticas. Más tarde, y así sucederá en realidad, tanto el exilio como la cárcel bajo el franquismo, constituirían una buena tarjeta de presentación antifranquista ante las masas.
 
 
 
 
 
 
 
 



EL DESARROLLO MATERIALISTA
DE LA ESCRITURA

Algunos especializadísimos "mass-media" burgueses nos advierten que ya vivimos en "el periodo en el cual el lenguaje está basado en la comunicación visual tecnológicamente avanzada".

Tranquilizados por esta tan preciosa buena noticia telemática, que antes o después veremos en las páginas del televideo, replanteamos a los telecretinos de turno nuestras posiciones de bajo contenido tecnológico pero de alto, y para ellos inalcanzable, nivel dialéctico: el lenguaje no es una forma cultural sino que es un medio de producción y las modalidades y los aspectos con los que se presenta y se desarrolla están en función de la forma de producción a la que pertenecen.

El lenguaje surge solamente de la necesidad, necesidad de relacionarse con otros hombres. El lenguaje en sus formas primero "oral" y luego "escrito" sigue paso a paso el desarrollo de las formas de producción de las sociedades humanas.

En este estudio consideramos los orígenes y el desarrollo de la escritura, el sistema más antiguo inventado para fijar en el tiempo de forma inequívoca un pensamiento, como aspecto más visible de la evolución del lenguaje.

Para retroceder a los orígenes de la escritura debemos, como marxistas, utilizar el canon preciso que reside en el análisis materialista de la historia. Sin este andamiaje no se podría mas que edificar un castillo en el aire.

Además de su fin específico, este trabajo tiene también la función de reafirmar la importancia y la indispensabilidad de la concepción materialista de la historia y de la teoría marxista en su conjunto contra la concepción idealista y voluntarista del intelectual al servicio de la burguesía que considera la voluntad como el motor de los acontecimientos humanos.

No son los grandes nombres los que "hacen" la historia, por el contrario son los grupos humanos socializados en determinadas relaciones de producción, los que producen en su interior hombres y situaciones necesarias para el paso de una forma de producción obsoleta a una mas evolucionada.

El género humano que parte de la primaria forma arcaica e irrepetible del Comunismo Primitivo, llegará inevitablemente, de un modo ni pacífico ni lineal, pasando entre formas intermedias, al Comunismo Superior.

Para clarificar cómo nos moveremos en este estudio nos serviremos de algunas citas básicas extraídas de nuestra historia.

Del "ANTIDÜRING" de F. Engels: "La concepción materialista de la historia parte del principio de que la producción y, junto a la producción el intercambio de sus productos, son la base de todo ordenamiento social; y que, en cada sociedad que se da en la historia, la distribución de los productos, y con ella la articulación de la sociedad en clases o estados, se configura sobre lo que se produce, en el modo cómo se produce y sobre el modo en que se intercambia lo que se produce".

Por tanto, en la lectura histórica del desarrollo de la escritura no deberíamos plantearnos como determinante o esclarecedor para el análisis quien era el rey de aquel grupo humano, cómo actuaban en su intimidad, cuales eran sus usos y costumbres, el desarrollo de las artes, sino cómo producían, cómo distribuían los productos y cuáles eran las divisiones sociales.

Descubriremos al final que determinadas formas de lenguaje corresponden a determinadas formas sociales y económicas y que en consecuencia, habían surgido formas mas elaboradas de escritura manifestándose indispensables para la supervivencia de la forma económica social vigente.

De forma más concisa: "Las épocas económicas se distinguen no por lo que se produce, sino por cómo se produce y con qué medios de trabajo se produce. Los medios de trabajo no sirven sólo para medir los grados de desarrollo de la fuerza de trabajo del hombre, sino que sirven para indicar las relaciones sociales en cuyo ámbito se efectúa el trabajo".

EL CAPITAL 1., Marx. Se nos podrá preguntar ingenuamente qué tiene que ver todo esto con la escritura y más en general con las comunicaciones humanas y con "los mass-media". La respuesta ha sido dada ya de modo inequívoco. El lenguaje es un medio de producción y sus concretizaciones, escritura, aritmética, telecomunicaciones, lenguajes de programación, etc. lo son a título pleno.

La escritura que objetiviza el lenguaje es un instrumento indispensable de trabajo en la misma medida que la azada, el camión o el ordenador. ¿Quién osa negar que hoy sin el conocimiento perfecto del inglés se puedan hacer grandes negocios con alguna posibilidad de éxito?.

El ordenador y el inglés hoy son la "conditio sine qua non" de los negocios con muchos ceros. Un avance en las formas de producción lleva siempre consigo un avance en la escritura. Se puede por lo tanto leer la historia económica y social de un pueblo también mediante el estudio de la evolución del lenguaje y más fácilmente de la escritura.

De "Factores de raza y nación en la teoría marxista". "Tienen expresión fonética común al principio los grupos que tienen, al mismo tiempo, el ámbito de reproducción, los enseres y la capacidad productiva de cuanto es necesario para la vida material en común. Puede decirse que el uso de sonidos para comunicarse entre individuos se empieza a encontrar entre las especies animales. Pero la modulación del sonido que pueden emitir los órganos vocales de animales de una misma especie (herencia puramente fisiológica en la estructura y posibilidad funcional de tales órganos) está muy lejos de la formación de una lengua con una conjunto determinado de vocablos. El vocablo no hace su aparición para designar el sujeto que habla o aquel al que se dirige el discurso, el ejemplar de sexo opuesto o la parte del cuerpo o la luz, la tiniebla, la tierra, el agua, la comida, el peligro. El lenguaje por vocablos nace cuando nace el trabajo valiéndose de utensilios; la producción de objetos de consumo mediante la obra asociada de los hombres (...) No hay por tanto duda alguna en la definición marxista de que el lenguaje es un instrumento de la producción".

En las páginas siguientes se comenta el mito de la Torre de Babel: pueblos con lenguas diversas unidos en la construcción de un proyecto común vieron fracasar miserablemente su objetivo por la imposibilidad de comunicarse de forma eficaz entre ellos. Históricamente el problema ha sido sin duda muy frecuente ya que se encuentra, con las debidas modificaciones según los casos, entre grupos étnicos muy diversos y en lugares lejanos tanto geográfica como históricamente.

Seguimos con nuestro texto: "Toda actividad humana común con fines productivos, en el sentido más amplio, exige para una útil colaboración un sistema de comunicación entre los trabajadores. Partiendo del simple esfuerzo para la caza o para la defensa para lo que bastan los simples estímulos instintivos, el empuje o el aullido animal, hasta el momento en que es necesario elegir el tiempo y lugar de la acción, o el medio (herramientas primitivas, etc.) en una serie amplísima de intentos fallidos y de réplicas, surge la palabra. El procedimiento es el opuesto a la ilusión idealista: un innovador imagina en su cerebro sin haberlo visto jamás el nuevo método ’tecnológico’, lo explica hablando a los otros, y dirige su realización con órdenes. No es la serie pensamiento, palabra, acción sino precisamente la contraria".

La palabra permanece en el tiempo lo que dura su sonido o el recuerdo en la mente humana individual o colectiva en un largo periodo de tiempo. Muy pronto se planteó el problema de fijarla inequívocamente en el tiempo. Por tanto tenemos una larga sucesión que parte del canto coral mnemónico, poesía después y en un estadio más evolucionado el signo y la escritura. Pero no es absolutamente necesario pensar que esto acontece por fines "culturales"; por el contrario esto sucede para regular mejor las condiciones materiales necesarias para la reproducción de la supervivencia. Se cambia la forma aparente pero no se cambia el carácter general: la escritura, lenguaje fijado en el tiempo, es un medio de producción.

Todo cambio de la forma lingüística oral y escrita equivale siempre a un salto productivo. Podemos decir mejor todavía que un modo de producción más evolucionado del precedente necesita para su desarrollo y consolidación una forma de lenguaje más refinada y más correspondiente a las nuevas leyes de la producción.

Han pasado muchos miles de años desde que los hombres primitivos comunicaban a sus semejantes que en determinadas zonas se podía cazar y refugiarse de las fieras dibujando, de manera simple pero eficaz, en las cuevas habitadas usualmente, las escenas de caza que allí tenían lugar, los tipos de animales que allí vivían, con qué armas cazaban, la técnica y la estrategia con que debían afrontarla. Para recordar mejor pero sobre todo para comunicarlo a cuantos llegan a aquella zona en busca de alimento durante las épocas de nomadismo o de los lejanos acosamientos de la selva, encontraron muy práctico "pintar" su experiencia sobre las rocas.

Además aquellas pinturas eran verdaderos y auténticos Manuales Ilustrados para la Supervivencia, o si se prefiere mejor los primeros fascículos de la Enciclopedia de la Ciencia y de la Técnica, al estilo de las hojas de instrucciones ilustradas de los objetos que hoy compramos: desde la simple cafetera al más "automatizado" electrodoméstico en uso entre la gente común.

Si observamos aquellas pinturas rupestres podremos leer muy fácilmente diversas informaciones elementales pero completas. Son textos de historia simples de personas muy simples. La interpretación de los estudiosos de la historia y del arte de las ilustrísimas academias del Estado del hecho de que los cazadores en el "tiempo libre" se transformaban en pintores y decoraban, incluso con fines mágicos, las oscuras cavernas con cuadros decorativos del tipo "Escenas de caza en la Baja Baviera" en el año 8.000 a.c. aproximadamente o el cuadrito votivo-propiciatorio de un arquetipo de San Jorge que mata al dragón, es para nosotros marxistas motivo de una triste sonrisa. La experiencia colectiva, el know how de la caza se ha fijado con pocos trazos de humo sobre las paredes de cavernas para siempre y ciertamente también las pretendidas decoraciones sobre la cerámica encontrada y sus pocas manufacturas que han resistido al tiempo son vistas no como un sistema para adornar un objeto tosco y sin dignidad, por el contrario se deben entender como los primeros intentos de un lenguaje vagamente codificado. Muy probablemente indican el lugar donde ha sido hecho, quién ha trabajado en su realización, por quién era usado o quién lo tenía en custodia, qué debía contener, quién era el jefe de la pequeña comunidad...

Ciertamente será casi imposible retroceder hasta el código de lectura de estos simples signos, pero solo moviéndose con este criterio se podrá saber más, y de un modo más preciso, de nuestro pasado.

Seguiremos ahora la evolución de estos simples signos hasta la comunicación de nuestros días utilizando el método marxista en el análisis de la historia.

Es evidente que interpretaciones idealistas del tipo de la expuesta a continuación no tienen para nosotros ningún valor. "El problema llega a ser mas complicado todavía si se tienen que expresar los tiempos, los modos, las personas de los verbos, los artículos, las preposiciones, los adjetivos, etc. Es decir, todas aquellas palabras que no pueden ser expresadas ni con dibujos, ni con pictogramas, ideogramas o símbolos. La historia de la escritura es así en particular la historia de los trazos imaginados por varios pueblos para resolver este difícil problema, so pena de la imposibilidad de expresar toda la riqueza del pensamiento humano". De Historia de la escritura, G. B. Poggio.

Aquí está la serie idealista: pensamiento-palabra-acción para "expresar toda la riqueza del pensamiento humano", contra la nuestra que es exactamente la opuesta, antes ilustrada y surgida de la necesidad de la supervivencia: El individuo común, y también el que es fuera de serie, está sujeto a la ley determinista y ligado a la "Necesidad": no sólo el no hace lo que quiere, sino que no sabe lo que hace" (de Comunismo y conocimiento humano).
 

EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA

El vocabulario de nuestros antepasados más viejos se enriquece cada vez con más términos conforme se desarrolla el modo de producción que necesitan.

Es un desarrollo lento y enrevesado determinado principalmente por las difíciles condiciones materiales en las que se desarrolla la vida. Condiciones ambientales y climáticas estáticas o cíclicas que no presentan grandes cambios favorecen la permanencia de cuanto se ha adquirido y no producen ocasiones de grandes renovaciones. Por el contrario grandes cambios o condiciones generales de vida cambiantes obligan a los grupos humanos a realizar nuevas adaptaciones y por tanto a dotarse de nuevos instrumentos a menudo por inventar, y a abandonar aquello de lo que no tienen ya necesidad. También por este motivo civilizaciones relegadas en una especie de paraísos terrestres donde no cambia jamás nada, y las condiciones materiales de la reproducción de vida son fáciles, han mantenido inalterados por milenios los hábitos de vida casi hasta nuestros días.

En la fase más antigua, relativa a una economía de simple recolección de alimentos y de caza colectiva el lenguaje está fijado en el tiempo de modo simple y directo mediante la pintura entendida como escritura.

El conjunto del mensaje está dotado del inmediato e inconfundible reconocimiento de lo que está representado: a un hombre se lo reconoce fácilmente como también a un animal de cuatro patas con los cuernos y una flecha al lado es un signo indudable. Las relaciones entre las partes de la escena son proporcionadas por el estudio de las relaciones de tamaño y de lugar entre los signos. Dos figuras humanas, una mucho más grande que la otra nos hacen comprender que se trata de un hombre con un niño y ciertamente se trata de padre e hijo, mientras una figura humana arrodillada frente a un guerrero con escudo y lanza representa claramente el signo de rendición de un nuevo prisionero a un vencedor. Y así todo.

Los objetos y las personas pintadas se representan solamente a si mismas: un ciervo representa un ciervo y nada más que eso.

Estamos frente a una fase, la del PICTOGRAMA, muy simple, signo de una economía muy simple y comprensible a través de un inmediato proceso de identificación. Cada signo representa un objeto, o una situación material y bien tangible conocida por todos. El mensaje relativo a las relaciones no materiales viene dado por la comprensión o mejor por el reconocimiento de la escena en su conjunto, mientras que conceptos "abstractos" verdaderos no existen y pueden ser expresados sólo los que se pueden representar mediante situaciones concretas.

El hecho de tener en épocas y localidades diversas el mismo sistema de escritura pictográfica no nos debe sorprender, ya que esto indica solamente que en épocas diversas y simultáneamente vivían civilizaciones con el mismo nivel de desarrollo.

La evolución del género humano no se entiende ya desde hace tiempo como una única descendencia de un único y gigantesco árbol genealógico donde los grupos humanos están en sucesión directa entre ellos, sino como una red, una malla nada regular, cuyos trazos se entrecruzan, se quiebran y se reanudan continuamente produciendo en su conjunto un avance general de la población terrestre donde algunos grupos, mejor dicho economías, son más avanzados mientras que otros, no empujados por la necesidad duermen el sueño encantado de Blancanieves. Lástima que aquellas poblaciones que todavía dormitaban no encuentren nunca de improviso un príncipe azul montado sobre un caballo blanco, sino tristes individuos forjados con la doble armadura de la opresión y la explotación.

Es importante repetir que si algunos grupos humanos no desarrollaron su sistema de escritura más allá de estos niveles mínimos esto no indica, efectivamente, que se trate de poblaciones toscas y poco dedicadas al razonamiento abstracto, sino que indica solamente que su sistema de reproducción no se desarrolló jamás más allá del nivel mínimo y muchos pueblos han desaparecido en este estadio porque no fueron jamás empujados a desarrollarse.

Hoy los Indios de América del Norte, de la epopeya del Far-West, son considerados con simpatía y afecto, si bien su estadio de desarrollo, aunque distinto y relevante entre tribus, no se desarrolló desde la más simple fase del estado salvaje hasta la total desaparición o forzosa absorción en el capitalismo moderno. En efecto, la escritura de los Indios de las grandes praderas toma una forma de pictograma ligeramente evolucionado. Muy distinto fue en cambio el curso seguido por las tribus de la costa occidental que entraron en contacto con los europeos mucho antes.

Con el fin de aclarar mejor las definiciones de las épocas histórico-económicas que poco a poco van presentándose, por lo que respecta a la forma primaria de producción dada en el Comunismo Primitivo, resumimos brevemente algunos conceptos básicos del texto de F. Engels: Orígenes de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado. Capítulo 1: Estadios prehistóricos de la civilización.

"El estado salvaje es el periodo en el que prevalece la apropiación de productos naturales recolectados in situ; los productos del arte humano constan predominantemente de instrumentos auxiliares para esta apropiación.
Dividido en estadio inferior, medio y superior describe desde el descenso de los hombres de los árboles hasta la introducción del arco, de la flecha, del uso del fuego, pero no del arte alfarero que señalaría el paso a la Barbarie. Este es el periodo de la consecución de la domesticación de los animales, de la agricultura, del aprendizaje de métodos para la producción de productos naturales, incrementada por la actividad humana.
Este periodo se divide posteriormente en tres estadios: el Inferior comienza con la introducción de la cerámica, la domesticación de los animales, y el cultivo de las plantas. En el estadio Intermedio se inicia en Oriente la cría masiva de animales, en Occidente el cultivo de plantas alimenticias por medio de la irrigación y el uso de ladrillos secados al sol. En el tercer estadio, el Superior, comienza la fusión de los metales de hierro y se cumple el paso a la civilización con la invención de la escritura alfabética y con su uso para transcripciones literarias. A este estadio pertenecen los Griegos de la época heroica, las tribus itálicas un poco antes de la fundación de Roma, los Alemanes de los que habla Tácito, los Normandos de la época de los Vikingos. Este estadio que sólo en el Hemisferio oriental fue recorrido de manera autónoma, por lo que respecta al progreso de la producción fue más rico que todos los precedentes juntos. Los poemas homéricos de la Iliada y de la Odisea son las muestras más avanzadas de aquel periodo.
De la Barbarie se pasa a la Civilización con el aprendizaje y ulterior elaboración de productos naturales, de la industria y del arte propiamente dicho; además se introduce el dinero metálico, la formación de la clase de los comerciantes, la propiedad privada de la tierra y el trabajo de los esclavos como forma de producción dominante".

Ahora se puede ver bien el lazo existente entre el paso de un estadio a otro y los grandes cambios aportados en la producción que determinaron los cambios en las formas de comunicación entre los hombres.

Tras este importante paréntesis podemos volver al desarrollo de las formas de escritura para lo cual nuestras pinturas rupestres asumen ahora un significado más claro porque estamos, con los pictogramas, frente al embrión de la escritura alfabética; ellos representan el punto de partida típica del periodo Superior del Estado Salvaje.

Caza colectiva, arcos y flechas, troncos ahuecados con fuego o papiros entrelazados para la pesca con rudimentarios anzuelos son los pictogramas más recurrentes de esta "literatura".

En un estadio posterior, cambiadas las condiciones materiales, la pintura no basta ya para establecer un lenguaje más rico y más articulado ya que ahora se hace necesario comunicar un número de situaciones nuevas y distintas a la caza y la pesca.

Con el mismo principio de la representación inmediata se diseñan las primeras manufacturas o las partes de un conjunto más complejo que los precedentes, o bien conceptos más articulados. Se forman por consiguiente tantos símbolos gráficos como objetos conocidos, transformándolos en trazos cada vez más reducidos, esenciales hasta conseguir un signo convencional aceptado y reconocido por todos.

Estamos por tanto frente al nacimiento de los primeros IDEOGRAMAS que constituyen un gran avance ya que lentamente el signo gráfico se reduce mientras se amplía cada vez más su significado o bien el mismo signo comprende más situaciones que tienen entre sí alguna afinidad.

Por ejemplo, en una pintura rupestre, un ciervo representa exclusivamente un ejemplar de cierto animal con cuernos que para ser útil a la alimentación debía cazarse. Ahora, por el contrario, una V ramificada no sólo significa un ciervo, sino que el mismo signo indica el alimento de origen animal, y puesto que no estaba domesticado, también representa la acción de la caza.

Es evidente que ya no es suficiente un simple proceso de identificación inmediata pues es necesario un proceso de abstracción, que aunque sea mínimo, es ya absolutamente indispensable.

La ampliación gráfica sigue siendo todavía cuantitativa y está estrechamente ligada a la cantidad de cosas conocidas y en conjunto se trata todavía de una escritura estática porque aún no es posible representar relaciones de movimiento, ideas abstractas, etc.

Veremos a continuación cómo evolucionará la escritura en la representación de los sonidos.

En las tipologías más simples de los ideogramas se utiliza aún la forma pictográfica para definir el significado, para dar una comprensión más clara: el animal totémico indica la tribu o la región geográfica, - ¡todavía en un "pasado reciente" los escudos de las ciudades y los blasones nobiliarios utilizan signos totémicos, para significar la fuerza y la radicación de esta modalidad de expresión! - o incluso la acción, está representada por el pictograma instintivamente correspondiente; por ejemplo el concepto de "ir hacia un lugar" se expresa con las huellas de los pies de las figuras humanas, y el lugar de destino por el escudo, por el símbolo asociado.

Se trata por tanto de un Mecanismo estático de representación, como se dijo en la exposición precedente; pero, como se nos había dicho, para explicar el modo en que la escritura se ha desarrollado en la representación de los sonidos, describiremos este proceso tomando las líneas iniciales de algunas estructuras fonéticas y gráficas del antiguo Egipto. Consideramos para ejemplificar dos signos; el rombo y el rectángulo con el lado de la base abierto. El primero indica, mediante una forma estilizada, una boca, que es una parte muy precisa de la cara que quiere también indicar el uso que tiene: el habla.

Análogamente el otro signo recuerda, visto desde arriba un refugio, un recinto, una casa, tanto natural como construido, como en el sentido más extenso de morada o protección.

Retomando la esquematización de Engels, ya presentada, podemos unir el paso de la forma mixta del pictograma a la del ideograma, con una cierta seguridad, con el paso del Estadio Superior del Estado Salvaje al Inferior de la Barbarie, que introdujo como determinante el uso de un proceso lógico de abstracción para reconstruir el mensaje.

Estamos por lo tanto ante un desarrollo cuantitatívamente limitado: a cada objeto o parte del mismo le corresponde un signo más o menos estilizado y se forman así conjuntos de ideogramas ligados directamente a la cantidad de cosas, personas y acciones conocidas en el interior de la comunidad. En este caso un desarrollo cuantitativo mayor de un vocabulario ilustrado semejante indica directamente el desarrollo cuantitativo del conocimiento colectivo.

En el caso tomado en cuestión de los egipcios tenemos un conjunto, entre pictogramas e ideogramas, de unos 3.000 signos.

Pero este sistema, aun siendo muy simple en apariencia, tenía grandes límites precisamente en su propia amplitud que imponía un gran esfuerzo para recordar exactamente el signo, las partes determinantes del mismo y las eventuales variantes aportadas a cada ideograma.

Además dilatando cada vez más el significado de los signos era muy fácil provocar confusión para la comprensión del mensaje en su conjunto y por esto se hizo necesario finalmente introducir signos que servían exclusivamente para encuadrar el discurso en términos generales a fin de evitar interpretaciones erradas, poniendo así las bases para la constitución de signos "determinativos" que debían facilitar la comprensión del ideograma en su conjunto.

Damos un ejemplo: Libia era para los egipcios en aquel período una tierra extranjera habitada por cazadores armados con boomerang y por esto encontraban absolutamente natural usar un símbolo de forma oval que indicaba precisamente una isla o una tierra extranjera asociado a otro que indica el bastón para lanzar. Pero para especificar que se trataba del país TEHENU, como ellos llamaban a Libia, mísero incluso el signo que lo representaba, un pequeño vaso, que indicado con el sonido NU debía por asonancia reclamar el nombre de TEHENU.

Con el paso del tiempo y el desarrollo hacia la civilización se imponía un sistema más simplificado y sobre todo más rápido. Por otra parte la expansión de las relaciones humanas por toda la tierra, especialmente a través del comercio y los viajes de las caravanas a tierras lejanas, las expediciones militares con el fin de rapiñar las riquezas, alimentos y esclavos, pusieron las bases para la constitución de un sistema más adecuado para fijar la palabra en el tiempo. Naturalmente la palabra era la del más fuerte, la del vencedor que, llega a ser vinculante para los sometidos y por consiguiente se tenía que inventar también la palabra ley con un símbolo claro incluso para el más ignorante de los súbditos.

Durante estos intentos sucedió que objetos muy distintos entre ellos tuvieron sin embargo en común parte del mismo sonido o que incluso el mismo sonido podía indicar cosas diferentes.

Por ejemplo, volviendo al egipcio antiguo, el signo que antes indicaba una "casa" se convierte también en el signo para indicar no un refugio sino el sonido que lo identifica; en el caso de la fonética italiana "CASA" es muy similar al sonido "COSA" y "CASO". Estas tres palabras tienen en común los sonidos c-s y por tanto aquel signo ha cumplido una profunda transformación de significado.

Desde este momento se convierte en un FONOGRAMA, es decir un sonido muy preciso, elemental y fácilmente componible con otros sonidos, diseñado con el ideograma más conocido y más fácil.

El cambio es cualitativamente enorme y significa un avance efectivo hacia la formación de los futuros alfabetos fonéticos que representan solamente los sonidos duros de las consonantes como el antiguo fenicio, el árabe y el hebreo.

El ideograma egipcio hoy se ha convertido en el fonograma de sonido y el signo que indica sólo la boca leído como pictograma, si es ideograma asume un significado más amplio, como sonrisa o hablar, mientras como fonograma representa exclusivamente el sonido R.

De este modo, combinando sonidos elementales, se pueden disminuir las posibilidades de confusión pero sobre todo se pueden combinar series infinitas de sonidos para indicar series infinitas de palabras.

Se llegó así, siempre en el ejemplo de Egipto, a seleccionar una treintena de signos que indicaban una sola consonante y una docena para indicar los grupos de dos o tres sonidos, pero sobre todo fueron introducidos algunos signos determinativos que no se leían sino que servían exclusivamente para encuadrar o reforzar el contexto del mensaje.

El "signo de casa" es ya conocido como el indicador del sonido P-R. También el "signo hablar" sabemos que indica el sonido R. Sin embargo, este signo (¶) no se refiere a ningún sonido en cuanto que es un "determinativo" que inequívocamente se refiere a una situación de movimiento, andar o caminar.

En efecto, el conjunto de los tres fonogramas es la representación del verbo SALIR que en egipcio todavía hoy se pronuncia "PERY" que contiene como sonidos consonantes solo P-R y que puede ser escrito utilizando el signo (casa) reforzado con (ablar) y encuadrado con (¶).

Todo esto nos dice que los egipcios de entonces habían alcanzado un nivel superior en la organización productiva y social, al nivel de las otras civilizaciones que, aunque con una grafía diversa, alcanzaron el mismo objetivo un poco más al Este hacia el Tigris y el Eufrates.

El camino para la adopción del alfabeto del tipo que usamos nosotros está trazado pero para llegar a él era necesaria una condición muy particular: el encuentro de pueblos muy distintos entre sí fonética y gráficamente, empujados por las exigencias del comercio y de la conquista.

Cada una de las civilizaciones que se ha desarrollado a nivel superior ha cumplido este paso de modo autónomo y original llegando al mismo resultado práctico del fonograma pero con sistema cuneiforme, así como unos mismos objetivos indicados con sonidos que han cambiado dando origen, con el tiempo, a lenguas diversas.

El abandono definitivo de la representación de la forma gráfica de un objeto por la introducción de un rápido trazado para indicar un sonido elemental y componible tuvo lugar en la natural e intermedia zona de encuentro para intercambios, no siempre pacíficos, entre las grandes civilizaciones de la época: Egipcios, Hititas, Asirios y Babilonios, hacia la mitad del II milenio a.c. en torno a aquella zona hoy llamada Líbano.

La necesidad de regular bien los intercambios obligó a estos pueblos a inventar un método para contar rápido y preciso. Naturalmente tales intercambios eran preferentemente de naturaleza económica y debían establecer los traspasos de riqueza más que favorecer la difusión del "pensamiento". Enriquecimiento sí, pero no cultural, es en síntesis la expresión de esta necesidad.

Ya que ninguna civilización de entonces consiguió dominar de forma estable a los otros, impidiéndoles luego resurgir, pudiendo así importar el propio sistema de escritura, se determinó la condición para la formación ex-novo de un sistema original y jamás visto antes pero que contenía de forma razonada todas las destrezas introducidas por las escrituras de origen.

Fueron precisamente los Fenicios, mercaderes y viajantes los que sintetizaron en 22 signos, elaborados con los existentes de varios alfabetos, un eficacísimo método de escritura para representar otros tantos sonidos elementales y componibles de su lengua.

Este sistema, aunque representaba solo sonidos consonantes, se expandió con los viajes marítimos de los Fenicios y todas las civilizaciones en contacto con estos navegantes-mercaderes se dotaron de un alfabeto derivado de este, introduciendo sin embargo, las transformaciones debidas ocasionadas por la presencia de los sonidos distintos de la lengua semítica de los Fenicios.

Tenemos por consiguiente alfabetos fonéticos distintos entre sí desde el punto de vista gráfico aun siendo derivados del mismo tronco.

En este punto, sin embargo, el proceso de abstracción necesario para la comprensión del mensaje ha alcanzado el nivel máximo ya que el trazo no representa más que algo perteneciente a la realidad tangible pero representa partículas de sonido elementales y componibles, signo este también del aumento de la capacidad cerebral del género humano considerado en su conjunto.

Los diferentes sonidos de la lengua griega, por otro lado con mucha diversidad entre regiones, impulsaron a los griegos a introducir signos diversos y de manera particular algunos para representar las vocales indispensables para evitar confusiones ulteriores. Además se encontró más práctico, antes o después todos estuvieron de acuerdo, escribir de izquierda a derecha y de arriba abajo por lo que muchos signos fueron simplemente tumbados y continuaron representando el mismo sonido.

Los griegos en su expansión llevaron su alfabeto también a Italia, donde se adaptó con los derivados del fenicio usados por las poblaciones itálicas y formó un sistema que respondía a la fonética local.

Correspondió luego a los descendientes de Romulo y Remo, mediante el vasto imperio realizado, la tarea de uniformar en un código único, que llega hasta nosotros con modificaciones mínimas, todos los alfabetos presentes.

Como siempre la solución mejor es la palabra del más fuerte, así hoy el inglés, lengua de los actuales dueños del mundo, es la más hablada fuera de los confines nacionales y naturalmente es considerada la más funcional.

Para confirmar cuanto se ha expuesto, y casi como una curiosidad, seguiremos el desarrollo de la representación del sonido R.

Como ya hemos visto, el pictograma egipcio en forma de labios representaba la boca que se pronunciaba RA. Este dio vida a un ideograma más estilizado, una forma de rombo con un significado más amplio. El signo gráfico es muy simple y rápido para seguirlo, nada de extraño por tanto si fue adoptado como fonograma para representar el sonido R.

A continuación para evitar equívocos entre los distintos sonidos R obtenibles con diversas posturas del aparato vocal, pero especialmente para identificar un determinado sonido R, se añade una barrita al signo modificándolo.

Los Fenicios retomaron la cuestión y variaron poco la representación del mismo sonido.

Griegos y Etruscos no encontraron nada mejor que esta P invertida, mientras los Oscos que habitaban la actual Campania, para indicar los sonidos particulares de su lengua modificaron las escrituras conocidas en aquel tiempo y atribuyeron, a través de cambios e inversión de símbolos, al sonido R la P invertida de los Fenicios, añadiéndoles sin embargo una barrita oblicua diseñando así la R invertida.

Los latinos después, escribiendo definitivamente de izquierda a derecha, nos consignaron la representación actual del sonido R.

En síntesis tenemos esta sucesión: Egipcios - Fenicios -Griegos -Oscos - Latinos.

En esta sucesión se condensa un proceso de perfeccionamiento de no pocos siglos de duración que parte de la representación del objeto para llegar a la representación del sonido, no obstante han pasado casi 30 siglos desde que se consolidó como forma predominante el alfabeto fonético, las otras expresiones, Pictograma, Ideograma no han sido suprimidas del todo, por el contrario forman parte integrante del sistema complejo de relación entre los hombres existente todavía hoy, y por lo demás no fueron jamás abandonadas totalmente, incluso hoy la comunicación de un pensamiento a través de la visión general de una escena preferentemente ilustrada es la base de toda la publicidad actual, que considera como determinante para el éxito de una campaña una relación perfecta entre imagen y palabra. Veremos por consiguiente Ideogramas, Neologismos y Pictogramas sabiamente dosificados para afirmar el concepto principal existente para el capitalismo: CÓMPRAME.
 
 
 
 
 
 
 
 
 



LA CLASE OBRERA EN COREA
SOBRE EL CAMINO ESTABLECIDO
POR EL CAPITAL, SU CRISIS Y LA REVOLUCIÓN

El desarrollo de la economía surcoreana se ha concentrado en los decenios que siguieron a la guerras, la cual entre 1950 y 1953 provocó 2 millones de muertos en una población de 30 millones de habitantes, e inmensas pérdidas materiales tanto en el norte como en el sur. El sur agrícola se ha desarrollado bajo la supervisión americana, y posteriormente japonesa, del modo brutal que distingue al capitalismo joven: acumulación del capital basada en la explotación sin cortapisas de la mano de obra, severas limitaciones a la actividad sindical (que no ha impedido el estallido de durísimos conflictos sociales), una férrea dictadura militar. Tras años de terrible explotación, con horarios de trabajo que llegaban hasta las 70 horas semanales y salarios de hambre, el proletariado coreano, gracias a unas formidables revueltas clasistas, ha conseguido imponer una cierta mejoría en sus condiciones de vida y de trabajo. Pero si el nivel de vida es más soportable, las diferencias entre las rentas se han ampliado, determinando un relativo empobrecimiento de las clases más débiles. En 1970 el 20% con mejor nivel de vida acaparaba el 42% del PIB (Producto Interior Bruto), pero en 1994 disponía del 46% de una tarta mucho más grande.

Por otra parte las condiciones de vida medias del proletariado coreano son todavía peores que las de los trabajadores de los mayores países capitalistas: el salario mínimo por 8 horas de trabajo durante 24 días es de unas 70.000 pesetas y sólo desde 1995 se ha introducido el subsidio de desempleo (el 70% del último salario durante tres meses), del cual, teóricamente, se pueden beneficiar todos los trabajadores; pero un sindicalista comentaba: "El seguro de desempleo ha sido introducido hace un año y es un fondo de seguros privado, si bien está gestionado por el gobierno: el trabajador que cotiza tiene derecho a él, pero para llegar al subsidio de desempleo es necesario haber cotizado durante diez años. En los países europeos existen sistemas de solidaridad social. Aquí la única solidaridad es la familia". Si es cierto que la estructura productiva de Corea del Sur se caracteriza por los grandes gigantes de la industria, los así llamados ’kaebols’, los asalariados empleados en industrias con más de mil obreros son unos 800.000, mientras que 3,5 millones trabajan en la pequeña y mediana empresa con menos de 100 obreros (y entre estos 2,4 millones en industrias con menos de 50 trabajadores).

La crisis internacional del capital también golpea a las jóvenes economías asiáticas y Corea del Sur, el ’dragón’, la undécima potencia industrial del mundo, no ha conseguido mantenerse al margen de la borrasca. En 1995 se estima que el balance comercial acusó un déficit de unos 23.000 millones de dólares, el doble de 1995. Los grandes grupos industriales, como Sansung, Hyundai, Daewoo, se han visto afectados por la caída de los precios de los componentes electrónicos, pero han sido las industrias secundarias las que han sufrido mayores consecuencias. Las quiebras en las pequeñas empresas se han multiplicado.

La adhesión de Corea del Sur a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los mayores países industrializados, adhesión que trae consigo la aceptación de ciertas normativas, significa sobre todo una incorporación plena al mercado mundial y esto impone al Capital la aseguración de todas las condiciones para continuar siendo competitivo. Naturalmente se señala con el dedo a los trabajadores, ’demasiado bien’ retribuidos en comparación con sus homólogos chinos o vietnamitas, o incluso de Corea del Norte, y habituados a tener un puesto de trabajo fijo.

Según una costumbre tradicional del país, ha sido el gobierno, instrumento abierto de la patronal, quien se ha hecho cargo de esta exigencia, justificándola con la necesidad de adecuar la legislación a los estandares reclamados por la adhesión a la OCDE. Tras reunirse secretamente antes del amanecer, de forma que quedasen al margen los partidos de la oposición, los 155 diputados del partido en el gobierno ’Nueva Corea’ aprobaron en seis minutos 11 leyes. Entre ellas, dos referentes al trabajo que preven la posibilidad de despidos económicos masivos y para llevar a cabo ajustes estructurales y aumentar la productividad de las empresas; prohíben a quien pierda el puesto de trabajo que se adhiera al sindicato; prohíben a las empresas retribuir a los trabajadores durante las huelgas; permiten utilizar personal temporal para sustituir a los trabajadores en huelga; introducen una ulterior flexibilidad del horario de trabajo que oficialmente es de 44 horas semanales (con la nueva ley la empresa puede concentrar las horas de trabajo en ciertos períodos, hasta un máximo de 56 horas semanales, para respetar de esta forma la media de 44 horas). También se prevé la libertad de organización sindical, que es una de las cláusulas de adhesión a la OCDE, pero sólo a partir del año 2002, mientras que el sindicato ilegal KCTU será reconocido después del año 2.000; se remacha la prohibición de formar sindicatos a los empleados públicos y en particular a los maestros.

Otra disposición afecta a la reforma de los servicios secretos que ven ampliados sus poderes de control y represión.
 

LOS SINDICATOS

En Corea del Sur existen dos confederaciones de trabajadores y cada una de ellas agrupa a muchísimos sindicatos, estando prohibida por la ley la negociación colectiva por categorías a escala nacional (que todavía existe en Italia o Francia, por ejemplo); no existen sindicatos de categoría sino un sindicato en cada centro de trabajo. El sindicato oficial KFTU fue creado, como sindicato estatal, en los años 50 y parece que cuenta con 1.200.000 afiliados. Podría parangonarse a las Confederaciones fascistas, pues los Estados Unidos habían aprendido del fascismo y del nazismo la utilidad de los sindicatos estatales para encerrar y controlar a la clase obrera y, tras la guerra, los han impuesto en todos los países ocupados por ellos. Lo mismo ha hecho Rusia en los países bajo su control.

Existe además un sindicato ilegal, que ha aparecido hace poco más de un año, en otoño de 1995. La KCTU no está reconocida por el Ministerio de Trabajo, pero sí pueden serlo a nivel individual los sindicatos adheridos a ella. Las leyes coreanas actualmente no admiten más de una organización sindical en un centro de trabajo o en una categoría profesional, y por lo tanto no pueden ser reconocidas nuevas organizaciones sindicales porque en la mayor parte de los casos ya existe el sindicato estatal.

La KCTU "ha recogido y asimilado la experiencia de la multitud de sindicatos independientes de trabajadores nacidas después de 1987, cuando se inició un proceso de democratización impuesto en gran parte por las protestas obreras y estudiantiles: en tres meses nacieron cuatro mil sindicatos independientes que denunciaban entre otras cosas a la cúpula del sindicato oficial" (Il Manifesto, 16 de enero). Se calcula que organiza a unos 500.000 trabajadores y está presente sobre todo en los sectores del automóvil, los astilleros y la industria del metal.

La sindicalización alcanza el 80% en la gran industria y el 12% en la mediana y pequeña. La reacción a las últimas leyes antisindicales ha venido naturalmente de la KCTU; sus dirigentes por ahora se han mostrado inflexibles: antes de iniciar cualquier negociación el gobierno debía retirar las leyes ’ilegítimas’. El secretario general del sindicato ilegal, Kuon Young-Kil, no parece hacerse muchas ilusiones con el presunto régimen ’democrático’ coreano: "Han sido arrestados más trabajadores durante la presidencia de Kim Young-Sam que antes; con su gobierno hemos visto políticas y prácticas abiertamente antiobreras; se acredita como jefe de un gobierno civil y democrático pero sólo es la fachada", ha declarado a los periodistas. Él mismo ha sido encarcelado varias veces debido a su actividad en el sindicato y sobre todos los dirigentes de la huelga recae la acusación de huelga ilegal, además de la siempre utilizable, de ser agentes de Corea del Norte. El sindicato KCTU es tolerado por las autoridades porque constituye una fuerza real, y mantiene incluso sus sedes abiertas públicamente, pero en cualquier momento sus actividades pueden ser consideradas criminales y sus militantes encarcelados.
 

LA HUELGA

El día después de Navidad los trabajadores coreanos comenzaron a llevar a cabo una serie de amplias movilizaciones que implicaron a todos los sectores en huelga, asambleas y muestras de protesta; durante cuatro días se pusieron en huelga unos 380.000 trabajadores, y después, al comenzar el nuevo año cada día se pusieron en huelga entre 150 y 200.000, movilizados por la KCTU.

La KCTU ha regulado en este periodo la intensidad de las huelgas, movilizando alrededor de 200.000 trabajadores diarios; los obreros de la gran industria, automóvil, astilleros, paran en su actividad y realizan paros breves: "No se trata de una huelga a toda máquina porque estamos preparados para una lucha de larga duración, es necesario bajar la temperatura, regular y después reemprender y mantener", ha explicado el responsable internacional del sindicato Yoo-Youngmo.

La noche del 14 de enero tuvo lugar el ultimátum dado por la KCTU al gobierno para retirar las leyes antiobreras.

Los días 14 y 15 incluso la KFTU, el sindicato estatal, ha llamado a la huelga a parte de sus adherentes, sobre todo del sector público, dejando no obstante en actividad a los sectores considerados ’esenciales’ para ’evitar una parálisis nacional’ (precisamente como las ’squadre comandate’ de los sindicatos italianos); estaba previsto que fuesen a la huelga unos 700.000 trabajadores: metro, taxi, autobús, empleados públicos, sanidad y por primera vez hasta la banca. El 14 de enero pararon 420.000 trabajadores, además de los 40.000 del automóvil y de los astilleros de Uslam, la ciudad de Hyundai, junto a la enseñanza, sanidad, trabajadores de los servicios electrónicos, empleados e incluso trabajadores de banca. Pero los bancos no cerraron y también el metro y los autobuses siguieron funcionando sin necesidad de la intervención de personal técnico del ejército ya predispuesto para sustituir a los huelguistas. Bastaron los grupos dirigidos por el sindicato estatal y los chóferes que no secundaron la huelga.

El día 15 deberían haber parado las telecomunicaciones, los periódicos, los camioneros, y nuevamente los empleados y maestros, unas 500.000 personas, pero parece que la huelga no progresaba. "En Seul los transportes en la práctica no se han visto afectados (sólo se han adherido 7 de los 88 sindicatos de los autobuses) y el metro que transporta cotidianamente a cerca de 4 millones de personas ha funcionado normalmente (...) En Pusan por el contrario, que es un puerto grande del sur de la península y la segunda ciudad del país, la orden de huelga parece haber tenido más incidencia: 10.000 taxistas y 25 sindicatos del autobús se han adherido. Los portuarios se han unido al movimiento que ha perturbado gravemente la vida de esta ciudad considerada como el ’feudo’ del presidente Kim Young-Sam" (Le Monde, 16 de enero).

En Ulsam la lucha ha alcanzado momentos de fortísima tensión; en los días pasados un obrero se pegó fuego delante de las instalaciones de Hyundai Motors mientras la policía atacaba a los obreros en huelga y la empresa decretaba cierre patronal; el día 15 en los astilleros grupos de esquiroles con ayuda de excavadoras lograron pasar por en medio de los piquetes de huelguistas que respondieron con insultos y lanzando bolsas de pintura, pero se consiguió romper la huelga. En 1989 los trabajadores de esta ciudad llevaron a cabo una huelga de 109 días, enfrentándose duramente con los efectivos antidisturbios de la policía; En los choques callejeros para defender la ocupación de los astilleros, los núcleos más duros de los obreros habían sembrado el pánico entre los policías haciendo rodar contra ellos bidones de petróleo ardiendo y arrojándoles una lluvia de tuercas y tornillos" (La Reppublica, 16 de enero).

El cuartel general de la protesta se estableció en una tienda delante de la catedral católica de Seul. Centenares de obreros, armados de trancas la defendían físicamente de ataques por sorpresa de la policía; sobre la cabeza de los siete sindicalistas que dirigieron la huelga pendía desde hacía ya tiempo una orden de detención por "obstaculizar el desarrollo de las actividades productivas", "violación de la ley de reunión" y, para algunos, "violencia pública", delitos castigados con tres años de prisión y trabajos forzados. Al rechazar los sindicalistas la comparecencia ante un tribunal, el 11 de enero un nutrido grupo de policías intentó proceder a su detención lo cual fue impedido por los piquetes obreros y a continuación la policía renunció momentáneamente a arrestarlos para evitar echar más leña al fuego; la KCTU denunció desde el principio que desde el comienzo de esta lucha fueron arrestados algunas decenas de sindicalistas y reclamó su liberación. El 16 de enero fueron detenidos cuatro dirigentes sindicales en Mokpo, en el sureste del país en la empresa Halla Enginering and Heavy Industries.

La participación en la huelga, por debajo de las previsiones, puede explicarse según los sindicalistas de la KCTU por el miedo de los trabajadores a ser despedidos y además por el hecho de que la propaganda gubernamental ha tendido a identificar a los sindicalistas como "agentes provocadores de Corea del Norte".
 

LA ACTITUD DEL GOBIERNO

El gobierno mantuvo una postura de fuerza porque la economía coreana después de años de resultados récords está sumida en una fuerte crisis, y ésta es consecuencia de la erosión de la aceptación internacional de los precios coreanos debida al incremento de los costes de producción. El presidente ha remarcado que la nueva ley es necesaria para asegurar la competitividad de la economía coreana; ha declarado que el gobierno y el sector público deben dar ejemplo y ha ordenado a sus ministros que eliminen al menos 10.000 puestos de trabajo en la administración pública (equivalente más o menos al 1% de los empleados públicos).

Y la patronal acusa a los aumentos salariales que ha debido conceder en los últimos años. Entre 1990 y 1994 los salarios del sector manufacturero han aumentado el 16%, respecto al 10% de Taiwan y el 3% de Japón. También la productividad ha sido superada por estos dos países.

La receta dada por el Capital es la de reducir los salarios a los obreros y sobre todo reducir la masa salarial procediendo a despidos masivos: desde comienzos de este año las grandes empresas coreanas han procedido a una primera "reestructuración" para bajar los costes, enviando a la prejubilación a unos 3.000 cuadros directivos; se trata ahora de extender estas medidas a decenas de miles de obreros a los que se querría despedir sin más.

El gobierno está ahora en una fase de espera: procede a detenciones selectivas, hace intervenir a la policía sólo en determinadas ocasiones, esperando que el frente obrero se debilite para pasar a una represión dura; ya durante la jornada del día 15, tras ver que la adhesión a la manifestación de la KCTU no era muy grande, la policía intervino duramente, con el apoyo de vehículos blindados dotados de lanzagranadas, contra unos 20.000 manifestantes, al tiempo que permitió que la reunión de la KFTU estatal transcurriese con total normalidad. Para desbaratar la huelga de los días 14 y 15 de enero, el gobierno había propuesto al dirigente de la KCTU un encuentro televisivo con el presidente del partido en el gobierno, encuentro rechazado por el sindicato alegando que antes de cualquier negociación era necesario que se retirasen las leyes de la discordia. Tras la huelga el sindicato ha cambiado de idea y se ha mostrado dispuesto a aceptar el debate televisivo; entonces, vistos los resultados desfavorables de la huelga, el gobierno ha pasado a la ofensiva y ha rechazado el encuentro, declarando que no están dispuestos a discutir con una persona "buscada por la justicia, ya que también en la televisión hay que respetar la legalidad".
 

LA PERSPECTIVA

Las lecciones y las actitudes asumidas tras esta lucha creemos que serán muy importantes para la KCTU, que actualmente parece mantener esas características de clase sobre las cuales ha nacido y que permiten hasta hoy a los trabajadores poderlo utilizar como organismo eficaz para la defensa de sus condiciones de vida y de trabajo. Es cierto que será cada vez más difícil permanecer sobre estas posiciones. La patronal coreana ha debido reconocer oficialmente su acción (si bien para el año 2.000), tras ver su influencia en los centros de trabajo. Mientras tanto intentará por todos los medios influenciar el sindicato para transformarlo en un organismo con el cual "colaborar" para la buena marcha de la economía nacional. En este sentido están dirigidas las presiones del sindicato oficial y en este sentido presionan también las asociaciones sindicales internacionales, en primer lugar la Confederación Internacional de Sindicatos Libres que no ha dejado de enviar a sus bonzos a Corea para llevar la "solidaridad" a ambas organizaciones, tanto a la KFTU como a la KCTU, presionando para que se abra un proceso de unificación de las dos organizaciones sindicales. Esto significaría solamente el fin del sindicato de clase.

El boncerio de turno, antes de irse, ha dado un primer balance de su acción de apagafuegos: "Subrayo el ’histórico’ acercamiento entre las dos organizaciones sindicales surcoreanas que han acordado un plan común. No tanto sobre el plan de las acciones de lucha: la KCTU ha mantenido la huelga articulada en los dos últimos días (ayer pararon 260.000 de sus afiliados), mientras que la KFTU se apoya en dos puntos, uno sindical, para mayo [!], el mes de la negociación salarial en todo el país, y otro político para diciembre [!] debido a las elecciones presidenciales. Pero tienen un objetivo común: revocar las leyes laborales y sobre los servicios de seguridad nacional, reconocer legalmente y políticamente a todos los sindicatos, revocar las órdenes de detención" (Il Manifesto, 17).

Pero la unidad de la clase trabajadora coreana no se construye con acuerdos desde la cúpula con siervos del estado como son los dirigentes de la KFTU. Algunos comentaristas han dicho que este sindicato habría perdido con los años su carácter ’estatal’ para situarse tibiamente en el campo de la defensa de los intereses de los trabajadores y todos han querido remarcar su adhesión al movimiento de lucha de los días pasados. A nosotros comunistas nos parece que las cosas han sucedido de manera totalmente contraria. La KFTU se ha adherido a la lucha para evitar ser relegado a la condición de sindicato "de la policía", para evitar que lo abandonase una parte significativa de sus afiliados, para buscar el acercamiento con su enemigo, la KCTU, para apartarlo de sus posiciones clasistas y llevarlo hacia la colaboración de clase.

En Italia hemos tenido un ejemplo, no olvidado todavía, de la "unidad sindical" sostenida por la dirección de la CGIL en los años 70 con unas organizaciones declaradamente "blancas" y "amarillas" como la CISL y la UIL: nosotros comunistas queremos defender la tradición de la CGL roja y peleamos, con nuestras escasas fuerzas, indicando a los trabajadores que se opongan a la unidad desde arriba para construir la verdadera unidad, desde la base, en las luchas. La unidad de las tres siglas sindicales construidas con pactos desde arriba, decíamos entonces, habría llevado a la CGIL a perder también lo poco que todavía conservaba de sindicato rojo, proletario, a renunciar definitivamente a su tradición y a convertirse en un sindicato filoestatal. De hecho la unidad desde arriba ya se ha llevado a cabo y funciona desde hace años, y nuestra pesimista previsión se ha verificado: los trabajadores que hoy en Italia quieren y querrán defender sus condiciones de vida y de trabajo deben y deberán hacerlo organizándose fuera y contra la trinidad sindical filoestatal CGIL-CISL-UIL, en nuevos organismos económicos de clase.

Esta debe ser la experiencia que hay que transmitir hoy a las jóvenes vanguardias del proletariado coreano: la KFTU es una organización que hay que combatir, vaciar, pero sin conquistarla porque es inconquistable, precisamente por su naturaleza de sindicato oficial, de Estado.

Las libertades sindicales no están aseguradas en ningún país capitalista: en todas partes los sindicatos de clase (no los oficiales filogubernamentales) son apenas tolerados y siempre están sometidos a la persecución del Estado cuando se llega a un verdadero choque de clase. Esta es la experiencia del occidente "rico" que debe transmitirse a los valerosos y quizás engañados proletarios coreanos, a quienes se ha hecho creer que la mejora de sus posibilidades de organización llegarían en un régimen de "verdadera democracia" ilusoria. La "libertad" de organización sindical en cualquier país capitalista, ya sea fascista, con una dictadura militar, o bajo un régimen "democrático" no puede obtenerse y mantenerse más que con la fuerza de la misma organización, con la defensa de su independencia de clase.

El apoyo que el sindicato KCTU está encontrando hoy entre estratos intelectuales coreanos, estudiantes y sobre todo la Iglesia católica, si bien aparentemente puede parecer útil para defenderlo de la represión estatal, es sin embargo extremadamente peligroso porque tiende a desplazar la línea política de la organización de la intransigente defensa de las condiciones proletarias y solamente proletarias, a la defensa del compromiso, de la colaboración con otros estratos sociales y después con otras clases, entrando en el engranaje del Estado. La ilegalidad, la fuerte voluntad de lucha proveniente de la base obrera, probablemente han protegido hasta ahora al sindicato KCTU para que no caiga en las redes del colaboracionismo con el Estado y con la patronal, mientras que el sindicato oficial se ha visto obligado, para mantener al menos su influencia sobre una parte de los trabajadores, a diferenciar su acción y a no aceptar ciegamente las órdenes del gobierno. Pero la perspectiva de una colaboración debe ser combatida por los trabajadores más conscientes si no quieren perder los resultados obtenidos en decenios de sacrificios, persecuciones y luchas a menudo heroicas.

El sindicato, al no ser un organismo político sino de defensa económica de los trabajadores, difícilmente puede mantener su propia independencia de clase si no está directamente influenciado por el programa histórico de emancipación del proletariado, el programa que distingue al partido comunista revolucionario e internacional. Esto es algo que deberán comprender también los trabajadores coreanos, liberándose de los esquemas que han identificado hasta ahora el comunismo con el régimen de Corea del Norte, que nunca ha tenido nada que ver con el verdadero comunismo. Dentro de este proceso también la unificación de los dos países, que parece estar próxima, tendrá una función de clarificación muy positiva.
 
 
 
 
 
 
 
 



NOTICIARIO

Discriminación salarial en las ETT

El convenio nacional de empresas de trabajo temporal (ETT) pactado por CCOO-UGT recoge la equiparación salarial de sus trabajadores con el convenio de la empresa para la que trabajan... pero para dentro de 4 años. Una sentencia reciente de la Magistratura de Trabajo de Barcelona se ha adelantado al generoso plazo del convenio estableciendo que las ETT no pueden imponer a sus trabajadores "condiciones menos beneficiosas que los de las empresas usuarias" (El País, 7-3-1997). La inoportuna sentencia ha sido acogida "favorablemente" por CCOO-UGT, ¡a pesar de pactar dicha equiparación para dentro de 4 años¡. Lo cierto es que la sentencia además de poner en evidencia a los sindicatos del régimen burgués, les ha debido caer como un jarro de agua fría, ya que los sindicatos disponen de sus propias ETT, con sus mismos salarios de miseria y sus pésimas condiciones de trabajo, idénticas a las de cualquier otra empresa de esta índole.

Guerra en Zaire

El régimen de Mobutu Sese Seko está llegando a su fin. La antigua colonia belga, auténtica reserva material de Occidente por su riqueza mineral, está asistiendo a una guerra civil que en realidad no es más que la extensión en territorio africano de la disputa imperialista franco-americana. Los vientos protectores del norte, con origen en Francia, van a cambiar de dirección tras la caída del régimen de Mobutu. La nueva dirección de esos vientos, esta vez de procedencia atlántica (EEUU), no hacen sino confirmar el fracaso de la política exterior del imperialismo francés y la afirmación una vez más, por el momento, del poder del supergendarme mundial.

Accidentes ferroviarios en España

Tras los accidentes de Navarra y Guadalajara, RENFE (ferrocarriles españoles), ha puesto el mayor interés en hacer una investigación a la medida de sus intereses empresariales, demostrando que la causa de los mismos ha sido el error humano. De esa manera la empresa elude su responsabilidad directa en los accidentes al ir reduciendo plantilla y con ella las medidas de control y las revisiones del material ferroviario. RENFE omite que muchas de sus estaciones carecen de personal de control y de las medidas de seguridad adecuadas. El caso del accidente en Navarra es esclarecedor, ya que esa línea carece del sistema ASFA de señalización y frenado automático, con lo cual el posible error humano habría tenido la posibilidad de corregirse. En el accidente de Guadalajara, cuya línea sí cuenta con el sistema ASFA, el sindicato de los maquinistas y ayudantes (SEMAF) asegura que fue un error en la señalización el que hizo que el conductor del tren no aminorase la velocidad. De cualquier manera no es tanta la casualidad de dos accidentes ferroviarios en tan poco margen de tiempo, ya que en el periodo en el que se produjeron (al final de Semana Santa), el tráfico ferroviario es mucho mayor que en períodos normales, pero la política de contención del gasto es incompatible con la seguridad.

Medio Ambiente Mundial

La rapacidad del capital y sus efectos es ya tan evidente que incluso los foros internacionales de la burguesía advierten del peligro. Mayor Zaragoza, director general de la UNESCO declaró el mes de marzo pasado que: "No se ha desacelerado ninguno de los senderos hacia la catástrofe ecológica" (El País, 19-3-1997). Una vez más se demuestra que la burguesía aún siendo plenamente consciente del peligroso rumbo que toma su modo de producción, es del todo impotente para conjurarlo, limitándose todo lo más a ofrecer lamentaciones hipócritas. Sólo la revolución proletaria internacional será capaz de conjurar el peligro. Eso o como el mismo Mayor Zaragoza declaraba: "El diagnóstico perfecto es la autopsia pero para entonces es demasiado tarde".

Elecciones en El Salvador

El fin del condominio ruso-americano ha dejado sentir sus efectos en El Salvador. Al carecer del apoyo de sus antiguos valedores, la guerrilla salvadoreña ha emprendido el camino de las urnas, modificando sus actitudes externas, si bien sus aspiraciones a un capitalismo nacional permanecen inalteradas. Del "partido de los pobres", el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) ha pasado a ser "la opción de todos". Por eso no tiene nada de extraño que un ex-dirigente del FMLN afirme: "La clase pudiente no tiene ninguna angustia por los resultados electorales, porque sabe que el Frente no tiene poder para cambiar las cosas y que, en cambio, sí puede controlar los disturbios sociales. Ya no hay agresividad de clase" (El País, 21-3-97). El reformismo armado no puede dar más de sí. Es el momento para que las vanguardias proletarias de El Salvador y de toda América Latina, se acerquen al programa del marxismo revolucionario, única garantía de emancipación del proletariado y de las masas oprimidas por la explotación capitalista.

Las virtudes del aceite de oliva

En España, primer productor mundial de aceite de oliva, se han estado pagando hasta hace pocos meses, unos precios similares a los de países que no producen ni una sola gota de este saludable y rico producto. La excusa de la "pertinaz sequía", ha sido una buena máscara para ocultar la política de subidas artificiales y especulación que el gobierno capitalista ha consentido a los grandes productores y sobre todo a los distribuidores (tres empresas controlan el 50% de la comercialización), y eso en un artículo alimenticio que en España es de primera necesidad. Las enormes subidas de precios las han pagado la clase obrera y los sectores más pobres de la población, que en muchos casos eran incapaces de pagar las 700 o más pesetas que costaba el litro de aceite de marca. La consecuencia no se hizo esperar: caída drástica del consumo. Desde la incorporación de España a la UE, el precio del aceite de oliva se ha equiparado a los precios comunitarios, disparándose pero el argumento de la sequía ha servido para evitar las protestas de la población. El precio de intervención está actualmente en unas 300 pesetas por kilo de aceite, y a esto hay que añadir la subvención que recibe el propietario (incluidos los grandes terratenientes que poseen en conjunto miles de hectáreas de olivar) que es de unas 240 pesetas por kilo. Esto lo pagan los consumidores, o sea la mayoría de la población que es la clase obrera. Saludable para el organismo pero fatal para el bolsillo. Esas son las "virtudes" del aceite de oliva en la sociedad capitalista.

La última sandez

Cuando aún no nos habíamos recuperado del susto producido por la clonación de la ovejita Dolly, un idiota se atreve a sugerir la clonación de Lenin. Recordamos a quienes piensan que la historia la hacen los grandes hombres, que éstos no son más que la expresión coyuntural de grandes fuerzas sociales en movimiento, y que al contrario de cuanto quiere hacer creer la historiografía burguesa, no son sujeto sino objeto de estas mismas fuerzas. La emancipación proletaria no vendrá de la mano de clonaciones tan inverosímiles como estúpidas, sino de la instauración de la dictadura proletaria, dirigida por el Partido único e IMPERSONAL de la Revolución Comunista Internacional.

Huelga en Roma

A mediados del pasado mes de abril los trabajadores de los autobuses urbanos de la capital italiana se declararon en huelga. En esta ocasión, a diferencia de las inofensivas parodias de huelga organizadas por las confederaciones oficiales, la huelga fue declarada sin preaviso de tal manera, que tanto la empresa como los sindicatos-Estado se vieron desbordados en un primer momento. Los trabajadores rechazaban el acuerdo-traición que los sindicatos del régimen habían firmado con la patronal. Generalizar y coordinar estas luchas con reivindicaciones y métodos de lucha clasistas, resulta fundamental para responder a las agresiones del enemigo de clase.
 
 
 
 
 
 
 
 



Del archivo de la Izquierda:
LAS TESIS DE LA IZQUIERDA (IV)

La Plataforma Política del Partido
(1945)









A LOS EXPLOTADOS ALBANESES INSURRECTOS
LES FALTA EL PARTIDO COMUNISTA REVOLUCIONARIO Y LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL DE LA CLASE OBRERA
 

LOS PRECEDENTES

En Albania, el 26 de mayo de 1996, con el apoyo masivo de Italia, el Partido Democrático de Sali Berisha obtiene 122 escaños de un total de 140. Las elecciones se caracterizan por una intensa actividad parapolicial que actua sobre todos los opositores al Partido Democrático. La actividad ilegal y armada de estas bandas se asocia a la normal represión estatal que encarcela a dirigentes y militantes de la oposición legal. La actividad terrorista de las bandas y de la policía secreta (la famosa Shik) continúa en los meses sucesivos con la complicidad abierta del gobierno de centro izquierda italiano que tiene en Berisha a su hombre de confianza en Albania de cara a la penetración de capitales y mercancías italianas hacia el mercado balcánico-danubiano.

Mientras los USA denuncian las irregularidades de las elecciones políticas, pidiendo su repetición, y abandonando a Berisha, al cual ahora se le considera como un factor desestabilizante en los Balcanes, en Europa, tanto Alemania, como Inglaterra y Holanda comienzan a alinearse con las posiciones estadounidenses y obtienen que también la OSCE asuma la posición americana, y la Italia del Olivo y del comunista de salón Bertinotti se convierte en garante y defensor ante Europa de un gobierno clásicamente fascista incluso en sus manifestaciones externas de ejercicio de la violencia.

En esta fase el demócrata Berisha no está aislado del pueblo albanés. La pequeña y la mediana burguesía, el campesinado, el proletariado autóctono y el numerosísimo en la emigración (que a fin de cuentas es el verdadero proletariado albanés) participan en la euforia de la economía ficticia de la que el Presidente es garante.

Las mismas oposiciones, ya sea porque en parte son cómplices en la estafa, ya sea porque, como confiesa Yuli Bufi, líder socialista, en el Manifiesto del 28 de enero, temeroso de perder votos, no osan atacar las Financieras que eran vistas por la población como unos dispensarios de dinero. Las manifestaciones de protesta son fácil y duramente reprimidas sin que el régimen sufra la más mínima erosión. Las posteriores elecciones administrativas de octubre de 1996, desarrolladas en un clima político similar al de Italia en 1924, y alabadas por el subsecretario de Exteriores del PDS (Partito Democratico della Sinistra) Fassino como un ejemplo de alta democracia, han visto confirmada la victoria totalitaria del Partido democrático.

La situación cambia radicalmente cuando la burbuja especulativa explota con la quiebra en cadena de las Financieras. Se asiste en Albania a un proceso de expropiación masivo de pequeños y medianos burgueses, campesinado, pequeños empresarios y a la ruina completa de los emigrantes que ven desaparecer sus ahorros de los últimos cuatro años.

El 15 de enero la policía carga en Tirana contra los manifestantes pero la protesta prosigue el 24 en Lushnja donde es incendiado el ayuntamiento. Durante los días siguientes las manifestaciones se extienden por todo el país siendo ferozmente reprimidas por la policía y los servicios secretos. El día 26 el Parlamento otorga al Presidente poderes excepcionales. El gobierno proclama el estado de alerta y envía al ejército a custodiar el Parlamento, los ministerios y todos los edificios públicos. Son acusados los líderes de la oposición, el socialista Meidani, el socialdemócrata Skendu, y el de Alianza Democrática Imani de instigación a la violencia, mientras que centenares de dirigentes y militantes socialistas en todo el país son arrestados. El gobierno amenaza con el uso de la fuerza contra los manifestantes y las oposiciones.

La represión tiene sus efectos en este breve periodo pero crea las condiciones para un salto cualitativo en las manifestaciones posteriores. El 9 y el 10 de febrero la población de Valona se lanza a la calle y, tras dejar tres muertos en la refriega consigue derrotar a la policía, que debe atrincherarse en la comisaría. En la tarde del día 10 la policía y los servicios secretos fuertemente armados, consiguen imponerse momentáneamente a los manifestantes. Los blindados del ejército toman posiciones en la ciudad aislando Valona tanto del norte (Tirana) como del sur (Agirocastro).

A partir de esta fecha hasta fin de mes en Valona se asiste a una dualidad de poderes entre la policía y los servicios secretos por un lado, que actúan mediante bandas armadas y llevando a cabo acciones terroristas, y la población que esporádicamente hace uso de armas de fuego ligeras, pistolas o escopetas de caza con fines defensivos, y sólo en algunos casos lleva a cabo acciones de represión armada contra agentes de los servicios secretos y oficiales de policía destacados especialmente por su ferocidad.

Valona se proclama "república libre", mientras las manifestaciones, duramente reprimidas se extienden por todo el país.

El día 20 de febrero un grupo de estudiantes universitarios de Valona inicia una huelga de hambre. Para evitar las posibles agresiones de los servicios secretos llevan a cabo una guardia permanente mediante un cinturón de protección de centenares de manifestantes, muchos de ellos armados de escopetas de caza. La situación se precipita el día 28. Agentes de paisano del servicio secreto intentan romper el cordón protector colocado alrededor de la Universidad, y asesinan a cuchilladas a un joven de 17 años. La provocación ha sido decidida indudablemente a nivel gubernamental, pensando en liquidar brevemente, mediante el uso de 40 ó 50 mil agentes de los servicios secretos y las bandas de matones a sueldo, las eventuales reacciones tanto de Valona como de otras ciudades. Los cálculos se mostrarán errados porque no se había tomado en cuenta ni la determinación de la población expropiada ni la actitud del ejército.

El ejército había sido depurado drásticamente y sus efectivos pasaron de 70 mil a 44 mil hombres gracias a Berisha entre julio de 1992 y diciembre de 1993. Muchos oficiales nombrados recientemente eran originarios del norte y se le suponía muy fieles a Berisha. Pero las humillaciones económicas y la reducción del status social de los oficiales y soldados en estos últimos años han hecho del ejército un instrumento de dudosa lealtad, en particular para la represión interna, tal y como se ha visto después.

Mientras el Partido Socialista y toda la oposición intentan eludir su responsabilidad por la violencia de los manifestantes, no se oponen a la ocupación militar de Tirana y buscan el acuerdo con el presidente Berisha sobre la base de un gobierno técnico abierto a todos los partidos (acuerdo rechazado por un presidente seguro de reprimir una reacción provocada al efecto), comienza la insurrección espontánea que arrastrará en poco tiempo a todo el sur de Albania.

Sólo un periódico italiano, La Stampa del 7 de marzo habla de un Comité de Huelga que actúa en Valona desde las primeras manifestaciones y que aparece como órgano dirigente de las mismas hasta el levantamiento armado que "nadie habría deseado".
 

LA INSURRECCIÓN

La insurrección estalla en Valona de manera espontánea. La población de esta ciudad, despojada masivamente por las Financieras, al tener noticia del asalto de la universidad por las bandas especiales, ataca la comisaría y es recibida con ametralladoras. Al producirse los primeros muertos la población se dirige al cuartel del Grupo de División del Ejército, con 40 soldados a las órdenes del mayor Astrit Tepolen que se pasan al lado de los manifestantes, que a partir de este momento se levantan en armas. La policía y la Shik son derrotados a tiro limpio dejando 6 hombres en los combates. Valona pasa a manos de la población armada a la que se unen efectivos del ejército, y se dota de un Comité de Salvación Ciudadano. La insurrección se extiende rápidamente hasta Agirocastro y Lushnje, mientras todos los pueblos alrededor de Valona se unen a los insurrectos.

Sali Berisha, que hasta el día anterior amenazaba por boca de su primer ministro Alexandr Meksin: "si la oposición quiere la guerra civil estamos preparados", después de un largo coloquio con el jefe de los servicios secretos hace dimitir al gobierno y se abre a los partidos de la oposición. Estos en lugar de dar una dirección a la insurrección vuelven a relanzar sus conocidas propuestas, una vez más rechazadas, de un gobierno técnico abierto a todos los partidos, una nueva ley electoral y elecciones anticipadas.

La contraofensiva gubernamental contra el movimiento insurreccional no se limita a las sonrisas y a los cumplidos con una oposición complaciente. El Parlamento reelige a Sali Berisha como presidente por otros 5 años otorgándole poderes dictatoriales. Se proclama el estado de emergencia con toque de queda desde las 20 horas hasta las 7 de la mañana; las oficinas y tiendas sólo pueden abrirse desde las 7 hasta las 15 horas; quedan prohibidos los grupos de más de 4 personas y si no se disuelven se abrirá fuego contra ellos; amenazas para entregar las armas antes de las 12 horas del día 3 de marzo, y pasado este plazo las fuerzas de represión dispararán contra cualquier persona armada; completa censura de la prensa; clausura de las escuelas.

Es destituido el jefe del Estado Mayor del ejército Sheme Kosovo mientras que decenas de oficiales y centenares de soldados son arrestados. El ejército pasa a estar bajo el control del jefe de la Shik Bashkim Gazidede. Junto a las leyes excepcionales se extienden por todo el país los escuadrones de la muerte que asesinan a los opositores e incendian las sedes de la oposición. La sede del principal periódico albanés de oposición Kola Iona (!financiado por Soros¡), culpable de haber publicado las pruebas del desvío de dinero de las Financieras en favor de la campaña electoral del Partido Democrático y de haber prometido la publicación de los fondos pagados por las Financieras a los dirigentes del Estado albanés, es incendiada y tres periodistas secuestrados.

Frente a la represión legal e ilegal buena parte de la oposición pasa a la clandestinidad.

Berisha no renuncia a jugar la carta nacionalista. Despide a todos los redactores de la televisión albanesa de Pristina, considerada demasiado próxima a Ibrahim Rugova, líder independentista de Kosovo, pero partidario de la no violencia y del entendimiento con Belgrado, y apoya al nacionalista Aden Demequi líder del ELK (ejército de liberación de Kosovo), cuyos efectivos han sido adiestrados en Pakistán e Irán, y que ahora envía hombres armados en defensa del presidente.

La insurrección se extiende. Caen Corise y Tepelene.

La contraofensiva gubernamental dirigida por los servicios secretos y la policía - el ejército no era de fiar - hace que casi todo el sur, salvo Valona, caiga en su poder. Pero el movimiento vuelve a tomar vigor con la insurrección de Saranda y Budrinto hasta la frontera con Grecia, habitada por una fuerte minoría grecoalbanesa que desde ese momento jugará un papel de primer plano en el movimiento insurreccional. La población de Saranda proclama el autogobierno de la ciudad eligiendo unitariamente, superando una hostilidad recíproca secular entre griegos y albaneses, una comisión municipal autónoma. La represión desencadenada al sur es particularmente feroz: allí donde entran las fuerzas gubernamentales entran en función los escuadrones de la muerte que proceden a eliminar a todos los opositores. El enviado del Corriere della Sera habla de un descenso a los infiernos al describir su aproximación a Valona, infierno constituido por la represión de los asesinos estatales. Entre otras cosas es testigo del secuestro y desaparición por parte de un escuadrón de la muerte de un periodista albanés que le había acompañado hasta las puertas de Valona: "La ciudad portuaria es off limist para los periodistas y la impresión es que detrás de este telón de acero las fuerzas de seguridad están procediendo a liquidar sin escrúpulos a las bandas armadas".

La contraofensiva gubernamental que ha puesto en marcha todas sus fuerzas, blindados, aviones, barcos y escuadrones de criminales asesinos se detiene ante tres únicas ciudades que todavía resisten armadas: Valona, Delvine y Saranda.

En Valona se decreta por orden del Comité de Salvación Ciudadano: a) armamento generalizado de la población desde los 15 años en adelante; b) organización militar de la resistencia: armas pesadas y artillería antiaérea en los tejados de las casas; posicionamiento de los insurgentes en las alturas que rodean la ciudad y reforzamiento militar de los pueblos próximos a Valona por parte de la población armada; constitución de un comité de defensa formado por militares; c) confiscación de víveres y distribución racionada de comida a la población.

En Saranda casi toda la guarnición militar se une a los insurgentes, los cuales se hacen con 6 navíos militares y rechazan el ataque gubernamental, que ha sido llevado a cabo, caso único en todo el país, bombardeando a la población civil.

Los insurgentes demuestran audacia militar y espíritu combativo pero son extremadamente moderados en sus peticiones que de hecho se reducen a tres: dimisión de Sali Berisha, nuevo gobierno que prepare nuevas elecciones, restitución al 100% del dinero estafado por las Financieras.

Esto no debe asombrarnos. La base combatiente está constituida por el pequeño campesinado, proletarios (muchos de ellos emigrantes que habían vuelto a Albania) y pequeños burgueses totalmente arruinados, mientras que los dirigentes forman parte de la escasa clase media y de la burguesía que hasta el día anterior era filo-berishiana y que ahora encabeza la protesta, y de ex-oficiales depurados por Berisha en 1993.

La oposición reducida parcialmente a la clandestinidad no abandona su línea prudente. Al igual que el gobierno mantiene la razón de estado y está dispuesta a cerrar los ojos y los oídos ante la bestial represión del gobierno. En la entrevista al Corriere della Sera del 6 de marzo el líder del Partido socialista Mejdani afirma: "Debemos ser capaces de dar una solución política para encauzar la revuelta. Esto quiere decir crear un gobierno técnico con una base lo más extensa posible. No un ejecutivo de coalición sino un ’gobierno de todos’ por usar una expresión sugerida por Piero Fassino".

Los socialistas piden la congelación del estado de emergencia hasta su abolición, y la institución de una mesa redonda permanente entre todos los partidos. La oposición espera una señal de buena voluntad del presidente ya que la insurrección no está controlada por nadie.

La resistencia de Valona, Saranda y Delvine pone al poder frente a la alternativa de atacar o retirarse. El problema es que frente a una población dispuesta a combatir hay un ejército y una aviación completamente inseguros. Los únicos con los que se puede contar son los 40 0 50 mil hombres de los servicios secretos y los pocos miles de matones armados. Muy poco para tener una garantía de éxito contra una ciudad Valona, que junto a los pueblos limítrofes llega a los 150 mil hombres armados que están dirigidos por ex-oficiales del ejército, y contra un ejército que en cualquier momento puede dirigir su artillería contra el palacio presidencial. Y precisamente, debido a las presiones militares, Berisha debe retroceder suspendiendo las operaciones militares durante 48 horas, buscando un amplio consenso para el nuevo gobierno firmando un documento de acuerdo con todos los partidos, documento en el que se invita a los insurgentes a deponer las armas a partir de las 6 horas del día 7 de marzo a cambio de la amnistía.

Berisha debe igualmente aceptar la misión de la OSCE, dirigida por el ex-canciller austriaco Frantz Vranitzky, que anteriormente había sido rechazada. A cambio recibe "el pleno apoyo espiritual y material" de los obispos católicos albaneses.

Las concesiones de Berisha satisfacen a los partidos de la oposición pero no detienen el movimiento insurreccional. En Tepelene efectivos de artillería, blindados y morteros pasan a manos de los insurrectos. En esta ciudad la milicia ciudadana y los soldados, demostrarán en el curso de la insurrección una notable disciplina y una capacidad suficiente para enfrentarse a las bandas de delincuentes que Berisha enviará posteriormente, enviando refuerzos militares incluso a la vecina Agirocastro.

La insurrección controla ya seis ciudades en el sur de Albania mientras las unidades insurrectas, al mando de 60 ó 70 oficiales, no sólo comienzan a estructurarse en destacamentos disciplinados sino que organizan incluso cursos de adiestramiento militar para los civiles. Uno de las tareas más serias es reprimir las actividades de los escuadrones de la policía secreta, que actúan junto a las bandas de delincuentes y mafiosos. Saranda se dota de un instrumento de represión de las actividades antiinsurreccionales para acabar con las operaciones de los servicios secretos, mientras Tepelene impone el toque de queda. Agirocastro con la ayuda de las milicias de Tepelene, tras duros combates se une a las demás ciudades insurgentes. El 8 de marzo, el Comité de Salud Pública de Valona se une al de Saranda y Tepelene.

Frente a la inminente catástrofe Berisha juega con despreocupación sus cartas, sabiendo que tiene frente a sí a una oposición que renuncia a combatir a fondo ya que está ligada a la defensa del Estado, el cual controla en parte ya que está ligada a él como demuestran los documentos que acreditan la participación de la oposición en el engaño de las Financieras y en el robo de las ayudas internacionales.

En esta fase se muestra decisivo el papel de Italia que hasta el día antes había apoyado la línea de Berisha, contrario a un gobierno de reconciliación, haciendo recaer sobre la oposición la responsabilidad del fracaso de un acuerdo sobre tal hipótesis, y ahora presiona a Berisha y a la oposición para que consigan un acuerdo que detenga la insurrección. Ante el Ministro de Exteriores italiano Dini, que acude a Tirana expresamente como garante en nombre de Italia, se firma el siguiente acuerdo entre Berisha y la oposición el día 9 de marzo: 1) Amnistía general para civiles y militares que han participado en la revuelta; 2) constitución de un gobierno de reconciliación con la participación de todos los partidos; 3) Tregua de una semana a partir del 8 de marzo para permitir a los rebeldes la entrega de las armas; 4) Convocatoria en junio de 1997 de nuevas elecciones; 5) proclamación el día 16 de marzo de una jornada de luto nacional por todas las víctimas de estos días; 6) supervisión por parte de los organismos internacionales de las futuras operaciones electorales; 7) empeño por parte del nuevo gobierno de dar prioridad a la reconstrucción de las zonas involucradas en la revuelta, incluso a través de ayudas internacionales; 8) puesta en marcha esta semana de un suavizamiento progresivo de las medidas del estado de emergencia hasta su completa derogación; 9) prosecución del diálogo entre todos los partidos.

El ejército comienza su retirada hacia el norte dejando tras de sí una estela de muerte en Permat y Berat, ciudades insurgentes, junto a miles de desertores muchos de los cuales pasan a las filas de la insurrección.

El acuerdo presidente-oposición produce una fractura dentro del movimiento insurreccional. La base juvenil armada se muestra contraria a cualquier compromiso, mientras que muchos de los dirigentes burgueses y pequeño burgueses de los comités lo consideran un buen punto de partida para una negociación. Aprovechando esta fractura se abre paso la iniciativa italiana de contactar con el Comité de Valona, pocas horas después de que Dini negase cualquier legitimidad a los insurrectos y a sus organismos. Ocho representantes de este Comité acuden al navío San Giorgio y tras dos horas de coloquio "en una declaración refrendada por la diplomacia italiana en nombre del gobierno de Tirana y de la Comunidad Internacional, los rebeldes se comprometen a entregar las armas y a respetar el acuerdo del domingo entre el presidente Sali Berisha y los partidos de la oposición. A cambio los valoneses recibirán ayuda de emergencia y la intervención de nuestra Cruz Roja" (Sole 24 Ore, 11 de marzo).

En Roma y en Tirana se teme que el acuerdo haya llegado demasiado tarde de la misma forma que ha llegado demasiado tarde el reconocimiento del Comité de Salud Pública de Valona.

En Saranda mientras tanto algunos diputados de la oposición que han escapado de Tirana llevan a cabo una negociación política con los insurgentes para formar un tercer núcleo político que se sitúe entre el presidente y la oposición. Este proyecto es retomado por el Comité Nacional de los insurrectos reunido en Agirocastro bajo la dirección del general Agin Garzhica que reúne a los delegados de las principales ciudades alzadas en armas. El Comité lanza su plataforma que recoge: dimisión inmediata del presidente albanés; gobierno técnico y de coalición en el que los ministerios de Interior, Defensa, Exteriores y la dirección de la policía secreta no estén exclusivamente en manos del Partido Democrático; reconocimiento del Comité como ente político en las negociaciones de gobierno e institucionales.

Mientras la insurrección conquista Elbasan a tan sólo 45 kilómetros de Tirana, Belsh, Mjekes, Gramsh, extendiéndose hasta la frontera natural entre el sur y el norte formada por el río Shkumbin, apuntando directamente hacia Tirana, se desvanecen las ilusiones del gobierno italiano para que el Comité de Valona consiga la aprobación del acuerdo en las ciudades insurgentes. En Valona la población armada se echa a la calle gritando esloganes contra Italia por su tentativa de dividir el movimiento insurreccional y desautoriza al Comité el cual se ve obligado a retirar su firma del acuerdo. La proximidad de los insurgentes a Tirana tiene como primer efecto la disolución de todas las diferencias entre el Partido Democrático y la oposición. El Partido Socialista, que reclamaba el Ministerio del Interior y la disolución de los escuadrones de la muerte, cede totalmente. A cambio obtiene el puesto de primer ministro, que ocupará Fino, y los ministerios de Defensa y Finanzas, poca cosa teniendo en cuenta que las únicas fuerzas militares de una cierta consistencia y dispuestas a combatir son la policía secreta y los escuadrones armados.

Como oportunista que es, heredero de una experiencia secular de traiciones, Il Manifiesto (periódico italiano) del 13 de marzo reconoce la extremada peligrosidad de la Unión Sagrada creada en Tirana, ya que puede empujar al bando de la insurrección a romper finalmente las relaciones con la oposición liberándose de la dirección pequeño burguesa y asumiendo de esta forma unas connotaciones más específicamente clasistas: "En este momento, lo que más debe preocuparnos es la nueva división del país: la ruptura, esperamos que momentánea, entre la clase política de Tirana y el resto del país. Las fuerzas de la oposición que se habían reunido en el Forum Democrático, y que han perdido la cabeza en cuanto Berisha les ha ofrecido formar gobierno conjuntamente, no han comprendido que esa participación en el gobierno era un regalo para la gente del sur. La definición del nuevo gobierno como ’Gobierno de reconciliación nacional’ ha confundido todavía más las ideas de la gente. La lucha no es entre diversas fuerzas armadas o entre diversas partes del territorio, sino entre toda la población albanesa engañada, con el aval del gobierno y en particular del presidente Berisha. Por esto se había rebelado la población de Tirana el pasado mes de febrero y por esto es por lo que se ha luchado en el sur. La desesperación de la gente que lo ha perdido todo, años de trabajo y de sacrificio en el extranjero y los ahorros conseguidos con su sudor, ha sido grande mientras que la respuesta del gobierno ha sido la de acusarles de criminales y comunistas. ¿Cómo es posible ahora, se preguntan la mayoría de los albaneses, sentarse en la misma mesa junto a quien te ha engañado, te ha maltratado y te ha ofendido, y llamarle Señor Presidente? Esto es lo que no han comprendido las fuerzas políticas de la oposición y han dado una imagen ante el país de gente proclive a los compromisos fáciles en cuanto hay alguna poltrona que ocupar en el gobierno. En definitiva, de esta crisis no se saldrá pacíficamente mientras Berisha siga siendo jefe del Estado y mantenga todavía el control del ministerio del interior. El riesgo para el nuevo primer ministro Bashkim Fino, del Partido Socialista, es el de no conseguir a tiempo recuperar una relación de confianza con el país".

La posición del Manifesto si bien es lúcida, y lo es desde nuestro punto de vista, se convierte en abstracta desde el punto de vista del oportunismo del que es eximio representante. Il Manifesto, frente al avance de los dos "caballeros negros" Fini-Berlusconi, trabajó activamente a favor de la victoria del Olivo siguiendo la teoría oportunista del mal menor. Un Olivo que, casi un año después, se ha revelado públicamente como el principal apoyo de un gobierno clásicamente antiobrero y que es el primer gobierno italiano de la posguerra programáticamente racista.

El oportunismo puede mantenerse inteligentemente crítico cuando está alejado de las situaciones en las que está en juego la supervivencia del Estado burgués, fascista o democrático. Cuando estas situaciones aparecen su posición es invariable cualquiera que sea la parte del planeta en la que actúa. La oposición y los socialistas albaneses tenían frente a sí dos alternativas:

1) Resistir a las presiones del gobierno de centro izquierda italiano que en su globalidad, incluyendo a Rifondazione Comunista y con el silencio de la misma oposición de izquierda dentro de la misma Rifondazione, reclamaba como solución un gobierno de salvación nacional, y tomar la dirección de la insurrección. Pero esto habría significado la guerra civil con el Partido Democrático, cuya base social es la burguesía especuladora interna y externa, una parte del campesinado atrasado del norte y el lumpemproletariado de las grandes ciudades, y que, cosa importantísima, controla las únicas fuerzas militares organizadas del país calculadas en 40-50 mil hombres más algunas decenas de miles de civiles armados y los hombres del ELK. La guerra civil habría significado un reforzamiento militar de las unidades insurreccionales del sur, cuya base es predominantemente proletaria. Si tomamos es cuenta la fragilidad de la burguesía anti-Berisha, constituida sustancialmente por intelectuales, profesionales y estudiantes, que hasta mayo de 1996 eran pro-Berisha, y por la pequeña burguesía que entre otras cosas ha sido empujada a posiciones radicales debido a la expropiación que ha sufrido, era enorme el riesgo de que la componente proletaria, que hasta ahora ha hablado con las metralletas, se radicalizase y se dotase finalmente de una organización política propia, distinta de los demás partidos. Esto habría dado al conflicto albanés un empuje formidable y habría podido constituir el inicio de un incendio que habría devorado todo el área balcánico-danubiana, dando finalmente a las poderosas fuerzas que se agitan bajo sus cenizas una dirección opuesta a la ofrecida hasta ahora por las miserables y teledirigidas burguesías locales.

2) Aceptar el abrazo de Berisha y actuar para convertirse en el interlocutor privilegiado de la comunidad internacional y específicamente de Italia. Esto, en un breve periodo, habría reforzado seguramente al presidente, y habría retirado al Estado albanés del borde del colapso. Después habría que buscar la manera de desplazar al presidente hasta conseguir su eliminación política, actuando junto al ala moderada de los insurgentes, mayoritaria entre los dirigentes. Línea arriesgada ésta pero que no obstante tenía la ventaja de preservar al Estado manteniendo a la expectativa a la base proletaria del movimiento insurreccional.

Ya está probado que Sali Berisha ha sido salvado por los socialistas. Presionado fuertemente por los americanos y por los europeos. el 16 de marzo había dimitido pero fue salvado por los socialistas: "los socialistas (...) no quieren un peligroso vacío de poder: ¿y si el norte (...) se alzase en armas? La fórmula es: cuanto más fuerte y creíble es Fino, más se debilita Berisha" (L’Unità, 17 de marzo).

Frente a esta alternativa crucial la solución para el oportunismo es obligada. La elección de la segunda alternativa ha sido magistralmente expuesta en la entrevista del máximo dirigente del Partido Socialista Fatos Nano al Manifesto con fecha 18 de marzo. La oposición albanesa sólo puede jugar la segunda baza, incluso sí ésta lleva a la derrota de la insurrección y a la enésima victoria del ganster Berisha. Desde este momento es patética y claramente insostenible la tentativa del Manifesto de separar las responsabilidades del gobierno de las del Partido Democrático.

Que la situación es tal como la describimos nosotros lo confirma la entrevista realizada a Fatos Lubonja, líder del Forum Democrático, por Il Manifesto, el día 25 de marzo, cuando el proceso perfilado por nosotros ya se había desarrollado en la dirección del reforzamiento de Berisha: "He pedido a Bashkim Fino innumerables veces que empuje para provocar la dimisión de Berisha. Me ha respondido siempre que esto no es deber suyo, sino de los partidos políticos. El hecho es que Berisha conserva intacto su poder sobre el aparato militar de los servicios secretos y esto asusta. Todo el gobierno y el mismo Fino son rehenes de esta situación, no sólo políticamente, sino físicamente. Temen por su vida. Hay dos posibilidades. La primera es que Berisha se vaya y sus aparatos se conviertan en inocuos y pasen bajo el control de un parlamento y de un gobierno legitimados por nuevas elecciones. O bien se consigue desposeerle de su monopolio sobre los servicios secretos, el ejército y la TV, con los cuales todavía puede aspirar a condicionar, como ya hizo en mayo y octubre del año pasado, cualquier elección ’democrática’, y en este caso permanecerá en su puesto. Éste es el camino que intenta recorrer Fino, pero yo no creo que pueda conseguirlo y estoy convencido de que la única salida es la dimisión de Berisha. Para conseguirla hay dos alternativas: o la comunidad internacional ejercer una presión efectiva, o será necesaria una auténtica revolución. Y entonces habrá violencia, porque Berisha no se va a quedar con los brazos cruzados".

Sólo dentro de este marco interpretativo acerca de la función de los partidos y de las clases sociales albanesas puede llegar a ser inteligible todo lo que suceda tras la constitución del gobierno de Fino, y el caos aparente que han presentado los órganos de información burgueses, pero no las diplomacias habituadas a otros juegos, adquiere un orden comprensible. Los insurrectos tienen vía libre hacia Tirana pero no avanzan. Sabemos por Engels que "en una guerra revolucionaria la rapidez de la acción, hasta que no se obtiene una ventaja decisiva, es la primera regla" (Revolución y Contrarrevolución en Alemania).

El movimiento insurreccional está en espera de las primeras decisiones del gobierno Fino, el cual antes de asumir el encargo y dejar Agirocastro ha mantenido un largo coloquio con el jefe del Comité de Salvación Nacional, general Agim Gozhica que le promete su apoyo si obtiene la dimisión de Berisha. Con esta actitud expectante el movimiento insurreccional viola la primera norma de cualquier insurrección: "Pero la insurrección es un arte, como la guerra y las demás artes. Está sujeta a normas de acción determinadas, las cuales, cuando no son atendidas, llevan a la ruina al partido que no las atiende. Estas normas de acción, que se derivan lógicamente de la naturaleza de los partidos y de las circunstancias con las que hay que enfrentarse en cada caso determinado, son tan simples y tan claras, que la breve experiencia de 1848 las ha hecho bastante conocidas al pueblo alemán. Antes que nada, no se debe jugar con la insurrección si no se está dispuesto a aceptar las consecuencias del propio juego. La insurrección es una ecuación con unas magnitudes muy indeterminadas, cuyo valor puede cambiar cada día; las fuerzas que se oponen a vosotros disponen de todas las ventajas de la organización, de la disciplina y de la autoridad tradicional; si no les oponéis unas fuerzas considerables seréis derrotados. En segundo lugar, una vez comenzada la insurrección, se debe actuar con la mayor decisión, pasando a la ofensiva. La defensiva es la muerte de toda revolución armada; si se permanece a la defensiva, la insurrección será derrotada antes de enfrentarse al enemigo. Es necesario sorprender a los adversarios mientras sus fuerzas están dispersas y obtener nuevos éxitos cada día, aunque sean pequeños; es preciso conservar el ascendente moral que nos da la primera insurrección victoriosa; atraer a los elementos vacilantes, que siempre siguen al más fuerte alineándose siempre con la parte victoriosa; debéis obligar al enemigo a retirarse antes de que haya podido reunir sus fuerzas contra vosotros: en definitiva, seguid las palabras de Danton, el mayor maestro de táctica revolucionaria conocido hasta ahora: !De l’audace, de l’audace, encore de l’audace¡".

Esta espera a las puertas de Tirana se revelará mortal para el triunfo definitivo del movimiento insurreccional, porque hará que el adversario gane unas horas decisivas con las que organizar su contraofensiva. Tirana que podía haber caído como un fruto maduro en la noche del 13 al 14 de marzo si se hubiese actuado con decisión y energía, golpeando decididamente a las fuerzas contrarrevolucionarias y a sus dirigentes, incluido el recién constituido gobierno de Fino, será dejada en manos del lumpemproletariado armado por los servicios secretos.

Pero el límite del movimiento insurgente no es de naturaleza militar. Su indecisión se debe por una parte a su dirección burguesa y pequeño burguesa que buscará desde el principio hasta hoy (30 de marzo) un compromiso con el gobierno y la oposición sobre la reivindicación de la dimisión de Berisha, considerando al gobierno y a la oposición como interlocutores y no como adversarios; por otra parte se debe a la inmadurez política del proletariado albanés, que, a diferencia de cuanto se piensa, no es para nada exiguo sino extremadamente numeroso si bien se halla en su mayor parte en el extranjero, y políticamente no es analfabeto sino que está infectado, como todo el proletariado del planeta del virus de la democracia interclasista, que sólo podrá ser extirpado por el fuego de la verdadera revolución proletaria.

Esto límites de naturaleza histórico-social llevarán a la estancación del movimiento insurreccional y abrirán el camino a la ofensiva del enemigo.

El gobierno Fino recién constituido hace un llamamiento para que Europa intervenga militarmente contra su propio pueblo. Sali Berisha, "el odiado" presidente, pide en un comunicado conjunto con todas las fuerzas políticas albanesas que la Unión Europea o la OTAN envíen dentro de 48 horas una fuerza militar de interposición para ayudar a restablecer el orden constitucional. Al mismo tiempo el gobierno tríplica el sueldo a las fuerzas represivas y reclama en servicio a los oficiales y soldados depurados por Berisha desde julio de 1992 hasta diciembre de 1993, los cuales acudirán en pequeño número y constituirán los únicos efectivos disciplinados que actuarán en la capital. !Los oficiales estalinistas llevarán a cabo su tarea de siempre¡

Berisha mueve sus fuerzas sociales y militares. Los servicios secretos controlados siempre estrictamente por él, y que seguían operativos tanto en Tirana como en el sur donde actúan como terroristas, pero sin provocar daños graves al movimiento insurreccional, cambian de estrategia.

Es en Tirana donde comienza a soldarse el elemento social que se alinea activamente con Berisha, constituido por el lumpemproletariado y la delincuencia organizada, y la acción de los escuadrones de los servicios secretos. En la fatídica noche del 13-14 de marzo los servicios secretos arman al lumpemproletariado de Tirana y se procede al saqueo sistemático de la ciudad. Las fuerzas del ejército fieles al gobierno, los escuadrones de la milicia cívica a sueldo (500 dólares mensuales para estas bandas de delincuentes y criminales, Sole 24 Ore 14 de marzo), las fuerzas de los servicios secretos, no movieron un dedo contra estas bandas de saqueadores armados, pero estaban preparados, y lo demostraron, para reprimir enérgicamente cualquier acto de las fuerzas insurreccionales en la caótica ciudad. La unión del lumpemproletariado y los servicios secretos llevada a cabo en Tirana se extiende velozmente por todo el país, y particularmente por el sur, donde desde hace algunos años actúa una poderosa red del crimen organizado, ligada orgánicamente al poder de Berisha.

Este pacto leonino producirá muy pronto sus efectos desconcertando las mismas estructuras del poder insurreccional, que demostrará su debilidad, debido a su naturaleza interclasista y a su dirección no proletaria, no actuando con energía utilizando el instrumento del terror revolucionario sin escrúpulos y sin límites legales.

La extensión de la violencia gratuita y del saqueo generalizado es presentada en Occidente, y de manera particular en Italia, ante la opinión pública manipulada, como el hundimiento del Estado albanés y como un intento de toma del poder por parte del lumpemproletariado. Esta subclase para los marxistas no puede desarrollar ningún papel histórico autónomo. Por esto consideramos ridícula la pretensión de que Colombia esté gobernada por la delincuencia organizada y que Albania corra el riesgo de convertirse en la Colombia europea. La delincuencia no puede convertirse en Estado porque no es portadora de ningún modo de producción. Puede, al igual que la pequeña burguesía, servir como masa de maniobra de las fuerzas realmente activas históricamente: el proletariado y la burguesía. La experiencia histórica nos ha convencido de que el lumpemproletariado y la pequeña burguesía, por muy distantes que puedan estar en cuanto a forma de vida, estarán obligados a marchar bajo la guía de la burguesía contra el proletariado revolucionario: "El lumpemproletariado, esa escoria integrada por los elementos desmoralizados de todas las capas sociales y concentrada principalmente en las grandes ciudades, es el peor de todos los aliados posibles. Ese desecho es absolutamente venal y de lo más molesto. Cuando los obreros franceses escribían en los muros de las casas durante cada una de las revoluciones: ’Mort aux voleurs’ (muerte a los ladrones), y en efecto fusilaban a más de uno, no lo hacían en un arrebato de entusiasmo por la propiedad, sino plenamente conscientes de que ante todo era preciso desembarazarse de esa banda. Todo líder obrero que utiliza a elementos del lumpemproletariado para su guardia personal y que se apoya en ellos, demuestra con este solo hecho que es un traidor al movimiento" (Engels, Prefacio a La Guerra campesina en Alemania).

Esta manipulación de la opinión pública occidental es esencial tanto para organizar el consenso ante la intervención militar contra los insurgentes, como para presentar al pueblo albanés como a un pueblo de criminales, y de este modo llevar a cabo una política de rechazo hacia los miles de prófugos que genera un escenario de violencia incontrolable, llevando a cabo en Italia una de las más violentas campañas racistas de este siglo.

No excluimos que la táctica adoptada por Berisha, la de utilizar como fachada presentable al gobierno socialista, que como bien sabemos en Italia siempre están dispuestos a asumir este papel, mientras pactaba con el lumpemproletariado llevando al país hacia el caos, dando cuerpo a la simulación del hundimiento del Estado, haya sido sugerida por la asquerosa burguesía italiana que tiene mucha experiencia histórica sobre escuadrones de la muerte subproletarios con fines antirrevolucionarios, así como de fingir hundimientos del Estado del tipo del 8 de septiembre. Nuestra tesis es que el Estado albanés nunca se ha hundido porque siempre ha controlado la capital, Scutari y buena parte del centro-norte del país. No sólo eso, sino que además una vez superada la noche crucial del 13-14 de marzo, ha pasado a la ofensiva llegando a golpear duramente a los insurgentes en sus mismas retaguardias, debilitándoles militarmente y desmoralizándoles psicológicamente. Y el hecho de que para conseguir esto haya debido movilizar a delincuentes y asesinos junto a los escuadrones legales no cambia para nada la cuestión esencial.

Esta tesis nuestra, deducida extrapolando con el auxilio de los instrumentos científicos que sólo posee la teoría de Marx, el núcleo esencial del caos informativo burgués sobre los hechos y actitudes de partidos, clases y movimientos albaneses, es confirmada por la actitud asumida por EEUU sobre el ’caos’ albanés, posición obtenida empíricamente a través del trabajo de inteligencia que los Estados Unidos siguen desarrollando en Albania. Sustancialmente los americanos afirman que mientras Berisha era juzgado como políticamente muerto e invitado sin más a abandonar la escena "el maquiavelismo del presidente ha cogido a contrapie a la diplomacia americana y ha generado bastantes frustraciones" (Stampa, 24 de marzo). El maquiavelismo consiste en la táctica utilizada por Berisha desde el 13-14 de marzo en adelante, que para ser llevada a cabo necesitaba del apoyo italiano y de la ’inteligente’ tapadera socialista.

Desde el 15 de marzo se asiste a una situación sin salida que constituye la muerte por agotamiento del movimiento insurreccional. Mientras éste se debilita Berisha se refuerza militarmente teniendo constantemente a tiro al gobierno Fino, amenazado cada vez que intenta establecer acuerdos con los insurrectos. Toda tentativa del gobierno Fino para limitar el estado de emergencia y disminuir los poderes dictatoriales del presidente es rechazada, por lo que el gobierno se convierte en corresponsable del clima de terror instaurado por las fuerzas militares y para militares del presidente: "Hemos llegado a una situación de parálisis que podría degenerar fácilmente en una verdadera guerra: el sur no abandona las armas mientras siga Berisha y éste continúa controlando la Shik y la TV, además de la gente del norte que vive en la periferia de Tirana, que ha sido armada y ha llevado en primera línea los saqueos en la capital" (Il Manifesto, 23 de marzo).

El gobierno Fino oscila entre una política de represión del movimiento insurreccional, y una búsqueda de acuerdo con la dirección moderada del movimiento, por encima del presidente por una parte y de la base proletaria de los insurrectos por otra. La única fuerza de Fino es que actualmente Berisha de cara a la comunidad internacional, no puede dejar a un lado una máscara de respetabilidad que le ayude a consumar su represión terrorista. Por lo que en Albania están presentes tres poderes de los cuales dos armados (Berisha y el movimiento insurreccional), que se lanzan ultimátums y amenazas mutuas, desconfiando ambos del tercer ’poder’ al que acusan de colaborar con el otro bando, un tercer poder que es el gobierno oficial, que sobrevive sólo porque así lo quieren las grandes potencias.

Los tres poderes se mueven entrecruzando sus acciones tanto internas como externas. Berisha denuncia el papel de Grecia y América en la acción desestabilizadora de Albania y envía una nota de ayuda al premier turco Demirel, al mismo tiempo se entrevista con el agregado militar de la embajada turca del cual recibe una promesa de ayuda en caso de peligro de la unidad albanesa. Además promueve entre bastidores un Comité de Liberación Nacional que invita al pueblo albanés en armas a ayudar a sus hermanos de Kosovo, Macedonia y Montenegro, intentando proyectar hacia el exterior el espíritu de revuelta interno. El llamamiento, que no hay que infravalorar teniendo en cuenta la inestabilidad de los Balcanes y la actitud asquerosamente racista de Europa en general y de Italia en particular hacia Albania, dice lo siguiente: "El primer paso, el armamento de la población, se ha llevado a cabo. Europa nunca nos dará la Albania que queremos y, por lo tanto, pasaremos al ataque para tomarla nosotros solos. Dejemos a un lado los litigios y unámonos por una gran y única causa: conquistar a cualquier precio la Albania que se nos niega (...) La sangre derramada por los mártires nos llama. Reunámonos bajo la bandera de Skanderberg. Así mañana podremos hablar de manera diferente con Europa, mañana seremos 8 millones" (La Stampa, 28 de marzo).

El gobierno Fino pide oficialmente a Grecia que le ayude a reconstituir su ejército, petición un tanto extravagante ya que Tirana tiene un acuerdo militar con Turquía enemiga jurada de Grecia, que a su vez es aliada tradicional de Serbia la cual tienen bajo control militar a Kosovo, cuya población es albanesa en un 90 por ciento.

Los insurgentes se reúnen con representantes griegos y ya reciben oficialmente ayudas alimenticias y sanitarias, y probablemente, si bien nadie lo dice, instructores militares (puede que muchos dirigentes, algunos de los cuales militares del régimen de Hoxha, que se habían refugiado en Atenas).

El gobierno Fino, al carecer de una fuerza militar autónoma, pone todas sus esperanzas en la posibilidad de convertirse en interlocutor privilegiado ante la Fuerza Multinacional de Protección y ante los Comités Insurreccionales, dadas sus dificultades ante la violencia criminal que actúa impunemente. La población está armada, es cierto, pero agotada tras dos meses de choques militares y represión terrorista en la que ha dejado centenares de muertos sobre el terreno y atormentada por los problemas cotidianos, al menos en su componente juvenil y proletaria, sospecha que se la está usando como carne de cañón en turbios manejos a sus espaldas. Y esto es lo que han intuido los jóvenes de Saranda los cuales, ingenua pero correctamente, tras expulsar de la sala a los periodistas gritaban: "No escuchamos a los intelectuales. Siempre se han acomodado con cualquier régimen. Nosotros no cedemos" (Corriere della Sera, 11 de marzo).

Que la situación evoluciona desfavorablemente para el proletariado albanés es confirmado por los resultados de la Asamblea general de los Comités de Salvación, reunidos en Valona el día 28 de marzo. Por el llamamiento firmado por todos los partidos de la ’oposición’ incluido el socialista, se comprende que el movimiento está en manos de una de las dos partes en las que se ha dividido la miserable burguesía albanesa: "Hacemos un llamamiento a la consciencia popular para salvar a Albania del caos y de la catástrofe. Debemos bajar las armas para decir basta al terror. Pero no las entregaremos. Las hemos tomado para defender nuestras familias y el país de la dictadura de Berisha". El Comité Nacional de Salvación, después de haber remachado su apoyo al gobierno de Fino, pide la intervención de los USA y de la UE para alejar de la escena al dictador de Tirana, "única condición para devolver la tranquilidad al país". La consigna básica es: "No a la dictadura, luchamos por la democracia". El llamamiento insiste en la naturaleza patriótica del movimiento: "Hoy más que nunca es preciso reforzar la unidad nacional del país porque sólo así podemos proteger la integridad territorial de Albania". Se llama al pueblo a defenderse de las bandas terroristas de Berisha, la misma persona que colabora con los partidos que firman el llamamiento, una contradicción estridente que por ahora, por lo que sabemos, no ha sido contestada por ninguna de las partes que componen el movimiento insurreccional: "Llamamos a la vigilancia y a la resistencia contra las bandas criminales para detener el derramamiento de sangre, los robos, la destrucción de nuestros recursos. Nos oponemos a estas bandas negras dirigidas desde los aparatos del Estado y desde el gobierno dictatorial de Berisha. Lucharemos contras las artimañas que han organizado los jefes de la mafia" (Il Manifesto, 29 de marzo).

A esto le siguen las reivindicaciones firmadas por todos los partidos incluido el del premier Fino: apoyo al gobierno de reconciliación nacional; alejamiento de la escena política del presidente Berisha; derogación del estado de emergencia; derogación de la censura de prensa; reapertura de las escuelas; destitución del jefe de la policía Agim Shenu y del ex-jefe de los servicios secretos Beshkim Gazidede, considerados como los organizadores de las bandas de criminales utilizados como elementos desestabilizantes en las zonas sublevadas.

Nuestro Partido, al mismo tiempo que anima al proletariado albanés a romper la cadena de acero de la democracia que lo aprisiona, más potente que las bandas criminales del fascista Berisha, tarea tanto más difícil en cuanto que su lucha tiene lugar en medio del aislamiento y del desprecio más absoluto de una aristocracia obrera occidental completamente idiotizada por las migajas narcotizantes caídas de la mesa del imperialismo, expresa un juicio político positivo sobre su hoy excepcional y heroico comportamiento en materia militar. El marxismo distingue entre la polémica realizada con palabras y la polémica realizada con las armas. En momentos determinados extrae una conclusión diametralmente opuesta en cada caso, como sucedió en 1863 respecto a los insurgentes polacos, con los que se solidarizó totalmente pese a tener unos objetivos patrióticos y burgueses, mientras que a sus ideólogos democráticos residentes en Londres, los cubrió de vergüenza y desprecio. El Partido en 1956 deseó el éxito del movimiento popular húngaro, si bien éste no constituía para nada un retorno a un movimiento autónomo de la clase obrera sino un movimiento de trabajadores y clases semi-burguesas que no se salía de la fórmula hipócrita que alineaba a los saboteadores del comunismo revolucionario y de la Internacional de Lenin. El Partido no ignoraba la naturaleza interclasista de ese movimiento. Afirmaba textualmente: "Es por ahora un paso atrás a un estadio de lucha que ya había sido superado desde hacía treinta años, y que en el fondo presenta esquemas y posicionamientos de 1848. Pero no se puede dudar en la elección entre la adopción de estos esquemas en la corruptora maniobra del politiqueo parlamentario y su reaparición en el terreno de la lucha valiente y heroica con las armas en la mano. El deber de reconducir las fuerzas que empujan hacia el sacrificio más desesperado a los insurgentes actuales, a su base con intereses clasistas y sociales, no quita que se trate de una bella historia que viene de la ensangrentada Hungría: las grandes capitales saben todavía convertirse en volcanes de lucha como en las situaciones de hace un siglo, y las modernísimas técnicas de la policía estatal y de los ejércitos pueden ser afrontadas por civiles casi inermes, los cuales por razones clasistas no del todo claras tal y como nosotros esperamos y queremos, cogen las armas y soldados de las filas de las milicias represivas (...). Las posibilidades técnicas de destruir la fuerza inmovilizadora de la maquinaria estatal actual, desde fuera (...) siguen todavía en pie, en la época de los tanques, la aviación y las armas atómicas, y pruebas resplandecientes de esto, aunque derrotadas, las hemos tenido en Varsovia, en Berlín y en Poznan. Por vez primera se ve surgir en un marco nacional el ejército irregular de la insurrección: si no toma el poder será por defecto de la organización política más que militar, y precisamente por una base de clase que razones superiores a cualquier voluntad hacen incierta y vulnerable a especulaciones ruines y vergonzosas de los poderes de Este y del Oeste" (Il Programma Comunista, n° 22, 1956).

La insurrección albanesa ha demostrado una vez más que no son ni las armas ni los soldados dispuestos a sacrificar sus vidas lo que falta en el momento del decisivo choque sino, como ha sucedido demasiadas veces, la conciencia teórica del Partido, ausencia que no es debida a la voluntad de clases o individuos sino a circunstancias históricas y políticas precisas que en síntesis podemos definir con los términos de socialdemocracia y estalinismo.
 
 
 
 
 
 
 



LA REFORMA LABORAL Y EL PLAN DE "ESTABILIDAD", DOS GOLPES MÁS CONTRA LA CLASE OBRERA

Como la práctica cotidiana va demostrando, sea quien sea quien gestione los intereses comunes de toda la clase capitalista, no cambiará ni un ápice la línea antiobrera seguida por el estado capitalista. Nueva prueba de ello es la aprobación de otra reforma laboral (con la inestimable cooperación de los sindicatos del régimen, que para eso están), y de un "Plan" llamado de "estabilidad". Sabemos que dialécticamente la búsqueda de la estabilidad para la burguesía supone el aumento de la inestabilidad para los trabajadores. Y de hecho es lo que los trabajadores van a sufrir directamente en sus carnes, unido al recorte en prestaciones sociales, reducciones salariales e incremento de la presión-represión laboral en los centros de trabajo.

La "negociación" de esta última reforma laboral ha constituido una verdadera pieza teatral en la que los actores, hay que reconocerlo, han interpretado magníficamente su papel, tanto quienes han suscrito los acuerdos, como las partes "críticas", tanto de la patronal como de los sindicatos. En primer lugar, y para evitar las siempre inevitables suspicacias, los primeros tanteos entre los "agentes sociales", como se les define en el tan cuidado lenguaje periodístico, presagiaban lo peor. La ruptura era inminente. La posibilidad de acuerdo se veía cada vez más difícil. La patronal, siempre insaciable, pedía despidos más baratos. Los sindicatos, firmes en su puesto, dejaban bien clara su postura de defender los intereses de los trabajadores. Para ello, y como mandan las nuevas tendencias cinematográficas, los sindicatos han utilizado incluso efectos especiales, y de esta manera han desempolvado la vieja reivindicación obrera de la reducción de jornada, pero solamente para hacer más digerible su nueva traición, pues ya veremos más adelante en qué ha quedado su posición "irrenunciable" a este respecto.

El resultado final no ha constituido ninguna sorpresa, ya que el principal objetivo de la patronal, la reducción de las indemnizaciones por despido, ya es un hecho gracias, una vez más a los sindicatos del régimen, verdaderas instituciones del estado capitalista y herederas directas del verticalismo franco-falangista y liberal.

Los medios de comunicación del capitalismo, prensa; TV; radios (con sus tertulianos que cobran minutas astronómicas y que son capaces de hablar de cualquier tema por enrevesado que éste sea); expertos en materia económica (como el famoso espantajo Barea, alias Dr.NO), todos han coincidido en una cosa: la situación actual del "mercado de trabajo" es insostenible. Lejos de ver en esta situación el efectivo emperoramiento de las condiones de vida de los trabajadores, las hipócritas lamentaciones de todos estos voceros estipendiados por el capitalismo no han tenido otro objetivo que ir mentalizando a los trabajadores para que acogiesen favorablemente la reforma laboral y presentar a los trabajadores fijos, como a unos privilegiados que en definitiva serían los verdaderos culpables de la altísima tasa de paro en España.

De esta manera es como han ofrecido las cifras que ilustran los buenos resultados de las sucesivas reformas de los años del PSOE y que en 1996 nos ofrecen el siguiente panorama: el 96% de los contratos firmados fueron temporales y casi la mitad de ellos una tuvieron una duración menor a un mes. La tasa de paro oficial es de un 22% la temporalidad de un 34% y la de paro juvenil del 42 por ciento. Los datos hablan por sí solos. La realidad demuestra que en España el despido ya es libre, (gran obra del PSOE) y de lo que se trata ahora es de que sea gratuito (presumible gran obra del PP). La reforma laboral constituye un paso más en esa dirección, ya que la reducción progresiva de las indemizaciones por despido, hasta su total eliminación, es de hecho uno de los principales objetivos del frente único antiproletario: gobierno burgués de turno - sindicatos del régimen y patronal.

El Acuerdo Interconfederal para la Estabilidad en el Empleo ya nos presenta en su "Introducción" las líneas maestras de su contenido hablando de "un marco adecuado de relaciones laborales que posibilite una mayor flexibilidad al tiempo que una mayor permanencia en el empleo de los trabajadores y trabajadoras contribuyendo así a mejorar la competitividad y el buen funcionamiento de las empresas". Sabemos, y los proletarios lo saben también porque lo sufren cotidianamente en sus centros de reclusión laboral, que la competitividad y el buen funcionamiento de las empresas no representan otra cosa que mayor explotación.

El texto del Acuerdo Interconfederal ha sido dividido en tres capítulos, a los que hay que añadir los ocho que configuran el Acuerdo sobre Negociación Colectiva, ambos Acuerdos son los que conforman la Reforma Laboral. El capítulo 1 versa sobre la contratación de nuevos trabajadores, y aquí una de las principales novedades ha consistido en cambiar de nombre el contrato de aprendizaje, que pasa a llamarse ahora de formación, manteniendo prácticamente todas sus características anteriores. Pero la principal atracción, por así decir la estrella invitada de la reforma ha sido el maravilloso contrato indefinido con despido pactado. Con él el trabajador lo único que consigue es tener garantizado SU DESPIDO y además con una rebaja para el empresario, quedándose en 33 días por año con un máximo de 24 mensualidades. Sabiendo que todas las modalidades de contratación eventual permanecen, por mucho que las cambien de nombre, no es difícil deducir que de lo que se trata es de preparar el camino para una nueva vuelta de tuerca que permita a los explotadores despedir a los trabajadores fijos con muchos años de antigüedad en las empresas y prácticamente gratis. Para ello se han apresurado los componentes del partido del orden burgués en añadir, en el Capítulo III de la reforma, todo lo referente a extinción del contrato por causas objetivas. Aquí se faculta a los capitalistas para que puedan despedir sin prácticamente ningún problema a los trabajadores excedentes por razones económicas o técnicas, organizativas o de producción, para superar las dificultades que impidan el buen funcionamiento de las empresas. Y para premiar la participación e implicación directa de los bonzos de los Comités de Empresa y las Secciones Sindicales en el despido de sus compañeros, el Estado de los capitalistas tendrá en cuenta su traición ya que: "Los representantes de los trabajadores tendrán prioridad de permanencia en la empresa, en el supuesto al que se refiere este apartado".

De igual manera las Empresas de Trabajo Temporal (ETT), van a ser objeto de estudio para "mejorar todos aquellos aspectos que permitan un mejor funcionamiento de las Empresas de Trabajo Temporal". Punto éste que no carece de importancia ya que no olvidemos que los sindicatos poseen sus propias ETT, pero eso sí, con un carácter social.

Comentábamos anteriormente que uno de los principales señuelos para hacer más digerible el contenido antiobrero de la reforma laboral, era la inclusión de la reducción de jornada. Tras afirmar que éste era un tema irrenunciable (El País 3 de abril de 1997), el resultado final ha sido muy alentador: "Durante el primer año de vigencia del presente Acuerdo, las partes firmantes del mismo consideran necesario y oportuno ESTUDIAR todo lo relacionado con la gestión del tiempo de trabajo, la duración y redistribución de la jornada, orientada a contribuir a la mejor evolución del empleo y del funcionamiento de las empresas". Al final de este punto incluyen una vaga solicitud de consultas con el Gobierno sobre la realización de horas extraordinarias con una finalidad que en su boca no es más que pura demagogia: "incrementar las oportunidades de colocación de los trabajadores en paro forzoso".

Sobre la Negociación Colectiva, es decir, sobre los acuerdos que firmarán los bonzos a espaldas de los trabajadores, se quiere dejar, y de hecho así sucede en realidad, en manos de las organizaciones más representativas. Esto se traducirá en una serie de disposiciones que harán que las categorías profesionales existentes en los convenios colectivos, vayan desapareciendo paulatinamente, introduciendo la polivalencia profesional, es decir, que un mismo trabajador, en función de las necesidades de la empresa haga de todo: "Se trataría de sustituir las categorías profesionales por GRUPOS PROFESIONALES (las mayúsculas siempre son nuestras) y definir éstos en función de varios criterios, tales como autonomía, formación, iniciativa, dirección, responsabilidad, complejidad, etcétera". Un poco más adelante se añade: "Se producirá en su caso, la movilidad funcional dentro del grupo, con el LÍMITE de la IDONEIDAD anteriormente referida, y APTITUD necesaria para el desempeño de las tareas que se encomienden al trabajador en cada puesto de trabajo (...)". Pero igual de diligentes se han mostrado igualmente en establecer la estructura salarial: "(...) estimamos innecesario que el convenio nacional de rama de actividad agote los criterios salariales. Por el contrario, un convenio de dicho ámbito puede remitir las cuestiones salariales a los ámbitos inferiores, limitándose a establecer los conceptos o criterios que definen la estructura salarial vigente en cada sector, sin que ello implique el establecimiento de cuantía alguna". Esto, traducido a román paladino significaría simplemente que al quedar desligados del convenio nacional, aquellos trabajadores sin fuerza numérica para imponer mayores subidas salariales mediante la lucha, tendrán las subidas salariales que la empresa quiera. De cualquier forma, esto también sucede en las grandes empresas, ya que la negociación salarial es materia reservada entre los bonzos y la empresa, presentándose el resultado final de la "negociación" como el "mal menor", con lo cual su aceptación entre los trabajadores, a falta de una alternativa de lucha organizada de manera autónoma, casi siempre está asegurada. Y si los trabajadores votan en contra, allí donde se somete a votación, se les impone sin más.

Antes, al comentar el Acuerdo sobre el Empleo hemos hecho referencia a una de las prebendas que los capitalistas otorgan a los representantes de los trabajadores, y en este Acuerdo sobre Negociación Colectiva se recoge el acceso de los "representantes" a toda la información privilegiada referente a los planes de viabilidad de las empresas, otorgándoles nuevamente una posición de total y absoluto privilegio sobre el resto de la plantilla. Para que ningún proceso de "negociación" de convenio se vea alterado por eventuales e imprevistas reacciones en contra de los trabajadores, el Acuerdo preve también esta circunstancia, y así dispone lo siguiente: "Establecimiento de procedimientos y cauces para evitar BLOQUEOS y RUPTURAS en los procesos de negociación, acordando periodos máximos de paralización de la misma y, a cuyo término, las partes se someterían a soluciones de mediación y arbitraje (...)".

Lógicamente todas estas medidas antiproletarias se ponen en marcha para hacer más operativo el Plan de Estabilidad, medio que serviría para alcanzar los criterios de convergencia económica establecidos por la UE. Todo esto no significa otra cosa que adecuar la estructura productiva y el modelo de relaciones laborales a las exigencias coyunturales del capitalismo, mediante despidos masivos, reducciones salariales y en gastos sociales, y por tanto ir reduciendo paulatinamente a la nada las conquistas sociales arrancadas por los trabajadores con duras y muy a menudo cruentas luchas. Si el proletariado no quiere verse reducido a las peores condiciones de explotación económica y degradación social deberá retomar el arma de la organización sindical clasista en lo económico, y en lo político acercarse y asumir el programa del comunismo revolucionario, única vía existente para acabar con el dominio del capital.
 
 









REUNIÓN GENERAL DE TRABAJO
(Florencia, 24-26 de enero)







Se han dado cita en Florencia nuestros compañeros de militancia para la reunión general del partido, los días viernes 24, sábado 25 y domingo 26 de enero. Casi todas las secciones estuvieron presentes, con pocas y motivadas excepciones.

Tuvimos las reuniones preparatorias del viernes por la tarde y sábado por la mañana en la sede de la redacción local de nuestro periódico, y para escuchar las exposiciones se designó la sala de una biblioteca pública poco distante.

En las reuniones organizativas todos los compañeros encargados de específicas profundizaciones e indagaciones, históricas y económicas, han tenido posibilidad de referirse ampliamente sobre el progreso de los respectivos trabajos, escuchar las sugerencias de algunos otros que habían afrontado el tema con anterioridad y recibir textos, recortes de revistas y periódicos y todo lo demás que se considerase útil suministrarles.

Respecto a los trabajos en los que se había llegado a los primeros resultados conclusivos, los relatores hicieron un sucinto resumen de lo que expondrían por completo en la reunión. Aunque golpes necesarios asestados lo mejor que podemos en el morro de los burgueses y guía para los proletarios, nuestras exposiciones no son consideradas obras perfectas para siempre en simetría y entereza, sino perfectas en cuanto forman parte de un continuo proceso de perfeccionamiento de partido (procedimiento negado quizá por los idealistas pero que rige de hecho toda actividad material humana y del pensamiento).

Además, habiendo seguido los compañeros el madurar de cada estudio en cada una de sus fases, las tesis y consideraciones que serán expuestas no se mostrarán imprevistas ni originales, no sólo respecto a la doctrina general histórica sino también a nuestra contingente formación actual, para la cual las afirmaciones de los relatores no se reducen a congresales golpes de escena de equilibristas o jugadores de prestigio, sino conclusiones esperadas, casi obvias y "ya rumiadas" en la impersonal memoria colectiva del movimiento.

Esto no significa que "mantener con vida" el partido, es decir interpretar las vicisitudes de hoy de la lucha entre las clases, recordar las de ayer y nuestra doctrina, sea un hecho banal y casi automático cuando por el contrario implica un notable esfuerzo, en todos los sentidos; colectivo, individual y de grupos, para superar la corriente opuesta de las falsificaciones burguesas, en estos tiempos tórpidos. Ésta es una verdadera batalla y trayectoria revolucionaria, algo muy distinto de la chispa novelera aquí y allá.

Hemos escuchado a los compañeros que viven en Gran Bretaña, sobre las condiciones en las que se desenvuelve la actividad que llevan entre los trabajadores en lucha y en el movimiento sindical, con sus particulares características, dentro de un mismo pero complejo fenómeno mundial de sometimiento de los sindicatos obreros al régimen capitalista.

Como es norma se ofrecieron los detallados resúmenes financieros, se estableció la renovación de las suscripciones, se habló de la actividad de propaganda y divulgación y se concretizó el plan de publicaciones en las distintas lenguas.
 

LA HUELGA COREANA

Abría los trabajos un primer informe breve sobre las bases históricas de la actual situación económica y social en Corea, otra vez teatro recientemente de vastos conflictos obreros. El Estado reconstruido en el país devastado por los ejércitos de la ONU y rusos se consolida sobre una antigua tradición: de población no china reivindica desde hace seis siglos la emancipación de los mongoles y la interrumpida unificación del país aunque en un régimen feudal. La posición geográfica le hace formar parte de la ocupación japonesa, primer paso para la invasión de Manchuria así como para la insurrección antijaponesa.

En 1953, después de una guerra entre imperialismos que costó al país dos millones de muertos, el paralelo 38 lo dividió en un norte industrializado y en un sur prevalecientemente agrícola. En ambos, a pesar de la oposición de la propaganda, se establecieron gobiernos abiertamente dictatoriales, militares en el poder y represión de las revueltas obreras. Los sindicatos están abiertamente sometidos al control estatal.

Las huelgas recientes están producidas por una misma y moderna clase obrera que, gracias a sus repetidas movilizaciones, ha conseguido ganarse un cierto incremento de los salarios, frente a condiciones de trabajo bastante duras. Son los efectos de la crisis mundial los que ahora constringen a los capitalistas coreanos a reclamar despidos en masa. Contra estos el proletariado se encuentra en la lucha y siente la necesidad de una reorganización sindical única nacional e intercategorial libre de los condicionamientos estatales.

En esta trayectoria el ejemplo que proviene de occidente para los proletarios coreanos no les es de ayuda, más bien les proporciona peligrosas ilusiones sobre un sindicalismo, «democrático» dicen, reconocido por el gobierno con el que trata cual «partido del trabajo» dentro de las compatibilidades capitalistas. ¡Nada mejor para arruinar la clase obrera y salvar mayor parte de los beneficios burgueses, especialmente en tiempo de crisis!
 

CURSO DE LA CRISIS ECONÓMICA

Era de esta manera expuesto el informe sobre la metódica toma de datos del estado de la economía capitalista, trabajo que se inserta en el ámbito tradicional de partido para reafirmar sobre la base de los datos estadísticos las tesis marxistas sobre el capitalismo y su catastrófico destino.

La marcha de la producción industrial confirma un ciclo en curso sin vigor, comparado con los ritmos de los primeros treinta años de la posguerra, ciclo que se desarrolla en la línea tendencial de lenta depresión.

La débil expansión ralentiza o estira el empuje, según los todavía desfasados compases de los grandes imperialismos y distintos entre las áreas de joven y viejo capitalismo. En los Estados Unidos el crecimiento de la producción industrial se sitúa desde hace algunos meses en incrementos relativos discretos, pero conformes a la media del lapso del ciclo en curso, de la edad y la tendencia general invocada por este imperialismo; crecimiento que lleva a la masa del capital industrial a recuperarse abundantemente de la contracción de la última recesión. Recuperación que está todavía lejana para los imperialismos europeos, en su conjunto, y para el japonés, que además se encuentran en condiciones de estancamiento o de crecimiento insuficiente. La ralentización de los fuertes ritmos de desarrollo de los capitalismos jóvenes confirma nuestras tesis de que la joven edad y la disponibilidad de técnicas productivas evolucionadas les permiten ritmos de acumulación elevados, pero no duraderos ni suficientes para transformarles en motores independientes y de potencia prevaleciente para el capitalismo mundial a su vejez. La serie de datos de la producción industrial expuesta lo demostraba.

Después de una rápida verificación de que la marcha de los precios y de los tipos de interés concuerdan con la debilidad de la expansión constatada de las producciones, se consideraron algunos aspectos del comercio mundial, que, ligado a la difusión mundial de producción y de comercio de las grandes empresas, alimenta esperanzas pero también temores de la burguesía. Se confrontaban los ritmos de incremento de los volúmenes de las exportaciones y de la producción mundiales, en el largo ciclo comenzado en el 1974 y según nuestro método en los períodos entre máximos, resultando los del comercio de exportación mayores y en aceleración entre 1990-95, período vigente; la ley del decrecimiento histórico del incremento relativo del comercio de importación y exportación, que nuestro estudio ha verificado en el arco de un siglo y medio, y el explícito retorno de un furioso proteccionismo al precipitarse esta crisis de sobreproducción, esperan troncar este efímero vigor.

Se mostraban las trayectorias en movimiento relativo a los saldos de las balanzas comerciales de los seis mayores imperialismos, y los primeros pasos de un estudio sobre las trayectorias históricas de la relación entre exportación y producción para los grandes imperialismos respecto al curso de su integración y dependencia del mercado mundial.

En relación a los desarrollos del mercado mundial en esta fase de relativo crecimiento económico ralentizado, se comentaron algunos pasajes del libro tercero de El Capital en el parágrafo que trata el comercio exterior como causa antagónica a la caída de la tasa media de ganancia.

Considerando el capital en general, el desarrollo del comercio exterior, de fundamento inicial del joven capitalismo se convierte en producto del desarrollo capitalista, necesario para la valorización del capital y válvula de escape para la producción creciente. Su acción es contradictoria. Frena a corto plazo la caída de la tasa media de ganancia, procurándose las condiciones más favorables para el aprovisionamiento de materias primas y medios de subsistencia, para la venta de los productos, para la ampliación de la escala de las producciones, pero en la tendencia histórica, favoreciendo la acumulación, la concentración del capital, la reducción de la fuerza de trabajo respecto a los medios de producción, anula su efecto y empuja a la disminución de la tasa media de ganancia y a la ralentización del crecimiento relativo del capital.

Pasando a considerar la concurrencia de los muchos capitales de las empresas individuales o de los varios centros nacionales de acumulación, Marx examina cómo los beneficios extra debidos al empleo de procesos productivos más avanzados respecto a la media mundial pueden frenar la caída de la tasa de ganancia para el capital individual aventajado. Pero esto sólo mientras detenta el monopolio del sistema productivo perfeccionado, sólo con un reparto de plusvalía total con desventaja para la concurrencia.

La misma cuestión de los beneficios extra puede ser tratada con las categorías del valor y de su forma transformada de precio de producción. Según el cual a cada capital le corresponde un «beneficio medio social», como se ilustra en los capítulos X y XV siempre del libro III. Este último concepto se presta a la comprensión inmediata, «con precisión que podríamos definir matemática», de como los capitalistas, aunque en guerra de competencia entre ellos, constituyen una clase social mundial, opuesta a la clase obrera internacional.
 

ANTIDETERMINISMO EN LA FÍSICA CONTEMPORÁNEA

El relator expuso a grandes rasgos el desarrollo del trabajo sobre el determinismo en el campo histórico y natural. El amplio informe no está todavía acabado, aunque ahora ya está clara nuestra concepción y la opuesta burguesa sobre la cuestión central del determinismo. Será necesario otro trabajo para esculpir mejor la posición del partido y definir mejor el tremendo retroceso burgués.

La burguesía nace determinista y Laplace, que había eliminado a Dios del universo, introduce el demonio determinista que todo lo podría abarcar en el espacio y en el tiempo y que desde entonces retorna como una pesadilla para impedir el sueño de los burgueses renegadores de su origen revolucionario.

Nosotros marxistas sabemos que no se hace nunca ciencia para la ciencia aun cuando se pretende hacer ciencia pura, sino siempre lucha política, la lucha gigantesca emprendida por la clase burguesa al inicio de este siglo que va a morir, contra el determinismo histórico y natural, es un capítulo de la lucha sin cuartel entre proletariado y burguesía. De hecho es postulado central de nuestra doctrina, que sin determinismo no tiene sentido hablar de marxismo, leyes históricas y comunismo.

El ataque comenzó sin estrépito mediante la tentativa de ajustar el cálculo de las probabilidades introducido en mecánica a un hecho físico. Pero es significativo de la función no agotada todavía en campo histórico de la burguesía que la casi totalidad de los científicos permaneciese bien anclada en la concepción clásica. Se desplegó con toda su virulencia en los mismos años en que el proletariado sufría su más tremenda derrota histórica. En 1926 se afirmaba en campo científico la mecánica cuántica, en la que el caso entra en la descripción de los fenómenos y las probabilidades son radicadas profundamente en la estructura objetiva del mundo real adquiriendo por lo tanto un carácter objetivo.

La discusión sobre el carácter de la probabilidad cuántica y del principio de indeterminación de Heisenberg (por no hablar del más general y discutido principio de complementariedad de Bohr) está todavía abierta en el campo científico y también dentro de la escuela ortodoxa llamada de Copenhague no se cree que haya unanimidad de interpretación. Por cuanto nos corresponde, prefiriendo siempre los adversarios que llevan sus premisas a las extremas consecuencias, hacemos nuestro el juicio de que el concepto de probabilidad y el principio de Heisenberg no son ajustables a las perturbaciones ligadas con la observación. El concepto de probabilidad y la indeterminación que le acompaña entra teóricamente y en vía de principio en la mecánica cuántica en cuanto entra en la teórica definición del estado del sistema cuántico.

El relator expuso a grandes líneas la resistencia encarnizada de los realistas clásicos, entre los cuales destacan Einstein y De Broglie.

Desde los años 50 la reacción determinista y materialista se refuerza, pero sus resultados son todavía muy desilusionantes aunque algunos pilares de la concepción ortodoxa sean seriamente dañados. En los años 60 y 70 empieza una nueva ofensiva contra el determinismo. Nace la teoría del Caos y con ella el principio de indeterminación de Heisenberg se extiende del micro al macro. Es interesante observar que la mayor parte de los caóticos parten siempre de Maxwell y Poincaré los cuales, prescindiendo de sus límites filosóficos estuvieron siempre sólidamente anclados en la ciencia clásica, olvidando, no se sabe si por ignorancia o por interés de partido, que el problema de las condiciones iniciales ha estado siempre presente desde los principios de la ciencia clásica a partir del mismo Laplace, y ha sido objeto de continuas discusiones como se puede ver en el carteo entre Einstein y Born.

El relator expuso los últimos resultados del decadente pensamiento burgués tanto en el campo clásico como en el cuántico, demostrando cómo sus resultados están doblemente viciados: de ideología y de método. El uso desconsiderado del ordenador lleva a los burgueses a pensar poder afrontar lo concreto en cuanto concreto, sustituyendo el demonio de Laplace, por la capacidad de cálculo del ordenador, renegando del método clásico que es el de lo simple a lo complejo, de lo abstracto a lo concreto y que pertenece tanto a Marx como a Einstein.

La exposición terminaba demostrando como la defensa del determinismo es parte integrante de la batalla general por el comunismo. Si tuvieran razón los caóticos no sería posible una sociedad regulada por un plan de especie. Si tuvieran razón los indeterministas el comunismo se convertiría, de hecho necesario inscrito en la dinámica de la sucesión de los modos de producción, en un producto de la voluntad, recayendo por lo tanto en los postulados filosóficos de la acción de la clase antagónica a nosotros. El comunismo sería reducido a una gramsciana «Revolución contra "El Capital"» a escala histórica y mundial.
 

CUESTIÓN AGRARIA EN RUSIA

El domingo por la mañana abría los trabajos un breve esclarecimiento sobre las condiciones de la reforma agraria en los países de la disgregada URSS. La institución del Koljos, en el cual se han transformado por ley también los estatales Soljos, constituye todavía un poderoso bastión contra la modernización del campo en Rusia, Ucrania y Bielorrusia al menos. Por motivos antiguos y modernos la agricultura ha permanecido como una piedra en el camino que, por su increíblemente baja productividad, ha contribuido al fracaso del capitalismo de Estado también en la industria, y de ninguna manera resolviendo la necesidad de dar de comer a sus obreros.

De hecho, en los países de afirmado capitalismo la solución alimentaria no está en la roturación y puesta en cultivo de tierras vírgenes preponderantemente poco fértiles, sino en la intensificación de la inversión de capital en las tierras mejores para elevar el rendimiento. A esta síntesis moderna de industria y agricultura se opone el archipiélago inmenso de las microempresas familiares que todavía viven mayormente de autoconsumo e impiden la socialización de la riqueza.

Es necesario reconocer en el hibridismo campesino eslavo-estaliniano uno de los dos pilastres - siendo el otro el capital occidental - de la conservación mundial que bloquea desde hace setenta años el curso de la revolución.

No han faltado las inversiones de capital ni tampoco el uso de técnicas modernas en los Koljos; han faltado sin embargo las relaciones de producción modernas, la producción para el mercado, y la expropiación de los productores, que han bloqueado todo verdadero progreso de los mismos koljosianos. Así, con motivos exclusivamente sociales, se explica cómo, por ejemplo, la poderosa máquina industrial rusa no haya conseguido pavimentar las carreteras entre y en los pueblos: esas carreteras eran los koljosianos las que las querían con un mar de barro para obstaculizar el acceso a los productos competidores a bajo precio.

Hoy las condiciones para una reforma de la estructura agraria, que necesariamente debería expulsar de la esfera campesina gran parte de los jóvenes para arrojarlos en las industrias, han quedado particularmente arduas por la crisis mundial de sobreproducción que impide la absorción de fuerza de trabajo asalariada. Por lo demás la estructura koljosiana reacciona "a todos los niveles" para defender su mísera seguridad y de hecho es, en su casa koljosiana con establos, etc., inatacable por las crisis económicas. Sólo imponiendo desde el exterior del mundo koljosiano, por un estado que tenga suficiente fuerza, un consistente impuesto sobre la tierra (del cual haya sido premisa la «privatización» de la tierra) se podrá arrancar a los koljosianos de su mundo constringiendoles a producir para vender en vez de para comer.
 

CUESTIÓN MILITAR Y EUROPA

Otro relator pasaba después a la continuación del informe sobre la cuestión llamada militar, que trata del hecho de la guerra en relación con la dinámica de la lucha entre las clases. Se afrontaba bajo dos aspectos, por una parte se daba un rápido vistazo al discurrir final de la Segunda Guerra Mundial en Europa, por otra se deducía de ello la imposibilidad actual de una unión europea desde el punto de vista militar.

Si bien es verdad que necesidad primaria en la guerra imperialista es la destrucción de capitales, comprendido el capital variable, o sea, el proletariado, es también verdad que las varias burguesías entran en confrontación para arrancarse mercados y posiciones de dominio.

Si Alemania con sus guerras relámpago pensaba poder enfrentarse por etapas sucesivas a la confrontación con los Estados Unidos, en la inmensidad Rusa debió abandonar cualquier reserva precipitándose a una guerra sangrienta que utilizó, desangrándolo, al proletariado alemán en uniforme.

Se resaltaba cómo las pretendidas «locuras» del dictador alemán no eran otra cosa que necesarios convenientes tácticos con objetivos determinados: la orden de resistir en Stalingrado permitió al resto del ejército alemán retirarse sin ser aniquilado; la contraofensiva en las Ardenas del 44 pospuso en más de seis meses la caída del Ruhr, corazón del capitalismo alemán.

La derrota en la Segunda Guerra mundial fue de toda Europa, constreñida a sufrir el condominio ruso-americano. Habiendo pasado 50 años, y caído uno de los dos bastiones, no por la fuerza de Europa, ésta continúa a proyectar y a divulgar una unión europea sobre bases económicas, monetarias y comerciales. Pero, faltando a tal proyecto el nivel de energía histórica suficiente para alcanzar la temperatura de fusión de un nuevo Estado único continental, todo se reduce a vulgar consenso de mercaderes y no menos aun martilleante pretexto para pedir y exigir en su nombre sacrificios al proletariado.

Una moneda única sin su Estado, sin su ejército para defenderla, es algo bien efímero. El gigante estadounidense, las recíprocas rivalidades entre las burguesías europeas, el terror a que el proletariado vuelva a levantar la cabeza, son disuasivos de peso seguramente mayor que lo que hoy empuja hacia la unión europea.
 

LECCIONES DE LA HISTORIA DE LA PRIMERA INTERNACIONAL

Un compañero contaba después el estudio nuevamente emprendido sobre la historia del Partido exponiendo una trayectoria de investigación sobre la Primera Internacional.

La Asociación nace de la exigencia, expresada por grupos de vanguardia de trabajadores ingleses y franceses, de encontrar una respuesta común, y por tanto internacionalista, a la explotación capitalista, pero fue la cuestión polaca el motivo contingente que condujo al primer congreso en 1864 en el St. Martin’s Hall.

La reunión de diversos grupos, no necesariamente formados con principios revolucionarios ni comunistas, como los proudhonianos y los anarquistas, en la no homogeneidad doctrinaria, representaba sin embargo un movimiento real de la clase hacia la lucha antipatronal y por una organización más adecuada para ella. Fueron los mismos trabajadores los que llamaron a Marx y Engels para dirigir el constituido partido internacional de los trabajadores en virtud de su indiscutida autoridad reconocida orgánica y universalmente. Pero los maestros del socialismo científico no condicionaron su militancia a la adopción de un particular modelo organizativo o de una doctrina política acabada, conscientes de que aproches teóricos distintos a los del socialismo científico podían ser corregidos sólo por la experiencia real de la clase obrera mundial. Aunque la conquista del poder político debía ser el objetivo por todos aceptado y el fin de la clarificación doctrinaria, consiguieron encontrar espacio también para posiciones de genérico humanitarismo, como las expresadas por Odger y Tolain o las puramente sindicales de los secuaces de Owen y Proudhon, frutos de una clase obrera todavía inmadura. Hubo intransigencia respecto a formas consideradas atrasadas y ya superadas por la experiencia de la clase, como el sectarismo propuesto por Mazzini.

En este contexto de apertura a todos los diversos componentes existentes en el seno del proletariado, en el diseño de una unidad doctrinaria por conquistar en la acción, no se obstaculizó el ingreso en la Asociación Internacional de los Trabajadores de los anarquistas en 1868. Sin embargo estos no se amoldaron al espíritu de la Internacional, pretendían tomar la dirección del movimiento para impedir su maduración y fomentaban un deletéreo fraccionismo. La influencia ejercitada por ellos, que reivindicaban una acción económica voluntarista que huía de la tarea política de conquista revolucionaria del poder, contribuyó a graves derrotas de revueltas obreras, como en Lyon y en la Comuna de París. A continuación de estos ataques, Marx convocó en 1871 en Londres una conferencia organizativa donde se enfrentaron la línea anarquista de abstencionismo político y la centrada en la conquista del poder político expresada por los marxistas y por los blanquistas.

Los métodos del fraccionismo y del uso de los instrumentos de la lucha política dentro de la Internacional (mentiras y actos que son ajenos a los del fraterno convencimiento entre compañeros) fueron condenados como incompatibles en el movimiento de los trabajadores. En el plano programático fue enunciada la tesis de la necesidad de la acción política.
 

MÍSTICA COMUNISTA - MISTICISMO BURGUÉS

En la acepción común, vulgar e ideológica de la burguesía, mística equivale, generalmente, a confusión, a indistinción de sujeto y objeto.

Excepción hecha para determinadas corrientes de pensamiento que han probado a exaltarla en nombre de la «comunidad» y de la «naturaleza», el término hace torcer la boca, quizá porque reclama, en el residual bagaje positivista-científico de la burguesía, el Medievo y sus supersticiones religiosas.

O bien, como cada vez más ocurre hoy, es introducido morbosamente por las corrientes esotérico-revisionistas, que tienden a hacer de cada flor un ramo, anegando en la clásica noche en la que todos los gatos son pardos la diferencia y las divisiones que no logran limar, a pesar de la «buena voluntad», que en última instancia corresponde a la «mala conciencia».

En el lenguaje de la Izquierda y nuestro (que reivindicamos no como superación del histórico materialista dialéctico, sino como martillo y cincel que las circunstancias históricas desfavorables nos han dado en la labor de mirar por la insurrección histórica del proletariado) por el contrario, la mística alude a la manera de ser de la práctica y de la teoría revolucionarias, en la cual las antítesis encuentran una sistematización imposible para la burguesía.

Al respecto citamos una relación, tanto más conocida y sufrida cuanto más ha quedado ahora ya relegada en el desván, en donde se la creía a finales del siglo pasado, cuando ya se chismorreaba sobre el mentís y la esterilidad del marxismo revolucionario, en nombre de las reformas y la involucración de la clase de los desheredados en la cosa pública y la gestión del Estado: la inevitable división entre ciudad y campo, entre trabajo manual e intelectual, la antítesis entre enseñanza y producción, la diferencia clara entre medios de producción social y distribución privada de los productos. Por no hablar de la inevitable contradicción ínsita en el concepto burgués de «soberanía», que reside en el «pueblo», pero que el pueblo no podrá ejercitar más que siguiendo las reglas de la «democracia representativa».

Estas contradicciones serán materialmente superadas por la dialéctica revolucionaria: en la sociedad comunista desaparecerá la guerra, porque las causas profundas que la alimentan serán resueltas, no en el alma interior de los hombres, sino en la práctica social. Así pues «habrá desaparecido cualquier oposición duradera entre individuo y sociedad. En la sociedad de la especie unida la participación en el esfuerzo colectivo se convertirá en la primera necesidad vital, y el libre desarrollo de cada uno se convertirá en la condición del libre desarrollo de todos».

Citamos a propósito estas «utopías, porque en la acepción burguesa ahora ya mística y utopía son puestas juntas sarcásticamente, como ejemplo máximo del sentimentalismo romántico de los revolucionarios, en ruinas e impracticable, especialmente después de la presunta definitiva derrota del «comunismo».

Analizando las contradicciones a la luz de la mística comunista nosotros, por el contrario, sostenemos que la primaria necesidad vital de participación en el esfuerzo colectivo más que utopía en la actual sociedad es una necesidad, pero sacrificada a la dura ley del capital, a cuyo servicio se encuentra inclinado y sin vías de escape, no sólo el proletariado, sino el mismo burgués, especialmente el más evolucionado.
 

HISTORIA DE LA IZQUIERDA

El informe sobre la historia de la Izquierda, en continuidad con los expuestos en el curso de las precedentes reuniones, empezaba a tratarse considerando que la burguesía y los Estados imperialistas, antes aún del resultado de la Segunda guerra, se preocupaban por poner las bases de una futura y estable paz social.

Aunque el proletariado había sido liado con la propuesta de caza al invasor alemán y la de guerra antifascista, todavía se le debía poner en condición de completa impotencia, en vista del momento en el que se daría cuenta de la perfecta continuidad política y económica que ligaba al fascismo con el posfascismo. Con este objetivo los acuerdos entre los dirigentes del CLN, el gobierno monárquico y el mando anglo-americano quitaban toda veleidad rebelde a los partisanos desclasándoles a simples ejecutores mercenarios del Supremo Comando Aliado. En estas y otras ocasiones se juega un papel de primerísimo orden por parte del PCI, que se hacía garante de la disciplina, tanto de las bandas partisanas como del proletariado italiano, que habría debido aceptar todas las condiciones que le imponía la «paz democrática». Se hizo mención, por otra parte, a una entrevista que tuvo lugar para tal propósito, del PCI, a través de Concetto Marchesi, con emisarios del ejército inglés.

El PCI se comprometía a poner en acción su aparato militar ilegal en cualquier momento que fuera necesario para taparles la boca a todos aquellos que se hubieran opuesto de algún modo al nuevo orden de las potencias imperialistas vencedoras. Gracias a esta leal política de servidumbre del partido de Togliatti en las confrontaciones del imperialismo internacional y de la burguesía autóctona, los partisanos fueron inmediatamente desarmados y disueltos, los más recalcitrantes siempre más numerosos iban a ocupar los puestos dejados libres por los fascistas en el interior de las cárceles patrias, o bien se convertían en esbirros profesionales del régimen capitalista enrolándose en la policía y el ejército, donde se encuentran para colaborar con camaradería con los colegas ex-republicanos.

Pero el máximo celo y el máximo aporte de energías el PCI lo dedicó para combatir la única organización que, sin confundir las partes características del programa marxista y sin renegar de su táctica, había conseguido atravesar la tremenda tempestad de la contrarrevolución estalinista y que, aun sin ser un peligro inmediato, en el mañana, habría representado un punto seguro de referencia para el proletariado revolucionario: el Partido Comunista Internacionalista. La campaña de mentiras y de denigración gratuita, llevada a cabo con la más vergonzosa mala intención, no era suficiente para cerrar la boca a nuestro partido y por eso no se tuvieron escrúpulos para usar todos los sistemas del «odiado» viejo régimen fascista. Para los compañeros de la izquierda no faltaron lo palos, los secuestros de personas, las denuncias a la policía y a los patrones, llegando hasta la eliminación física.

En el transcurso de la exposición han sido varios los episodios recordados, el más impactante el de Schio y los documentos citados que prueban el odio feroz de los estalinistas contra una organización que no estaba en competencia comercial con ellos, que no iba a quitarles ni un sólo diputado en el parlamento, ni siquiera un concejal de ayuntamiento. Pero las razones del odio respecto a la izquierda no eran contingentes sino históricas; no era tanto el aparato del PCI con sus miles de tentáculos el que combatía al pequeño Partido Comunista Internacionalista cuanto la contrarrevolución, que, también a través del PCI, se reproponía aplastar definitivamente al órgano de la revolución.

La exposición pasó por fin a tratar un episodio en el que el partido, en setiembre de 1946, estuvo implicado en primera persona. Un joven ex-partisano, desde hacía poco adherente a nuestra organización, disparó dos veces con pistola y mató, en las inmediaciones de Florencia, al marqués de S. Polo, ex-jerarca fascista. Esta acción individual representaba el acto desesperado de un joven que creyó vengar de tal modo todos los sufrimientos, privaciones y humillaciones sufridas por el proletariado durante los veinte años del fascismo y protestar contra la política contrarrevolucionaria de los falsos partidos obreros que subieron al gobierno de la república.

Es sabido que las posiciones programáticas y doctrinarias de un partido marxista revolucionario excluyen el recurso al acto terrorista individual, pero también es cierto que el partido no deja a ningún proletario, aunque se haya equivocado, en las garras del enemigo sin intentar por todos los medios a su disposición acudir en su defensa. Para esta defensa el partido movilizó a los compañeros y se comprometió con todos los medios lanzando un llamamiento de solidaridad al proletariado en todos los puestos de trabajo. Y el proletariado, a pesar del vergonzoso boicot a escondidas y manifiesto del PCI, desde una punta a la otra de Italia respondió positivamente y con entusiasmo en defensa de los compañeros perseguidos por la justicia burguesa.

También la burguesía, no obstante, con su prensa, su policía, los partidos oportunistas, la magistratura, se mantuvo compacta en la pugna para cumplir su venganza de clase y no titubeó en practicar la represalia condenando a cinco proletarios comunistas (cuatro de los cuales del todo ajenos al hecho) por un burgués.

La exposición terminaba comparando las duras penas infligidas a los cinco proletarios con el fin de feroces represalias, con las sentencias de broma y las innobles absoluciones en los procesos de la así llamada depuración antifascista donde las apenas leves condenas se conmutaban en manera inversamente proporcional al grado de responsabilidad tenido con el pasado régimen o con los actos criminales cometidos.