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Quien se atreva a leer el periódico, no limitándose sólo al deporte o a los sucesos, no puede escapar a un sentimiento de malestar por la frecuencia de noticias que anuncian catástrofes de diverso tipo. Aclarémonos, la burguesía querría que nada transcendiese de las desgracias provocadas por su afanosa carrera hacia el beneficio, pero ya se sabe que, por un lado la así llamada globalización que hace que todo lo que sucede en el mundo sea de interés general, y por otro el hecho de que la misma venta de noticias sea un negocio para ella, hacen que, por ahora, circulen muchas noticias, aunque sea con retraso y a menudo falsificadas en la medida de lo posible. Puesto que la burguesía tiene el interés de minimizar, es legítimo pensar que generalmente las malas noticias que afectan al medio ambiente sean en realidad mucho peores de como las presentan, con pocas excepciones.
Una de las maldiciones más antiguas de esta época nuestra es el miedo a un desastre nuclear, ya sea debido a una guerra o a un accidente; otra más reciente es el calentamiento global, el efecto invernadero que transformaría radicalmente nuestro planeta. Pero si a uno le da por pensar puede descubrir nuevas fuentes de preocupación, como el fin de la energía barata, la demografía, la falta de agua, el sida, el cáncer, la guerra química o bacteriológica, etc.
Son pocos los que saben qué significa la biodiversidad, y poquísimos comprenden su importancia como una posible causa de desgracias para el género humano, desgracias tan graves como ineluctables si no se toman las medidas adecuadas. La pérdida de biodiversidad en la agricultura es una bomba de relojería que lentamente está llevando al desastre ecológico y alimentario; cuando explote probablemente será demasiado tarde. Estamos al borde del precipicio.
La roya del maíz fue señalada inicialmente en 1961, en Filipinas; poco después apareció en Méjico. Los primeros síntomas de su desembarco en USA empezaron en 1968; en la primavera de 1970 afectó al maíz de Florida, pero se supo ya tarde, en agosto, simplemente porque subieron las cotizaciones en la bolsa de Chicago. Al final se perdió el 15% de la producción, un enorme desastre.
Durante el invierno de 1971-72 hizo mucho frío en Ucrania, y no nevó suficiente. La primavera siguiente no llovió. Cerca de 40 millones de hectáreas estaban sembradas con una variedad de trigo de alto rendimiento, sensible a la sequía. No se sabe con certeza cuales fueron los daños que ocasionó esta sequía pero los efectos debieron ser gravísimos: en julio los rusos compraron 27 millones de toneladas de trigo, un hecho sin precedentes. Quien sufrió las consecuencias no fueron tanto los rusos como los habitantes de los países más pobres, importadores de cereales: el precio para alimentar a las vacas rusas fue el hambre para millones de seres humanos, a causa del aumento en un 50% de los precios de los cereales en los mercados internacionales.
En ambos casos el culpable era la uniformidad genética: las variedades muy productivas, preciado y orgulloso producto de las modernas mejoras genéticas, pueden ser vulnerables a uno de tantos factores ambientales; pero cuando el daño se verifica el desastre es inevitable, porque por lo general se cultivan en superficies enormes, y todas con la misma e idéntica variedad.
En esta posguerra la búsqueda de nuevas HYV (High Yielding Varieties - variedades de alto rendimiento), que ha determinado la así llamada "Revolución Verde", ha empobrecido constantemente la variedad genética de nuestros cultivos, suprimiendo para siempre un gran número de viejas variedades cultivadas.
A primeros de los 70 las grandes compañías semilleras del Norte empezaron a mostrar un gran interés por los recursos genéticos del Sur. Resultaba que el Norte, rico en cereales, era en realidad pobre genéticamente. La diversidad había que buscarla en el Sur pobre; el Sur, que nunca sufrió glaciaciones, rico en climas y microambientes variados, ha podido desarrollar una excepcional variedad de formas de vida. De esta forma se ha desarrollado otro fenómeno, el de la búsqueda de nuevos genes y de nuevos genotipos, un negocio enorme por explotar, una de las nuevas fronteras para el beneficio, que ahora ya reviste una importancia política internacional. Pero tampoco este nuevo camino, por muy rico que sea en posibles éxitos y descubrimientos, está en grado de resolver de modo permanente el problema.
Para comprender el escenario actual,
es necesario comprender antes cómo se ha llegado a esta situación;
debemos por tanto retroceder en el tiempo, a ese periodo en el cual sólo
existía biodiversidad natural, y el hombre no la había alterado.
Orígenes de la agricultura
La humanidad siempre ha vivido de la caza y la recolección. O mejor dicho, casi siempre; en unos pocos miles de años la humanidad ha pasado gradualmente a la agricultura, y no totalmente. Hasta hace pocos siglos una gran parte de la población mundial vivía sólo de la caza y la recolección. Y todavía hoy, en algún lugar apartado existe algún grupo étnico a salvo de la televisión, la Coca Cola, la contabilidad en partida doble, en definitiva, de la civilización.
¿Cómo vivían estos
pueblos cazadores-recolectores? Gracias a la arqueología y al estudio
de sus descendientes que todavía permanecían en este último
siglo lo cierto es que no vivían muy mal del todo:
- Tenían una cultura (enterraban a sus muertos según
un cierto ritual, conocían
perfectamente el ambiente en el que vivían, disponían
de técnicas de elaboración de los alimentos, de la caza,
etc, y debían por tanto disponer de medios de comunicación
para transmitir estos complejos conocimientos. Además tenían
una vida social desarrollada).
- La comida era abundante, porque dada la escasa población la
superficie en la que
se movía el grupo era lo suficientemente grande como para alimentar
a todos con vegetales y caza (los bosquimanos de Africa del Suroeste destinan
sólo una media de 9-12 horas semanales per capita para aprovisionarse
de comida; lo mismo puede decirse de los indios del Amazonas, los inventores
de la hamaca). También era escaso el trabajo para las demás
actividades esenciales.
- La alimentación se basaba en un altísimo número
de especies vegetales (3.000-5.000 sólo en Norteamérica),
lo que significa una dieta variada y saludable. No había carestías
(a no ser que interviniesen otros grupos humanos); ¿cómo
podía haberlas? Los ecosistemas en los que vivían eran estables,
y de cualquier modo las fuentes de alimentación eran tan numerosas
que todas no podían extinguirse al mismo tiempo. Las carestías
son una invención de las sociedades agrícolas, como también
lo son los desastres "naturales".
Por tanto, había pocas motivaciones para cambiar de modo de vida. Lo cual sigue sucediendo en los grupos étnicos que en una época reciente han entrado en contacto con la "civilización".
¿Por qué y cómo llegó la agricultura? La hipótesis según la cual se trató de una invención improvisada que se dio un buen día hace 10 ó 12 mil años por parte de un señor disconforme con su dieta habitual no tiene ya ningún crédito, porque parece que realmente surgió casi contemporáneamente en diversos puntos del mundo. Parece más probable que se trató de un proceso gradual (con avances, retrocesos, callejones sin salida) entre caza/recolección y cría/cultivo.
¿Cuáles pueden haber sido las razones que han determinado esta transición? Una respuesta que viene a la mente es que pudo haber sido el hambre, visto que la agricultura es mucho más productiva por unidad de superficie, lo que empujó a nuestros antepasados a cultivar la tierra, para alimentar a una población cada vez más numerosa; pero esta hipótesis no se sostiene si se piensa que en el momento del hambre no se inicia un proceso tan largo como el de la agricultura, ni mucho menos se inventa, sobre todo porque no se sabe aún que la agricultura es más productiva; cuando hay hambre se consumen todos los recursos, incluidas las semillas.
Probablemente las primeras plantas cultivadas fueron plantas preciadas y raras (medicinales, rituales, colorantes, venenosas), difíciles de encontrar y necesarias en pequeñas cantidades. Más tarde, quizás, debido a diversas contingencias tales como la disminución de la caza debido a cambios climáticos o una superexplotación del medio ambiente, aumentó la dependencia en los poblados de las plantas cultivadas, inicialmente con toda probabilidad obra de las mujeres; por tanto en un momento dado la tribu renuncia a emigrar en busca de nuevos territorios más ricos (en los que no hay vecinos, o si los hay son belicosos), y aumenta de esta manera su dependencia de la agricultura.
Con el aumento del sedentarismo aumenta también la población: los hombres ya no van a largas batidas de caza. Por eso hay más personas disponibles para trabajar y explotar el terreno; también los hombres se dedican a la agricultura. Esto gradualmente determina, aparte de un aumento de las superficies explotadas, también una mejora en las tecnologías; de esta forma el ulterior aumento de la producción permite la continuación del incremento demográfico, fenómeno que no se ha detenido hasta nuestros días. Las plantas que cultivamos hoy no son las de entonces, ni tampoco se parecen mucho. Las plantas actuales son plantas domésticas, es decir transformadas en función de las exigencias del hombre.
La domesticación ha consistido
principalmente en una selección de los individuos que se debían
sembrar cada año, mereciendo por lo tanto perpetuarse. De este modo
se llevaba a cabo la selección, no ya natural sino dirigida. La
domesticación es una forma de evolución guiada por el hombre.
¿Cuáles son los caracteres que han interesado al hombre y
por los que ha seleccionado las especies útiles? Las primeras especies
domesticadas tenían algunas características importantes para
la nueva tecnología alimentaria: facilidad de conservación
y almacenamiento de las semillas, elevado contenido de almidón en
las semillas de cereales, elevado contenido de proteínas en las
semillas de legumbres. Pero además había otras características:
- Tipos que no desperdician semilla: si las semillas se separan con
facilidad cuando se recoge la espiga, se trata de un fenómeno que
favorece la diseminación de la especie, pero que reduce también
la cantidad de granos que el hombre consigue recoger;
- Mismo periodo de maduración, y aunque este fenómeno
sea negativo para la especie, es positivo para las cosechas agrícolas;
- Mismo periodo de germinación, con las mismas características
anteriormente descritas;
- Semillas más grandes (plantas potencialmente más fuertes
y resistentes), como sucede con el maíz;
- Vainas indehiscentes (que no se abren de manera natural), como sucede
con las judías;
- Pérdida de caracteres defensivos (espinas, toxicidad).
Cuanto más se modificaban las plantas, más se dedicaban los hombres a la agricultura, que progresivamente se iba haciendo más productiva; en consecuencia los hombres iban perdiendo sus hábitos de caza-recolección (pero que nunca han sido abandonadas totalmente); debido a esta transformación, se iba alterando el ecosistema en el que el hombre actuaba.
De esta forma la dieta del hombre se iba reduciendo en el número de especies empleadas, ya que las mejoradas eran más productivas, y se recogían menos plantas selváticas. Hoy las especies cultivadas son unas 130 en lugar de los miles de especies que constituían la dieta de los recolectores. Pero en realidad el 85% de los alimentos proviene de 8 especies, y el arroz, el trigo y el maíz nos suministran el 50% del alimento.
Dejemos clara una cosa: la domesticación
de alrededor de 200-250 especies llevada a cabo en 10.000 años ha
sido una enorme conquista, que merecería una mayor consideración.
Sin embargo hoy estamos perdiendo una gran parte de los resultados de esa
conquista, mientras que los alimentos selváticos están ausentes
de nuestra dieta.
El desarrollo de la diversidad
Con la domesticación el hombre dirige la evolución de las plantas cultivadas; pero no se trata de un proceso lineal, ni unívoco. Es conocido el ejemplo de un famoso genetista que preguntó a un agricultor africano las razones por las que escogía unas plantas de sorgo características para la siguiente estación; la respuesta fue que este tipo de semillas de sorgo eran las más adecuadas para secarlas colgando del techo de la cabaña. Los avances han sido numerosos, y en algunas épocas unos han sido más importantes que otros; hay muchos ejemplos de esta domesticación. El maíz coloreado de Sudamérica era importante porque el color indicaba unas características que en aquel entonces eran útiles; las cucurbitáceas (pepino, melón, sandía...) servían como alimentos pero también como instrumentos musicales, recipientes para líquidos y funda del miembro viril. El sorgo en Africa servía como escobas, para melaza, para masticarlo, para hacer pan y cerveza, como material de construcción, como colorante, etc. En Perú había distintas variedades de algodón coloreado, y por eso no era necesario teñirlo.
Con el desarrollo de cada cultivo alimentario disminuía paralelamente el impulso para domesticar las demás especies. La diversidad en la naturaleza no se perdía, pero no se utilizaba, y con el tiempo se iban perdiendo estos conocimientos. No obstante aumentaba enormemente la diversidad entre las especies domesticadas; dos aldeas separadas por una montaña podían desarrollar dos tipos distintos de judías, porque el ambiente era distinto, o bien porque los gustos alimenticios no coincidían. Hasta hace no mucho tiempo ciertas hortalizas sólo se producían en algunos lugares. La diversidad estaba favorecida por ambientes morfológicamente irregulares (colinas y montañas).
En el curso de los miles de años de domesticación la mayor parte de los cultivos ha debido adaptarse a las condiciones mas variadas, produciendo genotipos muy diversificados. Por esta razón muchas especies se encuentran por todas partes. Por ejemplo el albaricoquero se ha difundido en las zonas cálidas del Mediterráneo, pero también se encuentra en los ambientes más extremos, como en las laderas del Himalaya; el sorgo, que es típico tanto de los trópicos húmedos como de las zonas semiáridas; el arroz, que en la India se encuentra al nivel del mar y también a 2.000 metros. Pero la mayor ductibilidad la ha demostrado la patata, que se encuentra en las depresiones, pero no es raro hallarla incluso a 3.000 metros, desde el círculo polar hasta Africa.
Estos genotipos son las variedades, o cultivares, que pertenecen a la misma especie, pero que se distinguen por un número habitualmente reducido de caracteres. Esta diversificación se ha dado generalmente en base a dos factores de transformación, la mutación (aparición casual de nuevos caracteres en un individuo, seguida por la selección llevada a cabo por el hombre) y la introgresión (aparición de nuevas combinaciones de genes ya existentes, casual o guiada por el hombre a través de la hibridación).
Las novedades vegetales que interesan al hombre tenían caracteres nuevos y útiles con respecto a la resistencia a las enfermedades e insectos nocivos, a la adaptación a ambientes extremos, a la calidad y cantidad de las producciones, etc.
Para obtener una mejora genética por introgresión es necesaria la presencia en las poblaciones de plantas de una gran variabilidad genética, de tal modo que se pueda obtener un gran número de combinaciones genéticas entre las que escoger. Esta variabilidad es máxima en los ambientes en los que una determinada especie ha existido durante mucho tiempo, ya que esto le ha permitido producir formas nuevas. Estos ambientes obviamente son los originarios de esa planta.
Llegados a este punto creemos que es necesario hablar de Nikolai Ivanovich Vavilov, un genio poco conocido fuera de los ambientes de los genetistas, un biólogo y genetista que viajó por el mundo desde 1916 a 1940, observando y recogiendo muestras vegetales. Siendo una figura respetada incluso hoy en todo el mundo, fue necesaria la ceguera del estalinismo para deportarlo a un campo de concentración, en donde murió de hambre en 1943.
Su descubrimiento más importante fue que la variación genética, la diversidad genética creada durante millones de años de evolución natural y durante miles de años de agricultura, no se había distribuido de manera igual por el mundo. Vavilov trazó un mapa de la distribución de la diversidad para cada una de las especies cultivadas que había estudiado. También planteo la hipótesis de que el nivel de diversidad era indicativo del tiempo durante el cual esa especie había sido cultivada en ese área. Cuanto mayor era el periodo de tiempo, mayor era la diversidad que se podía encontrar. Cuanto mayores eran los usos que se habían hecho de esa especie, mayor era la variedad de estas formas: por ejemplo, en el maíz para palomitas, para fines ceremoniales y medicinales, para tostarlo; lo mismo puede decirse en lo que respecta a la defensa contra patógenos y bichos, etc. Vavilov pensó que identificando el centro de la diversidad genética de una especie cultivada se podría seleccionar el centro originario: debería encontrarse en la zona en la que el cultivo había tenido el tiempo y la posibilidad de desarrollar una amplia diversidad. Vavilov seleccionó 8 centros. Se trata por lo general de zonas montañosas, o bien dotadas de ambientes variados. Las montañas aseguraban las condiciones ideales para que apareciese la diversidad: variedad topográfica, con diversos tipos de suelo y de clima. Constituían también unas excelentes barreras naturales contra incursiones externas y obstaculizaban los intercambios incluso a nivel local.
Puesto que los centros de origen no eran tales para una sola especie, sino para numerosos cultivos, Vavilov teorizó que todas las especies cultivadas se habían originado en 8 centros de diversidad.
Hoy ya no se identifican los centros
de diversidad con los centros de origen: resulta que, además de
la diversidad, un centro de origen debe disponer también de formas
selváticas, progenitores de las especies cultivadas. Según
esta interpretación, Harlan seleccionó sólo 3 centros
de origen, que más tarde fueron reconocidos también como
centros de origen de la agricultura, y los así llamados no-centros,
o centros impropios, o centros secundarios de diversidad donde la agricultura
se ha extendido, y donde el proceso de domesticación ha continuado.
Cambiando de ambiente las especies cultivadas han debido sufrir procesos
de adaptación todavía más drásticos que precedentemente.
De esta manera la diversidad ha viajado con la agricultura en su conquista
del mundo.
Las variedades primitivas estaban caracterizadas por una notable variabilidad genética; sin duda alguna los bichos y las enfermedades eran perjudiciales, pero sus daños eran mitigados por la diversidad de los genotipos, muchos de los cuales poseían defensas eficaces. Además los campos habían aparecido entre selva y selva, y difícilmente podían transmitirse las infestaciones. Los cultivos sufrían daños, pero no devastaciones.
La situación cambió con la extensión de la agricultura y con la concentración de pocos genotipos, si no de uno solo, sobre enormes extensiones.
Un caso típico fue la patata en Europa: difundida en Sudamérica fue introducida en Inglaterra y en España en el siglo XVI. Se difundió lentamente, pero basándose siempre en esas introducciones iniciales, por lo tanto sobre una base genética bastante restringida. En Irlanda se convirtió en el alimento principal del pueblo. La llegada de la Phytophtora infestans (una enfermedad fúngica de la patata) significó la destrucción de las cosechas y la consiguiente hambruna, con millones de muertos y emigrados a América. Existían los genes resistentes, pero estaban en los Andes; si no fuese por esto, no conoceríamos la patata actualmente.
A pesar de esto y otras cosas, el desarrollo de la agricultura moderna ha seguido otras vías: la existencia de caracteres diversos en las variedades tradicionales ha servido para crear variedades nuevas, adaptadas a situaciones particulares, pero obviamente no a todas las situaciones. Con el desarrollo de la genética que siguió al descubrimiento de las leyes de Mendel, y con el desarrollo de las técnicas agrícolas, fue posible crear variedades más productivas, con la técnica de la "línea pura" en las especies de semillas, y del "clon" en los árboles: en ambos casos los cultivos estaban (y están) compuestos de individuos idénticos genéticamente. Así los campos de cultivo presentaban cada vez más la característica de la homogeneidad genética (en lugar de lo que se había definido como "armonioso desorden"), con variedades que respondían positivamente a los abonos, laboreos, riegos, mientras que los eventuales enemigos bióticos eran mantenidos a raya con tratamientos suministrados por la nueva industria química a bajo precio.
Pero esto no fue suficiente para impedir los desastres: en 1870 las plantaciones de café de Sri Lanka, India y Africa oriental fueron completamente destruidas por la roya (debido a esto Inglaterra se hizo bebedora de té). En los decenios posteriores una serie de enfermedades desastrosas afectaron al algodón, trigo (USA), arroz (India), avena (USA), maíz (USA), trigo (URSS).
Siguió siendo necesaria la resistencia; y ésta hubo que buscarla en los centros de diversidad, en las variedades tradicionales que se habían salvado, o en los parientes selváticos de los cultivos. Esta resistencia es útil siempre, ya que los insectos y las enfermedades mutan con el tiempo y se vuelven resistentes a los pesticidas, de tal modo que pueden atacar a los genotipos resistentes.
Los ejemplos de cultivos salvados por
caracteres provenientes de variedades selváticas, sólo en
este siglo, son demasiados como para enumerarlos. La diversidad de las
variedades selváticas las ha hecho capaces de sobrevivir sin la
intervención humana. Si su resistencia no les hubiese hecho sobrevivir
se habrían extinguido hace mucho. Por esto, como fuente de resistencia,
las variedades selváticas representan una riqueza inestimable. Como
ha dicho Harlan "los parientes selváticos están entre el
hombre y el hambre". Y esta es la clave de la cuestión: los parientes
selváticos, junto a las viejas variedades, servirán siempre;
y por tanto servirán siempre los ambientes en los cuales crecen
y se desarrollan también hoy. Aquí está la perenne
importancia de la diversidad vegetal: sin la diversidad la agricultura
no sobreviviría.
Entre 1940 y 1960 se crearon centros internacionales de selección en Méjico y en Filipinas, con el objetivo de aumentar la producción alimentaria lo más rápidamente posible. Las variedades con un alto rendimiento habrían debido permitir una revolución alimentaria en los países del así llamado Tercer Mundo, hambrientos y en permanente tensión. Tras la motivación humanitaria hipócrita de acabar con el hambre, se encontraba el deseo de alejar riegos de inestabilidad política derivados del hambre. China había caído en manos de los "comunistas"; Gran Bretaña estaba combatiendo el comunismo en la península malaya; había inestabilidad en Filipinas; Francia estaba a punto de ser derrotada en Indochina; levantamientos campesinos estallaban en una Corea sostenida por EEUU, etc. Los americanos no escatimaron tropas, armas y dinero, pero comprendieron que el descontento estaba producido en buena parte por el hambre.
Los científicos de los centros de investigación se empeñaron a fondo para aumentar la productividad agrícola a través de la selección y distribución de variedades de alto rendimiento, sobre todo cereales. El mecanismo biológico principal para alcanzar este objetivo fue injertar caracteres de enanismo, mediante los cuales una parte de la biomasa podía ser trasladada desde los tallos a las semillas. La tecnología desarrollada durante la segunda guerra mundial para producir bombas hizo posible la producción de fertilizantes nitrogenados. Las nuevas variedades mostraron una alta sensibilidad a los fertilizantes: podían utilizar este incremento en la fertilidad aumentando las cosechas. El empleo de nuevas semillas y fertilizantes determinó un aumento de las cosechas entre el 10 y el 100 por cien. En poco tiempo las nuevas variedades fueron cultivadas en millones de hectáreas.
Pero pese a que la revolución verde provocó un aumento de la producción alimentaria, el hambre siguió existiendo; también debido al boom demográfico cada vez más habitantes del planeta padecen este mal, tan antiguo como la sociedad dividida en clases sociales. Una serie de estudios del International Labour Office reveló que el hambre y la malnutrición aumentaban mucho más rápidamente en las áreas más beneficiadas por la revolución verde. En realidad apareció pronto ya que las nuevas semillas no eran "neutrales". Crecían mejor en los campos de los propietarios ricos que en los de los campesinos pobres. Para obtener altos rendimientos eran necesarios fertilizantes y regadíos, que alimentaban tanto a las malas hierbas como a los cultivos, haciendo necesaria la utilización de herbicidas. Los insectos encontraron muy de su gusto la uniformidad de las nuevas variedades, especializándose rápidamente en ellas, y por tanto se hicieron necesarios los insecticidas. Los campesinos que no estaban en grado de adquirir estos productos se vieron marginados, y en muchos casos tuvieron lugar profundas transformaciones de la composición social de amplias áreas.
En realidad, la expresión "variedades de alta producción" es inapropiada, ya que hace creer que las nuevas semillas posean un alto rendimiento por sí mismas. Por el contrario lo que caracteriza a estas semillas es que responden bien a determinados factores de la producción como son los fertilizantes, regadíos,etc. Sería mejor llamarlas "variedades con alta capacidad de respuesta". De todas formas, en ausencia de estos factores de la producción, las nuevas semillas rinden menos que las variedades indígenas. Es más, en términos de biomasa vegetal general, las variedades de la revolución verde pueden incluso reducir el rendimiento de los cultivos. Y esto no es poco si se piensa que en el "tercer mundo", que sólo en una pequeña parte tiene una economía de mercado, por lo general todo el producto de los cultivos es utilizado: además del grano, un cultivo puede producir forraje, combustible, material de construcción, material para la artesanía, etc.
La revolución verde responde a los problemas del hambre y a las penalidades del campo con el aumento de la producción, lo cual trae consigo entre otras cosas el enriquecimiento de los estratos burgueses locales e internacionales; pero no se ha hecho nada para aumentar la ocupación, o para poner en marcha reformas agrarias. Se dio una solución técnica a un problema social y político.
La verdadera y perdurable consecuencia de la introducción de las variedades de alto rendimiento ha sido el abandono o la marginación de las viejas variedades, incluso en los centros de biodiversidad, con la consiguiente desaparición de una parte de la diversidad vegetal, y la puesta en peligro del resto.
El ya citado Harlan habla de un tipo de trigo que había recolectado en Turquía en 1948. Pequeño, raquítico, con semillas pequeñas, sensible al frío y a diversas enfermedades, inadecuado para hacer pan, nadie le dio importancia durante quince años, hasta que no apareció el problema del verduguillo, una enfermedad de los cereales. Entonces se comprobó que esta variedad no sólo resistía al verduguillo, sino además otra serie de enfermedades. A partir de ese momento el miserable trigo de Harlan es usado en todos los programas de mejoras de los EEUU y ha evitado enormes daños.
La importancia del viejo germoplasma (conjunto de los genotipos existentes en un grupo taxónomico) está ratificada por una infinidad de historias similares con especies como la cebada, arroz, mijo, sorgo, patata, de las cuales depende la vida de inmensas multitudes, pero lo mismo puede decirse de otras especies como frutales, guisante, remolacha azucarera, etc.
Las nuevas semillas forman parte de un proceso de transformación de la agricultura, que prevé mayores adelantos técnicos, una mayor apertura al mercado mundial, concentración de las producciones en base a genotipos particularmente adaptados al mercado mundial; por lo tanto, una pérdida de diversidad, transformación de las sociedades agrícolas (con pérdida de diversidad social y cultural). La agricultura está cada vez más controlada por la industria, por los capitalistas y sus científicos, y cada vez menos por los agricultores.
Por lo que respecta a la diversidad, el fenómeno según el cual se cultivan cada vez menos genotipos, y los menos rentables son olvidados y se pierden para siempre, se llama erosión genética. Esto puede suceder incluso para grupos enteros, como sucede con las legumbres: allí donde se difunde el monocultivo de cereales, no se producen legumbres, y de esta manera se empobrece la alimentación de la población que vive de los productos directos de la tierra (un ejemplo terrible del pasado reciente ha sido el cultivo del maíz en ciertas zonas del norte de Italia).
La nueva agricultura no se detiene frente a la destrucción del hábitat natural: presas, cemento, carreteras, extensión de los pastos a costa de los bosques, desertificación, deforestación, son fenómenos determinados directa o indirectamente por el hombre, y tienen en común la característica de atacar la supervivencia de genotipos preciados e irrepetibles. Pero el peor enemigo de la diversidad es la misma agricultura, debido a la sustitución genética que lleva a cabo. Cuáles son las especies cuya diversidad está más en peligro? Son aquellas que están en curso de mejoría genética, que producen nuevas variedades, y en general se trata de especies más importantes para la humanidad.
Para tener una idea de la uniformidad
genética de los principales cultivos basta con mirar la siguiente
tabla referente a los Estados Unidos:
Especie |
Variedades principales |
Superficie en porcentaje |
cacahuete |
|
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remolacha azucarera |
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|
algodón |
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|
alubias |
|
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trigo |
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maíz |
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mijo |
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patata |
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boniato |
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guisante |
|
|
arroz |
|
|
soja |
|
|
Un factor agravante de esta situación es que los cultivos más utilizados tienen en general una base genética bastante reducida, y en gran parte común a todas: en otras palabras, se trata de cultivos con muy pocas diferencias entre ellos, con uno o más padres en común, y que se diferencian sólo por un carácter de interés técnico (época de maduración, número de espigas, resistencia a un factor ambiental, enanismo, etc). De esta forma las distintas variedades no lo son tanto.
Los primeros agricultores redujeron el número de especies usadas (respecto a los recolectores), pero con el paso del tiempo la agricultura aumentó la diversidad dentro de cada especie.
Estamos destruyendo esta diversidad sin
producir nada a cambio, sólo una riqueza capitalista que no resuelve
los problemas de la humanidad. Gran parte de la diversidad creada durante
millones de años de evolución vegetal, y durante miles de
años de agricultura ha sido destruida, sólo en aras del miserable
beneficio.
Una gran parte de estas especies, probablemente dos tercios, viven en los trópicos, sobre todo en las selvas tropicales. La variedad, la diversidad de formas que existe en estos ambientes es enormemente mayor que en los ambientes templados. Para entendernos, Panamá, un pequeño estado de América Central, tiene una variedad de especies mucho mayor que toda Europa. Un famoso naturalista ha escrito que sobre un pequeño volcán apagado cubierto de bosques, en Filipinas, ha encontrado más especies arbóreas de gran tamaño que cuantas se puedan encontrar en los Estados Unidos. ¿Cómo es posible esta diferencia? Ya hemos visto que los trópicos no han conocido interrupciones en el proceso de diversificación que ha durado millones de años. Además las óptimas temperaturas y la humedad han favorecido la existencia, el sustento y la evolución de un número increíble de especies. Cada una ocupa un espacio muy preciso, y ha adquirido un altísimo grado de especialización; esto significa que las especies animales y vegetales que conviven dependen totalmente unas de otras. La desaparición de una especie de pájaros podría implicar la desaparición de numerosas especies de árboles y arbustos que basan la diseminación de sus semillas en esos pájaros; la desaparición de una especie vegetal puede significar el fin para una serie de insectos, ranas y mamíferos que se habían especializado en alimentarse con esa planta; pero a su vez estos animalitos no podrán, por ejemplo, servir de portadores de polen para otras especies, y así sucesivamente.
Naturalmente, se han extinguido especies en todas las eras precedentes, y el proceso no se detendrá nunca: unas especies que no se adaptan a nuevas situaciones climáticas desaparecen, y otras más dúctiles si se adaptan. Pero en tal caso los cambios tienen lugar en el transcurso de períodos relativamente largos, y muchas especies tienen la posibilidad de adaptarse, y de ser seleccionadas por el nuevo ambiente; una serie de espacios eventuales quedan libres en el sistema y son ocupados por especies distintas. Se trata de un fenómeno interesante y complejo, que aquí sólo podemos mencionar; además conocemos muy poco de la diversidad tropical. Pero esto no sería un problema, ya que queda como un interesante trabajo pendiente para los naturalistas del futuro. El problema es que los territorios ocupados por las selvas están disminuyendo a una velocidad impresionante, y por tanto mayor que la capacidad de la naturaleza para adaptarse a la transformación. El problema son las excavadoras, las motosierras, los incendios.
La pérdida de los bosques es considerable, y es uno de los fenómenos de degradación ambiental mejor conocidos por el gran público. El cálculo medio del quinquenio 1991-95 es de 11,27 millones de hectáreas perdidas por deforestación; para hacernos una idea, Italia ocupa cerca de 30 millones de hectáreas, incluidas las montañas (por tanto en 5 años, casi dos veces Italia). Pero el dato real de pérdida de biodiversidad es bastante mayor: para la FAO una superficie está deforestada si la cubierta arbórea se reduce a menos del 10% de la original. Por lo tanto si un bosque es restaurado técnicamente no habrá deforestación; pero la biodiversidad habrá recibido un golpe mortal. Evidentemente habrá vida en ese bosque, pero será un sistema extremadamente simplificado, ya que dentro de unos cuantos años volverá a ser talado. Además la repoblación forestal y la creación de áreas protegidas se dan principalmente en los países del Norte rico, precisamente donde existe menos diversidad.
La historia de la agricultura es la historia de la deforestación. El hombre siempre ha cortado árboles, para cultivar, construir casas y barcos, calentarse, fundir metales, etc. Y está claro que también ha causado desastres ecológicos en el pasado. Pero se trataba de una actividad proporcionada a la población y al desarrollo productivo. Con el colonialismo esta actividad sube a un nivel más alto. En las tierras sobre las cuales las potencias coloniales tenían un completo dominio se empezó a cultivar extensivamente todo lo que podía ser útil en Europa: y para cultivar había que talar los árboles. Cuba era una inmensa selva en tiempos de Colón: ahora importa madera debido a la caña de azúcar que ha terminado con la flora local. Pero lo mismo ha sucedido con la goma, el cacao, el café, el plátano, etc. Cada vez se destruía un mayor número de superficie forestal, y numerosas poblaciones, a menudo importadas como los negros en América, eran obligadas a vivir en las plantaciones.
Naturalmente, allí donde la economía de las plantaciones fracasaba, incluso en épocas recientes, estas poblaciones perdían su única fuente de vida, y vuelve por tanto a la selva: pero ya no para volver a ser cazadores/recolectores, estadio cultural ya superado, sino para ejercer como campesinos, permanentes o itinerantes; típica de esta situación es la agricultura de tala y quema (slash and burn), que consiste en la explotación durante algunos años de los terrenos deforestados, para posteriormente pasar a otros cuando agotan su fertilidad, lo cual sucede muy rápidamente. Pero estos campesinos sólo son culpables aparentemente. Los verdaderos beneficiarios de este fenómeno que se está desarrollando ante nuestros ojos son las compañías madereras, en primer lugar, y luego los ganaderos, que en países como Brasil producen carne de baja calidad para satisfacer la demanda de las hamburgueserías. Y los gobiernos respectivos no han hecho otra cosa que incentivar estas tendencias, bautizadas eufemísticamente como "mejoras".
No creemos necesario alargarnos más sobre la importancia de las selvas tropicales. Estos bosques albergan la mayor parte de las especies existentes, comprendidos los progenitores de una gran parte de las especies cultivadas (caucho, cacao, mandioca, café, anacardo, vainilla, piñas, granado, árboles apreciados por su madera, plantas medicinales y farmacéuticas importantes). Además tienen un efecto fundamental respecto a la producción de oxígeno, la erosión y el efecto invernadero. Defenderlos es defender a la humanidad de los desastres ecológicos.
Otro aspecto, a menudo ignorado, afecta a la población: lo que podríamos llamar biodiversidad cultural. En Tailandia los habitantes de una aldea en la selva comen 295 especies distintas de plantas, y usan 119 como fármacos. La OMS calcula que en el mundo las poblaciones tribales usan unas 3000 especies de plantas solamente para controlar los nacimientos. Pero también está desapareciendo este recurso: las fuerzas combinadas del exterminio físico (masacres que están sucediendo incluso ahora) y del exterminio cultural (la así llamada "civilización" de los pueblos "primitivos") están aniquilando estas poblaciones, sus lenguas, sus conocimientos, que nuestra presunción considera atrasados e inferiores, y que sin embargo son parte integrante de la biodiversidad humana.
El mundo que ha construido la burguesía
se caracteriza por su tendencia a la uniformidad, la homologación,
la macdonaldización. La facilidad de los transportes y de las comunicaciones
ha permitido el desplazamiento de germoplasma, y en lugar de enriquecer
la diversidad, la ha reducido, ya que cualquier genotipo con valor arrincona
e incluso hace desaparecer un gran número de especies. Los trigos
de alto rendimiento son como las cadenas de tiendas Benetton o Lacoste:
al principio parece un enriquecimiento manifiesto, una posibilidad más
para elegir; pero poco a poco todo el mundo va vistiendo igual, y los vestidos
tradicionales desaparecen. La burguesía, que aparentemente es consciente
del problema e intenta contenerlo, es absolutamente incapaz de hacer algo
para resolver esta situación; no por falta de conciencia, sino porque
las fuerzas económicas que la gobiernan lo hacen imposible. Es inútil
hacer un elenco de las iniciativas que deberían salvaguardar el
germoplasma, y que sin embargo sólo sirven para allanar el camino
del Norte rico hacia los recursos genéticos del Sur pobre, debido
a la habitual y única razón-religión: el beneficio.
La burguesía es incapaz de controlar, como el aprendiz de brujo,
las fuerzas que ha invocado. Sólo una sociedad sin clases puede
disfrutar de unas condiciones socioeconómicas que permitan acabar
con las plagas abiertas por la sociedad de clase. Solamente ese tipo de
sociedad sin clases podrá disfrutar del verdadero conocimiento,
la verdadera ciencia.
Escribíamos en 1995, en el n° 227 de nuestro periódico en italiano "Il Partito Comunista" sobre la sublevación campesina en Chiapas. Tres años después retomamos la cuestión intentando profundizar en ella, en los caracteres de tal revuelta, en el contexto en que se desarrolló y los motivos que la han determinado. Volvemos a afrontar este tema no por razones de "actualidad", motivada por el eco en los ambientes izquierdosos europeos en torno al mito de los caballeros zapatistas, paladines del antiliberalismo, del antiamericanismo, de la democracia, la "auténtica" y "popular", de la defensa de la cultura y de la tradición de las minorías étnicas, de los derechos humanos, etc. Una humareda de populismo democratoide y pequeño burgués que parte de los comunicados vía Internet de la Selva Lacandona o de las entrevistas a los subcomandantes encapuchados, con quienes se involucran nuestras "izquierdas", ultracomprometidas con el régimen, en busca de purificación de los pecados cometidos.
Si volvemos a hablar de Chiapas es porque fuera de estas descarriladas mistificaciones, encontramos en aquella pequeña región, ángulo remoto del mundo, el ambiente en el que la revolución proletaria tendrá que medirse apenas comience a exportarse desde el occidente industrializado al planeta sin fronteras de los países más pobres de América, de Africa y de Asia. La condición de su éxito a escala mundial dependerá del comportamiento que sepan asumir el proletariado y su Partido en situaciones de este tipo, en particular en los choques de campesinos que se mueven con una única aspiración: la tierra.
La situación en Chiapas es precisamente la de una guerra que se consuma desde hace siglos entre campesinos pobres, privados de la tierra de la que viven, y los enemigos de siempre, los ricos propietarios de la tierra, defendidos por el potente aparato del moderno Estado capitalista mejicano.
Precisamos: no se trata aquí de campesinos proletarizados, que en todo caso no ambicionarían volver al pequeño trozo de tierra. El hecho mismo de que sea la tierra la reivindicación indica que no se mueven en un ámbito de capitalismo desarrollado, de modernas empresas agroindustriales, sino, condición nada extraña, se trata del latifundio tradicional, incluso si en gran parte es conducido por asalariados.
Las conclusiones son las mismas que exponíamos en el artículo precedente: «Frente a un movimiento de campesinos pobres, que viendo amenazada su única fuente de subsistencia, la tierra, la reivindican frente a los propietarios de los grandes latifundios, no se puede decir que se trata de una batalla en defensa del pasado contra la evolución de la historia y que es por lo tanto inevitable el hundimiento de estas aspiraciones. Lo es de hecho en el ámbito de un régimen capitalista incapaz de afrontar coherentemente una reforma agraria, reservando a los campesinos la única perspectiva de abandonar las campañas y de acamparse en los barracones a las afueras de las ciudades. No lo es en el ámbito de la revolución proletaria. El Estado proletario y socialista ofrecerá al pequeño cam- pesino empleo en la empresa agraria colectivizada grande y moderna. Ciertamente, pero donde las condiciones de existencia de estas unidades de alta productividad no estén todavía maduras, el poder proletario no dudará en proceder al reparto del latifundio y a la asignación de las tierras para que las gestionen los campesinos». Esta será probablemente más la regla que la excepción a escala mundial.
Esto no salva de la crítica a las posiciones, las indicaciones prácticas y las reivindicaciones propugnadas por el EZLN, dirigente político del movimiento campesino en esta fase: la baranda en que el campesino se apoya, a pesar del radicalismo expresado en la lucha, es precisamente la del programa sin perspectivas determinado por la ideología democratoide y populista de la pequeña burguesía.
La emancipación de la opresión
y de la miseria del pequeño campesino hambriento de tierra está
mas allá de los confines del mundo burgués. No podrá
superarla si no es en el ámbito más amplio de la revolución
comunista, amparándose en el movimiento y confiando en la dirección
política de un proletariado en marcha hacia el abatimiento del régimen
capitalista. En ausencia de esta condición los límites burgueses
son para el campesinado pobre la causa de su posterior derrota, inevitable
y anunciada desgraciadamente.
Su orografía presenta un macizo montañoso central que constituye un altiplano extenso, con altitudes de entre los 1500 y 2000 metros, con un clima fresco y precipitaciones elevadas en el período estival. Esta región, denominada Los Altos, es la más densamente poblada del Estado, habitada por poblaciones predominantemente indígenas, distribuidas en numerosas aldeas y dedicadas casi exclusivamente a la agricultura.
Es aquí donde la conquista española encontró la mayor resistencia: solo tras repetidas campañas militares la región fue ocupada por los españoles y fundada la capital colonial Villa Real, después denominada San Cristobal de las Casas.
Posteriormente se han poblado otras regiones del Estado como consecuencia del desarrollo del cultivo y del nacimiento de una pequeña industria local en las zonas más llanas, con el crecimiento de importantes centros como Tuxla Gutierrez, hoy moderna capital del Estado. Consolidándose además las plantaciones de café, el producto más importante de exportación de Chiapas, se ha producido un fuerte flujo migratorio en la región del Soconusco al suroeste del altiplano.
Recientemente se ha ido poblando la Selva Lacandona, un inmenso territorio cubierto de bosque tropical que se encuentra al sur y al este del altiplano, extendiéndose hacia la región del Yucatán, que ocupa también gran parte del territorio de Guatemala. Allí están confinados indios de diversas etnias provenientes de Los Altos, pero también de otros Estados de México, en busca de tierra de la que vivir, otros que han sido expulsados de países de Centroamérica, principalmente de Guatemala, para huir de la miseria y de la persecución.
No hay datos precisos sobre la población que vive allí actualmente, pero se calcula que de unos cuantos grupos autóctonos en los años 40 y 50, se ha llegado hoy a la presencia en la selva de 200-300.000 inmigrantes.
Aproximadamente el 60% de la población de Chiapas vive de la agricultura, contra una media nacional del 30%. El cultivo más implantado es el maíz, con el 64% de la superficie cultivada, que, junto con las judías, constituyen el alimento fundamental para las poblaciones indígenas. Se producen con bajos niveles de productividad, aproximadamente 2 toneladas por hectárea, muy por debajo de la productividad de los Estados Unidos y Canadá que es de 6-7. Sigue en importancia el cultivo del café, con un 16% de la superficie cultivada, y después las bananas, la caña de azúcar, etc.
Las condiciones de vida de las poblaciones
son muy bajas si se considera que el 60% vive con unos ingresos por debajo
del salario mínimo y el 30% son analfabetos.
Estas entidades comunales tienen normalmente a su disposición los terrenos menos fértiles, no irrigables y están privados de medios técnicos para desarrollar la productividad. Baste pensar que de 2.072 ejidos solo 357 están dotados de tractores, de los cuales el total era solo de 2.202 unidades en 1991.
La institución del ejido es una herencia de la estructura colonial, una comunidad de aldea formando parte de las grandes encomiendas. Luego a estas comunidades les expropiaron las mejores tierras en beneficio de los latifundios en manos de los grandes propietarios españoles, los terratenientes.
Sobre estos episodios se cuentan numerosas y terribles revueltas de los indios, seguidas de masacres que acabaron con aldeas y comunidades enteras, historias que permanecen en la tradición, todavía viva, de estas poblaciones.
A pesar de la adhesión a México, ya independiente de España, acontecida en 1842, Chiapas se ligó solo marginalmente a la historia mejicana. La misma política de Porfirio Díaz a caballo del siglo, tendió a desmantelar la propiedad comunitaria y a crear las condiciones para el desarrollo capitalista, encontró resistencia también por parte de los grandes propietarios que acentuaron el carácter paternalista en los enfrentamientos con los indios, erigiéndose en sus "defensores naturales". Tampoco la revolución de 1910-1914, afectó a Chiapas, hasta el punto de que los propietarios terratenientes consiguieron organizar milicias de indios, los llamados mapuches, que hicieron frente a las tropas de Carranza en 1920.
Sólo en 1934-40 Lázaro Cárdenas, con actuaciones populistas, relanzó la reforma agraria en Chiapas: se habría tratado de emprender el fraccionamiento de las grandes propiedades y la redistribución de las tierras a los campesinos. Pero frente al extrapoder de los grandes propietarios, que el Estado mejicano se guardaba bien de poner de discusión, todo quedó en letra muerta. Y es sobre la base de aquellas leyes constitucionales, todavía en vigor, que los campesinos reivindican hoy la asignación de las tierras, y cuando se presenta la posibilidad, las ocupan.
La reforma agraria volvía a institucionalizar la existencia del ejido, la propiedad comunitaria, quedando Chiapas como estaba antes, sin tocar las tierras de los grandes propietarios. De hecho, la reforma, aun estableciendo como principio el "derecho" a la tierra, no modificaba las tradicionales estructuras del mundo agrario en esta región.
El ejido continuaba existiendo junto a la gran propiedad, constituyendo una fuente inagotable de mano de obra a costos ínfimos para las grandes empresas del altiplano y para las plantaciones de café del Soconusco.
Esto es consecuencia del hecho de que la economía comunitaria no está en condiciones de garantizar la subsistencia de las poblaciones de las aldeas, ya sea por la baja productividad de las tierras que permanecen en manos de los ejidos con sus técnicas atrasadísimas, o por la forma en que se configura el acceso a la tierra en el interior de las comunidades, permaneciendo excluida una amplia parte de los campesinos.
El ejido efectivamente es una institución emanante de la comunidad de aldea, pero para obtener la posesión de la tierra no es suficiente haber nacido, residir, o pertenecer a un etnia y hablar su lengua tradicional: deben ser elegidos por los encargados, por los cargos, ligados a las actividades públicas de la aldea, a la Iglesia, etc. Tales encargados son distribuidos por los "ancianos", o caciques, que se encuentran en el vértice de una estructura piramidal según la cual está organizada la comunidad. Es esto una herencia de la antigua organización de la aldea india precolombina, que después ha asumido una forma más funcional de poder gestionado por los grandes propietarios de la tierra.
De hecho se nota hoy la existencia de una estructura de clase que prevé una especie de aristocracia campesina, representada por los grupos y los familias más potentes que ostentan el poder y controlan el acceso a la tierra, atada de pies y manos al Partido Revolucionario Institucional, partido de gobierno hacia el cual se canaliza el sufragio electoral, y a las jerarquías de la Iglesia. No por casualidad las contestaciones al poder de los caciques se han correspondido a menudo con el surgimiento de nuevas creencias religiosas, como en Chamula, importante centro de Los Altos, donde diez mil protestantes han sido expulsados y sus tierras repartidas entre los católicos.
Los campesinos desheredados y privados de tierra son los que dejan sus brazos disponibles a las grandes empresas privadas, o también a los campesinos poseedores de tierras en el ejido, y a menudo están obligados a vender a sus propios hijos como "criados". Muchas veces acaban por establecerse en los latifundios en un estado de semiservidumbre, o se van de la aldea por períodos más o menos largos, reclutados por las campañas de recogida en las plantaciones de café, o emigran hacia las zonas más remotas de la selva en busca de tierras para cultivar.
Junto a las comunidades campesinas, en un sistema de complementariedad, viven las grandes propiedades de tierra alimentadas por una mano de obra recogida por procuradores que andan por las aldeas practicando el enganche, el reclutamiento para trabajos a jornal o estacionales. Por otra parte, en el interior de los latifundios se establecen relaciones serviles con los campesinos acasillados, a quienes se les ofrece un poder para cultivar a cambio de trabajo gratuito. Pero no solo cultivadores y propietarios de la tierra mantienen a los acasillados y practican el enganche, también los mismos ejidos, como se dice de algunos en el municipio de Ocosinco, tienen acasillados refugiados de Guatemala a cambio de trabajo gratuito y a los asalariados les pagan la mitad del salario mínimo establecido por la ley.
Todo esto en lo que respecta a la región de Los Altos, mientras en la Selva Lacandona la situación no se presenta exactamente del mismo modo. Esta es la región donde se ha originado la reciente sublevación campesina, extendiéndose en un primer momento a numerosas aldeas circundantes, hasta alcanzar el altiplano y golpear a la misma capital, San Cristobal. Sucesivamente el área directamente controlada por los zapatistas, acosados por el ejército gubernamental, se ha reducido progresivamente a las aldeas en las zonas más remotas, extendiéndose a pesar de ello todavía su influencia en amplias zonas habitadas circundantes al altiplano.
La Selva se ha revelado, como se ha dicho ya, a partir de los años 60 como un área de emigración, primero por parte de los campesinos de Los Altos, por tanto, según programas de colonización próximos al gobierno, pero también por parte de campesinos provenientes de otros estados de México. En torno a los años 80, se han duplicado los refugiados guatemaltecos y de otros Estados de Centroamérica. Así se ha convertido en un área multiétnica y multilingüe, además de multinacional. Han llegado además elementos intelectuales a menudo politizados, no indios, enviados para favorecer el desarrollo de las comunidades indígenas, así como curas católicos y protestantes con aspiraciones misioneras y ligados a los movimientos de la "teología de la liberación".
En este revoltijo de etnias, de lenguas,
de ideologías políticas y de creencias religiosas, fuera
de todo control estrecho por parte del aparato estatal, con un orden comunitario
menos rígido que aquel más conservador de la región
indígena tradicional de Los Altos, han venido a desbloquearse las
tensiones sociales. Permanece no obstante un lazo estrecho y un cambio
continuo entre las dos regiones por su proveniencia y lazos familiares,
siendo fuerte aún la emigración sobre todo de jóvenes
que, oprimidos y sin esperanza en las aldeas de origen del altiplano, se
dirigen hacia la selva en busca de mejores perspectivas de vida. Es sin
duda un parte de estos la que se adhirió a los insurgentes, reforzando
las filas de las formaciones armadas zapatistas y es a través de
ellas como permanece el estrecho lazo que liga las zonas todavía
en manos de los insurgentes al área bajo su influencia que se extiende
hasta el altiplano.
Hemos aludido a las terribles y sangrientas revueltas contra los conquistadores españoles. Pero tampoco cambiaron las cosas después de la independencia y la historia continuó estando marcada por episodios de revueltas y represiones, manifestaciones de choques constantes entre las dos fuerzas enfrentadas: los campesinos con sed de tierra y los terratenientes con sus guardias privadas, la policía y el ejército.
Tras la Revolución mejicana, en la que como hemos visto Chiapas no participó, y después con la Reforma agraria que Lázaro Cárdenas intentó promover también en Chiapas en los años 30, se establecieron las reglas para la redistribución de los latifundios y el derecho de acceso de los campesinos a la tierra. Bajo la forma de posesión ejidal la tierra podía obtenerse a través de la partición de las grandes propiedades de tierra.
Así llovieron las solicitudes por parte de numerosos grupos que aspiraban a organizarse en ejidos, a menudo eran acasillados de las grandes haciendas que reivindicaban lotes de terrenos cultivados desde hacia tiempo, o campesinos que no conseguían acceder a tierras comunitarias o disponían de una cuota totalmente insuficiente para sobrevivir.
Tales peticiones no han tenido respuesta por lo general, e incluso cuando han sido escuchadas, el decreto para llevarlas a cabo ha quedado bloqueado. Como explica un experto en el tema: «Es la técnica burocrática. Los campesinos presentan su petición: siguen largos trámites, que pueden durar hasta 10 años y concluyen con una "resolución presidencial" positiva o negativa. Pero cuando las demandas son escuchadas caen en el olvido. A veces esperan diez o quince años, sin que la resolución llegue a buen fin».
Así por ejemplo en Chamula se entregó a los indígenas el derecho de propiedad en el año 1972. Todavía hoy el Instituto para la Reforma agraria no ha definido los espacios que los nuevos propietarios deben ocupar (Le Monde Diplomatique, 4 de marzo de 1995).
En algunos casos los campesinos han intentado ocupar las tierras solicitadas, pero han tenido que vérselas con la policía y el ejército, o con los escuadrones armados que los propietarios de la tierra han organizado para atemorizar o eliminar a los campesinos que han hecho petición de tierra, o que simplemente se supone que la van a hacer, o bien para impedir que aquellos que han obtenido la asignación de tierras lleguen a poseerlas.
Esto ha sucedido, por ejemplo, con la matanza de tzetzales en 1980 en Wolochan, donde los campesinos acasillados, que desde 1954 solicitaban la formación de un ejido y la asignación de tierras, teniendo la afirmación oficial de que su demanda había sido escuchada decidían ocuparlas. La reacción fue feroz: tropas del ejército, bajo el mando de Absalon Domínguez (después secuestrado y "procesado" por el EZLN en enero de 1994), asaltaron el pueblo, derribándolo y matando a docenas de campesinos.
Episodios de este género acontecieron ya en los años 70 en San Andrés Larranzair, Venustiano Carranza y en San Francisco, pueblo del municipio de Comitan arrasado por el ejército. y han continuado después, hasta llegar a las recientes matanzas de Acteal, en diciembre de 1997, una matanza perpetuada en unas horas por parte de una compañía paramilitar, sin que el ejército interviniese, teniendo como resultado 45 campesinos asesinados y cerca de 850 huidos por temor a nuevas masacres, ahora prófugos en otras regiones.
Y estos no son más que algunos de los episodios más significativos, siendo el temor, la violencia y los atropellos ejercidos contra los campesinos, una constante en la vida cotidiana en Chiapas. De 1974 a 1987 las guardias blancas, la policía y el ejército asesinaron a 1.980 indios. Desde 1995, tras la reanudación ofensiva del ejército después de la sublevación zapatista, 1.550 campesinos fueron asesinados, 500 de ellos en 1997. Desde 1988 a 1990, fueron 98 los asesinados.
Los campesinos han resistido, organizados,
de forma más o menos clandestina, en ligas de colonos y de ejidos,
en sindicatos de los trabajadores de las plantaciones y en organizaciones
más amplias como la Unión de Uniones. Estas se encargan
de sostener las reivindicaciones campesinas organizando ocupaciones de
tierras y manifestaciones en los centros más importantes, y también
de hacer frente y responder a los asaltos perpetuados por las guardias
"ilegales" y por la policía.
Avanzando en la colonización del territorio, han surgido en los pueblos comisiones que han enviado delegaciones para tratar sobre la institución de ejidos y obtener el reconocimiento de la posesión de la tierra ocupada, además de reclamar asistencia médica, enseñanza, alcantarillado, servicios, etc., para las nuevas comunidades. En efecto, al principio el gobierno mejicano favoreció la colonización de la selva, organizando colonias agrícolas y centros habitados en la región, con la concesión de tierras a las comunidades.
Pero en la competencia por la tierra se han presentado también los grandes cultivadores y los propietarios de la misma que, a través de los derechos adquiridos de forma legal o simplemente apropiándose con la fuerza de las tierras en posesión de los campesinos, han implantado en la región grandes haciendas, llamadas fincas.
Recientemente incluso la PEMEX, compañía petrolífera nacional mejicana, ligada a los colosos estadounidenses, ha dirigido su interés e iniciado la búsqueda en la selva Lacandona donde parecen existir notables yacimientos de gas natural y de petróleo, que en algunas zonas se encontraría además en la superficie, siendo utilizado por la población maya autóctona en su medicina tradicional.
Para favorecer a las grandes propiedades y probablemente también para abrir camino a las sociedades petrolíferas, el gobierno ha cambiado de política respecto a la colonización campesina de la selva. Con el pretexto de la salvaguardia del medio natural, se han bloqueado los proyectos de asignación de las tierras y además algunas comunidades han sido obligadas a abandonar las que ya poseían y sus pueblos, y a trasladarse a otros territorios más al norte.
El interés de los grandes propietarios está ligado principalmente a la gran disponibilidad de mano de obra, sobre todo de refugiados de Guatemala, clandestinos y por tanto amenazados siempre de expulsión, preferidos como acasillados porque no están en condiciones de reivindicar legalmente la tierra, o como peones mantenidos en estados de semiesclavitud.
Emblemática, a este propósito, la descripción sacada a la luz por un enviado de Le Monde, de una de estas fincas, ocupada por los campesinos tras la revuelta de 1994: «nos encontramos por encima de Tilla, en una localidad llamada Revolución. Los campesinos han montado sus "chozas" (chabolas de leña y paja) junto a la minúscula iglesita blanca (...) Mas allá, la prisión privada donde el patrón recluía arbitrariamente a los braceros. Más abajo, una innoble construcción, herencia de otro siglo, un amplísimo barracón derruido. En el interior, en la semioscuridad, dos interminables divisiones de madera sobre dos plantas. Aquí vivían amontonados, en la más total promiscuidad, los 300 semiesclavos, entre los que abundaban los guatemaltecos, de la finca "Frontera". Más arriba, sobre la cima de una colina, surge la confortable casa del patrón, una amplia mansión circundada por balcones (...) El 19 de febrero de 1994 los campesinos ocuparon una de las seis piezas que constituían la hacienda agrícola de 1.400 hectáreas en total. Otros se apropiaron de un segundo trozo de terreno situado en el valle, en las presas de Sabanilla. "Eramos ciento cincuenta", dice un campesino. "El administrador italiano no podía resistir. No le hemos hecho nada; se ha atrincherado en casa. El 8 de mayo un helicóptero del ejército vino a sacarlo de la finca.
Dejó no obstante a las guardias blancas que había reclutado y las armas". Desde hacía seis años estos campesinos pedían la tierra que habían ocupado ilegalmente. Sus títulos de propiedad eran válidos, pero no han obtenido nada de las autoridades y menos aún del propietario que respondía: "en Chiapas no hay leyes"».
Como se ve se trata de territorios "fronterizos" donde la única ley es la del patrón y sus esbirros, y donde se comprende que puedan formarse a lo largo de los años grupos armados de resistencia de los campesinos, después encuadrados en la organización paramilitar que dio lugar a la sublevación de enero de 1994.
Ésta estuvo acompañada
y seguida de numerosos episodios de ocupación de tierras por parte
de los campesinos, lo que naturalmente desencadenó la reacción
de los terratenientes y de sus guardias blancas y reclamó la intervención
del ejército: que entró en acción y se aseguró
antes que nada del control del Altiplano y que hoy asedia las zonas que
todavía están bajo control zapatista en la selva Lacandona.
En torno a los primeros años 80, los de la crisis que siguió al boom de las extracciones petrolíferas en el Estado de Vera Cruz y en el vecino Estado de Tabasco, que motivó un fuerte flujo de mano de obra chapaneca en aquella dirección, se dio una repoblación del altiplano, confluyendo también una cierta cuota de capitales.
Con la introducción de máquinas y vehículos de transporte, el uso de fertilizantes y herbicidas, la agricultura, aún cuando es de subsistencia, se ligó al mercado y a la dependencia del capital en una medida cada vez más importante. Esto ha llevado al reforzamiento del estrato campesino ligado a las estructuras de poder en el interior de las comunidades y de los pueblos que hemos descrito. Se trata de los llamados caciques, campesinos relativamente ricos, pero también mercaderes y hasta usureros, cuyas diferencias sociales respecto al campesinado pobre y sin tierra se fundan hoy no solo y no tanto sobre la preeminencia de la organización tradicional de la comunidad de aldea, sino sobre la disponibilidad de un pequeño capital. Y también por el hecho de estar ligados estrechamente a la red de intereses y corrupción tejida por el partido del gobierno, el PRI, los cuales aseguran el sufragio en las elecciones, pero sobre todo el control social en las aldeas, siendo informadores de la policía y organizando artimañas y represalias en la lucha de los supuestamente subversivos, estando hoy en primera línea la caza al "zapatista".
Más allá de la retórica folclórica que se escucha por doquier y de la cual los mismos zapatistas se hacen portavoces cuando "se dirigen al mundo" sobre la defensa del mundo campesino y de las tradiciones indígenas, se pone en evidencia que la realidad campesina está profundamente dividida por intereses de clase. Por un lado están los estratos relativamente enriquecidos, instrumento y base de la reacción, por otro el campesinado pobre que no dispone de recursos ni de tierra para su supervivencia. La inmovilidad del mundo campesino de Chiapas entra en crisis con el avance del capital, frente al cual tienden a desmoronarse las estructuras tradicionales de las comunidades de las aldeas, que constituían una forma de protección para los estratos de campesinos más pobres.
Otro golpe durísimo se asestó en esta dirección a principio de los años 90: con vistas al ingreso de México en el NAFTA, Acuerdo por el libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, el 6 de enero de 1992 se modificó el artículo 27 de la Constitución mejicana, que preveía la distribución de los latifundios y la asignación de las tierras bajo la forma de propiedad ejidal. En la práctica ha sido abolido el principio del derecho a la tierra y por tanto se ha cerrado el capítulo de la reforma agraria. Se ha restablecido en cambio el pleno derecho a la propiedad privada, la gran propiedad vuelve a tener pleno derecho jurídico.
Además también las tierras de los ejidos, antes inalienables, pueden ser vendidas, alquiladas e hipotecadas, normalmente en el interior de la comunidad pero también en el exterior, tras la aprobación de la mayoría de los miembros. Está claro por tanto que se dará un acaparamiento de tierras por parte de los campesinos más ricos y de los propietarios de tierras a costa de los más pobres que, endeudados y privados de medios para gestionarlas, acabarán por perderlas.
Está claro igualmente que, los que no poseían drán tierras no podrán ya aspirar a tenerlas, cerrándose así todas las prácticas de asignación en curso hasta ahora.
En The Economist del 13 de febrero de 1993, encontramos un artículo que se refiere a México titulado "Revolución rural". Comienza denunciando el colapso de la economía agrícola mejicana y atribuyendo la causa de éste a la forma de propiedad colectiva instaurada con la reforma agraria de 1917. Se aplaude por tanto la modificación del artículo 27 de la Constitución llevada a cabo "valientemente" por el presidente Salinas. Se consideran pues las consecuencias que tendrían los acuerdos del NAFTA, necesarios, se dice, para levantar la economía mejicana. Respecto a la agricultura se reducen a cero las tarifas proteccionistas sobre las importaciones de los productos más importantes. En particular, para el maíz se debería pasar al precio actual en el mercado internacional, dominado por los Estados Unidos, que es dos veces y medio inferior al mejicano. Esto significa la ruina de los campesinos mejicanos: «El gobierno mejicano sabe que no es simple pasar a los precios internacionales sin arruinar a más del 90% de los 2,4 millones de productores de maíz (cuyas familias constituyen cerca de la mitad de la población rural). Por lo tanto, parte del excedente fiscal deberá ser utilizado para la asistencia de estos, pero de tal modo que no se potencien las producciones que no sean rentables». Por consiguiente, está en juego una transformación radical del mundo rural no sólo en Chiapas sino en todo México, aun cuando las cosas no van tan rápidamente como The Economist augura, por las consecuencias evidentes y dramáticas que esto tendría sobre el orden social. Sin embargo, es un proceso irreversible, que prevé según la solución decretada por el capital y descrita sin pudor en The Economist, la ruina total de millones de campesinos.
Como única alternativa está la Revolución anticapitalista que, allí donde las condiciones no permitan todavía la creación de grandes empresas agrarias modernas e impersonales, prevé ciertamente la concesión de la tierra a las familias campesinas y también de los recursos para poderla gestionar de modo productivo. Pero ciertamente no con la perspectiva de la perpetuación de la propiedad privada, sino de la socialización de la agricultura, unida a un necesario grado de desarrollo técnico y productivo.
A esta solución le falta aún la condición esencial: la puesta en acción del proletariado urbano a cuya lucha podrá unirse el campesinado y en cuya dirección política podrá confiar, rechazando la pequeño burguesa que actualmente representa.
Hoy debemos reconocer a los campesinos
desheredados de Chiapas, en su desesperada condición, el haberse
lanzado a la batalla valientemente, vendiendo caro el pellejo. ¡Que
resistan hasta que la revolución proletaria acuda a socorrerlos!
De la muerte de Franco al Estatuto de Guernica
Tras la muy oportuna muerte de Franco, y al igual que habían hecho durante la dictadura, las organizaciones democráticas españolas pusieron todo su empeño en tratar de desviar la formidable combatividad proletaria de aquellos años hacia objetivos puramente democráticos, que en definitiva, no eran otros que reforzar la dictadura de la burguesía y del capital. Esta tarea, a priori de gran envergadura, no resultó demasiado difícil ya que la clase obrera carente de organismos genuinamente clasistas y dominada en consecuencia por la ideología democrática dominante se convirtió en dócil instrumento del enemigo de clase.
El particular curso histórico que ha marcado la región vasca, imprimió a estos primeros años de la transición un carácter muy distinto al que se daría en el resto de España (1).
La crisis económica de los 70 marcaría muy significativamente el tejido industrial y laboral vasco. Es precisamente en este periodo cuando el saldo migratorio hacia las provincias vascas empieza a estabilizarse e incluso a mostrar signo negativo a finales de esta década. El proceso de adaptación de la industria a las nuevas necesidades del mercado mundial, en el cual la economía española ya estaba plenamente inmersa, trajo consigo un aumento de la tasa de paro muy superior al de los otros países del entorno socioeconómico español (2). Una de las principales causas sería la fuerte dependencia de la industria española del proteccionismo estatal, fiel reflejo de la débil posición del capitalismo español a nivel internacional.
Estos años de crisis llevarían a una situación crítica a muchas de las pequeñas y medianas empresas vascas, menos favorecidas por el proteccionismo estatal que los grandes grupos industriales. Éste sería el caso, por ejemplo, del sector de los astilleros pesqueros y de la máquina herramienta, sectores ambos donde el predominio de la pequeña y mediana industria era indiscutible. El descontento de esta pequeña y mediana burguesía se expresará inevitablemente a través de las formas ideológicas y políticas que le son propias. De esta manera los sectores más o menos vinculados al PNV apremiarán a éste para que presione al gobierno de Madrid al objeto de recabar también para ellos las apremiantes subvenciones estatales que recibía la gran industria. Esto obligará al PNV, al igual que ha sucedido ante otras coyunturas históricas semejantes desde la fundación de este partido clerical-burgués, a guardar ciertas formas de intransigencia para no defraudar a su base electoral (3). Los descontentos con la política tibia practicada por el PNV, aparte de apoyar a ETA-Militar, se agruparán en la así llamada Mesa de Alsasua, primer núcleo de lo que posteriormente será la coalición electoral Herri Batasuna (Unidad Popular). En dicha coalición, creada precisamente en 1978, aparecerán viejas figuras del nacionalismo en su versión más antiobrera (Telesforo Monzón) (4), y junto a ellos una serie de organizaciones nacionalistas con verborrea socializante, vinculadas algunas de ellas directamente a ETA- Militar o a grupos empresariales cooperativistas vascos.
Una característica común a ambos bloques nacionalistas (PNV por un lado y HB-ETA Militar por otro) será hacerse eco de las demandas de los sectores burgueses que representan, dirigiendo una vez más hacia el centro de la península el dedo acusador ante los efectos de la crisis. Por eso, desde el punto de vista de las organizaciones nacionalistas vascas, el odiado centralismo de Madrid al que se acusó en su momento de genocidio etnocultural al propiciar la invasión maqueta de los años 50 y 60, sería a finales de los 70 y comienzos de los 80 responsable de la ruina económica del País Vasco.
Dentro de ETA la perspectiva de sustitución de la dictadura franquista por un régimen democrático abrirá un proceso de crisis interna. Ya hemos visto en anteriores exposiciones como la reacción de ETA ante nuevos factores coyunturales ha ido acompañada de su inevitable cortejo de enfrentamientos internos (a veces muy violentos), fracciones y finalmente escisiones.
En esta ocasión, la escisión se consumará dentro de ETA tras la celebración de su VII asamblea en septiembre de 1974. El así llamado Frente Militar se constituirá como ETA Militar (ETA-M). El resto de la organización adoptará el nombre de ETA Político- Militar (ETA-PM), dejando clara con esta denominación su voluntad de actuar ante los próximos acontecimientos políticos que se avecinaban no sólo desde una perspectiva pura y prioritariamente militar (5). Sin renunciar en este periodo a las acciones armadas, el sector organizado alrededor de ETA-PM se mostrará más partidario de ampliar su campo de influencia sobre la clase obrera, lo que creará numerosos enfrentamientos entre ETA-PM y el resto de la comunidad nacionalista. La culminación de estos enfrentamientos será el secuestro y muerte a manos de ETA-PM del director de la empresa SIGMA, Ángel Berazadi, persona vinculada al PNV. Su muerte provocará la dimisión forzosa de los miembros de la directiva de ETA-PM implicados. Unos meses más tarde, en julio de 1976, uno de los principales dirigentes de ETA-PM, Eduardo Moreno Bergareche (alias Pertur) desaparecerá para siempre sin dejar rastro (6). De esta forma se privaba a ETA-PM de uno de sus principales teóricos, si bien, desde el punto de vista del marxismo ortodoxo, las posiciones de Pertur no eran sino el enésimo intento de conjugar en una imposible mezcla el marxismo y la liberación nacional dentro de un área archimadura para la revolución socialista (7). Un año más tarde, y con motivo de las elecciones generales de junio de 1977, los comandos Bereziak (Especiales) abandonarán ETA-PM en disconformidad con el planteamiento de la dirección de apoyar la participación de su brazo político-electoral Euskadiko Ezkerra (EE) en dichas elecciones. Una parte de los Bereziak se integrará en ETA-M y otra formará un nuevo grupo los Comandos Autónomos Anticapitalistas. Paralelamente a estos acontecimientos ETA-M creará su propio brazo político HASI (Herriko Alderdi Sozialista Iraultzailea - Partido Socialista Revolucionario Popular) en julio de ese mismo año. Dicho partido será uno de los componentes de la Mesa de Alsasua y posteriormente de Herri Batasuna, como ya se ha comentado anteriormente.
Resulta interesante observar los resultados electorales en las elecciones de 1977, comparándolos con los de posteriores comicios, ya que se repite en mayor o menor escala lo que ha venido siendo una constante desde finales del siglo pasado: con independencia de la variabilidad de las siglas, los distintos sectores de la sociedad vasca han ido orientando su opción política de una manera más o menos constante. Así el Partido Socialista Obrero Español, consolidado ya sin ningún género de dudas como un auténtico partido al servicio del capitalismo, se convertirá, paradójicamente, en la formación política predominante en las grandes urbes industriales con un gran número de trabajadores emigrantes, mientras que el PNV, pese a no ser siempre el partido más votado, si será el partido con mayor influencia en la sociedad vasca (8). Los partidos netamente pequeño- burgueses (como Herri Batasuna) mantendrán una relativa importancia sobre todo en zonas del interior guipuzcoano, con predominio de pequeñas industrias y talleres en zonas predominantemente vascófonas.
Tras estas elecciones, y fruto de la campaña orquestada por las organizaciones nacionalistas, el gobierno de UCD (Unión de Centro Democrático) decretó una amnistía para los presos políticos, si bien se trató de una medida de alcance limitado, ya que los presos involucrados en acciones sangrientas quedarían al margen de dicha amnistía. Tal medida, evidentemente no solucionaría gran cosa, ya que desde el punto de vista de los nacionalistas radicales, "las causas" que llevaron a la cárcel a esas personas seguían vigentes, por lo que la vigencia de la lucha armada quedaba plenamente legitimada.
El rechazo de una gran parte de la población vasca al nuevo curso político reinante en España, quedó patente tras la celebración del referéndum constitucional en diciembre de 1978. Herri Batasuna y ETA-M mostraron su rechazo abierto a una Constitución española que sancionaba la opresión y la división de Euskadi. El muy influyente PNV optó prudentemente por la abstención, fiel a su tradicional política jesuítica, determinando con esta postura que en el País Vasco la Constitución española de 1978 no fuese aprobada mayoritariamente por la población consultada. No obstante tanto el PNV como EE (el brazo político de ETA-PM) irán aceptando progresivamente y de manera abierta las reglas del juego constitucional. De este hecho obtendría la mayor rentabilidad el PNV, mientras que por el contrario EE y ETA-PM sufrirían una pérdida de influencia que se traduciría en un crecimiento del apoyo a Herri Batasuna y a ETA-M.
Esta división de los nacionalistas,
más evidente en cuanto a los medios que en cuanto a los fines, se
plasmaría nuevamente con ocasión de la tramitación
y aprobación mediante referéndum del Estatuto de Autonomía
vasco en julio de 1979. En esta ocasión el PNV, satisfecho con las
competencias aprobadas o en perspectivas de serlo (9), pediría el
voto a favor del Estatuto, al igual que EE y el resto de los partidos democráticos,
salvo Herri Batasuna (10). Pese a todo, el Estatuto resultó aprobado
por una exigua mayoría (el 54%), registrándose una abstención
del 40 por ciento y un 3% de votos en contra.
Guerra Sucia contra ETA. Conexiones internacionales
No cabe duda de que la existencia de un fuerte movimiento nacional-separatista en el País Vasco constituye un eficaz muro de contención de las luchas obreras y, en situaciones concretas, un arma imprescindible contra la revolución proletaria, como demuestra la experiencia de la guerra civil española de 1936. No obstante, al tratarse de un movimiento propio de la pequeña y media burguesía, el Estado capitalista debe limitar sus acciones manteniéndolas dentro del terreno de lo asumible. Traspasado este límite el poderoso garrote estatal cae sobre el infractor, dejando muy claro que el poder real del estado pertenece a los grandes capitalistas.
Desde aproximadamente 1975 van a surgir una serie de grupos, claramente vinculados con las fuerzas de seguridad españolas, que aparte de atentar contra opositores al régimen franquista agónico y contra militantes obreros, ampliarán su campo de acción contra refugiados vascos en el sur de Francia. Entre estos grupos de asesinos al servicio del estado capitalista encontraremos a la Triple A (Alianza Apostólica Anticomunista), Guerrilleros de Cristo Rey y ATE (Antiterrorismo ETA). El hecho de que estas bandas blancas operasen dentro de Francia motivó serios conflictos con el gobierno de París, que encubriendo sus protestas como un ataque a la soberanía nacional francesa, manifestaba realmente el interés por parte de Francia de mantener su territorio como santuario etarra y obtener notables ventajas económicas con este hecho (11).
El gobierno francés ha mostrado siempre una especial lentitud a la hora de colaborar con sus colegas al sur de los Pirineos en el tema del terrorismo de ETA. Dicha actitud contrasta abiertamente con la mantenida con otros países, por ejemplo con Alemania (12), demostrando que en el terreno de las relaciones internacionales, también hay clases. Pero en enero de 1979 el gobierno español lograría un relativo éxito al conseguir que el gobierno francés suprimiera el estatuto de refugiados políticos a los etarras, aunque manteniendo el derecho de asilo (13). Dicha medida provocaría un aparente disgusto en las filas de ETA- HB, que emprenderían una campaña destinada a atentar contra intereses franceses en España, pero no en Francia. Así se colocaron bombas en diversos concesionarios de coches y en entidades bancarias francesas de varias ciudades vascas, de la misma manera que se comenzó a incluir también como responsables de "la política represiva francesa hacia el pueblo vasco" a los camioneros y turistas franceses, que empezaron a ver sus vehículos incendiados. Pero pese a este pataleo típicamente pequeño-burgués, a la dirección de ETA-M no le interesaba para nada empeorar sus relaciones con el gobierno francés que todavía permitía una gran libertad de movimientos a los militantes de ETA. Por estas fechas, en junio de 1979, tendrá lugar la primera acción armada del grupo vasco- francés Iparretarrak (IK, los del Norte) (14). La posterior campaña violenta de IK no será vista con buenos ojos por ETA-M, consciente de que su apoyo a los del Norte no dejaría de tener consecuencias sobre la permisividad francesa en sus movimientos. La ruptura será casi total tras el atentado de IK contra el Palacio de Justicia de Bayona en julio de 1986. ETA-M y sus organismos satélites acusarán a IK de perjudicar con sus acciones en Francia la lucha del pueblo vasco, respondiendo IK que ETA se mostraría "revolucionaria" en el sur pero "reformista" en el norte.
La política de entendimiento entre los estados francés y español continuará con altibajos tras la llegada al poder del PSOE en octubre de 1982 (15). Ante la falta de avances significativos entraron en escena los GAL, enésimo montaje estatal underground para combatir dentro del territorio francés a las dos ramas de ETA. La readopción de medidas contraterroristas de este tipo venía siendo reclamada prácticamente desde todos los sectores del partido único del orden burgués no vinculados al nacionalismo vasco. Uno de los portavoces más cualificados de este estado de opinión era Manuel Fraga Iribarne, actual presidente de Galicia, y buen conocedor de estos temas por ser él mismo un gran especialista en aplicar medidas terroristas contra la clase trabajadora española. El hecho es que las primeras acciones de los GAL (entre otros el secuestro de Segundo Marey y el secuestro, tortura y asesinato de los presuntos etarras Lasa y Zabala), aparte de unir contra estos hechos a la familia nacionalista (HB, EE y PNV) consiguió que Francia se implicase más en la lucha contra ETA, pero no desinteresadamente (16). Será por estas fechas cuando comience la política de deportaciones de etarras por parte del gobierno de Mitterand, preferentemente a países centroamericanos y de Africa, y de nuevo el asunto de ETA servirá para que empresas francesas obtengan jugosos contratos de material bélico para equipar al ejército español (17).
Esta dinámica de transacciones
comerciales con el terrorismo de ETA como fondo, será utilizada
igualmente por otros países, interesados en conseguir a través
de la mercancía etarra interesantes contratos con el gobierno español
(18). Pese a la disposición de grandes recursos, los ataques de
los GAL demostraron que también en materia de terrorismo de Estado,
España es una potencia de segundo orden. Aparte del secuestro y
posterior liberación en lamentable estado de Segundo Marey, una
persona completamente ajena al tema ETA, fueron asesinadas o heridas otra
serie de personas que se hallaban en las mismas circunstancias que Marey,
como García Goena. Estos fracasos y la presión de Francia
motivaron que los GAL fuesen disueltos. Actualmente este asunto está
siendo tratado judicialmente poniendo una vez más en evidencia la
participación directa del aparato del estado. Éste no dudará
en secuestrar, torturar y asesinar nuevamente cuando las circunstancias
así lo reclamen, y quizás algún día pueda verse
a los feroces enemigos de hoy unirse contra un enemigo común, actualmente
ausente de la escena histórica pero llamado por un imperativo material
a asumir ineludiblemente sus tareas revolucionarias.
Desde el Estatuto hasta hoy. Perspectivas futuras
La aprobación en referéndum del Estatuto de Autonomía vasco no supondrá el cese de las actividades de las dos ramas de ETA. Por el contrario las acciones armadas seguirán manteniéndose y de esta manera los partidos nacionalistas y el entramado empresarial ligado a ellos irán ampliando las cotas de autogobierno (o sea mayor participación en el reparto de la plusvalía arrancada al proletariado). Dentro de ETA p-m la aprobación del Estatuto abrirá de nuevo las puertas a un proceso de crisis interna. Tras un periodo de reflexión analizando, entre otras cosas las secuelas del fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, llegará la ruptura. Ésta se consumará en febrero de 1982 tras la celebración en Francia de la VIII Asamblea de los polimilis. El sector minoritario irá negociando su progresiva incorporación a la vida política parlamentaria a través de Euskadiko Ezkerra hasta llegar a su incorporación dentro del PSOE, mientras que la mayoría partidaria de continuar con las acciones armadas no verá más alternativa que integrarse en ETA-m o desaparecer de la escena (19).
Tras este proceso de desintegración de su más próximo rival político quedará como única expresión del radicalismo pequeño-burgués en su versión vasca ETA-m y Herri Batasuna que tratarán de canalizar dentro de una perspectiva abertzale (patriótica) todo tipo de movimiento social. Así las protestas laborales y medioambientales serán adaptadas a las necesidades políticas del discurso nacionalista en su versión radical, y lo mismo sucederá con las mujeres, los jóvenes, los parados, etc. ETA-HB crearán una infinidad de organismos satélites que se caracterizarán por estar formados por los militantes o simpatizantes del MLNV (Movimiento de Liberación Nacional Vasco).
Por lo que respecta al PNV, éste irá aumentando progresivamente su red de poder a través del clientelismo electoral, como en los viejos tiempos del caciquismo. En dicho proceso, común por lo demás a todos los partidarios del parlamentarismo, algunos compañeros de viaje se quedarán casi en la cuneta enmascarando las rupturas con motivos fútiles ¡como la defensa de los fueros medievales contra la modernización¡ (20).
Ante este panorama de sucio y bajo politiqueo burgués, que lo sigue siendo por más que estallen las bombas o traqueteen las metralletas, la clase obrera, tras la llegada de la democracia ha sido la gran ausente en la escena política. Carente de organismos autónomos propios y de su partido revolucionario de clase se ha convertido en un pelele en manos del nacionalismo y de los partidos del capital con siglas obreras. Los grandes procesos de reconversión industrial, con su inevitable cortejo de despidos y represión han demostrado que el poder del oportunismo (en su versión clásica o nacionalista pequeño burguesa) es aún muy grande en el País Vasco. La lucha de los trabajadores de las grandes industrias afectadas durante este proceso en los años 80 y 90 aparte de ser sistemáticamente traicionada por los sindicatos del régimen burgués, ha sido constantemente saboteada por todo el arco político radical vasco, que en la práctica se muestra como el verdadero bastón de apoyo de la política antiobrera ejercida históricamente por los jaunchos del PNV.
Los proletarios que intenten defender en el País Vasco con métodos clasistas sus propias condiciones de vida y de trabajo van a encontrar, junto a la consabida represión patrono-estatal, la represión del mundo abertzale, que calificará de españolismo cualquier acción autónoma del proletariado en ese sentido. Las perspectivas actuales de cara al futuro no parecen ofrecer un panorama en el que ETA (o sus sustitutos con armas o sin ellas) no dejen de estar presentes. El Estado de la gran burguesía vasco-española puede perfectamente asumir los costes que le origina una pequeña partida armada aunque esté respaldada por casi doscientos mil votos, pues es consciente del gran papel contrarrevolucionario del nacionalismo en todas sus versiones. La revolución social, el comunismo, el verdadero espectro que realmente aterroriza las conciencias burguesas independientemente de su grupo sanguíneo o de su configuración craneal, deberá abrirse paso a través de un mundo de mentiras impuestas a través de la manipulación y el terror de clase, dentro de los cuales el nacionalismo ocupa un lugar primordial.
(1) Diversos episodios sangrientos, aparte de las acciones de ETA, jalonan este periodo en el País Vasco: matanza obrera en Vitoria en marzo de 1976 ordenada por Fraga Iribarne, entonces Ministro del Interior y contestada con una huelga general en todo el País Vasco; asesinatos de Montejurra dos meses más tarde...
(2) La tasa de paro en el País Vasco era del 1% en 1973, disparándose hasta el 20% en 1983 y el 24% en 1985.
(3) Una clara muestra de esta política jesuítica será la posición del PNV ante el referéndum constitucional de 1978, defendiendo la abstención en dicho referéndum.
(4) Monzón fue uno de los responsables del orden público en el gobierno vasco durante la guerra civil, y se distinguió particularmente por su política represiva contra los grupos obreros incontrolados, es decir contra aquellos que desconfiando de la justicia burguesa republicana ejercían directamente las represalias contra los fascistas y sus cómplices.
(5) Algunas versiones mantienen que la causa real de la ruptura fue la división creada a raíz del atentado en la Cafetería Rolando en Madrid. Lo cierto es que ETA nunca reivindicó dicho atentado por lo cual su influencia dentro de la ruptura tendría en todo caso un carácter secundario.
(6) La desaparición de Pertur constituye uno de los mayores enigmas de todo este periodo. La falta de elementos de juicio precisos nos impiden pronunciarnos abiertamente acerca de los verdaderos responsables de esta muerte. La versión más aceptada, sobre todo entre la comunidad nacionalista, es la de la participación de agentes policiales o parapoliciales españoles en este hecho. Por otro lado la familia de Pertur y la versión oficial mantienen que fue asesinado por personas vinculadas a los comandos Bereziak de ETA-PM. No creemos que el secuestro y muerte de Berazadi fuese del todo ajeno al tema que nos ocupa en esta nota, pero de todas formas en todo este asunto del nacionalismo vasco uno de los secretos mejor guardados (aunque se trate de un secreto a voces) es la conexión existente entre el PNV y los sectores tradicionalmente más nacionalistas y menos obreristas dentro de ETA.
(7) Así resumía sus intenciones políticas Pertur en marzo de 1975: "Yo entiendo que un comunista desde su opresión, tal como hay en Euskadi, no puede olvidar su condición vasca. Por esta razón, porque soy vasco, intento realizar mi opción comunista aquí, en Euskadi, luchando no solamente por el triunfo de la revolución socialista, sino también para la liberación nacional de la gente a la que yo pertenezco. Estoy preocupado por proporcionar una respuesta al problema vasco. Lo que podría ser nuevo en esta postura es que la lucha nacional se desarrolle dentro del cuadro comunista de la lucha de clases" (Hitz, marzo de 1975. Citado por Sagrario Morán: "ETA, entre España y Francia", pág.82.).
(8) Este hecho demuestra el mito de la feroz persecución del régimen franquista hacia el PNV, que pese a su ilegalidad, pudo seguir trabajando en la sombra sin ser excesivamente molestado. Algo muy distinto sucedería con los trabajadores en huelga y sus organizaciones, ferozmente reprimidos en el País Vasco y en toda España.
(9) El Estatuto de Guernica ofrecía la posibilidad, que se plasmaría posteriormente entre otras cosas gracias a la existencia del terrorismo etarra, de que los sectores burgueses vinculados al PNV fuesen ampliando paulatinamente su cuota de poder económico al gestionar directamente una serie de tributaciones que anteriormente estaban en manos del gobierno central, es decir del gobierno de la gran burguesía vasca y española.
(10) Poco antes de celebrarse el referéndum por el Estatuto de Autonomía, los partidos LAIA y ESB abandonaron Herri Batasuna, disconformes con la influencia política que ETA-M tenía dentro de la coalición electoral (HB). De esta manera el brazo político oficial de ETA-M, HASI, pasaría a ser la fuerza dominante (y única) dentro de HB.
(11) En 1970 el ministro de Asuntos Exteriores español López Bravo, realizó un viaje a París donde se trató el tema del terrorismo de ETA. Como consecuencia de estas gestiones diplomáticas, Francia alejó de la frontera a una serie de etarras, pero manteniéndolos dentro de territorio francés. Por esas fechas, curiosamente, el gobierno español realizaría un importante pedido de aviones Mirage a Francia.
(12) Recuérdese la celeridad con que fueron concedidas las extradiciones de miembros del grupo Baader Meinhof.
(13) Nuevamente una medida de este tipo aparecerá relacionada con una importante operación comercial: la compra a Francia por parte de España de 48 aviones Mirage 1 y Airbus.
(14) Jurídicamente el País Vasco francés está incluido dentro del Departamento de los Pirineos Atlánticos, y ni siquiera se le reconoce el carácter de provincia. Pese a estas medidas que son una clara herencia del centralismo jacobino, el nacionalismo vasco-francés no ha alcanzado la virulencia manifestada al sur de los Pirineos. La explicación es sencilla: el País Vasco francés es una zona predominantemente agraria y de servicios, completamente ajena a las consecuencias de la industrialización y emigración masivas. De ahí que la inexistencia de un numeroso y combativo proletariado, como sucede en España, haya otorgado al nacionalismo vasco-francés un carácter más netamente pequeño-burgués y muy minoritario.
(15) Imprudentemente el embajador francés en España, Pierre Guidoni afirmaría, refiriéndose a las facilidades ofrecidas, según el gobierno español, por Francia a los movimientos de los etarras: "ETA tiene su dirección no en Francia, sino en Bilbao" (Cit. por Sagrario Morán, op.cit. p.174). Posteriormente el mismo Pierre Guidoni rectificaría dichas declaraciones añadiendo que "la dirección política de ETA está concentrada en los Pirineos Atlánticos".
(16) En enero de 1984 estaba en juego un jugoso contrato de carros de combate por parte del ejército español. En la oferta pugnaban empresas francesas, americanas y alemanas. Razones obvias impusieron la compra del material francés, pese a que los militares españoles no lo consideraban como el más idóneo.
(17) En este caso se trató del sistema de defensa a baja altura Roland, siendo desechados el Chaparral americano y el Rapier inglés.
(18) Uno de los casos más recientes ha sido el del etarra Tellechea en febrero del año pasado. Detenido en Portugal, Tellechea fue rápidamente reclamado por la justicia española. Los jueces portugueses denegaron la extradición argumentando que la policía española maltrataba a los detenidos. Esto, sin dejar de ser cierto, no deja de ser paradójico precisamente en Portugal, salpicada casi a diario por abusos y excesos de sus fuerzas de seguridad contra todo tipo de personas. Algún importante contrato comercial luso-hispano dejaría de firmarse.
(19) Según cuenta John Sullivan (El nacionalismo vasco radical 1959-1986, p.300) a los debates de esta VIII Asamblea de ETA-pm asistieron dirigentes del PNV, entre ellos el Papa Negro del nacionalismo vasco, Javier Arzalluz, quien recomendaría a ETA-pm mantener la lucha armada para presionar a Madrid en la negociación de las ampliaciones del Estatuto.
(20) Así le sucederá a
Carlos Garaicoechea, ex-jefe del gobierno vasco. Su intento para volver
a controlar las riendas del PNV tras su enfrentamiento con el aparato
dirigido
por el mefistofélico Arzalluz resultó un gran fracaso, entre
otras cosas porque el PSOE prefirió al PNV antes que a Eusko Alkartasuna
(Solidaridad Vasca), el nuevo partido creado por Garaicoechea y sus partidarios.
Del archivo de la Izquierda:
LAS TESIS DE LA IZQUIERDA (VII)
Tesis
de la Fracción Comunista Abstencionista
del Partido Socialista Italiano
(Mayo de 1920)
El Fundamentalismo
- Orígenes del fundamentalismo
- Umma religiosa y panarabismo
- La crisis económica
en Argelia - En el Gran Magreb
- Marruecos, una relativa estabilidad
- Túnez, entre crisis y fundamentalismo
- Mauritania, hacia el África más
pobre - El libro verde de Gaddafi -
El
polvorín Egipcio - El
fundamentalismo en Sudán
Argelia empieza a formar parte de
los dominios coloniales capitalistas en 1830, momento en que se inicia
la ocupación francesa con el desembarco y la toma de Argel, dicha
ocupación se hará definitiva en 1847. Francia utilizó
por primera vez en operaciones militares de importancia el cuerpo de la
Legión Extranjera, creado a propósito en 1831 para sus empresas
coloniales reclutando emigrantes, desertores y aventureros de todo tipo.
Los bandidos del capitalismo francés derrotan a los reinos berberiscos locales y se hacen con el poder para civilizarlos. Tales reinos durante siglos habían hecho de la piratería por mar y del comercio de esclavos cristianos su actividad más importante, a menudo en pugna directa con las flotas holandesa e inglesa, haciendo insegura la navegación en el Mediterráneo.
En un artículo nuestro, Anales de la colonización francesa en Argelia ("Programma Comunista", n. 12/1958) se reproduce parte del cap. XXVII de La acumulación del Capital de R. Luxemburgo, donde se describe ampliamente la superación violenta de las formas de comunismo primitivo que persistían entre las tribus árabes cabílicas, y que tenían en común la redistribución de la tierra, su explotación y el disfrute de sus productos según la dimensión de las familias y tribus, incluyendo hasta los aperos, ropa y objetos preciosos. Incluso el nomadismo y las migraciones temporales se organizaban por rutas y zonas de descanso preestablecidas, que tenían muy en cuenta la seguridad y la utilización ecuánime de los recursos de los oasis.
La dominación turca provocó una consistente demolición de estas formas de comunismo primitivo, con la confiscación de tierras a favor del patrimonio estatal, y al principio de la dominación francesa la situación era de 6,5 millones de hectáreas (5 en las zonas costeras más 1,5 en el Sahara) como propiedad indivisa entre las tribus árabes, frente a 9 millones de ha. bajo distintos conceptos: 1,5 como patrimonio turco, 3 de terrenos incultos como propiedad común de todos los fieles de Alá, 3 como propiedad privada de los bereberes desde la época romana y 1,5 de propiedad turca adquiridos a bajo precio por el Estado. De estas cifras se deduce que el 42% de las tierras y sus recursos era gestionado según las antiguas formas de producción del comunismo primitivo que persistían, frente a un 58% administrado por el conjunto de formas posteriores. Estos porcentajes también nos muestran de forma numérica la intensidad de la rapiña de tierras comunales y de patrimonio estatal llevada a cabo por el capitalismo francés.
La fórmula de civilización estudiada en París se basaba en la progresiva y consistente requisación de las mejores tierras y florestas en favor de compañías francesas, la imposición de tributos onerosos, la ruptura de los antiguos vínculos tribales mediante la imposición acelerada de la propiedad privada parcelaria para los campesinos, y el sólido asentamiento de colonos europeos.
La reforma agraria de 1863-73 establecía que de los 700 territorios de las tribus árabes, 400 debían ser divididos según tres niveles de propiedad; el de la propia tribu, el de sus ramificaciones o cabilas y por último la parcela individual. La extensión variaba según las dimensiones de la tribu: podían ser de entre 1 y 4 ha. o llegar a las 100 y hasta 180 ha.
Por la misma época 400.000 ha. pertenecían en cambio a los franceses, requisadas o expropiadas a precios de ocupación, y de ellas 120.000 estaban concentradas en manos de dos compañías: la «Argelina» y la «Setif», que simplemente las arrendaban a los nativos, quienes las seguían cultivando según los antiguos sistemas pero obstaculizados por las nuevas relaciones sociales.
Las inversiones de capital en el campo para una «agricultura racional» se convirtieron en papel mojado en París; en realidad tan solo se buscaba la apropiación de la tierra, de sus productos y la usura.
El capitalismo inglés, al destruir con su explotación colonial las antiguas formas de producción, ocasionó en la India en 1866 una tremenda carestía y, por la misma causa, 10 años más tarde el capitalismo francés en Argelia provocó otra análoga con una mortandad impresionante. Desde París se hizo ver la causa de tal desastre en la todavía escasa difusión en la nueva colonia de la propiedad privada, pues ésta habría permitido a los argelinos, a través de más trabajo o de la firma de hipotecas, o incluso de la venta de la parcela, la formación de garantías contra futuras carestías, por lo que el proceso de destrucción de las antiguas normas tribales fue intensificado, dando como resultado el inicio de las primeras emigraciones importantes hacia la Turquía asiática de todos aquellos a los que se les expropiaron las propiedades comunes primero y las parcelarias después.
La penetración económica y demográfica que siguió fue tan intensa que en 1906 en la Francia de ultramar, granero del país, los colonos europeos eran el 13% de toda la población y en 1947, dos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, Argelia, por la importancia de sus recursos alimenticios, energéticos y estratégicos, se declaró territorio metropolitano francés.
La revolución anticolonial, también genera en este país norteafricano una lucha durísima a partir de 1954.
En 1962 Argelia se hace independiente después de ocho años de luchas y feroces represalias que enfrentaron a 160.000 militantes del FLN contra 550.000 militares franceses entrenados con dureza para la ocasión, con tal dureza que como informamos en un artículo nuestro, Estalinismo y Argelia ("Programma Comunista", 21/1958) «En Rouen 600 de los llamados a filas rechazan salir del cuartel para ir a servir a Argelia, un alcalde comunista (el de Petit Quevilly) se encarga de arengar a los revoltosos, y como resultado, a pesar de algún incidente que otro entre la policía y los obreros que montaban guardia en el cuartel, a las 2 de la mañana los soldados finalmente pueden partir en vehículos especiales. Hacía falta un representante del proletariado para conseguir lo que los policías no podían».
Como consecuencia de los enfrentamientos armados, las represalias, las torturas, las deportaciones y emigraciones forzosas, se produjo un descenso demográfico en torno al 10% de la población, que en 1962 se redujo a 10 millones de habitantes, después de la retirada de los militares y civiles franceses que quedaron y que fue rápida durante 1963, excepto en la base naval de Mers el-Kebir y en las centrales nucleares del Sahara.
Bajo el nuevo gobierno nacionalista se inician las primeras reformas económicas, definidas falsamente como socialismo, esto es: nacionalización de la tierra y posteriormente de las compañías petrolíferas americanas y las industrias francesas. La propiedad privada, la renta de la tierra y la financiera, los bancos, los intercambios en moneda contante y sonante, mejor si es en divisa fuerte, todo, sigue estando en su lugar, como corresponde a toda economía capitalista, aunque sea joven y con algunos sectores productivos básicos y de servicios sociales bajo control directo estatal.
El resultado de la política argelina
en estos últimos 30 años se puede resumir fácilmente
en estas líneas extraídas del artículo Hacia una
economía de guerra ("Le Monde Diplomatique", agosto 1992):
«De hecho, Argelia ha heredado del viejo sistema colonial una
especialización económica fundamentada en la exportación
de productos primarios para intercambiarlos por bienes manufacturados.
En 1964, por ejemplo (dos años después de la independencia),
las materias primas y los productos agrícolas representaban el 98,5%
de las exportaciones totales. Sólo las materias primas constituían,
en la misma fecha, el 59,4% de las exportaciones, y la parte de los hidrocarburos
dentro de las materias primas, era el 90,6% (...). Por el lado de las importaciones,
la parte de los productos manufacturados (instalaciones y bienes de consumo)
llegaba, también en 1964, al 76% de las importaciones; y entre estos
productos manufacturados, los bienes de consumo representaban el 60,5%
del total.
Treinta años después
la economía continúa basándose únicamente en
la exportación de materias primas; que se reducen prácticamente
a los hidrocarburos, y en la fuerte importación (...) de productos
alimenticios. En 1989, la parte de los hidrocarburos en el total de las
exportaciones alcanzó el 96% (contra el 12% en 1961) mientras que
la parte de los productos alimenticios y manufacturados en el total de
las importaciones alcanzó, en el mismo año el 91% (contra
el 94% en 1961).
Ahora Argelia se ha convertido en
un país prácticamente mono-exportador y el programa de industrialización
a pasos forzados entre los años 1965-79, basado en el elevado coste
del petróleo, que en 1979 se pagaba a 40 dólares el barril,
y en el alto tipo de cambio de la moneda americana, comprendía proyectos
muy a menudo improvisados y mal calculados. Con la posterior caída
en la cotización del crudo y del dólar se ha agravado la
situación, y la economía argelina se ha atado más
fuertemente a la de los países europeos, con los que realiza el
75% de sus intercambios». En diciembre de 1988 nosotros escribíamos:
«Este inesperado empobrecimiento constriñe a Argelia a revisar
el propio modelo de desarrollo, basado en algunos grandiosos centros industriales
que debían sacar al país del subdesarrollo. Toda la industria
siderurgia, refinerías, cementeras, metalmecánicas - por
supuesto comprada en el exterior y normalmente a crédito - se muestra
muy pronto poco remunerativa, teniendo en cuenta también los costes
de gestión y funcionamiento al depender estas fábricas de
la importación continua de piezas de repuesto, técnicos capaces
de hacerlas funcionar, etc.»
El resultado fue que los costes de este proceso de acumulación acelerada fueron cargados a la cuenta de los proletarios argelinos; ¡aumentó el hierro pero disminuyó el pan!.
Los acuerdos y protocolos adicionales de carácter proteccionista firmados con la CEE desde 1976 al 1988, reducen al país a simple suministrador de hidrocarburos, con suministros regulares y precios establecidos. Además, queriendo que el país magrebí haga de válvula de escape para los productos agroalimentarios e industriales europeos, se practica el dumping (venta por debajo del coste) con precios tan bajos que repelen sobre todo a la temidísima competencia americana.
En el marco de estos acuerdos Francia puede presumir de precios de favor y cláusulas de salvaguardia, que persiguen sobre todo favorecer el empleo de asalariados franceses y las rentas de sus agricultores, a quienes da incentivos para la exportación y facilidades de todo tipo.
La operación de estrangulamiento de la economía argelina y el empobrecimiento progresivo de las masas más desfavorecidas se completa con el hecho de que todas las ayudas económicas de la CEE están dirigidas exclusivamente al mantenimiento de la exportación e importación y muy rara vez al desarrollo de las instalaciones productivas.
Además, la práctica de la competencia desleal del dumping y el consiguiente fracaso de la reforma agraria de 1973, ha acelerado la huida en masa del campo y ha hecho derrumbarse la producción local.
La particular atención que la CEE presta a Argelia se basa en el hecho de que un eventual conflicto de larga duración en la zona del Canal de Suez, y la inestabilidad de los suministros de gas de Rusia, hacen al país magrebí esencial para la continuidad del abastecimiento de hidrocarburos. El mal vender las excedencias europeas de productos agrícolas, aliviando los depósitos de almacenes nacionales y comunitarios, así como algunos programas de cooperación, se convierten en buenas inversiones «con un buen rendimiento».
La crisis capitalista avanza y devora lo que queda del sistema económico argelino; en 1988 se autoriza a las empresas públicas, las antiguas sociedades de Estado, a constituir sociedades mixtas con socios extranjeros; al año siguiente se eliminó todo tipo de vínculo como obligación.
En abril de 1990 una ley sobre el crédito avanza en la apertura total, o mejor dicho, en la capitulación ante los capitales extranjeros, que pueden operar directamente sin la atadura del 51% del control argelino, pudiendo reexportar libremente productos, capitales y beneficios, además de abrir bancos propios.
Seguidamente se autoriza a mayoristas y concesionarios extranjeros a importar y vender directamente en Argelia, acabando así con el monopolio estatal del comercio exterior.
El 30 de noviembre de 1991, una ley sobre hidrocarburos autoriza a sociedades exteriores a participar hasta con una cuota del 49% en la explotación de los yacimientos en activo, y en la exploración de nuevos en la zona de Hassi Messaoud, previo pago del «ticket de entrada», que Argel valora en total en algunos millardos de dólares. De este modo se cree poner remedio a las «fracasadas ganancias» de 40 millardos de dólares, debido al abandono de los programas de revalorización del gas natural deseado por el presidente Chadli Benjedid; una quincena de compañías se abren paso hacia delante, entre ellas, además de la oferta adelantada por la Total de 600 millones, llegan a Argelia dos sociedades petrolíferas japonesas.
Frente a la real y más veces declarada imposibilidad por parte argelina de pagar los intereses de las deudas con el exterior, el FMI presenta la acostumbrada receta: restricción de la demanda, en particular la de las importaciones, e incremento de las exportaciones. Una ley de 20 de junio de 1992 elimina puntualmente las subvenciones estatales a los bienes de primera necesidad, a menudo importados: en ese año los productos alimenticios importados constituían el 25 % del total de las importaciones; sólo la sémola, la leche y la harina se benefician todavía de una ayuda parcial.
Pero la amplitud de la crisis argelina es tal, que el programa de «economía de guerra» lanzado por el primer ministro Belaid Abdesslam apenas elegido en junio de 1992, es decir, apretarse el cinturón al menos durante 3 años y relajarse después de haber pagado la cuota de las deudas, 3 ó 4 millardos de dólares al año, es de todas maneras insuficiente.
En febrero de 1994 parte de Argel un ulterior aviso de insolvencia a pesar de los esfuerzos impuestos a los argelinos, que han permitido devolver 32 millardos en 4 años: la cuota del primer trimestre de 1994 es de 1,5 millardos sobre un total anual de 9,3.
Mientras tanto, después de otro cambio de primer ministro, la deuda externa subió a 26 millardos de dólares, y el pago de las cuotas absorbe el 80 % de las exportaciones; lo que les queda no llega a 2 millardos, es decir, la mitad de lo presupuestado. En estas condiciones no es posible ninguna inversión, y el destino de otras 400 empresas que necesitan capitales para modernizar las instalaciones parece cada vez más claro que será el cierre.
Como media las fábricas trabajan al 50% de su capacidad potencial, el desempleo sube al 20% de la población activa, la inflación galopa al 30% anual, el precio del petróleo baja a 16 dólares el barril mientras que el cambio franco francés/dinar que oficialmente es de 1 a 4, en el mercado negro llega a ser 1 a 12.
Francia, que con sus 30 millardos de francos se complace del 50% de la deuda, quiere gestionar el saneamiento económico propuesto por el FMI teniendo en cuenta su gran implicación, mientras Japón, que reclama el 25% de la deuda, no acepta una reestructuración o anulación de una parte de la deuda; Argelia, por su parte, espera una condonación de 6 millardos de dólares de deuda pública adquirida con la CEE como «contribución a la seguridad energética de los Doce».
La solución impuesta por el FMI el 10 de abril de 1994, siempre va en el mismo tono: devaluaciones del 40% del dinar, reducción de los puestos de trabajo con 200.000 despidos, programa de reestructuración de la deuda y nueva sustitución del primer ministro, lo cual tiene lugar con puntualidad al día siguiente. La UGTA, Unión General de Trabajadores Argelinos, se hace oír tan sólo para desmentir que haya dado su consentimiento preliminar al plan del FMI, considerado como inevitable tanto por el ministro de economía Benachenou como por la CAP, la patronal argelina.
Por las informaciones de la prensa no parece que el sindicato, tras ello, haya movilizado en modo alguno a los trabajadores, los desempleados y las masas más débiles, por una defensa aunque sea mínima de las ya míseras condiciones de vida argelinas, como en cambio si hizo, muy a su pesar, en 1988, en las huelgas contra la congelación salarial. Muy probablemente la UGTA ya no tiene crédito entre los trabajadores, y el margen de maniobra lo controlan ahora distintas organizaciones fundamentalistas y paramilitares de más peso: FIS, GIA, MIA, los escuadrones paramilitares de la muerte OJAL y los grupos armados de la mafia argelina dedicada al contrabando de armas y droga, a los que se les a atribuido más tarde el asesinato del presidente Boudiaf.
Completamos esta reconstrucción con las informaciones de "Le Monde Diplomatique", con los datos suministrados por los anuarios del Calendario Atlante De Agostini y con los boletines estadísticos de la ONU.
En el decenio 1984-94 la población argelina aumentó de 18 a 23 millones, más 1 millón de emigrantes, según las tablas De Agostini; mientras que las estimaciones ONU (enero 94) para el periodo 1983-92 señalan un crecimiento de 20 a 26 millones. Ambas fuentes denuncian «censos y perspectivas demográficas irregulares»(!), en cualquier caso en un periodo corto la población crece en cerca del 30%, que equivale al 3% de media anual y que hace aumentar la densidad de 7 a 9,6 habitantes por Km², y que no dice mucho vista la enorme extensión de las zonas desérticas; sin embargo, fijándonos en la población urbana, del 40% en 1980, subió al 50% en el 87, y después en 1990 cayó, por efecto de la crisis, al 45%.
La población activa sube de 4,3 a 6 millones y la parte que se dedica a la agricultura cae poco a poco hasta el 23,8% del total en 1991.
El registro de las zonas agrícolas, tan apreciado por los agrimensores franceses del siglo pasado, revela que los terrenos incultos en el 84 eran 190 millones de ha., equivalentes al 79,8% del total y en el 94 aumentaron al 81,7%.
Las tierras de labor y arboricultura (7,5 millones de ha.) han aumentado del 3,1% al 3,2%: un raquítico incremento de 94.000 ha. en diez años, quizá gracias a los tan cacareados proyectos de cooperación. Los prados y pastos permanentes han caído del 15,1% al 13,1% de un total de 31 millones de ha.. La floresta y los bosques (4,7 millones de ha.) crecen del 1,8 % al 2%.
En resumidas cuentas las bocas a dar de comer y los terrenos incultos crecen así: 6 millones de argelinos y 3,6 millones de ha. de desierto, o bien, ¡por cada nueva boca que alimentar, le corresponde media ha. más de desierto gracias a las «reformas socialistas»!.
Es difícil asombrarse después de que hemos dicho que el PNB per cápita del 84 fue de 2.389 dólares y de solo 2.020 en el 91, cifra a pesar de todo alta si la comparamos con el vecino Marruecos con igual población, cuyo PNB per cápita es sin embargo la mitad, con 1.030 dólares, ya que en este otro país magrebí no intervienen las ventas petrolíferas que para Argelia son considerables.
Para mejor comprensión comparemos Argelia con USA: los datos de 1990 nos indican que tanto en el sector del gas natural como en el del petróleo crudo la relación de producción, en volumen, es de aproximadamente 1/10: 49 contra 488 millardos m3 de gas y 37 contra 369 millones de toneladas de crudo. Nos encontramos aproximadamente la misma relación tanto en la población (26 contra 248 millones de habitantes), como en (para desgracia del proletariado y las clases oprimidas argelinas) el PNB per cápita: 2.020 contra 22.560 dólares en 1991.
A causa de los «censos» y «perspectivas demográficas irregulares» no sabemos con cuantos dólares hoy los proletarios argelinos pueden comprarse la sémola para el cuscús, teniendo en cuenta que los datos suministrados por el FMI para 1992 indicaban una considerable caída a 1.515 dólares per cápita, por debajo de los 1.776 de Túnez, mientras Marruecos sube ligeramente a los 1.042 per cápita. (Problèmes économiques, febrero 1994).
En este agravamiento progresivo de las condiciones materiales de supervivencia, en ausencia de una verdadera y profunda dirección de la lucha económica por parte de la UGTA, y no obstante los serios enfrentamientos que han costado centenares de muertos en octubre de 1988 con la posterior declaración del estado de sitio, las fabulosas energías de los trabajadores y desocupados argelinos toman el camino distinto al de la genuina lucha de clases y se arrodillan en las alfombras de las mezquitas.
En febrero de 1989 un referéndum para una nueva constitución da paso al multipartidismo; 6 meses después el FIS es reconocido legalmente y en junio de 1990 obtiene una victoria aplastante en las elecciones municipales.
En mayo y junio de 1991 hay intentos de huelga a ultranza organizados por el FIS y se extienden a todo el país, las revueltas del pan han creado escuela; se encarcela a los principales jefes del FIS en el intento de dispersar el movimiento, pero en la primera vuelta de las elecciones en diciembre del mismo año se obtiene este resultado: el FIS consigue 188 escaños; el FLN (el viejo partido único del gobierno heredero de la lucha anticolonial), 15; el FFS (Frente de las Fuerzas Socialistas), 25 y los independientes de signo vario, 3.
A continuación se suceden los acontecimientos más conocidos: al presidente en funciones se le destituye y se le sustituye por el HCE (Alto Comité de Estado) que anula la segunda vuelta de las elecciones, decreta el estado de excepción y disuelve el FIS.
Para comprender mejor este movimiento que se define, actúa y es reconocido como hijo del viejo FLN y no como un partido político, y que además no tiene un preciso programa político y económico para gobernar, hace falta tener en cuenta otras consideraciones.
Las tablas estadísticas nos dicen que desde 1962, año de la proclamación de independencia, la población ha pasado de 10 a 26 millones, esto quiere decir que 3/5 de argelinos han nacido en los últimos 30 años. Cada año entran en el mercado de trabajo 300.000 jóvenes y el 25% de la población activa está ya desempleada. Además, con el agravamiento de la situación económica y las obligaciones impuestas por el FMI, otros 200.000 trabajadores corren el peligro de ser despedidos, y la industria primaria ha dejado de funcionar regularmente.
La falta de viviendas alcanza un nivel dramático: el gobierno preveía durante 10 años la construcción de 100.000 alojamientos por año, pero ha realizado 20.000 en total, y para satisfacer las necesidades haría falta hacer para el año 2000 más viviendas que las que tiene ahora todo el país; es decir ¡5.500.000!.
De las viviendas existentes 600.000 están deshabitadas por razones de especulación; en los barrios pobres la mayor parte de las casas son poco más que cobertizos o ruinas, sin ventanas y con el techo caído, sin servicio y sin agua y, en la mayor parte de los casos, en una habitación vive una familia entera. La casa es el argumento más eficaz para el reclutamiento del FIS. Faltan hospitales y escuelas, mientras los ricos indudablemente prefieren mandar a sus hijos a las escuelas francesas o al extranjero, a Francia, Suiza o Estados Unidos.
En esta situación que continúa empeorando y sin vislumbrarse esperanza alguna, la única solución para muchos jóvenes es la de marcharse: «uno de cada diez está disgustado y no cree en mejorar, querría dejar Argelia e ir a otros países, sin embargo 27 millones de argelinos no pueden expatriarse, esto es así» (Le Monde Diplomatique, marzo 1993).
A la parte de jóvenes sin reservas que se queda en Argelia no le queda más que luchar: «¿Hay cosa peor a lo que acostumbrarse? (...) Arriesgando por arriesgar no hay nada que perder al jugarse la vida estando armados» (Le Monde Diplomatique., mayo 1994).
Es desde los grandes enfrentamientos de octubre 1988 que «la plaza» se identifica con el movimiento islámico y la lucha política va siendo sustituida cada vez más por la armada, que va perdiendo el carácter de acción terrorista, y que sin embargo implica el control de ciudades menores enteras y de territorios periféricos.
«Los tres principios del fundamentalismo
islámico: la modernidad laica es la causa de los males y los gobiernos
que actúan en esa dirección son los únicos responsables;
el único remedio es la rebelión de las vanguardias de creyentes;
y la guerra santa es la culminación de la lucha, han representado
la única esperanza para las masas argelinas privadas de las auténticas
organizaciones clasistas y revolucionarias comunistas.
Lemas y consignas simples movilizan
con eficacia; El Corán con sus preceptos de caridad, justicia y
solidaridad para los pobres se convertirá en la nueva constitución;
de esta manera ya no habrá necesidad de policía, pues el
control de la moralidad y la aplicación de la ley religiosa serán
llevados a cabo en las mezquitas; todos los fieles son combatientes y por
tanto parte del ejército que puede ser reducido; los impuestos serán
eliminados y sustituidos por los zakat, los impuestos religiosos según
la tradición coránica. Con el ahorro presupuestario obtenido
se podrá dar una aportación a las mujeres, a las cuales se
les pedirá que dejen el trabajo y que se ocupen exclusivamente de
la familia» ("Le Monde Diplomatique", febrero 1992).
Es oportuno recordar a quienes con jactancia centroeruropea comentan estos programas que el año siguiente a estas declaraciones, el blasonado y semisocialista gobierno francés proponía, para resolver su crisis, el salario a las amas de casa como incentivo para dejar libres puestos de trabajo en Francia.
La adhesión al FIS crece día a día y tras su desarticulación la rebelión estalla y la respuesta es una represión durísima; el que quisiera el enfrentamiento estará contento con los resultados: sólo en los dos primeros años de conflicto civil se cuentan oficialmente 3.000 muertos y miles son los que están en prisión o campos de concentración en el Sahara. La lista de muertos ha crecido después desorbitantemente, alcanzando a mediados de 1996 la cuota 50.000.
Las autoridades y el ejército promulgan decretos antiterroristas como la creación de cuerpos especiales (15.000 militares en las brigadas de intervención), la reducción a 16 años de la edad penal, toque de queda, detenciones por ser sólo «sospechoso o simpatizante», tortura y condena a muerte (en un año han sido dictadas 368 sentencias capitales y 26 activistas del FIS han sido ajusticiados).
La desarticulación de los combatientes del FIS con las detenciones de los jefes más carismáticos y organizativos y los asesinatos generalizados han hecho que inevitablemente los grupos de activistas en libertad se dispersen y se fraccionen, quedando a merced de sí mismos, sin unidad entre ellos y sin dirección centralizada.
Se intentan imponer nuevas jerarquías y tiene lugar una nueva distribución general de las fuerzas en activo que han sido neutralizadas en otros frentes.
Según una serie de tablas y cuadros sacados de «Rivista Marittima» (abril 1992), que analiza el conjunto de las marinas militares locales desde Gibraltar a Suez, las Fuerzas Armadas argelinas en teoría están compuestas de 125.500 efectivos en activo y 150.000 reservistas concentrados en un 95% en el Ejército, y han absorbido en 1991 como presupuesto de defensa 660 millones de dólares, que equivale a un gasto per cápita de 25,1 dólares, es decir, el 1,2% del producto nacional bruto per cápita, que en ese año era de 2.020 dólares.
Los mandos de las fuerzas armadas están distribuidos en tres grupos: generales provenientes del viejo ejército francés, sólidamente anclados en sus puestos de mando heredados del viejo aparato colonial, un grupo de comandantes moderados formado después de la independencia, y que en estos últimos tiempos se les ha llamado a veces para dirigir el estado de excepción, alejándoles después, y un tercer grupo de nuevos oficiales, ya en su momento adversario del «socialismo de Boumedienne», que desde 1986 auspiciaba la formación de un estado islámico y que cuenta en su interior con algunas figuras eminentes del FIS. "Le Monde Diplomatique" de mayo 1994, que nos ha permitido hacer la recomposición sobre los mandos militares, habla sin embargo también de «una guerra sucia: desde las incursiones letales y punitivas de la marina y la aviación, al empleo del napalm, a los raids de castigo y las torturas». El enfrentamiento es por tanto generalizado y está extendido a todo el territorio y es grande el temor a una división en feudos militarizados, especialmente después de la división y proliferación de grupos armados, que con los de la mafia argelina controlan ya algunas zonas y territorios descentralizados.
Responsable de una línea durísima de represión y deportaciones es el llamado «Partido de Francia» que tenía a través del primer ministro Reda Malek, depuesto el 11 de abril 1994, los hilos del poder. Cinco de sus ministros, entre ellos el de interior y responsable de la represión Salim Saadj, que durante la guerra de liberación pasó largo tiempo en el ejército francés, eran declaradamente de sentimientos antiárabes y antiislámicos. Según la Stratègie des islamistes ("Le Courrier International", febrero 1994) el Partido de Francia, apoyado por intelectuales, políticos, bereberes, francófonos y hasta algún «comunista», que en conjunto han hecho frente común contra el FIS, apelaba continuamente a Francia para que interviniera directamente en las cuestiones argelinas. París, a su debido tiempo recordará esta petición de ayuda; por el momento contrapesa las decisiones del FMI con el Club de París, un organismo económico internacional de acreedores públicos que actúa bajo su dirección, a diferencia del club de Londres que está formado por acreedores privados. Organizaciones secretas ligadas a este «partido» han conseguido otras veces provocar enfrentamientos del ejército y policía contra el FIS y se considera que están incluso dentro de sus fracciones.
La Organización de los Jóvenes Argelinos Libres, OJAL, con el rapto de un profesor de matemáticas de fama mundial, ha hecho acto de presencia y es acusado de hacer el trabajo sucio por encargo del poder.
En el frente opuesto el despliegue de fuerzas es fluido y ligero, prescindiendo de las potentes organizaciones mafiosas y criminales que, beneficiándose de la situación, reclutan jóvenes para una guerra santa muy particular y por cuenta propia mediante el contrabando y tráfico de todo tipo de armas y drogas.
Es generalmente reconocido que la suspensión de las elecciones y el arresto de los dirigentes del FIS fue para el poder argelino un grave error: de hecho, pensaban que después de algunos años de imposibles intentos de gobernar, su poder caería por sí solo, a parte de que los dirigentes políticos y organizativos que han sobrevivido en la cárcel, ahora ya no tienen ninguna influencia sobre los grupos externos, y aun liberándoles no estarían en disposición de retomar el control de la situación.
El FIS no ha sido nunca una organización con una estructura y un programa, está dividido en corrientes, una de ellas, próxima a los Hermanos Musulmanes egipcios de tendencia moderada, se propone una inserción en el aparato del Estado para sopesar las cosas desde dentro del sistema; esta corriente está representada por Abissi Madani, jefe histórico del FIS.
La otra corriente del imam Alí Benhadi, «el hombre que hace temblar al poder solo con el sonido de su voz», es más radical, sin una dirección planificada puede sobrevivir más fácilmente y más tiempo clandestinamente, precisamente porque la iniciativa se deja a estructuras móviles, autónomas y bien armadas. Es esta organización la que encuentra más consenso y complicidad en las fuerzas militares, donde las deserciones se multiplican día a día.
Las armas se consiguen en asaltos a los cuarteles y comisarías o a través de desertores que dejan el ejército para pasar a las filas del FIS. «se multiplican los sabotajes y se golpea cada vez con más dureza a las fuerzas del orden. Dentro del ejército las deserciones prosiguen después de la reciente y espectacular deserción de varias decenas de cadetes de la escuela militar de Cherchell». ("Le Monde", febrero 1994).
Por otra parte, muchos chavales temen por su vida y por la de sus familiares porque los Ikhwans (hermanos) han prohibido a los jóvenes hacer el servicio militar, por una parte está el terror de la represión y por la otra el miedo de venganzas y extorsiones.
El FIS es mantenido, en este periodo, por dos formaciones militares: el MIA (Movimiento Islámico Armado) y el GIA (Grupos Islámicos Armados).
En conjunto se estima que en todo el país operan 650 grupos armados compuestos al menos de 12 hombres; algunos de ellos están formados exclusivamente por mujeres.
Su estructura clandestina es extremadamente descentralizada; las decisiones son tomadas a nivel de grupos de barrio e incluso de manzana, y se adopta el mismo tipo de guerrilla que hace 30 años el FLN usó contra el ejército francés, la técnica del triángulo.
Cada militante conoce sólo a otros dos miembros de la red pero ignora el grado en la jerarquía, si es detenido debe resistir sin hablar 24 horas incluso bajo tortura, para permitir a los otros dos militantes esconderse en lugar seguro y avisar del peligro a toda la red.
A la división en grupos autónomos reducidos por motivos de seguridad se ha unido la debilidad de los dirigentes por disensiones internas, por lo cual la realidad presenta una maraña de bandas que operan independientemente las unas de las otras sin una verdadera coordinación.
Las redes que mantienen grupos armados difunden un periódico clandestino de propaganda y son financiadas en parte por Irán y Sudán después de la ruptura con Arabia Saudita durante la guerra del Golfo, pero la mayoría de la financiación proviene de los robos en oficinas postales y bancos.
La diferencia entre los dos grupos se funda en los objetivos a golpear: el MIA, considerado moderado, actúa exclusivamente contra los representantes del poder sacrílego y sus cómplices. Este grupo sucesor de su homónimo afgano, creado por los legendarios hermanos Buyali en la época de Chadli Benyedid, ha reaparecido bajo la dirección de los nuevos jefes Chebouti y Meliani y, a pesar de las divergencias con los viejos dirigentes en la cárcel o en el exilio, apoya al FIS.
El GIA, asentado en Tiaret en la región interior de Mitidja, más extremo y radical, apunta sus armas contra periodistas, escritores e intelectuales varios, religiosos moderados, y feministas, pero sobre todo contra los extranjeros no musulmanes a los cuales en noviembre de 1993 lanzó un ultimátum para que dejaran el país.
En sus filas hay hombres y grupos especialmente entrenados para la guerrilla que se han formado y han adquirido experiencia en Afganistán con los mujaheddin, en la guerra contra los rusos. Su jefe Sid Mourad «el afgano» fue abatido a primeros de marzo de 1994 en Argel en un enfrentamiento armado. El GIA propone respecto a la mujer la extensión del haram (prohibición) a todas las esferas de la vida social y privada.
Después de la marcha del 22 de marzo de 1994 en la capital contra el terrorismo y por la tolerancia, en la que había participado un grupo de estudiantes universitarias que se oponían entre otras cosas a la obligación de llevar el velo, la respuesta fue rotunda e inmediata: dos franceses asesinados y posteriormente dos estudiantes universitarias acuchilladas.
El clima de terror se ha extendido a todo el territorio y a la población; hay estado de excepción del poder y estado de excepción islámico. En los muros se pegan estos enunciados: «Leed esta octavilla y pasadla a otros. Romper esta octavilla y estaréis muertos. Ahora ninguna actividad es consentida después de las 15 h. Si trabajáis estáis de parte del faraón (nombre dado al poder infiel). No provoquéis las iras de los mojaheddin».
Hay numerosos puestos de control y falsos puestos de control donde muchos militares y policías han perdido la vida; pensando que se encontraban frente a colegas han exhibido la placa identificativa y han sido matados y decapitados.
Existe la fundadísima sospecha de que dentro del ministerio de justicia hay simpatizantes de los movimientos islámicos ya que a muchos prisioneros después de la detención se les vuelve a dejar libres o se les ayuda a fugarse; por esto algunos grupos de intervención han decidido no capturar más prisioneros y proceder con ejecuciones sumarias sobre la marcha.
La última novedad de la represión por parte de las fuerzas especiales antiterroristas, llamadas ninja por su uniforme de samurais, es presentarse en la puerta de las casas situadas en las zonas controladas por los islamistas y haciéndose pasar por mujaheddin piden asilo; al que lo da se le mata inmediatamente.
La población (tenemos que usar este término vago e interclasista ya que el encuadramiento de las clases es confuso y variable) en parte simpatiza con estos movimientos islámicos y en parte vive en una pasividad que roza la complicidad, y poco se sabe de lo que pasa y de cuantas son las «zonas liberadas».
Otra parte aspira a una democracia laica y teme que el FIS en el poder provocaría una fuga de técnicos indispensables para la reconstrucción, y una vuelta atrás económica y cultural. También se estima que 3 ó 4 millones de argelinos huirían, y la comunidad bereber, que representa el 20% de la población, podría oponer resistencia al dogmatismo doctrinario islámico y pudiera pasar a la lucha armada.
La crisis continúa con atentados cada vez más atrevidos y devastadores; el GIA exige al gobierno francés que ponga fin a todo tipo de ayuda al poder argelino, que en el plano económico significa una financiación de 5 millardos de francos que no han faltado nunca, y a continuación se produce el desvío de un avión francés. La comunidad internacional, es decir, la banda de asesinos al por mayor, con USA a la cabeza, reclama represiones todavía más incisivas, que no tardan en llegar, y la temida quiebra del ejército no se produce, más bien mejora sus intervenciones contra el terrorismo.
Vuelve la farsa electoral después de represiones y mediaciones internacionales, pero solo cuando se sabe seguro que el electorado no está ya a favor de los grupos extremos del fundamentalismo. La crisis, el terror y un acuerdo de propaganda del régimen, que intenta parangonar al FIS con el partido nazi y al GIA con las SS, producen sus efectos.
Las elecciones de noviembre de 1995, en las que no participan el FIS, que sufre continuas divisiones internas, el FFS (Frente de las Fuerzas Socialistas) y una buena parte del FLN, vuelven a confirmar el cuadro de poder vigente y tratan de presentar un país que ha superado una gran crisis política; la económica en cambio se ha ampliado a pesar de la consistente aportación de los ingresos petrolíferos.
Los vínculos económicos con Francia han aumentado, ya que han venido a llenar el vacío dejado por otros países, y por consiguiente ha aumentado la dependencia argelina del capital francés.
Después del asesinato de siete frailes franceses, defensores del diálogo para la paz, y del obispo de Orán, decidido opositor, el GIA padece fuertes contrastes internos y recortes en la financiación por parte de las sociedades caritati- vas islámicas en Europa, que ahora son fuertemente controladas por existir la sospecha de ser financiadoras del terrorismo.
Los atentados en Argelia, en bares y centros de diversión, que a primera vista pueden ser objetivos contra la corrupción occidental, a menudo se revelan como acciones de extorsión y autofinanciación contra los propietarios que no pagan el «impuesto islámico».
Sin embargo, es evidente que no se ha
producido un reforzamiento numérico o el apoyo generalizado a las
formaciones fundamentalistas, señal de que el proletariado argelino
en definitiva no ha reconocido en ese movimiento la oportunidad de atacar
a su verdadero enemigo: la explotación capitalista. Que no es poco
en un momento completamente contrarrevolucionario como el actual.
El Fundamentalismo
- Orígenes del fundamentalismo
- Umma religiosa y panarabismo
- La crisis económica
en Argelia - En el Gran Magreb
- Marruecos, una relativa estabilidad
- Túnez, entre crisis y fundamentalismo
- Mauritania, hacia el África más
pobre - El libro verde de Gaddafi -
El
polvorín Egipcio - El
fundamentalismo en Sudán
REUNIÓN GENERAL DEL PARTIDO
(Génova, 22-24 de mayo)
Conforme a la convocatoria distribuida en su momento, se celebró en Génova la reunión general del partido los días 22, 23 y 24 de mayo. Pudimos utilizar la nueva y acogedora sede de la sección, que está situada a unos pocos minutos andando de la estación de Porta Principe, es amplia, está bien iluminada y da a una tranquila cuesta peatonal. Impecable la acogida preparada y la hospitalidad de los compañeros. Estaban representadas las secciones inglesa, francesa, española, suiza, y las italianas: Nápoles, Arezzo, Turín, Taranto, Florencia y Emilia; los ausentes habían avisado con antelación de la imposibilidad de asistir, y enviaron por escrito un resumen satisfactorio de sus trabajos, a los cuales se dio lectura.
En las reuniones preparatorias que se mantuvieron el viernes por la tarde y el sábado por la mañana, consideramos las numerosas cuestiones de nuestro empeño, en forma de actividad colaboradora, que es natural y espontánea, y no corresponde a la del debate entre opiniones individuales en contraste, ni a la unanimidad externa y formal que a menudo se esconde tras la perjudicial adoración a jefes y jerarquías en cuanto tales. La absoluta disciplina de la militancia comunista y el rechazo de todo federalismo que resquebraje nuestra doctrina monolítica y nuestro bien definido movimiento, correspondiente a la centralización objetiva de nuestros fines, medios, y práctica, no se consiguen con instrumentos coercitivos o punitivos, pero no por ello está menos enraizada y deja de convertirse en un instinto del partido, un estilo y una manera de ser.
Además de la puesta al día de la planificación de las publicaciones en las distintas lenguas, tanto publicaciones nuevas como reimpresiones, valoramos la necesidad de otros estudios sobre varios temas, entre ellos, la crisis de las sociedades orientales y las nuevas formas de enfrentamiento interburgués en Europa. También se ha concretado la situación de la distribución y de la propaganda que, debido a los duros tiempos que corren, requiere esfuerzos suplementarios.
Hemos dedicado la tarde del sábado a escuchar las exposiciones de los trabajos, con los siguientes temas: el Curso de la crisis económica, Cuestión agraria ayer y hoy, Historia de la Corea moderna, Marxismo y leyes diferenciales; y la mañana del domingo a estos otros: Cuestión argelina, Teoría del conocimiento, y el Capitalismo chino. El contenido completo de estos trabajos aparecerá en los próximos números de la revista Comunismo.
Para cenar por la noche se reservó
un mesón de la zona, mientras que para pernoctar pudimos contar
preferentemente con la acogida en las casas de los compañeros.
La crisis japonesa, presentada por la burguesía como una interrupción casual y específica de un modelo nacional, es el resultado de un proceso que la sucesión de los datos económicos, en concordancia con la teoría, demuestra que: 1er es histórico capitalista general, 2° es expresión del largo ciclo de crisis en marcha desde 1975, 3er está acentuado desde el inicio de esta década y 4° es primera causa determinante y posteriormente también efecto de la crisis de los jóvenes capitalismos en la propia zona asiática.
Se consideraron algunas características distintivas del capitalismo japonés, que se superponen al carácter general de la crisis, y que la prensa utiliza hoy para ocultar la ley que lleva a toda alocada acumulación a su desplome, aislar la crisis del país de la crisis mundial y negar la contradicción entre acumulación y consumo a través de nuevas teorías malthusianas sobre el desarrollo del parasitismo social.
Se comentaron en síntesis los datos relativos a otros países. Sobre Estados Unidos el apogeo de la situación de bonanza, la subida cada vez más acelerada de las cotizaciones en la bolsa, y la supremacía que todavía posee precisamente respecto al compadecido Japón.
Del imperialismo ruso se resaltaba su dificultad para volverse a levantar de la destrucción requerida por el ciclo de más de 50 años recorrido por el capital industrial. La difícil recuperación se refleja en la desconfianza del capital financiero internacional, que pide cuotas de rendimiento cada vez más altas para las inversiones en Rusia.
Sobre China, los datos disponibles sobre producción industrial y precios, las noticias sobre despidos en masa, las dificultades del crédito en cuanto a su montante y posibilidad de ser pagado, y la incertidumbre sobre el cambio de la moneda, indican inestabilidad creciente para ese capitalismo que la burguesía mundial querría ver como bastión del orden en la crisis asiática.
Pasar, por parte de los jóvenes capitalismos asiáticos, de la perdida de vigor de la producción industrial a la manifestación financiera de la crisis y a la más reciente caída de la producción, nos permitía contraponer la teoría marxista a la contratesis burguesa ya clásica, confeccionada para absolver a los fundamentos del modo de producción, y señalar como causa originaria de la crisis al abuso del crédito, fenómeno pretendidamente nuevo, cuyo remedio se podría encontrar en las más recientes arquitecturas financieras mundiales anticrisis desveladas por el G-8.
Después de un estancamiento en la producción industrial Europa continental, incluida la centro-oriental, de momento acelera su crecimiento; por el contrario en el Reino Unido se dan las primeras muestras de que la reproducción del capital cesa de incrementarse.
Asia, considerada manantial de nueva juventud para el capitalismo, ha dado la primera señal de crisis general del capital mundial: Japón se encuentra agotado debido a la acumulación desenfrenada; los tigres asiáticos han sido empujados al terreno de la sobreproducción, sobrespeculación y crisis, por el capital financiero, que se fuga de los países en los que la tasa de acumulación cae; China se prepara para hacer su enorme contribución a la deflación, primero en Asia y después en todos sitios. Rusia no consigue levantarse. Los imperialismos europeos parecen querer alinearse rápidamente en la bonanza antes de la tempestad.
Cuando América llegue al final
de la expansión, el crack de la Bolsa hará derrumbarse en
la oscura desesperación los difundidísimos mitos burgueses
de enriquecimiento milagroso, y el capitalismo americano se pondrá
por delante en la crisis de precios bajos, o crisis de paz, que precede
a la época de la guerra.
El relator, con la ayuda de Marx, recordaba cómo la renta absoluta es el resultado del monopolio de clase sobre la tierra y se hace posible por la mayor plusvalía en la agricultura respecto a la media social. La renta absoluta la alcanza solamente ese importante valor. Esto hace posible la nacionalización de la tierra sin que sean alteradas las relaciones de producción. Pero, como afirma Lenin, ninguna clase actúa contra sí misma, por lo que se dan nacionalizaciones en régimen burgués sólo en situaciones excepcionales. Se resumieron brevemente pues los aspectos de las dos formas de renta diferencial, la que se deriva de una diferente fertilidad del suelo y la de una diferente cantidad de capitales invertidos en la tierra. De ello se deriva una serie de relaciones entre estas tres figuras: propietario, arrendatario capitalista y trabajador asalariado.
Hablando de las tendencias evolutivas de la agricultura se empezó con Lenin, que combate a los nostálgicos de la pequeña explotación familiar, que se quería hacer ver más productiva, y congénita a una presunta ley decreciente de las posteriores inversiones del capital en la tierra. Lenin, en cambio, afirma que, aunque retrasado respecto a la industria, el progreso en la química y el desarrollo de las máquinas imponen una continua revolución de las técnicas agrarias, que requieren dimensiones de empresa y capitales cada vez mayores.
El relator concluía esta primera
parte de la exposición señalando las últimas tendencias
de la agricultura (que serán mejor vistas en la continuación),
las cuales tienden a reducir la producción de los campos a un sector
al aire libre de la industria agroalimentaria. En este sentido se hacía
referencia al fenómeno moderno del a cargo de terceros, es decir,
confiar a empresas con capital pero sin tierras una parte cada vez mayor
de las labores agrícolas, desde arar hasta sembrar y recolectar.
Por otra parte los fermentos sociales producidos por la crisis económica y financiera y provocados por los dictados del Fondo Monetario Internacional, apéndice de los Estados Unidos, contra los tigres asiáticos, fermentos que se han manifestado de momento sobre todo en Corea del Sur y en Indonesia pero que están destinados a ampliarse y profundizarse, están haciendo aparecer sobre la escena histórica al numeroso, joven y concentrado proletariado de estas regiones a menudo sometido a unas condiciones de trabajo particularmente duras y que no carece de una tradición gloriosa de luchas de clase.
En Corea la reciente huelga general de finales de mayo contra los despidos en masa que en los últimos meses han golpeado a miles de trabajadores de ese país, demuestra que el sindicato KCTU, todavía no reconocido oficialmente pero empeñado desde hace meses en negociaciones con el gobierno para "afrontar conjuntamente" la grave crisis económica, mantiene, al menos en algunos sectores, la voluntad de responder de manera clásica a las imposiciones del Fondo Monetario Internacional, aceptadas por el nuevo gobierno "democrático" de Seúl.
Corea del Sur ha entrado ya desde hace un año dentro de los temas de estudio del partido, en esta reunión se ha tratado la historia política del país, dentro de los acontecimientos generales que han sacudido a todo Asia Oriental desde principios de siglo: desde el aislamiento de los últimos decenios del siglo XIX, a la apertura impuesta por Japón con el tratado de Kuangwa, en 1876; la guerra ruso-japonesa de 1905, que abrirá el camino al protectorado japonés sobre Corea, llegando a la colonización directa por parte de Tokio, periodo durante el cual se sentó la base industrial del país; la expansión del imperio japonés durante la segunda guerra imperialista hasta el fin del imperio y a la división del país teniendo como frontera el paralelo 38, tras una guerra que costó millones de víctimas. El informe ha podido utilizar valoraciones aparecidas en la revista "Bilan", órgano de la Fracción de Izquierda en Francia en el periodo comprendido entre las dos guerras imperialistas.
Por motivos de tiempo la exposición
no ha podido afrontar otros argumentos de estudio, tales como el desarrollo
económico de Corea del Sur en la segunda posguerra y paralelamente
la evolución del movimiento obrero, hasta las luchas más
recientes, temas estos que serán abordados en la próxima
reunión, de la misma manera que en nuestra prensa.
El relator comenzó con el papel desarrollado por la ley diferencial en materia agrícola. Tras definir la renta I y II demostró que el origen de éstas hay que buscarlo en la ley del valor. La causa de la renta diferencial no es el monopolio jurídico de la tierra, sino el monopolio económico de la clase capitalista. La eliminación de la renta diferencial es posible sólo destruyendo la ley del valor, es decir, eliminando el capitalismo y abriendo el camino al desarrollo de las relaciones comunistas no monetarias y no mercantiles.
Antes de enunciar la ley diferencial el relator expuso una deducción errónea de la ley a través de la fórmula:«La renta es proporcional al producto». Esto social y políticamente significa apoyar al propietario de la tierra contra el proletariado.
La formulación correcta de la ley no es pues necesaria por motivos estéticos de rigor matemático: en el terreno económico-social las fórmulas matemáticas no son neutras. En particular, la ley diferencial expresa la relación de fuerza entre el propietario de la tierra y las demás clases y de modo más general el grado de parasitismo y de putrefacción social.
Partiendo de la formulación de Marx de la ley diferencial: «Los incrementos en la renta son proporcionales a los incrementos en el producto», se llega, mediante una simple operación matemática, a expresar la ley en estos términos: «Los coeficientes de proporcionalidad entre renta y producto obtenidos por los terrenos mejores describen una serie creciente de números».
De esta forma se pone en evidencia el poder creciente del terrateniente y por extensión del monopolio y del parasitismo social.
El marxismo, distinguiendo como "diferenciales" a todas las relaciones económicas burguesas, encuentra en ellas la causa de todos los fenómenos de putrefacción y parasitismo social. El relator insistió particularmente en el último fenómeno de la moderna degeneración del pensamiento burgués, la New Age, devolviendo la invitación de enriquecer el invariable marxismo ortodoxo.
Tras haber hecho una introducción sobre la renta absoluta, debida ésta al monopolio jurídico de la tierra, el relator recordó como ésta no alteró ni anuló la ley diferencial: siendo la renta absoluta una constante, ésta se puede anular tranquilamente ya que en la ley diferencial sólo entran en juego diferencias. Este procedimiento no es para nada trascendental pero siempre se ha seguido en el terreno de la física. Marx, entre otros, lo ha usado en la teoría de la plusvalía absoluta y relativa anulando el capital constante. De esto se deduce, mediante unas breves demostraciones matemáticas, que la renta absoluta no tiene ninguna influencia sobre la ley diferencial.
La ley diferencial en el campo económico constituye la condena del socialismo pequeño-burgués que identifica el socialismo con la extensión de la ley del valor a la relación trabajo-moneda. El comunismo para nosotros no es la reducción a cero del plusvalor sino del trabajo necesario, por lo cual es una reivindicación comunista la destrucción de la ley del valor y no su extensión al cambio capitalista-obrero.
El relator ponía en evidencia el origen del socialismo pequeño-burgués del modelo clásico inglés que respecto al fisiocrático y al de Marx presenta un limite mortal: es un modelo empresarial y no social, en el sentido que relaciona la dinámica económica con el individuo (empresa u hombre solo) mientras que el fisiocrático y el marxista la relaciona con el complejo social de clase. El socialismo pequeñoburgués, desde los socialistas ricardianos y Proudhon, hasta Gramsci y Stalin, hereda del modelo clásico inglés el límite empresarial, la incapacidad de llevar más allá la relación capitalista-obrero, eludiendo la dinámica compleja de las tres clases del modelo marxista. La teoría de la renta de Marx está estrechamente relacionada con la teoría de las clases y de la lucha de clases. Ella golpea al corazón del capitalismo pequeño burgués porque saca a escena al tercer excluido: el propietario de la tierra. Si el capitalista se apropia un plus mediante la ley del plusvalor, el propietario se apropia otro plus basándose en la ley del valor. Por lo que la lucha del proletariado no debe limitarse a la reivindicación de un repartición diferente del producto social sino extenderse a todas las relaciones sociales burguesas propugnando la destrucción de la ley del valor y de sus formas derivadas (mercancía, dinero, salario, etc..).
La segunda parte del trabajo examinaba la relación entre la ley diferencial y la teoría marxista del conocimiento. El relator expuso sólo la introducción, en la que se desarrollaba la cuestión de que el heredero de la filosofía critica no es el obrero o la clase obrera entendida estadísticamente, sino el Partido Comunista, por medio del cual la clase obrera funciona como sujeto histórico, consciente de que en esta sociedad nunca podrá hacerse entender en todo momento y en cualquier situación por los obreros. Los trabajadores deben actuar en combates revolucionarios para entender y discurrir. El proletariado hace teoría con proyectiles y fusiles y solo en su praxis revolucionaria se pone a la altura del Partido histórico marxista.
Tarea del Partido es hacer ciencia proletaria
y revolucionaria, no ciencia popular en abstracto. Dos oportunas citas
delineaban el curso histórico de la destrucción de los absolutos
físicos y el papel de la ley diferencial en este proceso, cuyo desarrollo
articulado será el objeto de la segunda parte de este trabajo.
Argelia tiene una superficie de 2.381.000 Km2, más de cuatro veces la superficie de Francia. Sin embargo, la parte útil, es decir, habitable, se reduce a solo 210.000 Km2; en comparación, Inglaterra tiene 310.000 Km2, e Italia 350.000 Km2. La Argelia útil está atravesada de Este a Oeste por dos grandes cadenas montañosas: el Atlas Telliano y el Atlas Sahariano que forman una gran A, cuya barra está constituida por el Atlas Marroquí. Entre estas dos cadenas se encuentran las altiplanicies que sirven para el pasto y el cultivo del grano, de la cebada y del esparto. Argelia forma una masa elevada que cae cortada a pico sobre el mar, rodeada por el mar Mediterráneo y por el mar de arena, el Sahara, por lo que los Árabes la han llamado la "isla del occidente".
La costa hacia el mar recibe suficientes precipitaciones, mientras el Atlas Telliano retiene las nubes y deja pasar solo el aire caliente y seco, reduciendo así mucho las precipitaciones sobre la altiplanicie. Además las precipitaciones cambian a menudo de un año a otro. Marx opinaba que Argelia formaba parte de esa gran área llamada oriental que necesita para la agricultura sistemas hidráulicos de regulación de las aguas y trabajos de drenaje.
Argelia es tierra de invasiones, pero debido a su carácter accidentado, la penetración solo puede desarrollarse por sus extremos. Tradicionalmente los invasores han llegado por mar, como los Cartaginenses, los Romanos, y después los Franceses, pero pueden venir también del interior, como los Árabes en el siglo VI. La mayoría de la población está constituida por beréberes (nombre dado por los Romanos, del latín barbarus) que viven en las montañas, donde se refugiaron de las invasiones árabes, y de los hablantes de lengua árabe que viven en las llanuras. Los beréberes, que forman la base originaria de la población, son diversos pueblos que se instalaron entre el paleolítico y el neolítico, y que hablan diversos dialectos. También los hablantes de lengua árabe están constituidos, en sus orígenes, mayoritariamente, por beréberes.
El carácter accidentado del país, que hace difícil las comunicaciones, a pesar de que la agricultura necesitaría del mantenimiento de una compleja red hidráulica, no ha permitido el surgimiento de un Estado centralizado a gran escala. Al contrario, la erosión del territorio en gran multitud de barrancos separados, han impedido la afirmación de un Estado unitario. Este último ha sido impuesto desde el exterior, por los invasores: Romanos, Turcos, y Franceses. Además las difíciles condiciones de vida y la pobreza de la tierra han mantenido durante mucho tiempo, hasta comienzos de siglo, la propiedad comunal con organización tribal, que aunque poseía un nivel técnico muy atrasado, estaba bien adaptada al lugar por su cuidado colectivo del medio ambiente. La propiedad privada, introducida por los Romanos, permaneció minoritaria, a pesar de la dominación turca, hasta la llegada de los Franceses.
A causa de la escasez de tierras, la superficie agraria, cultivada o de pastos, desde la dominación turca hasta nuestros días, ha permanecido más o menos igual. Más bien, debido a la fuerte erosión (40.000 hectáreas al año), que se ha agravado bajo la dominación francesa con la introducción de la agricultura intensiva, ella disminuye. Es de 12,5 millones de hectáreas, o sea, el 60% de la Argelia "útil", que se descompone en 6.800.000 hectáreas de tierra laborable y 5.700.000 hectáreas de pasto. Como referencia diremos que la superficie agrícola representa en Italia y en Inglaterra 18 millones de hectáreas y en Francia 33.
En 1830 la población argelina era de 3 millones de habitantes, en 1955 llegaba a 7,6 millones. En el mismo tiempo, ¡la producción de cereales per capita había pasado de 500 a 155 kg.! En otras palabras, el fellha moría de hambre. Hoy la población es de 29 millones y la producción de cereales per capita ha caído en 1992 (en la actualidad será aún peor) a 138 kg. En consecuencia, la tierra argelina, con las condiciones de producción actuales, no puede nutrir a su población; la mayor parte de los alimentos deben ser importados. Esto fue previsto por el partido en los años cincuenta. Para mantener la producción agrícola a la par que el crecimiento de la población, serían necesarias grandes inversiones en el campo agrícola, para la construcción de diques, de sistemas de irrigación y drenaje. Era cierto que el nuevo poder salido de la guerra de independencia se encontraría con el mismo dilema del poder colonial: inmovilizar fuertes inversiones destinadas a la agricultura, recuperables a largo plazo y con bajos réditos, o invertir en la industria, sacrificando la agricultura, pero con una rotación de capital mucho más veloz y réditos mucho más altos. La ley del capital es la misma en todas partes y es independiente de cualquier demagogia que pretenda travestir la realidad.
Argelia, a excepción del petróleo y del gas, es un país muy pobre, con recursos limitados e infraestructuras poco desarrolladas. Por eso la industrialización no puede hacerse sin grandes inversiones del capital financiero internacional. Sin embargo, en los países como Argelia en los que faltan infraestructuras y mano de obra cualificada, los costes de producción son más altos que en los países industrializados. La única ventaja es el bajo costo de la mano de obra, pero no basta para compensar las desventajas. De hecho, los grandes Estados imperialistas, salvo en el campo petrolífero, no invierten en la industria. Los prestamos sirven para financiar las importaciones de productos industriales que Argelia no produce. Ya en los años cincuenta el partido tenía claro que la única vía que podía conducir a Argelia hacia una verdadera industrialización, era la realización de una reforma agraria revolucionaria, que habría permitido, estimulando la producción agrícola, crear un mercado nacional con el enriquecimiento de los fellahs. Sin embargo, esto no fue posible porque la burguesía argelina, que había mostrado su miedo a las masas, tenía unos intereses en la tierra que no eran secundarios. Había encabezado la revolución sólo por el rechazo de todo compromiso por parte de la burguesía francesa, pero su objetivo era controlarla.
Se podía prever que Argelia permanecería ante todo como un país monoindustrializado, con el petróleo y el gas, un poco de acero, proveedor de materias primas y de mano de obra barata para los grandes Estados imperialistas, principalmente europeos, entre ellos Francia. Y que estaría obligada a importar una masa cada vez mayor de productos agrícolas.
Hoy, con la recesión mundial del final de los años ochenta, que ha visto caer el precio del petróleo y subir los tipos de interés, Argelia queda estrangulada: ya es incapaz de reembolsar la deuda, que se eleva a más de 26.000 millones de dólares, al capital internacional. Presionada por el imperialismo, Argelia ha tenido que devaluar la moneda y suprimir toda subvención de los productos de primera necesidad. En consecuencia, los precios de los alimentos se han elevado vertiginosamente, y todos los productos importa- dos son carísimos. Las importaciones han sufrido una fuerte contracción, el mercado negro ha hecho su aparición y la producción industrial ha entrado en recesión.
Este es el contexto en el que el movimiento islámico ha tenido un fuerte desarrollo. Este movimiento, apoyado por Arabia Saudita, ha sido concebido como una solución alternativa por el imperialismo anglosajón, principalmente el americano.
Después de ocho años de guerra civil, se puede decir que el movimiento islámico ya no representa una solución de recambio después de que el FIS haya sido destruido: el clan en el poder ha vencido. Los diversos grupos que continúan luchando y que representan la tendencia más extrema y escisionista del FIS están infiltrados por los servicios secretos. Ahora la violencia que conmueve Argelia no es más que terrorismo ejercido contra el proletariado.
Pero Argelia es también un campo
de batalla entre los diversos imperialismos; si Argelia abastece a Europa
de petróleo y gas, sus campos petrolíferos están controlados
comunmente por el imperialismo americano. Quien controla Argelia controla
un punto estratégico de Europa.
En realidad, después de haber oído toda clase de cosas, a propósito de oportunismos y contoneos, a base de fórmulas más o menos literarias en torno a la necesidad de «cambiar todo para no cambiar nada», o de «cambiar a toda costa» según la sentencia de Bernstein que dice «el movimiento lo es todo, el fin nada», nosotros nos permitíamos «aparecer» fijos e inmóviles precisamente porque nuestro fin es el de «revolucionar» el sistema del Capital, y más exactamente renovar una realidad política y social que se vanagloria de caminar en cabeza... y especialmente hacer resurgir a un proletariado que nunca tanto como hoy ha llegado al fondo de su experiencia histórica, traicionado y utilizado sin limite ni medida. Nuestra Invarianza consiste en la defensa de los fundamentos programáticos de la acción política y económica, sin las concesiones en los principios que han caracterizado el arco de acción y de relación con el enemigo de clase de los ex-comu- nistas, socialistas, socialdemócratas etc...
Por otra parte, nuestra versión de las cosas, que parece tan cerrada y atrasada, es hoy confirmada por los estudios más acreditados, incluso en el campo teórico burgués, a propósito de la necesidad para la ciencia (para cualquier ciencia digna de respeto) de señalar con claridad los limites y los paradigmas para poderse aventurar en el maremagno de la experiencia, múltiple, diversa, infinitamente sujeta al cambio.
Nosotros hemos pensado primero,
y mantenemos inalterado nuestro paradigma interpretativo.
Después de una síntesis histórica el estudio afronta la investigación cuantitativa del desarrollo del capitalismo en China, usando los últimos anuarios estadísticos oficiales del Estado.
Las primeras magnitudes que hemos considerado son el índice global de la producción industrial y del acero. Los dos series facilitan el estudio histórico-económico de la transformación de esa antigua e importante sociedad, actualmente bajo el estímulo implacable del Capital y de su tasa de acumulación, que empujan a países con historias diversas hacia un único "modelo" planetario, lento camino señalado y ya recorrido por los capitalismos más viejos.
Los resultados finales confirman que mientras para los datos per capita (que serán investigados y descritos en las próximas reuniones) China se encuentra bastante distancia- da de los otros países industriales, como masa, es decir, como peso político mundial, su producción de acero le lleva ya al cuarto puesto como total del acero producido en toda su historia nacional, y al primer puesto en producción en el 1996. Y acero significa fuerza militar.
El trabajo completo junto con las indispensables
tablas y gráficos serán publicados en nuestra prensa.
25 de agosto. Corea del Sur. La Confederación Coreana de Sindicatos KCTU incluido el sindicato de los trabajadores de Hyundai Motors, han aceptado los despidos. Desde el día 20 de julio los obreros ocupaban, junto a sus familias, la fábrica de Vesan, la "ciudad de Yunday" en el sur del país. Atrincherados dentro de ella y cercados por unos 15.000 policías antidisturbios, los obreros desesperados habían amenazado con volar unos cuantos camiones cisternas llenos de gasolina. Finalmente debieron ceder ante la amenaza de 5.000 despidos, con 1.800 cartas de despido ya efectivas sobre la mesa. Esta es la importante victoria anunciada por el presidente de la república tras firmar un acuerdo que recogía 277 despidos y 1.200 en expectativa. Posteriormente, y dentro del mejor estilo de la "cortesía" oriental, los dirigentes de los sindicatos y de la empresa han ofrecido al gobierno sus disculpas por los daños ocasionados durante la huelga. A su vez el presidente ha felicitado a los sindicatos que por vez primera han aceptado unos despidos.
26 de agosto. Mineros rumanos. Sesenta mil en huelga total. Solamente en 1997 hubo 100.000 despidos y para otros 110.000 trabajadores está en peligro el puesto de trabajo. Las leyes draconianas del FMI en la región minera han llevado a la desesperación a miles de familias obreras que vivían en barracones asquerosos, más parecidos a campos de concentracin que a pueblos habitables. Quien acepte el despido recibirá una pequeña indemnización, pero esto servirá de poco sin ningún tipo de prestación social y en una zona donde solamente hay minas y no hay ninguna otra alternativa laboral. La lucha está destinada a continuar.
27 de agosto. Méjico. Quince meses de movilizaciones de los trabajadores de la Han Young donde se sueldan bastidores para los remolques de la empresa surcoreana Hyundai. Los obreros intentaron crear un sindicato independiente y el Estado respondió a través de sus órganos represivos arrestando y amenazando a algunos obreros. El sindicato oficial CTM (filo PRI-Partido Revolucionario Institucional) por boca de su secretario ha declarado que los trabajadores eran unos "desestabilizadores profesionales de Méjico", y los trabajadores que les apoyaban en los USA eran unos "emisarios del diablo".
3 de septiembre. China. En Chongqing, en China suroccidental algunos centenares de obreros de una fábrica química, que cerró despidiendo a 1.700, han organizado diversas manifestaciones y seis de ellos han sido apaleados por la policía. La lucha nació debido a la eliminación del subsidio para algunos de ellos, el cual, dicho sea de paso, solamente tiene una duración de tres años. La necesidad del salario es cada vez más acuciante ya que hasta finales de 1997 y debido a las reestructuraciones de las empresas públicas, han sido despedido doce millones de trabajadores y otros diez millones perderán su puesto de trabajo en los próximos tres años.
15 de septiembre. Indonesia, Yakarta. Tumultos, coches incendiados, comercios apedreados y saqueados por la población. En Surabaya se manifiestan 3.000 trabajadores reclamando aumentos salariales, y los trabajadores del transporte se dirigen en manifestación a las oficinas provinciales del gobierno para protestar contra la carestía: el arroz y otros productos de primera necesidad han triplicado sus precios.
15 de septiembre. Mineros rusos. Desaparecen las noticias de sus luchas, que seguramente prosiguen y proseguirán pese a ser ignoradas por la prensa cuando aborda la crisis rusa.
17 de septiembre. Milán, trabajadores de Postal-Market - Otto Versand, multinacional alemana que anuncia el cierre de Postal-Market y el despido de 900 trabajadores. Unos quinientos bloquean una autopista durante dos horas. Pocos días más tarde intentan ocupar una estación ferroviaria en Milán, siendo dispersados por la policía. Aislados y reprimidos se concentran en la plaza del Duomo de Milán. Postal-Market en realidad continuará operando mediante otras dos marcas de su propiedad, contratando a personal nuevo a tiempo parcial y peor pagado.
30 de septiembre. Manifestaciones en Moscú de maestros y empleados públicos.
30 de septiembre. Toscana, Italia.
La nueva contrata de transportes regionales trae consigo la desmembración
de los mismos. La lucha de los trabajadores estalla al unísono,
sin preaviso y total, resistiendo dos días. El arbitraje estatal,
negociado por el sindicato, junto a las amenazas de sanciones penales y
alguna que otra promesa de respetar las condiciones económicas y
de trabajo, han bloqueado por ahora las iniciativas de lucha fuera de los
esquemas del sindicato.
Un nuevo turno de trabajadores iba a comenzar
su tarea. La jornada de trabajo comenzaría para ellos como de costumbre,
con la habitual ración de voces, empujones y algún que otro
golpe. El Imperio demandaba enormes cantidades de mineral, y era preciso
aprovechar todas las fuerzas humanas útiles para el trabajo, aunque
estuviesen a medio camino entre los cuatro y los cinco años de edad.
La luminosidad de ese día en la Bética contrastaba con la total oscuridad de las galerías mineras, mitigada mínimamente por la escasa luz de las lamparillas de aceite. En el interior de estas galerías, al calor sofocante se unía inseparablemente el temor al accidente y a la muerte. Esto era algo habitual, como lo seguiría siendo siglos más tarde en una sociedad con rasgos comunes pero poseída por una ciencia y una técnica prostituidas por los poderosos.
Las lluvias de días anteriores dificultaban enormemente las tareas, y lo que es peor, hacían mucho más peligrosos los trabajos de extracción del codiciado mineral. Esto lo sabían los mineros pero sus precauciones en muchos casos se mostraban inútiles ante la fatalidad anunciada. Así sucedió ese día. Un desplome repentino cegó parcialmente una galería, por fortuna en ese momento desocupada. Uno de los pequeños ayudantes, Quintus Artulus, con su inseparable lamparita, fue designado para introducirse por una estrecha oquedad e informar posteriormente del estado en el que había quedado la galería, la cual albergaba una buena veta de mineral en su interior. Fatalmente su frágil cuerpo quedaría sepultado por un nuevo y repentino desplome. Cuando sus compañeros adultos, entre ellos su propio padre, lo rescataron ya nada podía hacerse por él. Nada salvo una pequeña y humilde lápida, labrada toscamente en piedra por sus propios compañeros de infortunio para cubrir su diminuta tumba. Una pequeña y humilde lápida transformada siglos más tarde en pieza de exposición en un museo madrileño, y que ha resistido el paso del tiempo para convertirse en un testimonio más de una infame realidad aún no superada.
A tí, Quintus Artulus, niño
minero, muerto como tantos otros en espera de una nueva aurora sin privilegios
ni explotación la tierra te sea leve.
La misma dinámica de la sociedad capitalista demostró la falsedad de las tesis burguesas según las cuales la reducción de la jornada de trabajo supondría una vuelta atrás en el desarrollo social. Vemos por el contrario que la productividad del trabajo humano se ha multiplicado hasta niveles insospechados, sin que esto se haya plasmado en una mayor disposición de tiempo libre para la clase proletaria. Ha sucedido más bien todo lo contrario, ya que si bien la jornada legal se sigue manteniendo en las hasta ahora inamovibles 8 horas, la jornada real se prolonga, como hace un siglo, hasta 13 y 14 horas. Esto es consecuencia de los salarios de miseria en primer lugar y en segundo lugar del afan por un consumo inútil y superfluo en muchos casos. Así en lo que respecta al llamado mundo desarrollado. La realidad de la periferia del capitalismo nos muestra un panorama de brutal y feroz explotación, donde la clase obrera, sin distinción de sexos o edades soporta las mismas condiciones que hace un siglo obligaron a movilizarse y a luchar a los trabajadores. Y la tendencia actual indica que lejos de acercarse a las condiciones de los países ricos, son los trabajadores de estos los que progresivamente se irán acercando a las condiciones de explotación más abyecta reinante en los países menos desarrollados.
Mientras todo esto sucede, la clase obrera de los principales países capitalistas permanece inmóvil, narcotizada por las migajas que cada vez más cicateramente le arrojan al suelo los capitalistas y dominada ideológicamente por los postulados democráticos y pacifistas. De lo que se trata realmente es de ofrecer a la clase obrera completamente atada de pies y manos ante el futuro holocausto bélico mundial, cuyos primeros síntomas ya se empiezan a manifestar claramente con el choque cada vez más violento entre los intereses de las diversas potencias para controlar los mercados mundiales.
Ante este panorama sólo le queda a la clase obrera organizarse para luchar contra los efectos de las crisis capitalistas a través de genuinos organismos sindicales que defiendan a ultranza al conjunto de los trabajadores. Pero con esto no lucharemos más que contra los efectos. Para luchar contra las verdaderas causas, que hunden sus raíces en la estructura de la sociedad capitalista, los proletarios deben luchar por la destrucción de esta sociedad infame a través de la revolución social internacional dirigida por su partido comunista de clase.